Me quedé pensando -a raíz de una mención que me hicieron- en las polémicas que se arman acá. Si se circunscriben temáticamente, no han sido tantas. Trataré de hacer una lista. Me he peleado:
1- Con los patorucenzes, por las burlas a la relación homosexual entre el Indio y el Padrino y a la ideología de Quinterno. Báh... en realidad, sobre todo, me peleé con un quinterniano, y no solamente por eso. Yo soy como el papá y él lo sabe, por eso me niega. Y está bien. Los hijos tienen que matar a los padres para crecer. Ojala lo logre pronto.
2- Con los Woodianos, por supuesto, y a muerte. Aquí, debo hacer una confesión que me cuesta mucho, y me honra... Cuando tenía más o menos la mitad de años que tengo ahora, compré un libro de Nippur. Yo, por ese entonces, lo único que leía de historietas era Skorpio, creo. Jamás había comprado una revista de Columba, que para mí es al género lo mismo que Corín Tellado o M.L. Estefanía pueden serlo a la literatura. Pero todo el mundo hablaba del hombre de Lagash, y quise saber de que se trataba. Lo leí íntegro y con bastante interés. Me molestaba solamente la recargada prosa seudo-poética, pero como historieta épica, no estaba nada mal. Y los dibujos, sin ser ninguna maravilla, resultaban correctos. Cuando décadas después volví a la serie con el libro de Clarín, ya directamente me aburrió. Sin embargo, acepto que no es de lo peor que uno puede encontrar en el rubro. Mi disputa con los seguidores del paraguayo, obedece principalmente a dos razones: su endiosamiento de Wood, y la defensa a ultranza que hacen de la ideología que subyace en sus guiones y en Columba toda. No creo que vuelva a decir mucho más al respecto.
3- Con los que creen que la historieta cómica es un subgénero menor, cosas de chicos. En realidad, este planteo no ha merecido respuesta de mi parte (salvo ironías, claro), ya que no resiste el menor análisis.
4- Con los seguidores del viejo Ferré. Sus ñoñerías las leí -y poco- hasta los seis o siete años. Exceptuando Pí-Pío, no rescato nada de él. Y en su faz de editor, sólo alguna perlita como Sónoman o Spirou en Anteojito, y la revista Antifaz completa en sus primeros números. Ahora, me llama poderosamente la atención la sangre de horchata que tienen los coleccionistas del rubro. Me cansé de provocarlos, en el forro de Feria Franca primero y después acá, y he obtenido escasísima respuesta. Yo creo que en el fondo viven vergonzantemente su infantil afición a Hijitus o Larguirucho.
5- Con los que me acusan de zurdo, como si con ese epíteto me estuvieran insultando.
6- Con los que dicen gansadas sobre historieta, en un tono de sapiencia.
7- Con los que aplauden cualquier estupidez seudo-experimental.
8- Con las nuevas camadas de dibujantes, que se dedican sólo a copiar manga o superhéroes o hacer minas en pelotas.
9- Con los que opinan que no es posible leer en la historieta otra cosa que entretenimiento. Esta es una batalla que me ganaron, por abandono. No peleo más con esa gente.
10- Vinculado a lo anterior, con los donaldistas. Aquí sí hay que separar tajantemente el dibujo de la ideología. Maestros como Gottfredson o Barks, a los que admiro desde la infancia, o -en menor medida- Don Rosa, que descubro ahora, resultan indiscutibles. Entiendo que estos maravillosos dibujantes y guionistas generen un grado tal de adhesión, como para que gente inteligente los defienda a muerte. Es el caso de Blanco, a quien he bardeado de forma injusta en un post. Si bien ya me retracté de ello en un comment, también quiero hacerlo acá. Recientemente, estuve revisando en su blog (ver) las notas referidas a la historieta nacional, y descubro que coincidimos en un montón de temas. No lo sigo, claro, en todo el espectro que maneja, que resulta muchísimo más amplio que el mío. Blanco es un verdadero apasionado del género y merecía esta pública retractación de mi parte.
Ven? Al final, mis peleas, son contadas con los dedos de las manos...
Yo lo conocí a Robin Wood en un evento, megacomics,
ResponderBorrarestaba sentado en un stand de Clarin firmando, la gente se reia y comentaba que estaba en pedo.
Me acerque y era cierto, fue una imagen muy decadente.Se lo veia visiblemente mamado.
ja!
Quizá debiera probar mamarse cuando escribe, en vez de hacerlo en eventos. Hay gente que en pedo logra buenos resultados...
ResponderBorrarMuchísimas gracias por tus palabras, Miguel. Lo que no tiene perdón es que yo sea tan vago para actualizar el blog. En una época escribía algo todos los días. Hoy trataba de pensar por qué no logro hacerlo ahora.
ResponderBorrarLa otra vez encontré una pila de revistas Capicúa y otras de ese estilo, bien cuidadas un poco caras, pero las miraba y me preguntaba si podría hacer como vos, que sos capaz de encontrar cositas de Goscinny en esas revistas. Ya veré que descubro, un abrazo.
Fabio
...y si no descubrís nada en las Capicúas, pasámelas a mí, que igual me interesan!!! Un abrazo, Fabio.
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