Me anoticié del libro de Isidoro, editado por Norma, hace bastante, a raíz de una publicidad de Musimundo, aparecida en la web. Pero dado que no poseía más datos que ése, me abstuve de escribir al respecto.
Luego, casualmente, me topé con el volumen y en un grupo, donde había varios interesados en saber de que se trataba, escribì :
El libro no sólo está en Musimundo, sino también en librerías, al mismo precio. Hoy le pegué un rápido vistazo en una. Con todas las salvedades de la rapidez apuntada, puedo informar... Es una edición muy cuidada (bienvenida sea) de unas 15 Locuras, entre los nros 1 y sesenta y pico, calculo. Perecen respetar las originales y el criterio de selección no es malo, aunque se repita acá el mismo verso del libro de Patoruzito de Clarín (las preferidas de Quinterno). En el prólogo hay imágenes de bocetos del Viejo con instrucciones para Isidoro, desconocidos (al menos para mí). Eso es lo bueno. Lo que noté en contra es: 1) si bien la impresión es muy cuidada, como dije, y se respeta el formato original en cuanto a disposición de cuadros (a diferencia de Clarín) los dibujos aparecen bastante reducidos. En cada página del libro entran dos originales; 2) las tapas fueron reproducidas en blanco y negro (todo el libro es así, salvo la tapa); 3) en el prólogo no parece haber nada nuevo en cuanto a información, aparte de los bocetos que menciono; 4) la rápida ojeada me deparó una importante gaffe: cuando se menciona la 1 de Locuras, "Vivan los novios!", se afirma que es versión de una incursión en el terreno amoroso del Coronel, aparecida originalmente en El Mundo. La historieta original no sólo es eso, sino que marca el nacimiento del personaje, y además nunca se publicó en El Mundo, sino en la Patoruzú semanal. Estos errores son graves, porque van aquedar institucionalizados para el futuro, dada la importancia de la publicación.
Mi consejo (con la salvedad hecha al principio) es que a los que no tengan la colección de las primeras Locuras, les conviene comprarlo. Y a los que las tengan, pero sean coleccionistas de TODO lo que se publique de Quinterno, también.
Ahora, mi amigo Wainer me ha enviado una nota publicada el domingo en Radar, el suplemento de Página 12, acerca del libro de Isidoro (ver).
En realidad se trata del prólogo escrito por Sasturain para el volumen. Luego de haberlo leído con detenimiento, y como yo había hecho una demasiado ligera alusión al mismo, en el fragmento transcripto, rectifico aquí, …
Si bien es cierto que el prólogo no aporta datos nuevos, la mirada de Sasturain sobre Quinterno, es inteligente y abarcativa.
El paralelo que traza con Disney resulta coincidente con el que sostuve en la larga polémica que se produjo el mes pasado en este blog, y que argumenté en un también extenso post (ver).
Aclaro a los que abordan demasiado rápido el teclado para hacer comentarios: esto no quiere decir que Sasturain o yo hayamos inventado la aludida asociación… Lo que Sasturain hace es encararla como rectora de la trayectoria de Quinterno, y lo que yo hice es detallar las constancias de esa influencia.
Me alegra que – a pesar de las falencias del libro – quede ese prólogo instituido para el futuro como mirada integral sobre la obra de Quinterno. Obviamente, tendrá mucho más repercusión de lo que yo pueda escribir aquí. Y también, afortunadamente, trascenderá ampliamente las barbaridades que dos imbéciles han escrito en otro blog sobre las supuestas influencias del creador de Patoruzú.
(PD: Respecto al último párrafo… como me he propuesto disminuir la belicosidad, no digo más que eso… El que quiera buscar, que busque…)
Si bien es cierto que el prólogo no aporta datos nuevos, la mirada de Sasturain sobre Quinterno, es inteligente y abarcativa.
El paralelo que traza con Disney resulta coincidente con el que sostuve en la larga polémica que se produjo el mes pasado en este blog, y que argumenté en un también extenso post (ver).
Aclaro a los que abordan demasiado rápido el teclado para hacer comentarios: esto no quiere decir que Sasturain o yo hayamos inventado la aludida asociación… Lo que Sasturain hace es encararla como rectora de la trayectoria de Quinterno, y lo que yo hice es detallar las constancias de esa influencia.
