Esta foto, publicada hoy en Página 12, da cuenta de un hecho realmente extraordinario: la resurrección de Dante Quinterno.
Y por si fuera poco, se muestra acompañando a Lilita Carrió, en su campaña electoral.
Aparecen además en la foto, entre otros, Patoruzú e Isidoro.
O sea, que el Viejo volvió progre de la muerte.
Claro que cabe también la posibilidad que Lilita siempre haya sido de derecha...
Y POR EL MISMO PRECIO...
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viernes, febrero 23, 2007
martes, febrero 20, 2007
PRIMICIA MUNDIAL: PATORUZU CON CARLITOS!!!
sábado, febrero 17, 2007
jueves, febrero 15, 2007
NUEVA BIBLIOTECA CLARIN DE LA HISTORIETA 11: TRILLO
Para los que siempre comprábamos “Humor”, las Puertitas nos resulta archiconocida.
También es mucho lo que se ha dicho sobre las escapadas de don López, de modo que voy a aprovechar este comentario para hablar de Trillo, cosa de la que tenía ganas desde hace tiempo.
El recurso de escape de la realidad, aparece como constante, de diferentes modos, en la obra del autor. Y, hacia donde se parte, es al mundo de la aventura, antes que a la fantasía, que sería la contrapartida de aquélla.
Aventura que yo he reclamado en la historieta, y que, afortunadamente, se encuentra en Trillo. En importantes dosis, y con excelente calidad.
Y es justamente ese punto de partida desde la realidad, lo que la torna verosímil. Aún cuando la aventura roce el terreno de lo fantástico.
Así como López se escapa por una puerta de su mediocre realidad, el personaje de Viajero de Gris (monumental trabajo con el viejo Breccia) huye de su prisión, mediante la imaginación. Pero, en una vuelta de tuerca, sus incursiones son absolutamente sensoriales y se termina dudando si resultan o no reales.
En la reciente Trillo y Grillo, rápidamente los personajes parten al pasado. Lo fantástico es el viaje. Pero uno y otro tiempo-espacio, son reales.
Hasta en el Negro Blanco, tira absolutamente costumbrista, aparece ese tránsito con la incorporación del personaje de Agatha.
Se podría abundar en ejemplos, pero lo que resulta interesante destacar es el mecanismo en sí, el elemento de verosimilitud que siempre subyace en la historia, en el ámbito, o en los personajes.
Porque incluso cuando Trillo incursiona decididamente en el terreno de la ciencia ficción, no deja de otorgarles humanidad a sus criaturas, o de rodearlas de circunstancias que son asimilables a la realidad que conocemos.
Estos elementos, indispensables para que el lector pueda identificarse con la trama, Trillo los ha aprendido sin duda de HGO, cuyo Eternauta es el gran ejemplo en el género de mixtura entre realidad, fantasía, e incluso metáfora.
Y ambos, claro, siguen los senderos trazados por los grandes de la literatura.
Es lamentable que esta línea corra el riesgo de cortarse en la historieta, con tanto dibujante onanista, enamorado de sus guerreros, mujeres, naves espaciales, o lo que fuera, y sin nada para contar.
También es mucho lo que se ha dicho sobre las escapadas de don López, de modo que voy a aprovechar este comentario para hablar de Trillo, cosa de la que tenía ganas desde hace tiempo.
El recurso de escape de la realidad, aparece como constante, de diferentes modos, en la obra del autor. Y, hacia donde se parte, es al mundo de la aventura, antes que a la fantasía, que sería la contrapartida de aquélla.
Aventura que yo he reclamado en la historieta, y que, afortunadamente, se encuentra en Trillo. En importantes dosis, y con excelente calidad.
Y es justamente ese punto de partida desde la realidad, lo que la torna verosímil. Aún cuando la aventura roce el terreno de lo fantástico.
Así como López se escapa por una puerta de su mediocre realidad, el personaje de Viajero de Gris (monumental trabajo con el viejo Breccia) huye de su prisión, mediante la imaginación. Pero, en una vuelta de tuerca, sus incursiones son absolutamente sensoriales y se termina dudando si resultan o no reales.
En la reciente Trillo y Grillo, rápidamente los personajes parten al pasado. Lo fantástico es el viaje. Pero uno y otro tiempo-espacio, son reales.
Hasta en el Negro Blanco, tira absolutamente costumbrista, aparece ese tránsito con la incorporación del personaje de Agatha.
Se podría abundar en ejemplos, pero lo que resulta interesante destacar es el mecanismo en sí, el elemento de verosimilitud que siempre subyace en la historia, en el ámbito, o en los personajes.
Porque incluso cuando Trillo incursiona decididamente en el terreno de la ciencia ficción, no deja de otorgarles humanidad a sus criaturas, o de rodearlas de circunstancias que son asimilables a la realidad que conocemos.
Estos elementos, indispensables para que el lector pueda identificarse con la trama, Trillo los ha aprendido sin duda de HGO, cuyo Eternauta es el gran ejemplo en el género de mixtura entre realidad, fantasía, e incluso metáfora.
Y ambos, claro, siguen los senderos trazados por los grandes de la literatura.
Es lamentable que esta línea corra el riesgo de cortarse en la historieta, con tanto dibujante onanista, enamorado de sus guerreros, mujeres, naves espaciales, o lo que fuera, y sin nada para contar.
lunes, febrero 12, 2007
RECORD: EL MUNDO DE LA GRAN HISTORIETA
Se dan, en ocasiones, raras coincidencias.
Mencioné varias veces que estoy completando la colección de la antigua Fierro.
En una de mis últimas expediciones, conseguí unos cuantos números.
También en esa oportunidad, compré tres “El Huinca”, revista que, a raíz del rescate que hice de Rapela en un post, decidí empezar a coleccionar (tenía muy pocos ejemplares), ya que me hizo recordar lo buenas que eran.
Leí con verdadero interés estas tres historias.
En cambio, a las Fierro las hojeaba y, ocasionalmente, me detenía en algo.
Hasta que de repente, en el nro. 85, llamó mi atención una nota sobre Wadel.
Conocía a este excelente (e injustamente olvidado) guionista por el Vito Nervio, dibujado por Breccia.
Pero en la nota que menciono, me entero que, además, había sido el autor de los guiones que acababa de leer.
He comprobado, a través del tiempo, las constantes de mis gustos.
Tanto sea en literatura, teatro, plástica, música... o historieta.
Y todos arrancan en una matriz temprana que, mas allá de que evolucione, se mantiene como línea.
Calculo que habré conocido el Vito Nervio completo a los doce o trece años, cuando me lo prestaron en una recopilación en tomos.
