Y POR EL MISMO PRECIO...

jueves, enero 18, 2007

NUEVA BIBLIOTECA CLARIN DE LA HISTORIETA 9: QUEREMOS TANTO AL NEGRO

Diciembre del ' 72. Yo tenía 15 años y hacía los primeros viajes solo a Bs. As., desde Zárate, en tren.
Para ese entonces, ya la Patoruzú semanal había dejado de interesarme. No traía nada de política. Y la política empezaba a jugar un papel en mi vida.
Entonces, de pronto, en un kiosco de Retiro, veo una tapa que me llama poderosamente la atención.
Se trataba de la Satiricón nro. 2. (Revista mensual/Por ser usted $ 4). Humor y política juntos, una conjunción ideal, me dije (con una pomposidad que no me abandona).
No se de donde rejunté los $ 4, a los quince yo andaba siempre con lo justo -ahora, a los cincuenta, también-, pero lo cierto es que la compré.
En ese largo viaje de vuelta a Zárate, con transbordo en Ballester incluído, los descubrimientos fueron muchos.

En la página 7, por ejemplo, lo descubrí al Negro.
Pasaron 35 años y me acompañó siempre.

Hortensia, Tinta, Chaupinela, Mengano, Humor, Super Humor, Sex Humor, Skorpio Extra, Fierro... qué se yo, todas. En cada revista nueva que salía, ahí estaba él para acompañarme. Y en el Clarín, por supuesto.
También con los cuentos.
Y con el teatro...
De él puse en escena "Sueño de barrio", una maravilla del absurdo costumbrista.
Y con dos atorrantes amigos hicimos algunos relatos de "El mundo ha vivido equivocado". En esas funciones me divertí como pocas veces, actuando.
La única vez que estuve en Rosario no de paso fue por tres personas: una mina que conocí por chat, y los dos Negros (se imaginarán quien era el otro).
Pisar esa tierra mítica fue algo especial por ellos (de la mina guardo un vago recuerdo), peregrinaje a El Cairo (que estaba cerrado) y La Sede, mediante.

El librito de Clarín es el primer álbum del Negro que compro. No se me ocurrió hacerlo antes... tendría la sensación que ya lo había leído todo, supongo.
En él me entero, por el prólogo de Accorsi, que en el ' 62 no le dieron pelota en Columba (no me iba a perder la chicana).
Raro... Fontanarrosa es como un amigo al que nunca conocí personalmente y con el cual apenas me habré cruzado un par de cartas, por cuestión de derechos.
Y uno, de los amigos, no tiene mucho pa' decir.
Los quiere, nomás.

1 comentario:

  1. Qué seríamos sin las grandes frases de Inodoro Pereyra...

    Negociemos Mendieta...

    El PyBe

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