Me alegra que – a pesar de las falencias del libro – quede ese prólogo instituido para el futuro como mirada integral sobre la obra de Quinterno. Obviamente, tendrá mucho más repercusión de lo que yo pueda escribir aquí. Y también, afortunadamente, trascenderá ampliamente las barbaridades que dos imbéciles han escrito en otro blog sobre las supuestas influencias del creador de Patoruzú.
(PD: Respecto al último párrafo… como me he propuesto disminuir la belicosidad, no digo más que eso… El que quiera buscar, que busque…)
Miguel: Compré el libro y lo estuve leyendo. Salvo el error que marcás respecto a la historia de la aparición del coronel, me pareció relamente una buena obra. Contiene 20 Locuras que francamente no creo que hayan sido elegidas por Quinterno desde la tumba, pero que son de interés para los coleccionistas. Según lo editores, una de ellas ("Los travesti de Babilonia") nunca fue reeditada, lo cuál es interesante para una Editorial (Quinterno y Universo) que hizo del refrito toda una industria. El texto del Viejo sobre las características de Isidoro es como siempre interesante y creo que inédito. Es un texto bastante largo y detallado, aunque los guionistas le dieron luego su propia "vuelta de rosca" al personaje. La característica más saliente del Isidoro de Locuras es que aquí sí es una "ganador", que siempre se sale con la suya. Muy diferente al eterno perdedor de Andanzas. Un abrazo. Raúl
ResponderBorrarQuerido Raùl: Gracias por el aporte. Quizà quede la sensaciòn, por lo que escribo, que el libro me parece descartable. No es asì, resultarìa contradictorio con mi posiciòn de que la obra de Quinterno debe reeditarse con la calidad que merece. Este volumen, pese a las salvedades apuntadas, supera ampliamente las ediciones de Clarìn y creo que si tiene èxito, abre el camino para la publicaciòn de la verdadera obra gràfica del Viejo, principalmente, la primera etapa de Patoruzù. Yo estoy pensando en aportar mi granito de arena, compràndolo, aunque ya tenga estas historietas de Isidoro. Otro abrazo para vos, y feliz año!!!
ResponderBorrarMe quedè pensando en tu menciòn a "Los travestis de Babilonia"... Si mal no recuerdo, Lovato o Ferro hacen alusiòn en un reportaje al disgusto de Quinterno con este tìtulo, basado en cuestiones morales. Al igual que con "El Che Isidoro", por las implicancias polìticas (tuvo razòn, les encajaron una bomba). Cuando vuelva a La Plata, lo corroboro. Esa debe ser la razòn por la que "Los travestis..." no fuera republicada, lo que demuestra la falacia del volumen respecto a "las preferidas de Quinterno".
ResponderBorrarMiguel, está bueno eso de las "cuestiones morales" y cómo la moral va cambiando a lo largo del tiempo. Los travesti de Babilonia (ellos titularon travesti sin "s" plural) por supuesto que toca el tema en forma muy "correcta", aunque es posible que a Quinterno no le haya gustado demasiado. Sería bueno que corrobores el dato; eso explicaría por qué no fue republicada. Pero hablando de "moral", ayer mismo estuve leyendo "La marca indeleble", Nº 158 de Andanzas, y me imagino que si esa historia fue republicada le habrán cambiado algunas secuencias. Por ejemplo, en uno de los episodios finales el Padrino es torturado por la policía: le tiran agua, le dan una bofetada y una pequeña descarga de picana eléctrica para que confiese un hecho que no cometió...¿te imaginás una escena semejante en la actualidad? La moral de la sociedad va cambiando y si la tortura era un hecho bastante tolerado y aceptado en los '60, hoy por suerte ya no lo es. Al menos no lo es por la mayoría. Otro saludo, cambio y fuera. Raúl
ResponderBorrarPero completamente de acuerdo, querido Raúl. Fijáte el tema de los fumaderos de opio, y hasta de la cocaína, si mal no recuerdo, en las antiguas Andanzas. Se habla libremente de todo eso!!! Después, la cuestión de la droga, en el ámbito de las publicaciones "correctas", fue tabú. Ahora, vuelve y se ve hasta en programas de tevé para chicos y adolescentes. En cuanto a la tortura, estoy seguro de que deben existir casos donde el mismo Patoruzú la usa, aunque ahora no se me ocurra ninguno.
ResponderBorrarHola Miguel,te felicito nuevamente por tu blog,me pasé buena parte de esta tarde leyendo,sobre todo lo referente a las historietas que sabés que soy fana.