Me lo devoré, y quien me prestó esos tomos tuvo que insistir mucho para que se los devolviera.
También, hace pocos días, me devoré “El Huinca”, sin saber quien lo guionaba.
Me pasó además con Pratt, cuyo “Ann y Dan” había leído mucho antes en el Billiken, sin todavía la menor idea de quien era Pratt.
Me pasó con HGO, me pasó con Breccia...
Y con no tantos mas.
Cuál sería entonces la línea?
Dibujantes y guionistas que sepan contar aventuras.
Los que me leen, conocen de memoria que mi primer deslumbramiento en la historieta pasó por Patoruzú y Patoruzito.
Me he encontrado con mucha gente que rescata el humor en ellos.
A mí nunca me hicieron reír. Lo que me fascinaba eran esos repentinos viajes a exóticos países, o a las desoladas tierras de la Patagonia. Me atrapaban esas extrañas intrigas que iban de posta en posta develándose de a poco, con estrafalarios personajes, con situaciones de tensión permanente (ojo, me tocó una época -nros. 70 hasta apenas iniciados los cien-, tanto en Andanzas como en Correrías, de excepcionales argumentistas).
O sea que, yendo más atrás aún, también estaba la aventura.
Comencé a comprar Skorpio, desde los primeros números. Es decir que tendría diecisiete años. Ya había abandonado definitivamente (ja!), y hacía bastante tiempo, las revistas de Quinterno y toda la gama de la historieta cómica. También, desde hacía mucho, consumía la gran literatura. Aún así, Skorpio me interesaba.
Estaba allí la constante que menciono, estaba la semilla que había sembrado Oesterheld, desde “Hora Cero”, a la que conocí después.
Mas tarde vinieron “Chaupinela”, “Super Humor”, la otra “Hora Cero”, “Cóctel”...que se yo, tantas. Y por supuesto, Fierro.
Sin embargo, ninguna me interesó tanto como Skorpio.
Aclaro que, los otros títulos de Récord, que empezaron con grandes reediciones, prontamente se desdibujaron, perdieron calidad y se aproximaron a los de Columba (aunque sin su asqueante sesgo ideológico, por fortuna).
En cambio, en las de La Urraca el nivel era mas parejo y había algunas buenas historietas, sí, pero también se notaba -muchachos progre, al fin- mucho de pretenciosidad.
Yo de buena literatura, entendía. También de plástica. No necesitaba a la historieta para eso.
La experimentación en el género, mas allá de algunos escasísimos grandes talentos, ni me iba ni me venía, cansado de ver supuestas audacias en el campo del arte.
Yo sólo quería entretenerme leyendo buenas historietas, es decir, buenas aventuras.
Bien guionadas y mejor dibujadas. No pedía mas.
Y en todo caso, si habría que remitirse a algún modelo, que fuera literario y del tipo Verne, o Salgari, o Stevenson, o London, o Poe.
Hoy me pasa exactamente lo mismo.
Lamentablemente, encuentro cada vez menos ese tipo de historietas.
La revalorización del género producida a través de la atención puesta sobre él por prestigiosos semiólogos (Eco, Massota, Steimberg), desde hace ya varias décadas, ha generado un efecto paradójico.
Hay una situación análoga que he observado en distintas oportunidades, y que creo que es útil para entender esto.
Una persona, elemental en muchos aspectos, pero rica e interesante en otros, es objeto de atención de alguien de mucha más preparación. Inmediatamente, el observado, imbuido de una repentina importancia, quiere ponerse a la “altura” del otro, reproducir su lenguaje, sus formas, su manera de ver el mundo, perdiendo así toda espontaneidad, todo aquello que tenía de rico e interesante y convirtiéndose, en definitiva, en un pobre remedo de una cultura que no le pertenece.
Esto es lo que siento que pasa a menudo con la gente que hace historieta.
Los buenos dibujantes y guionistas de otras generaciones, tenían clara su misión de entretener, de narrar buenas historias, de encender la imaginación para partir a la aventura.
Hoy en día, ya nacen “artistas” y se solazan en una seudo-experimentación que empalidece (mas bien se borra), no bien se la contrasta con sus predecesores, que solo se consideraban a sí mismos, laburantes que dominaban un oficio.
Eso, en el mejor de los casos. Porque la mayoría de estos “artistas” de cuna, adhiere a los estandarizados modelos narrativos de la industria yankee o la japonesa.
Y resulta curioso que aquellos que son verdaderos artistas, los que realmente pudieron trascender la historieta -como Saccomanno o Fati, por citar a un escritor y a un plástico-, la han hecho sin mezclar una cosa con la otra.
Ojo, hablo siempre desde mis gustos y mis predilecciones.
Puede que haya una nueva generación de lectores a los que estas formas le interesen, como afirma Sasturain. El mismo reconoce que publica cosas que no le llegan a convencer, pero lo justifica con el argumento de que hay públicos para todo. Y también, claro, reivindica lo experimental.
Sin embargo, y ya centrándonos en Fierro, pongo el ejemplo de Tati. Encontró el curro de los monos geométricos (que a mí me parecen francamente feos e inexpresivos) hace casi dos décadas, y sigue -en esta reaparición de la revista- inmutable con eso.
Podemos hablar de una “nueva expresión”, de un “innovador”, en este caso?
Yo diría, más bien, que se trata de alguien que, en algún momento de su carrera, fue solamente original (y eso, merced a que en este país, pocos se acuerdan de Faruk, o mas atrás y universal, de "El reyecito", de Soglow).
Y la originalidad -real o inventada- es un valor muy superficial en el arte. Se agota pronto.
Creador, innovador, son palabras atribuibles a quienes buscaron durante mucho tiempo, y no se conformaron con lo que encontraban, y siguieron buscando... Un Breccia, por ejemplo.
Breccia podría tranquilamente haber armado su quiosquito de artista del género, en la mitad de su carrera. Era aplaudido, tenía éxito.
Siguió buscando sin embargo, aún a riesgo que los aplausos no sonaran tan fuerte y el éxito empezara a esquivarlo.
Después, claro, hay humoristas, como Fontanarrosa, o Caloi, o Quino que encontraron tempranamente una forma, que les sirvió de vehículo para contar cosas que les interesaban quizá mas que el dibujo. Pero nunca se pretendieron innovadores de nada.
Tati no es ni Breccia, ni Fontanarrosa, pero sigue estando en la nueva Fierro, como si fuera un exponente de la nueva historieta, y narrando naderías.
