Clarín, como de costumbre, promete mucho y cumple poco. Ya había sucedido con la Biblioteca de la Historieta. Criterio de selección de las obras y calidad de edición habían sido sus puntos más flojos. Pero ahora, ni siquiera se ocupa en levantar la puntería con los de la propia casa.
Estoy hablando por supuesto de la serie Ilustradores y Humoristas del diario, que hoy salió a la calle. Si bien acá, tratándose del equipo propio, no se puede decir nada sobre la selección, sí es objetable la calidad.
Pomposamente se la anunció como “colección imperdible”, “obra única”, “fascículos”... Hasta prometen “estuche contenedor de la obra”. Pago, eso sí, a diferencia de los “fascículos”, que son gratuitos. Lo que es relativo, dado que los que -como quien suscribe- echan apenas un vistazo al pasquín en algún bar, se ven ahora obligados a comprarlo dos días en la semana.
Algunos bloggistas de esta fauna, que trasladan a sus espacios los peores defectos del periodismo, desesperándose por “dar la primicia”, sin siquiera saber de qué tratan los temas, se apuraron a repetir literalmente el autobombo previo del matutino (claro que es lo mejor que saben hacer: copypaste). Otros, más inteligentes y cautos, dieron el anuncio, pero reelaborando la nota. Yo preferí esperar a tener en mis manos el primer ejemplar.
Hay que decir que no se lo puede tener mucho en las manos. La calidad del papel es apenas superior a la del diario. Va a haber que darle una rápida ojeada y guardarlo, a riesgo de que se desintegre. En el caso del primer cuadernillo (éste sería el nombre apropiado), no importaría demasiado, ya que Sendra podrá ser un buen humorista, pero no un gran dibujante. Resultará particularmente lamentable cuando aparezcan los de Crist o Sábat, por ejemplo.
Se podrá argumentar que por lo menos, Clarín se ocupa de darle bola al género, y a precios muy accesibles. Ya que lo hacen, que lo hagan mejor, replico.
Los aficionados al dibujo y la historieta, en la Argentina, están demasiado acostumbrados, por el infradesarrollo editorial en la materia, a tragarse cualquier berretada, y baten palmas cada vez que aparece una cosa de éstas.
Crezcan, muchachos. Exijan más. No dicen ustedes que la historieta es un arte?
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