ResponderBorrarPara que veas que los lupineros somos abiertos de pensamiento me compraré el último libro de Isidoro,siempre leí esas historietas de Quinterno,pero nunca las coleccioné,pero se las transmití a mis sobrinos.
Disfrutá las vacaciones en la Feliz,y conseguime lupines !!!!
Un saludo.Leonardo.-
A mí, los lupineros, me caen simpáticos, estimado Leonardo. Siempre me llamó la atención la insistencia que tienen, pero la otra vez leo, en alguna parte, en un contexto para nada historietístico, esta expresión: "más difícil que conseguir la Lúpin nro. 1". Y ahí pensé en las dificultades de sus búsquedas, que justifican la obsesión. Los patorucenses tienen problemas con la guita que se pide por los ejemplares, pero dos por tres, aparecen. La baja tirada de los principios de Guerrero-Dol hacía que por diez Andanzas que estaban en los kioscos hubiera un ejemplar de Lúpin. Encima, empezaron a guardarse enseguida, por los planitos. Les queda que algún coleccionista se muera y la flia. las largue. Pensar que de pibe, yo tenía las diez primeras... Pero no hay que desesperar, amigo. Por mi parte, si me topo con algo te aviso. No empecé todavía ninguna cacería en la Feliz, pero ya saldré, con las armas prestas y el ojo avizor!!!
ResponderBorrarMiguel, me alegra saber que decidiste bajar dos cambios, eso me invita a escribir... pero volvemos a insistir en el paralelo con Disney? Primero me gustaría leer qué dice Sasturain sobre Disney, aunque desde ya no creo que sea una lumbrera al respecto.
ResponderBorrarSi te portás bien te aporto unas perlitas, y no comás arena!
Mi estimado Amillan (supongo que sos vos, no?): El prólogo de Sasturain lo podés leer con solo cliquear en el vínculo que aparece en mi post. Por la arena no te preocupes, que la playa ni la piso. Y las perlitas, son siempre bienvenidas, chei!
ResponderBorrarMiguel, estuve leyendo la nota de Sasturain y si bien me resulta llana en su contenido, es correcta en cuanto a su forma. Si fuese un dibujo, diría que trabajó bien el "gesto", escribió algo rápido y espontáneo aunque no laburó el "borde", aquello que se realiza en forma minuciosa.
ResponderBorrarSin embargo, debo remitirte a un par de párrafos:
... "Es que el joven Quinterno, formado mirando a los autores de la época dorada norteamericana –del hierático McManus de “Bringing up Father” (modelo en “Panitruco”), al principio, a la modernidad dinámica de Dirks, Rube Goldberg y De Beck, y sobre todo Segar, después–, tiene un modelo definitivo y superador de todos, que va más allá de las afinidades de trazo: Walt Disney"...
Fijate que Sasturain remarca la influencia de las iniciales Daily Strip americanas (nada menos que McManus, "Educando a Papá") y SEGAR.
La afinidad con Disney la marca en otro terreno que no es precisamente el artístico:
..."Así, de Disney, el incipiente autor-empresario aprende la necesidad y los beneficios de saber derivar, trabajar en equipo, armar una máquina productora bajo su férreo control, donde haya espacio para la expresión libre y donde la creatividad individual confluya bajo una sola firma constituida en marca"...
Sí cita a Floyd Gottfredson (que es el primer dibujante de Mickey para la historieta, no para el dibujo animado) como un fuerte referente a quien cómo vos publicaste llega a copiar. Ahora... ¿vos sabés todos los que copiaron a Gottfredson?
El amigo Floyd era único en su estilo y laburaba como bestia, su Mickey tenía contenido mientras el que realizaban en el estudio al decir de Les Clark (animador que tomó las riendas de Mickey luego de la ida de Iwkers y Lundy) estaba armado "en cuartos de dólar", ni siquiera se animaban a modificar el gesto o la redondez que contenía sus rasgos.
Quien se animó fue un rebelde de la época llamado Fred Moore, que tenía un dibujo de los mil demonios y sin contaminació académica. Él resistió el modelo '30 y convenció a Disney sólo en base a las pruebas de lápiz.
Retrocediendo hacia Disney-Quinterno, coincido en algo que marca al del sur y al del norte: el espíritu emprendedor. Ahí sí podés hallar orientaciones, las cosas que hizo Q. por aquí fueron en su momento muy riegosas en términos financieros y D. armó Blancanieves bajo la sonrisa burlona del resto de los estudios, quienes la bautizaron "La Locura de Disney". Unos meses más tardes, su principal cometidor corría a imitar esa "locura".