Y no es que me ensañe con Tati, pobre, que tan malo no es (el Marinero Turco o Liniers son mucho peores, si vamos al caso). Pasa que -justamente por no ser tan malo- me sirve como ejemplo de como terminan estos “audaces experimentadores de las formas”.
Pero cuando uno dice estas cosas, nunca falta algún tonto, que sale a cacarear su supuesto prestigio, ganado en al parecer importantes convenciones de "cómics", o ignotos premios internacionales.
Esto me hace acordar a un dramaturgo amigo, que ironizaba sobre los premios literarios de esta manera: "Un vaso de agua, un cigarrillo, y una franja de honor de la SADE, no se les niega a nadie".
En fin...
Por todas estas cosas es que extraño una revista como Skorpio...
Aún celebrando la reaparición de Fierro, debido a creaciones como “Trillo y Grillo”, por ejemplo.
Y por eso, también, hago mías las palabras conque Wadel cierra el reportaje que le hicieron en el Nº 85 de la antigua Fierro:
“Creo que últimamente a los historietistas se les han subido los humos a la cabeza. A toda costa pretenden considerar a la historieta un arte. No sé si lo es. Puede serlo por el dibujo o por el guión. Para mí se trata de un simple entretenimiento.”
Lástima que los que hacían la Fierro en aquél momento (1991), no le hayan dado pelota. A lo mejor así, podían haber seguido más allá del número cien.
Lástima que hoy en día, un tipo como Wadel, haya caído definitivamente en el olvido.
Y parecería que, los que rescatan a HGO, salvo honrosas excepciones, lo hacen solamente porque queda bien.
Mencioné varias veces que estoy completando la colección de la antigua Fierro.
En una de mis últimas expediciones, conseguí unos cuantos números.
También en esa oportunidad, compré tres “El Huinca”, revista que, a raíz del rescate que hice de Rapela en un post, decidí empezar a coleccionar (tenía muy pocos ejemplares), ya que me hizo recordar lo buenas que eran.
Leí con verdadero interés estas tres historias.
En cambio, a las Fierro las hojeaba y, ocasionalmente, me detenía en algo.
Hasta que de repente, en el nro. 85, llamó mi atención una nota sobre Wadel.
Conocía a este excelente (e injustamente olvidado) guionista por el Vito Nervio, dibujado por Breccia.
Pero en la nota que menciono, me entero que, además, había sido el autor de los guiones que acababa de leer.
He comprobado, a través del tiempo, las constantes de mis gustos.
Tanto sea en literatura, teatro, plástica, música... o historieta.
Y todos arrancan en una matriz temprana que, mas allá de que evolucione, se mantiene como línea.
Calculo que habré conocido el Vito Nervio completo a los doce o trece años, cuando me lo prestaron en una recopilación en tomos.
Me lo devoré, y quien me prestó esos tomos tuvo que insistir mucho para que se los devolviera.
También, hace pocos días, me devoré “El Huinca”, sin saber quien lo guionaba.
Me pasó además con Pratt, cuyo “Ann y Dan” había leído mucho antes en el Billiken, sin todavía la menor idea de quien era Pratt.
Me pasó con HGO, me pasó con Breccia...
Y con no tantos mas.
Cuál sería entonces la línea?
Dibujantes y guionistas que sepan contar aventuras.
Los que me leen, conocen de memoria que mi primer deslumbramiento en la historieta pasó por Patoruzú y Patoruzito.
Me he encontrado con mucha gente que rescata el humor en ellos.
A mí nunca me hicieron reír. Lo que me fascinaba eran esos repentinos viajes a exóticos países, o a las desoladas tierras de la Patagonia. Me atrapaban esas extrañas intrigas que iban de posta en posta develándose de a poco, con estrafalarios personajes, con situaciones de tensión permanente (ojo, me tocó una época -nros. 70 hasta apenas iniciados los cien-, tanto en Andanzas como en Correrías, de excepcionales argumentistas).
O sea que, yendo más atrás aún, también estaba la aventura.
Comencé a comprar Skorpio, desde los primeros números. Es decir que tendría diecisiete años. Ya había abandonado definitivamente (ja!), y hacía bastante tiempo, las revistas de Quinterno y toda la gama de la historieta cómica. También, desde hacía mucho, consumía la gran literatura. Aún así, Skorpio me interesaba.
Estaba allí la constante que menciono, estaba la semilla que había sembrado Oesterheld, desde “Hora Cero”, a la que conocí después.
Mas tarde vinieron “Chaupinela”, “Super Humor”, la otra “Hora Cero”, “Cóctel”...que se yo, tantas. Y por supuesto, Fierro.
Sin embargo, ninguna me interesó tanto como Skorpio.
Aclaro que, los otros títulos de Récord, que empezaron con grandes reediciones, prontamente se desdibujaron, perdieron calidad y se aproximaron a los de Columba (aunque sin su asqueante sesgo ideológico, por fortuna).
En cambio, en las de La Urraca el nivel era mas parejo y había algunas buenas historietas, sí, pero también se notaba -muchachos progre, al fin- mucho de pretenciosidad.
Yo de buena literatura, entendía. También de plástica. No necesitaba a la historieta para eso.
La experimentación en el género, mas allá de algunos escasísimos grandes talentos, ni me iba ni me venía, cansado de ver supuestas audacias en el campo del arte.
Yo sólo quería entretenerme leyendo buenas historietas, es decir, buenas aventuras.
Bien guionadas y mejor dibujadas. No pedía mas.
Y en todo caso, si habría que remitirse a algún modelo, que fuera literario y del tipo Verne, o Salgari, o Stevenson, o London, o Poe.
Hoy me pasa exactamente lo mismo.
Lamentablemente, encuentro cada vez menos ese tipo de historietas.
La revalorización del género producida a través de la atención puesta sobre él por prestigiosos semiólogos (Eco, Massota, Steimberg), desde hace ya varias décadas, ha generado un efecto paradójico.
Hay una situación análoga que he observado en distintas oportunidades, y que creo que es útil para entender esto.
Una persona, elemental en muchos aspectos, pero rica e interesante en otros, es objeto de atención de alguien de mucha más preparación. Inmediatamente, el observado, imbuido de una repentina importancia, quiere ponerse a la “altura” del otro, reproducir su lenguaje, sus formas, su manera de ver el mundo, perdiendo así toda espontaneidad, todo aquello que tenía de rico e interesante y convirtiéndose, en definitiva, en un pobre remedo de una cultura que no le pertenece.
Esto es lo que siento que pasa a menudo con la gente que hace historieta.
Los buenos dibujantes y guionistas de otras generaciones, tenían clara su misión de entretener, de narrar buenas historias, de encender la imaginación para partir a la aventura.
