Y POR EL MISMO PRECIO...

martes, agosto 07, 2007

VUELVE LA CRITICA CINEMATOGRAFICA A ESTE BLOG: "ZZZ"

Fuí a ver “XXY”, de la hija de Puenzo.
Si bien la filiación no era un buen referente... Si bien me había clavado hace poco con una película argentina, dirigida por otra mina (“Una novia errante”, o “perdida”, o algo así, ya la borré de mi memoria)... Si bien tengo una marcada aversión hacia los films protagonizados por Darín, con ese estilo suyo de no actuación, tan “creíble” y tan al gusto yankee... Si bien desde hace mucho que no le doy ninguna pelota a los críticos vernáculos, que son tarados posmodernitos en su mayoría, ni a los premios europeos, que son otorgados por otros posmo, quizá no tan tarados, pero sí snobs...
...soy desde siempre -que le voy a hacer- un militante de la industria nacional.
Así me va.
El bodrio en cuestión trata el tema de la androginia, más precisamente el hermafroditismo en un sujeto (de algún modo hay que llamarlo) de 15 años.
Pretende ser sutil y resulta tan obvio y chabacano como una de Olmedo y Porcel. Algunas brillantes líneas de diálogo: "Te estuviste pajeando" o "Querés que te la muestre?".
Sofovich no hubiera desdeñado, por ejemplo, la escena donde la madre del/la protagonista corta una zanahoria, mientras habla de la posible operación de éste/ta.
Pero el argumento, que amenaza ir por ese lado desde la primera escena (es ineficaz el suspense que se pretende crear, ya que se adivina todo de entrada), y constituirse en "valiente alegato a favor de la elección sexual" (postura encarnada por cara-de-conflicto-interior-permanente-Darín), se bifurca en una absurda historia de "atípico amor entre púberes".
Quizá esta línea hubiera sido más interesante que la previsible vertiente clínico-panfletaria, si la hubiera tenido en manos un director de talento.
Por si lo dicho fuera poco, ya finalizando la película, la realizadora se cree en el deber de explicar las tendencias homosexuales del adolescente que tiene sus atributos en orden y le otorga una escena confesional con el padre. El diálogo merecería figurar en una antología del absurdo.
Qué más? Ah, sí... eligió a la Carolina Pelleriti, que como todos sabemos no se sabe si es macho o hembra, para uno de los roles protagónicos. Y a la Bertuccelli, que tampoco resulta muy definida que digamos, y que encima hace juego con Darín, poniendo siempre cara de preocupada.
Hay muchos otros despropósitos como estos, pero espero que con los enumerados les alcance para pasar lejos de la puerta de las salas donde se exhibe.
Así que a mi lista negra de mujeres realizadoras criollas (donde ya figuran Lucrecia Martel y la aludida de la novia, que es a su vez novia de Daniel Heller -cómo no va a perderse esa chica, con semejante compañía?-), añado desde ahora a Lucía Puenzo.
Y para que no se diga que me gusta tirar mierda, rescato de lo último de la industria nacional “El Otro”. Esta sí vale la pena.
La dirige un varón.

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