Como diría Maganás, si no ganás la empatás.
PD: Tenemos que discutir eso del círculo y su ideología, todos los dibujantes armamos nuestras fantasías en base a círculos... ¿eso nos convierte en cómplices?
¿Dónde quedan Mazzone y Torinín, que eran bien clásicos en su época?
En fin, ya que no vas a la playa andá y planchá la ropa.
Un abrazo,
Atilio
Fijáte que Sasturain, en su afán de mostrar erudición y justificar lo que le pagaron por escribir el prólogo, afirma sin ningún empacho que el modelo de “Panitruco” es “Bringing up Father”. Eso, habiendo antes ubicado correctamente a Quinterno junto a sus antecesores vernáculos (Taborda, Lanteri), y en la edad que tenía por entonces (un chico, el “pibe” Quinterno). Uno, de pendejo, admiraba e imitaba a quienes tenía cerca. Y creía que los mentores inventaban su propio estilo. A veces, algún maestro generoso, te podía remitir a las fuentes. Y esto, como excepción, lo menciono desde el teatro. No había demasiado tiempo para iniciaciones artísticas en las redacciones de los diarios, teniendo que despachar a los pedos las tiras que acompañaban cada edición. Y por supuesto que, aún cuando la iniciación de Quinterno preceda en casi cincuenta años a la mía, nos situamos en ambos casos en un mundo que todavía estaba lejos de globalizarse. Hoy es completamente distinto, ya que las fuentes están al alcance de quien quiera buscarlas, con un mínimo de esfuerzo.
ResponderBorrarCon esto quiero aclararte que si cito a Sasturain no es porque crea que su opinión sea más autorizada que la mía. Tampoco porque me merezca gran respeto intelectual (ojo, tampoco es que no me merece ninguno), sino simplemente –como lo digo- porque no cabe duda que su palabra tiene más trascendencia que la mía.
Juego así con las mismas armas de los que me critican (“de donde saliste?”, “quién te conoce?”, “a quién le ganaste?”). Para estas mentes simples, que han comprado sin saberlo los valores del sistema, la única opinión autorizada es la surge de nombres legitimados por el mismo. Un argumento tiene valor no por su coherencia, su fundamentación o su razonabilidad, sino en tanto en cuanto quien lo emita sea “conocido” y/o haya aparecido en un medio “prestigioso”. Y ese “prestigio” es conferido por la tevé, la radio, los medios gráficos.
Para mí, por el contrario (siempre he remado contra la corriente), lo más interesante suele surgir de lo periférico al sistema, de lo alternativo. De los blogs, por ejemplo. Lo cual no quiere decir, obviamente, que haya que aceptar con los ojos cerrados cualquier pelotudez que se vierta en ellos. De ahí, justamente, el párrafo dedicado a dos imbéciles que en un post –que además tiene un antecedente impreso- han forzado hasta el absurdo la analogía Patoruzú-Popeye (y en menor medida con Asterix, tema del que también me he ocupado en su momento). Les falta señalar, nada más, que tienen en común la “P” inicial para hundirse irremediablemente en el bochorno. Como lo dije en el post anterior, entre el marino y el indio, la similitud no pasa de los brazos musculosos, y eso apenas en una época avanzada del estilo de Quinterno.
Insisto en que existe una alarmante falta de práctica –generada obviamente por el mismo sistema del que hablamos- en analizar con rigor conceptual. Lo de Segal me parece un buen ejemplo. Su mundo resulta terriblemente subversivo comparado con lo correctito que se muestra el de Quinterno y sus modelos.
No existe la posibilidad que una influencia se remita solamente a una forma aislada. Quizá sea éste nuestro mayor punto de disenso, mi estimado Atilio. Para mí, si uno compra formas, compra también ideología. Claro que después esa ideología puede ponerse en crisis y producirse una transformación, es decir un cambio de forma.
Quinterno nunca lo hizo. Adquirió el paquete enterito, con absoluta convicción, y ni siquiera se le pasó por la cabeza desenvolverlo. Es posible que el camino de Mazzone, proviniendo sus influencias de otros yankees (las señalé en un post), no haya sido demasiado distinto, aunque con menos talento empresarial. En dicho terreno, me atrevería a decir que siguió los pasos del mismo Quinterno, en vista del éxito de éste.