Hoy en día, ya nacen “artistas” y se solazan en una seudo-experimentación que empalidece (mas bien se borra), no bien se la contrasta con sus predecesores, que solo se consideraban a sí mismos, laburantes que dominaban un oficio.
Eso, en el mejor de los casos. Porque la mayoría de estos “artistas” de cuna, adhiere a los estandarizados modelos narrativos de la industria yankee o la japonesa.
Y resulta curioso que aquellos que son verdaderos artistas, los que realmente pudieron trascender la historieta -como Saccomanno o Fati, por citar a un escritor y a un plástico-, la han hecho sin mezclar una cosa con la otra.
Ojo, hablo siempre desde mis gustos y mis predilecciones.
Puede que haya una nueva generación de lectores a los que estas formas le interesen, como afirma Sasturain. El mismo reconoce que publica cosas que no le llegan a convencer, pero lo justifica con el argumento de que hay públicos para todo. Y también, claro, reivindica lo experimental.
Sin embargo, y ya centrándonos en Fierro, pongo el ejemplo de Tati. Encontró el curro de los monos geométricos (que a mí me parecen francamente feos e inexpresivos) hace casi dos décadas, y sigue -en esta reaparición de la revista- inmutable con eso.
Podemos hablar de una “nueva expresión”, de un “innovador”, en este caso?
Yo diría, más bien, que se trata de alguien que, en algún momento de su carrera, fue solamente original (y eso, merced a que en este país, pocos se acuerdan de Faruk, o mas atrás y universal, de "El reyecito", de Soglow).
Y la originalidad -real o inventada- es un valor muy superficial en el arte. Se agota pronto.
Creador, innovador, son palabras atribuibles a quienes buscaron durante mucho tiempo, y no se conformaron con lo que encontraban, y siguieron buscando... Un Breccia, por ejemplo.
Breccia podría tranquilamente haber armado su quiosquito de artista del género, en la mitad de su carrera. Era aplaudido, tenía éxito.
Siguió buscando sin embargo, aún a riesgo que los aplausos no sonaran tan fuerte y el éxito empezara a esquivarlo.
Después, claro, hay humoristas, como Fontanarrosa, o Caloi, o Quino que encontraron tempranamente una forma, que les sirvió de vehículo para contar cosas que les interesaban quizá mas que el dibujo. Pero nunca se pretendieron innovadores de nada.
Tati no es ni Breccia, ni Fontanarrosa, pero sigue estando en la nueva Fierro, como si fuera un exponente de la nueva historieta, y narrando naderías.
Y no es que me ensañe con Tati, pobre, que tan malo no es (el Marinero Turco o Liniers son mucho peores, si vamos al caso). Pasa que -justamente por no ser tan malo- me sirve como ejemplo de como terminan estos “audaces experimentadores de las formas”.
Pero cuando uno dice estas cosas, nunca falta algún tonto, que sale a cacarear su supuesto prestigio, ganado en al parecer importantes convenciones de "cómics", o ignotos premios internacionales.
Esto me hace acordar a un dramaturgo amigo, que ironizaba sobre los premios literarios de esta manera: "Un vaso de agua, un cigarrillo, y una franja de honor de la SADE, no se les niega a nadie".
En fin...
Por todas estas cosas es que extraño una revista como Skorpio...
Aún celebrando la reaparición de Fierro, debido a creaciones como “Trillo y Grillo”, por ejemplo.
Y por eso, también, hago mías las palabras conque Wadel cierra el reportaje que le hicieron en el Nº 85 de la antigua Fierro:
“Creo que últimamente a los historietistas se les han subido los humos a la cabeza. A toda costa pretenden considerar a la historieta un arte. No sé si lo es. Puede serlo por el dibujo o por el guión. Para mí se trata de un simple entretenimiento.”
Lástima que los que hacían la Fierro en aquél momento (1991), no le hayan dado pelota. A lo mejor así, podían haber seguido más allá del número cien.
Lástima que hoy en día, un tipo como Wadel, haya caído definitivamente en el olvido.
Y parecería que, los que rescatan a HGO, salvo honrosas excepciones, lo hacen solamente porque queda bien.
domingo, febrero 11, 2007
viernes, febrero 09, 2007
miércoles, febrero 07, 2007
RECORD VIENE AFANANDO!!!
El rezago de Columba en la encuesta, me genera varias hipótesis:
1) los graduados de la universidad, han emigrado definitivamente de este blog (al que deben considerar poco serio, y con razón);
2) me visitan, pero lo hacen de incógnito (es poco serio que un columbiano -salvo herejes, como Durán- ande por acá);
3) asociada con la anterior: si dejaran su voto, revelarían su presencia (aunque si así fuera , habría que reconocerles alguna inteligencia);
4) hasta los columbianos aceptan que -mas allá que les guste robinjú y algún otro- "miráme la palomita" no puede competir con las demás.
Lejos de mí querer influír en los resultados, pero creo que Récord merecería el triunfo.
Irrumpió en el mercado, en el '74, no sólo para disputarle lectores a la impresionante industria de Columba, sino que también lo hizo valientemente, con una propuesta distintiva.
Su plantel, por lo menos en principio, estaba compuesto por los mejores: Pratt-Durañona-Zanotto-Del Castillo-Oswal-Lalía-Fernández...
A diferencia de Superhumor, que ofrecía un material mas intelectual, y de Fierro (ambas de La Urraca), que tendía a lo experimental, Récord satisfacía, con sus diferentes títulos, los gustos de un público conocedor de la historieta, pero no demasiado afecto a que el género se saliera mucho de los límites tradicionales.
Récord retomó la línea que HGO había dejado trazada décadas antes: la narración pura, la aventura... Y con calidad.
1) los graduados de la universidad, han emigrado definitivamente de este blog (al que deben considerar poco serio, y con razón);
2) me visitan, pero lo hacen de incógnito (es poco serio que un columbiano -salvo herejes, como Durán- ande por acá);
3) asociada con la anterior: si dejaran su voto, revelarían su presencia (aunque si así fuera , habría que reconocerles alguna inteligencia);
4) hasta los columbianos aceptan que -mas allá que les guste robinjú y algún otro- "miráme la palomita" no puede competir con las demás.
Lejos de mí querer influír en los resultados, pero creo que Récord merecería el triunfo.
Irrumpió en el mercado, en el '74, no sólo para disputarle lectores a la impresionante industria de Columba, sino que también lo hizo valientemente, con una propuesta distintiva.
Su plantel, por lo menos en principio, estaba compuesto por los mejores: Pratt-Durañona-Zanotto-Del Castillo-Oswal-Lalía-Fernández...