Sí, definitivamente, resultan diferentes los rumbos de Torino.
Más allá de la procedencia de sus influencias como dibujante, las cuales en algún momento me abocaré a desarrollar, Torinín fue el más genuino de todos. Don Héctor L. Torino (o Locuratolo, para los que exigen apellidos “verdaderos”) no podía comprar nunca el paquete de la empresa capitalista, aún cuando lo haya intentado, sin convicción y con pobrísimos resultados. Podría decirse que apenas lo alquiló, y de a ratos.
Se lo impedía su procedencia, que era muy fuerte y lo marcó para siempre. Y guardó fidelidad a ella (al conventillo, “crisol de razas”) toda su vida. Dejaba la editorial a cargo del portero, si no había otro a mano, para ir a tocar el violín en las orquestas típicas y correr atrás de las minas, como lo cuenta de primera fuente el amigo Carballo.
No podría imaginar a Torino de traje y corbata, detrás de un escritorio, en un despacho privilegiado, impartiendo órdenes al “personal”, haciéndole marcar tarjeta, tal como ha quedado grabada en el mármol la figura –despreciable para mí, en éstos y otros aspectos- de Quinterno.
Por eso quiero tanto a Torino, no sólo por la inmensa valía de sus creaciones, que algún día, no me cabe duda, terminarán teniendo el lugar que merecen en la historia de la historieta argentina. Es parte de mis afectos entrañables porque contenido, forma, vida, integraban un todo. Una unidad contraria a los valores que el sistema iba consolidando.
Por supuesto que llegaron a inocularle veneno en el oído. Como cuando lo convencieron que Don Nicola debía “modernizarse”. Lo imagino aceptando, resignado: “Ma’ sí, muchachos. Hagan lo que quieran”, y dejando a su criatura en manos de otros dibujantes, para irse a tocar el violín… y algún culito, también. Pero cuando volvía a empuñar el lápiz, junto a Don Nicola,inevitablemente, aparecía el conventillo. Se dibujaba sólo, con todas sus luces y sus sombras.
Si tuviera datos fehacientes de la ubicación social de Mazzone, al que supongo de clase media, me largaría a trazar un paralelo entre éste, Torino y Quinterno. Creo que podría demostrar que sus criaturas resultan representativas de los estratos del que provenían cada uno de los autores.
En cuanto al círculo, mi estimado Amillan… de complicidad, nada. Ya vivimos en un mundo absolutamente “global”, así que te darás cuenta hasta que punto se ha impuesto. Que vamos a andar poniendo en el banquillo a los pobres dibujantes! Pero sería interesante que las líneas se quebraran, de tanto en tanto. Que hurgaran por las fisuras del sistema, que las tiene, y muchas…
Planché, escribí esto… Ahora, que me aconsejás que haga? Un abrazo, mi viejo.
Definitivamente estás cambiado, hasta ciertas argumentaciones son más convincentes. Sasturain no es un alumbrado, pero yo al menos lo considero más que al "gordo" Accorsi. Lo de "Panitruco" te doy la derecha, McManus habrá sido modelo para muchos pero entre "Educando a Papá" y "Panitruco" no se parecen ni en la tinta.
ResponderBorrarSi creo más en la influencia del trabajo de Segar sobre el joven Quinterno. Es fácil deducirlo: el sombreado, la línea tan particular de Segar se refleja en muchos trabajos de Quinterno. Lo que a veces confunde es que Quinterno parece haber alternado entre varias corrientes, lo que habla de cierta inseguridad en cuanto al estilo. Si además conocemos el dato de su obsesión a la hora de realizar un trabajo, termina de redondear todo... tan redondo como el círculo, para vos ideológico y para mí no.
Ya sabrás que Leonardo fue un gran ideólogo, si bien cierta vez se trazó un círculo perfecto para impresionar a una corte, no es esa suerte de "habilidad ideológica" la que juzgamos.
La habilidad ideológica de Disney era la empresarial, hay cantidad de libros sobre management empresario que analizan a fondo el fenómeno Disney a nivel ejecutivo.
Si tenés ganas, un día te escribo ciertas anécdotas que pintan de cuerpo entero el sistema de trabajo en los tiempos de Walt.
En cuanto a Torino te lo confirmo yo que tuve la suerte de conocerlo, le gustaban demasiado las minas. Me dió mucha pena haberlo visto no embocar una cuando trabajó en un estudio de animación local... estaba de Layoutman, pero no podía hacer otros personajes que no fueran los suyos, los prcticaba y no le salían. Al tiempo, García Ferré le dió trabajo haciendo chistes para "Larguirucho". Mazzone era de Caballito, no tenía el origen de Palacio pero no fue la niñez de Torino. Lo que sí me han comentado es que el tano no quería largar los personajes a manos de otros, lo tuvo que convencer la familia de que se iba a mancar si quería hacer todo él solo.
En fin, si ya planchaste la ropa podés ir a buscarte unas revistas. Pero la próxima poneles almidón, que me quedan mal las camisas.
Saludos!
Atilio
Celebremos, pues, los acuerdos que podamos tener, porque los desacuerdos son prácticamente insalvables. Vos decís, por ejemplo, que te daba pena que Torino no pegara una en un estudio de animación. A mí lo que me da pena es que un genio como él haya tenido que ir a mendigar a esa fábrica, como a la fábrica de Quinterno o a la fábrica de Ferré. A Uderzo, cuando intentó la animación, tampoco le salía lo que le pedían... leíste el reportaje?
ResponderBorrarSí, pero yo no hablo de Uderzo sino de Torino... y no fui el único que sintió pena e intentó ayudarlo.
ResponderBorrarSi bien todos son dibujantes, una cosa es el dibujante animador y otra muy distinta el dibujante de historietas, por eso busco tanto remarcar las diferencias entre quienes estaban en los estudios y aquellos artistas que hacían otros trabajos por fuera, como Gottfredson, Taliaferro o Barks.
Ah... esos sitios no son fábricas, el argento que montó el estudio en aquel momento trabajó unos veinte años en USA, vino a armar el estudio a todo trapo e hizo las cosas bien, buen salario y un sistema de laburo aceptable. En medio de la híper, se rajó de vuelta al norte... comprobó que nada había cambiado.
Entendéme, Atilio: no tengo nada en contra de la animación. Así como vos distinguís entre dibujantes de historietas y animadores, yo distingo también calidades en cada rubro, que no me negarás que existen. Habrá buenos artesanos que dignamente puedan integrar un staff en una editorial, o trabajar anónimamente en un estudio. Y hay otros, artistas, que por su talento, merecen brillar con luz propia. Muchas veces, esa luz queda totalmente opacada, cuando se los somete a una rutina de trabajo no acorde a su estatura creativa. Así, me resulta penosa la imagen de Torino intentando trabajos que no eran lo suyo o estaban muy por debajo de sus merecimientos, ya sea el que contás del estudio, o tratando de adecuarse al trazo adocenado de Patoruzú, que dictaba Quinterno, o haciendo chistes para Ferré. Sobre todo, habiendo sido el creador de Don Nicola. La lástima no es porque no le saliera el trabajo, la lástima es que un genio como él tuviera que intentarlo. La diferencia entre Torino y Uderzo, para el caso, es que el segundo alcanzó a escaparse de esa rutina que querían imponerle muy joven y pudo hacer después lo que hizo. A Torino, en cambio -quizá debido a las características de su personalidad, o a los estúpidos que le inoculaban que el Conventillo ya había pasado a la historia, o a la paradoja que vos involuntariamente trazás, vivir en un país que siempre quiso imitar a los EEUU, en vez de buscar su propio camino-, le tocó al final de su carrera, que era el momento en que mejores frutos podría haber dado su talento.
ResponderBorrarme agrada mucho la obra de quinterno sobretodo las locuras de isidoro y las andanzas de patoruzú
ResponderBorrary me interesaria saber si en algun lugar se puede conseguir la historieta original d elos travesti de babilonia o el de upa y la bruja
Atilio: "Los travesti de Babilonia" están en el libro de Isidoro que está en las librerías junto a otras 20 series...claro que el broli sale $ 100...De todos modos, no me parece que "Los travesti" sea un número difícil de conseguir; hay que pulular un poco por Parque Rivadavia, por el Club del Comic o por mercadolibre o deremate...Todos lugares que vos obviamente conocés. Lo que te quiero decir que no es un ejemplar complicado de conseguir. Un saludo, Raúl
ResponderBorrarGracias Raúl por la info, pero no pregunté yo por la historieta de los Travestis de Babilonia (?)
ResponderBorrarDejo los comentarios como "anónimo" porque por alguna razón del destino no puedo loguearme con mi nick y no tengo ganas de invesrigarlo, en tal caso pondré mi nombre al pie de la misiva ^^
Atilio.