A diferencia de Superhumor, que ofrecía un material mas intelectual, y de Fierro (ambas de La Urraca), que tendía a lo experimental, Récord satisfacía, con sus diferentes títulos, los gustos de un público conocedor de la historieta, pero no demasiado afecto a que el género se saliera mucho de los límites tradicionales.
Récord retomó la línea que HGO había dejado trazada décadas antes: la narración pura, la aventura... Y con calidad.
ADELANTO EXCLUSIVO
Ultimo momento!!!
Por primera vez, en la web, aparecerá una imagen de Elio Coradino Vélez (ELCOVE).
EL COleccionista VEngador -que tuvo a mal traer hace unos años a vendedores y compradores de historietas de Quinterno, en FERIA FRANCA, y que se ha ganado el odio de todos ellos, hasta el punto que hoy en día, en Parque Rivadavia, aún se comentan sus jugarretas- se jactó durante mucho tiempo de que era imposible que descubrieran su identidad.
Esta noche, antes de que den las doce, su rostro aparecerá en el blog QUINTERNO PATORUZU PATORUZITO ISIDORO ISIDORITO, o sea en la novela "Las Claves del Indio" (VER), que justamente cuenta sus andanzas.
No es que se haya logrado obtener una foto del susodicho, no.
En base a un identikit proporcionado por Dao, Esteban Sterle ha logrado captar la esencia misma de ELCOVE.
Y lo ha retratado con el estilo de las Andanzas de los '70, de modo que el viejo taimado parece salir propiamente de un cuadro de las historietas del Indio.
Un valor agregado para aquellos que siguen día a día los capítulos de la novela!!!
Un incentivo para que los que aún no conocen la inquietante trama, visiten el blog donde se publica en exclusiva!!!
(Gracias, PyBe... no se que haría sin vos!!!)
Por primera vez, en la web, aparecerá una imagen de Elio Coradino Vélez (ELCOVE).
EL COleccionista VEngador -que tuvo a mal traer hace unos años a vendedores y compradores de historietas de Quinterno, en FERIA FRANCA, y que se ha ganado el odio de todos ellos, hasta el punto que hoy en día, en Parque Rivadavia, aún se comentan sus jugarretas- se jactó durante mucho tiempo de que era imposible que descubrieran su identidad.
Esta noche, antes de que den las doce, su rostro aparecerá en el blog QUINTERNO PATORUZU PATORUZITO ISIDORO ISIDORITO, o sea en la novela "Las Claves del Indio" (VER), que justamente cuenta sus andanzas.
No es que se haya logrado obtener una foto del susodicho, no.
En base a un identikit proporcionado por Dao, Esteban Sterle ha logrado captar la esencia misma de ELCOVE.
Y lo ha retratado con el estilo de las Andanzas de los '70, de modo que el viejo taimado parece salir propiamente de un cuadro de las historietas del Indio.
Un valor agregado para aquellos que siguen día a día los capítulos de la novela!!!
Un incentivo para que los que aún no conocen la inquietante trama, visiten el blog donde se publica en exclusiva!!!
(Gracias, PyBe... no se que haría sin vos!!!)
martes, febrero 06, 2007
CON AYUDA NO VALE!!!
lunes, febrero 05, 2007
domingo, febrero 04, 2007
EL TURNO DE LA HISTORIETA "SERIA"
El éxito de la primer encuesta,
hace que nos larguemos con la segunda...
Se trata, una vez más, de un tema abundantemente tratado en este blog...
Pero desde el punto de vista de editoriales...
Editoriales de historietas "serias", aclaro...
Las presentamos, por ahora...
Señoras, señores, con Uds. los participantes!!!
Dura una semana, como la otra
Es un voto por PC (ojo, los columbianos con andar por los cibers)
Podés votar a la derecha, arriba...
sábado, febrero 03, 2007
DON NICOLA Y TORINO - TORINO Y DON NICOLA
Finalmente, señores, cerró el escrutinio...
Los resultados: Juro no haber manipulado nada. Emití mi voto y punto. Si algún fanático anduvo por cibers multiplicando su sufragio (aclaro que sólo se podía realizar un voto por PC), en favor de uno u otro, como se acusó durante la campaña electoral, no me consta y, aparte, no es mi responsabilidad...
Y está también nuestra historia, la de nuestros viejos o abuelos. Está, para los que no vivimos directamente el conventillo, el barrio multirracial. El tano verdulero, el turco cambalachero, el gallego almacenero.
Están también el sainete y el grotesco criollos.
Ya en las notas que cito, hacía referencia a esto.
Ayer, buscando en una comiquería las viejas Fierro que me faltan, me topé con la 3, que tenía, se la presté a mi hija, y nunca más, por supuesto...
La compré (20 mangos, Laurita!!!), y cuando la abro me encuentro con una olvidada historieta de Enrique Breccia. La adaptación de “Mustafá”, sainete-grotesco de don Armando Discépolo (el mayor dramaturgo nacional, a mi criterio).
Yo interpreté al protagonista de esa obra hace varios años, e inevitablemente -como a muchos personajes de Discépolo- lo asociaba con el mundo de Torino.
Asociación fácil, se dirá: conventillo en común.
Es más que eso. No sólo hablo de costumbrismo, sino también de otros géneros. Torino hizo sainete en la historieta y amagó incluso a hacer grotesco, y hasta se internó en profundidades arltianas, como certeramente me señala Wainer, en un comentario a mi nota.
No soy el único que lo piensa. Para mi enorme sorpresa, había olvidado la dedicatoria que aparece en el primer cuadro del “Mustafá”, de Breccia hijo.
“A Héctor Torino, con afecto y admiración”
Esta frase de un grande, hijo de otro grande, lo resume todo.
Torino nos provoca ambos sentimientos.
Uno puede admirar a Quinterno y a Mazzone.
Y, por otro lado, tenerle afecto a sus criaturas.
En cambio, afecto por Don Nicola se traduce inmediatamente en afecto y admiración por Don Héctor L. Torino.
Son una misma cosa.
Los resultados: Juro no haber manipulado nada. Emití mi voto y punto. Si algún fanático anduvo por cibers multiplicando su sufragio (aclaro que sólo se podía realizar un voto por PC), en favor de uno u otro, como se acusó durante la campaña electoral, no me consta y, aparte, no es mi responsabilidad...
Pero -en serio- mas allá de los resultados de la encuesta, que sólo tiene valor de divertimento, de participación de los lectores del blog, creo que hay apuntes para rescatar...
Rodríguez Van Rousselt (uno de los hacedores de La Bañadera) me escribió en un grupo que votó por Torino, pero que hubiera querido votar por los tres.
Yo hago mías estas palabras.
Los tres fueron lectura de cabecera en mi infancia, y los tres son pilares indiscutibles de la clásica historieta cómica argentina.
Digo clásica (hay, en la actualidad, notables exponentes del género).
Digo historieta (no digo tiras).
Digo cómica (por estilo de dibujo).
Digo argentina (obvio).
Mazzone fue un notable creador de arquetipos, con un trazo personalísimo y una movilidad excepcional. Seguramente, el mejor dibujante del trío. Pero quizá, el encierro de los personajes en una única característica (la suerte de Capicúa, la habilidad para robar de Afanancio, la de escapar de Piantadino, la doble faz de Cariseca), tornaba a sus argumentos reiterativos y previsibles. Aunque también habría que decir que la previsibilidad y la reiteración de un gag, cautiva y hasta es reclamada los chicos (y no tan chicos, veáse los programas de Olmedo, por ejemplo).
Quinterno es el grande por excelencia. Sus revistas fueron las que mas sostuvieron la calidad y marcaron un hito en la historia de la historieta nacional. Sus creaciones se han instalado en el imaginario popular, mas allá de las épocas. Patoruzú, Isidoro, Patoruzito, Isidorito, Patora, Upa, La Chacha aparecen en la actualidad en carteles de pizzerías, de guarderías y hasta de cabaretes.
El indio, sobre todo, más allá de mis discrepancias, ha sido y es símbolo de argentinidad.
Aparte, el imperio que el Viejo diseñó, a la manera de un Disney de estos pagos, tiene aún vigencia, independientemente de la decadencia de su editorial y el atentado criminal a su memoria que constituyen las películas de Patoruzito.
Y Torino... Torino es otra cosa...
Rodríguez Van Rousselt (uno de los hacedores de La Bañadera) me escribió en un grupo que votó por Torino, pero que hubiera querido votar por los tres.
Yo hago mías estas palabras.
Los tres fueron lectura de cabecera en mi infancia, y los tres son pilares indiscutibles de la clásica historieta cómica argentina.
Digo clásica (hay, en la actualidad, notables exponentes del género).
Digo historieta (no digo tiras).
Digo cómica (por estilo de dibujo).
Digo argentina (obvio).
Mazzone fue un notable creador de arquetipos, con un trazo personalísimo y una movilidad excepcional. Seguramente, el mejor dibujante del trío. Pero quizá, el encierro de los personajes en una única característica (la suerte de Capicúa, la habilidad para robar de Afanancio, la de escapar de Piantadino, la doble faz de Cariseca), tornaba a sus argumentos reiterativos y previsibles. Aunque también habría que decir que la previsibilidad y la reiteración de un gag, cautiva y hasta es reclamada los chicos (y no tan chicos, veáse los programas de Olmedo, por ejemplo).
Quinterno es el grande por excelencia. Sus revistas fueron las que mas sostuvieron la calidad y marcaron un hito en la historia de la historieta nacional. Sus creaciones se han instalado en el imaginario popular, mas allá de las épocas. Patoruzú, Isidoro, Patoruzito, Isidorito, Patora, Upa, La Chacha aparecen en la actualidad en carteles de pizzerías, de guarderías y hasta de cabaretes.
El indio, sobre todo, más allá de mis discrepancias, ha sido y es símbolo de argentinidad.
Aparte, el imperio que el Viejo diseñó, a la manera de un Disney de estos pagos, tiene aún vigencia, independientemente de la decadencia de su editorial y el atentado criminal a su memoria que constituyen las películas de Patoruzito.
Y Torino... Torino es otra cosa...
Hace un tiempo, escribí dos notas sobre él, que tuvieron bastante repercusión.
(VER "Querido Torino" y VER "Querido Torino 2").
Hoy mismo, vino a casa un coleccionista de La Plata (al que no conocía y con el que me contacté porque me compró una revista por De Remate), y me sorprendió diciendo: “Yo tengo impresa y guardada la nota que escribiste sobre Torino”. El mismísimo maestro Cilencio cayó a este blog por esa nota. Al igual que el amigo Carlos Carballo, que se constituyó en asiduo comentarista y colaborador de mis posts.
No creo que sea tanto mérito mío, sino demérito de la web, donde se encuentra muy poco de Don Héctor, y donde hay mucha gente buscándolo.
Ahora, revisando esa notas y con nuevos elementos, me explico un poco mas por qué quiero tanto a Torino y por qué muchos comparten ese sentimiento.
A diferencia de las creaciones de Quinterno o Mazzone, en Don Nicola, está Don Héctor de cuerpo entero. Un tipo despreocupado por la guita, generoso, bohemio, bonachón, un tanto ingenuo, al que le gustaban demasiado las minas... tan divertido como querible.(VER "Querido Torino" y VER "Querido Torino 2").
Hoy mismo, vino a casa un coleccionista de La Plata (al que no conocía y con el que me contacté porque me compró una revista por De Remate), y me sorprendió diciendo: “Yo tengo impresa y guardada la nota que escribiste sobre Torino”. El mismísimo maestro Cilencio cayó a este blog por esa nota. Al igual que el amigo Carlos Carballo, que se constituyó en asiduo comentarista y colaborador de mis posts.
No creo que sea tanto mérito mío, sino demérito de la web, donde se encuentra muy poco de Don Héctor, y donde hay mucha gente buscándolo.
Ahora, revisando esa notas y con nuevos elementos, me explico un poco mas por qué quiero tanto a Torino y por qué muchos comparten ese sentimiento.
Y está también nuestra historia, la de nuestros viejos o abuelos. Está, para los que no vivimos directamente el conventillo, el barrio multirracial. El tano verdulero, el turco cambalachero, el gallego almacenero.
Están también el sainete y el grotesco criollos.
Ya en las notas que cito, hacía referencia a esto.
Ayer, buscando en una comiquería las viejas Fierro que me faltan, me topé con la 3, que tenía, se la presté a mi hija, y nunca más, por supuesto...
La compré (20 mangos, Laurita!!!), y cuando la abro me encuentro con una olvidada historieta de Enrique Breccia. La adaptación de “Mustafá”, sainete-grotesco de don Armando Discépolo (el mayor dramaturgo nacional, a mi criterio).
Yo interpreté al protagonista de esa obra hace varios años, e inevitablemente -como a muchos personajes de Discépolo- lo asociaba con el mundo de Torino.
Asociación fácil, se dirá: conventillo en común.
Es más que eso. No sólo hablo de costumbrismo, sino también de otros géneros. Torino hizo sainete en la historieta y amagó incluso a hacer grotesco, y hasta se internó en profundidades arltianas, como certeramente me señala Wainer, en un comentario a mi nota.
No soy el único que lo piensa. Para mi enorme sorpresa, había olvidado la dedicatoria que aparece en el primer cuadro del “Mustafá”, de Breccia hijo.
“A Héctor Torino, con afecto y admiración”
Esta frase de un grande, hijo de otro grande, lo resume todo.
Torino nos provoca ambos sentimientos.
Uno puede admirar a Quinterno y a Mazzone.
Y, por otro lado, tenerle afecto a sus criaturas.
En cambio, afecto por Don Nicola se traduce inmediatamente en afecto y admiración por Don Héctor L. Torino.
Son una misma cosa.
viernes, febrero 02, 2007
QUIEN TE GUSTA MAS?
MAZZONE ?
... ESO ES LO QUE PREGUNTO EN LA ENCUESTA
... NO QUIEN ES MEJOR
... O QUIEN TUVO MAS EXITO
NO TIENE CARACTERISTICAS DE COMPETENCIA
NO POSEE VALOR ESTADISTICO
ES SOLO LA EXPRESION DEL GUSTO DE LOS LECTORES DE ESTE BLOG
(cierra dentro de pocas horas...)
(si querés votar... votá)
jueves, febrero 01, 2007
NO-ME-JODAN-MAS-CON-QUINTERNO!!!
En este blog, los lectores me siguen inspirando...
Y me hacen escribir sobre Quinterno, aunque no quiera.
El amigo Raúl tiró el tema de los mejores argumentos y las mejores tapas.
Para él, en el primer ítem, figuran:
(“Duque, Borgia y Cía.”, “Deuda de Fuego”, “La isla del Diablo”, entre otras, según los títulos de republicación, del 180 y pico en adelante), casi contemporáneas a aquella.
Y me hacen escribir sobre Quinterno, aunque no quiera.
El amigo Raúl tiró el tema de los mejores argumentos y las mejores tapas.
Para él, en el primer ítem, figuran:
"La Flor de la Mafia" (Andanzas); "La Herencia del Emperador" (Correrías); "Monaguillo del Diablo" (Correrías).
Con respecto al segundo, dice: "Hay algunas portadas fantásticas, como la de "Crimen perfecto" o "Sindicato del Crímen" o la maravillosa tapa de la Nº 2 de Andanzas..."
Ahí nomás, se enganchó Sergio -quién otro podía ser?- y declaró sus preferencias en argumentos de Andanzas: "Desafío gaucho" y "Mayoría de edad".
Lo primero que tengo para decir es que -salvo la 2 de Andanzas-, en ninguna de las mencionadas parece estar íntegramente Quinterno.
Porque si bien supongo que es el Viejo quien dibuja “Desafío Gaucho”, es sabido que resulta una adaptación del original de Lovato, publicado veinte años antes en las semanales.
Curioso lo sucedido en ese número 70...
En la 69, el sumario de la próxima edición, que aparecía siempre en la última hoja de las Andanzas clásicas (después pasó a la primera), anunciaba “A la sombra de la guillotina”, que fue finalmente la 71.
Ahora bien... En la 69, “Miss Loro”, es clara la mano del dibujante que venía realizando Andanzas desde que se abandonaron las reediciones, en la nro. 55.
Tengo la utopía que alguien -así como se hizo en la Disney, según lo relatado en el prólogo del libro de Clarín- divulgue algún día los archivos secretos de la Editorial Universo, y aclare a quien le corresponde cada creación.
Se sabe algo de los argumentistas. Sergio mencionó acertadamente a Laura, la hermana del Viejo. Estaba también Repetto, quien (como él mismo cuenta en “Buscados Vivos”, de Sasturain) hizo guiones para Andanzas, aparte de Correrías. Y además -siguiendo con los dichos de Mirco- Mariano Juliá y los para mí ignotos Franco Panzera y Heredia.
Pero quién hizo cada cosa? Y en qué épocas?
El propio Mirco se queja de la injusticia de que, mas allá que los personajes fueran de autoría de Quinterno, el desarrollo les correspondía a distintos autores, de los que nunca figuró el nombre.
Con los dibujantes es mas complicado aún. Se conoce menos.
Con respecto al segundo, dice: "Hay algunas portadas fantásticas, como la de "Crimen perfecto" o "Sindicato del Crímen" o la maravillosa tapa de la Nº 2 de Andanzas..."
Ahí nomás, se enganchó Sergio -quién otro podía ser?- y declaró sus preferencias en argumentos de Andanzas: "Desafío gaucho" y "Mayoría de edad".
Lo primero que tengo para decir es que -salvo la 2 de Andanzas-, en ninguna de las mencionadas parece estar íntegramente Quinterno.
Porque si bien supongo que es el Viejo quien dibuja “Desafío Gaucho”, es sabido que resulta una adaptación del original de Lovato, publicado veinte años antes en las semanales.
Curioso lo sucedido en ese número 70...
En la 69, el sumario de la próxima edición, que aparecía siempre en la última hoja de las Andanzas clásicas (después pasó a la primera), anunciaba “A la sombra de la guillotina”, que fue finalmente la 71.
Ahora bien... En la 69, “Miss Loro”, es clara la mano del dibujante que venía realizando Andanzas desde que se abandonaron las reediciones, en la nro. 55.
Tengo la utopía que alguien -así como se hizo en la Disney, según lo relatado en el prólogo del libro de Clarín- divulgue algún día los archivos secretos de la Editorial Universo, y aclare a quien le corresponde cada creación.
Se sabe algo de los argumentistas. Sergio mencionó acertadamente a Laura, la hermana del Viejo. Estaba también Repetto, quien (como él mismo cuenta en “Buscados Vivos”, de Sasturain) hizo guiones para Andanzas, aparte de Correrías. Y además -siguiendo con los dichos de Mirco- Mariano Juliá y los para mí ignotos Franco Panzera y Heredia.
Pero quién hizo cada cosa? Y en qué épocas?
El propio Mirco se queja de la injusticia de que, mas allá que los personajes fueran de autoría de Quinterno, el desarrollo les correspondía a distintos autores, de los que nunca figuró el nombre.
Con los dibujantes es mas complicado aún. Se conoce menos.
El estilo de Lovato en las semanales muy antiguas (Upa y la bruja, El misterio del aserradero, La mosca Tsé-Tsé), resulta claramente diferenciable del de Quinterno, al punto que las referidas nunca se republicaron en Andanzas.
Pero... qué paso después? De quién es este dibujo de extraordinaria movilidad de personajes, que va desde el nro. 55 -"La Extraña Herencia", inédita, sin versitos- al 100, aproximadamente (con paréntesis a los que me referiré mas adelante)?.
Es el Quinterno de los ’60, con un trazo mas simplificado? O el Lovato de la misma época, con uno mucho mas elaborado? O un tercero?
Sin embargo, está claro que “Desafío Gaucho” se distingue de las anteriores Andanzas, y está más cerca del dibujo de las últimas semanales seriadas
Sin embargo, está claro que “Desafío Gaucho” se distingue de las anteriores Andanzas, y está más cerca del dibujo de las últimas semanales seriadas
(“Duque, Borgia y Cía.”, “Deuda de Fuego”, “La isla del Diablo”, entre otras, según los títulos de republicación, del 180 y pico en adelante), casi contemporáneas a aquella.
Quinterno deja las semanales seriadas y despunta el vicio en Andanzas? O no hizo ninguna de las dos?
Personalmente, prefiero el trazo de “Desafío Gaucho”, y las demás mencionadas, al del dibujante de Andanzas de la 55 a la 100. Aunque -repito- éste era muy bueno.
Cabría otra hipótesis más dudosa: que el de semanales y el de Andanzas fueran el mismo (Quinterno u otro), adoptando un estilo más elaborado en las primeras, dado que -por el continuará- no tenían una métrica fija (cantidad de páginas) como las otras.
Pero sigamos con las curiosidades...
La postergada 71, “A la Sombra de la Guillotina”, con la reaparición de Gastón, está hecha por dos manos, me juego la cabeza.
Una es, sin duda, la del dibujante que venía desde la 55. Y apostaría que la otra es la quien lo continuaría mas allá de la número 100, y que haría aquí sus primeras armas.
Lo raro es que eso no se nota en toda la historieta, sino sólo en algunas páginas, y si bien el primer tramo parece pertenecer íntegramente al que llamaremos dibujante “viejo”, no encuentro un criterio secuencial en las autorías.
Personalmente, prefiero el trazo de “Desafío Gaucho”, y las demás mencionadas, al del dibujante de Andanzas de la 55 a la 100. Aunque -repito- éste era muy bueno.
Cabría otra hipótesis más dudosa: que el de semanales y el de Andanzas fueran el mismo (Quinterno u otro), adoptando un estilo más elaborado en las primeras, dado que -por el continuará- no tenían una métrica fija (cantidad de páginas) como las otras.
Pero sigamos con las curiosidades...
La postergada 71, “A la Sombra de la Guillotina”, con la reaparición de Gastón, está hecha por dos manos, me juego la cabeza.
Una es, sin duda, la del dibujante que venía desde la 55. Y apostaría que la otra es la quien lo continuaría mas allá de la número 100, y que haría aquí sus primeras armas.
Lo raro es que eso no se nota en toda la historieta, sino sólo en algunas páginas, y si bien el primer tramo parece pertenecer íntegramente al que llamaremos dibujante “viejo”, no encuentro un criterio secuencial en las autorías.
Comparen la pág. 76 (dibujante “nuevo”) con la última (dibujante “viejo”). Noten, además, la rigidez y esquematismo del “nuevo” y la movilidad y riqueza del "viejo".
Podría aventurarse que el cambio de planes de publicación, se hubiera debido a dificultades con el dibujante “viejo”, y de ahí la postergación de “A la sombra...”, acabada finalmente en conjunto.
Aunque nuestro dibujante “viejo”, continúa por unos cuantos números.
El “nuevo” que afirmo interviene en la 71, recién reaparece poco más de un año después, en la 86, “El Gran Usurpador”,
Podría aventurarse que el cambio de planes de publicación, se hubiera debido a dificultades con el dibujante “viejo”, y de ahí la postergación de “A la sombra...”, acabada finalmente en conjunto.
Aunque nuestro dibujante “viejo”, continúa por unos cuantos números.
El “nuevo” que afirmo interviene en la 71, recién reaparece poco más de un año después, en la 86, “El Gran Usurpador”,
y sigue en la 87 “El Collar de Patora”. Lo vemos luego, con mas continuidad, en la 95 (“El Supertónico”), 96 (“Diávolo el Adivino”), 98 (“Sabio a la Fuerza”) y 99 (“El Raid de Pampero”). A partir de la 102 (“Los Huesos del Abuelo”), quizá ayudado durante un tiempo por el “viejo” en tramos, se instala definitivamente, con un estilo que si bien va superándose, no alcanza la calidad de sus predecesores.
Como ya me extendí bastante, termino con unos pocos apuntes sobre las preferencias de Raúl y Sergio...
Coincido con “La Flor de la Maffia” y agrego la anterior, la extraordinaria “Caldo en Dados” (además, otra gran portada),
Como ya me extendí bastante, termino con unos pocos apuntes sobre las preferencias de Raúl y Sergio...
Coincido con “La Flor de la Maffia” y agrego la anterior, la extraordinaria “Caldo en Dados” (además, otra gran portada),
donde de pibe me enteré por primera vez de la historia de Upa.
Conecto esto con la 2, de la que ya he hablado extensamente en este blog y en mi novela, como amablemente acota el amigo Raúl. Lo mismo pasa con “Monaguillo del Diablo”. “La Herencia del Emperador” la tengo medio olvidada, la releeré uno de estos días.
En cuanto a las portadas de "El Crimen perfecto" (Correrías) y "Sindicato del Crímen" (Andanzas), parece que mi estimado coleccionista gustara de los primerísimos planos (comunes en ambas).
En cuanto a las portadas de "El Crimen perfecto" (Correrías) y "Sindicato del Crímen" (Andanzas), parece que mi estimado coleccionista gustara de los primerísimos planos (comunes en ambas).
La de Correrías es sin duda audaz: sitúa un racconto en el segundo plano, sin las clásicas diferenciaciones gráficas del relato que se efectúa en el primero.
Y a Sergio le preguntaría si su pasión pasa por Patoruzú o por Upa, dado que en las dos que eligió, el protagonista es el Gurí...
Bueno, muchachos... he dedicado gran parte de mi último día de vacaciones a revolver mi colección, escannear y escribir sobre Quinterno...
No me jodan por un buen rato!!!
Y a Sergio le preguntaría si su pasión pasa por Patoruzú o por Upa, dado que en las dos que eligió, el protagonista es el Gurí...
Bueno, muchachos... he dedicado gran parte de mi último día de vacaciones a revolver mi colección, escannear y escribir sobre Quinterno...
No me jodan por un buen rato!!!