El otro día fuí con mi mujer al cine a ver esa maravilla del veterano Sidney Lumet, titulada Antes que el Diablo sepa que estás muerto (última parte de un proverbio irlandés, que principia: “Podés estar media hora en el Paraíso,...”).
En otras épocas, los cines seleccionaban los avances de los próximos estrenos, más o menos de acuerdo a la índole de lo que estaban proyectando, y consecuentemente, del perfil de público que se suponía iba a verlo. Ahora no: te pasan todo. Desde películas estrenadas hace meses hasta otras que no se estrenarán nunca. Desde Wall-E a La mujer sin cabeza, como me sucedió en esta oportunidad. Lo cual es una afrenta para un espectador que se interese por Lumet. O al menos, para mí. A los diez segundos de un primer plano de un rostro absolutamente inexpresivo, con imágenes borrosas y sonidos confusos detrás, mi mujer y yo, exclamamos al unísono: “Uy, la Martel!”.
No se puede decir que su “estilo” sea confundible con el de otros realizadores cinematográficos, claro. Báh, habría que preguntarse en realidad si lo de la Martel es cine.
Los críticos argentinos, al menos, opinan que sí. Y la celebran calurosamente. Pero no dejan de dedicar algún que otro párrafo de advertencia para el espectador desprevenido, ignorante...
Dijo La Nación:
Se trata, claro, de una experiencia distinta. Sobre todo para plateas habituadas a productos cinematográficos listos para ser consumidos. "No hay historia", concluirán, y probablemente estén en lo cierto...
Dijo Página 12:
En términos de dramaturgia, de lo que habitualmente se conoce por “argumento”, poco y nada es lo que sucede en La mujer sin cabeza.
Dice Dao: Ah, pero si no hay historia, la Martel es genial, destinada a quedar inscripta junto a los grandes del cine... logró hacer un argumental sin argumento, que al mismo tiempo no es documental!... Buéh. Los que gustan de este tipo de hazañas circenses, dignas de figurar en el Guinness, aplaudirán de pie. Yo me quedo sentado y con las manos en los bolsillos. Debo estar habituado a “productos cinematográficos listos para ser consumidos” como los de Welles, Fellini, Kurosawa, Bergman, Kubrick, Allen, Coppola, Ford.... Todos ellos cineastas mediocres que nunca pudieron escapar al lugar común de contar una historia.
Dijo La Nación:
El cine de Lucrecia Martel no pone el acento en narrar historias ni en explicarlas.
Dice Dao: Pero... pone algún acento en alguna parte? Porque sin acentos la lectura se torna dificultosa...
Dijo Página 12:
La mujer sin cabeza se inscribe de manera neta en esa trayectoria previa, como si fuera el nuevo capítulo de una obra de una coherencia extraordinaria...
Dice Dao: Eeeeeh! Yo ya tuve que tragarme los capítulos anteriores... tengo que seguir sufriendo?
Dijo Clarín:
Si el cine de Martel provoca en algunas personas rechazo o confusión, es por lo mismo que la película plantea, porque el espectador prefiere tener su sistema perceptivo organizado, preestablecido.
Dice Dao: Mierda! Este crítico es como Freud y Lacan juntos!!! Me enfrenta a lo que no pudieron hacerme ver mis muchos años de diván: me empeño en tener mi sistema perceptivo organizado, preestablecido!!! Cómo puedo ser tan necio de resistir a que la Martel rompa mis esquemas???
Dijo Crítica de la Argentina:
La mujer sin cabeza se plantea como un paseo aparentemente difícil, donde la comprensión profunda de lo que sucede no cuaja del todo en la primera visión.
Dice Dao: Pero... cuántas veces habría que verla, entonces? No, yo abandono...
Dijo también Crítica de la Argentina:
Todo mostrado en un plano ancho, aparentemente despojado pero donde siempre es posible que suceda, en segundo plano, algo terrible, una revelación o un ataque.
Dice Dao: Ahora, eso... nunca sucede, uno se queda siempre esperando?
Dijo además Crítica de la Argentina:
El segundo mérito del film es que estas ideas no las pronuncia nadie sino que surgen solas, a medida que comprendemos, en escorzo, los acontecimientos que narra el film.
Dice Dao: Ah, ya entiendo. No hay argumento, no hay ideas... O sea que se le hace campo orégano a la crítica cinematográfica, que puede lucirse diciendo cualquier cosa de la película! Le prestan a la mujer la cabeza que le falta! Un cuenco vacío, pasible de ser llenado por cualquier menjunje!
Así, Página12 ve “un film de fuertes implicancias políticas” y Clarín “una road movie sin mapa y sin ruta” (...) “una radiografía de cráneo”. Crítica se delira calificándolo de “un auténtico film de terror argentino”. Y La Nación amenaza con una nueva especie de virus: “Martel ofrece otra de esas radiografías humanas y sociales que perturban no tanto por lo que muestran, sino por la inquietud que contagian” (...gracias, yo paso, prefiero seguir sano).
Dios me libre de los críticos cinematográficos y de la Martel...
Sinceramente, lo lamento por Oesterheld. El Eternauta, en manos de la genial cineasta argentina, corre el riesgo de convertirse en una “sensación”.
a esta pelicula no la habian abucheado en cannes?
ResponderBorrarSí, Lucho. Por una vez, los europeos fueron menos snobs que los argentinos...
ResponderBorrarExcelente tu crítica de la crítica. Es magistral el oficio de que tiene esta gente para decir de mil modos elegantes que una película resulta incomprensible. La perla es "el espectador prefiere tener su sistema perceptivo organizado". Y... ¡sí!, jajaja. Aunque también está muy buena "una road movie sin mapa y sin ruta", que imagino como una comedia romántica sin romance o un policial negro sin investigación.
ResponderBorrarAgrego a la lista de los meros contadores de historias a los Coen, Hitchcock, Scorsese, Tarantino, Almodóvar, Gilliam. Y me pregunto: para vivir "una experiencia distinta", ¿no convendría probar con el peyote?
Saludos.
Sí, pero parece que la Martel está en contra de la despenalización de la tenencia de peyote, porque le quitaría público. Y se sabe que lo que dice la Martel es la niña santa... perdón: palabra santa.
ResponderBorrar(...qué hacés levantado a esta hora???)
La verdad es que tengo muchas ganas de ver la película de la Martel. Que le gustó a Gargarella, que es un gran constitucionalista, no sé si eso aporta algo: http://seminariogargarella.blogspot.com/2008/08/lucrecia.html
ResponderBorrarAhora: si la oposición es esa trivial pelotudez de Lumet... dejemonos de joder. Diga que aparece Marisa Tomei en pelotas, aunque contrapesada por el culo de Truman Capote, que si no era para pedir que me devuelvan los 12$ de la entrada.
Y encima, por desgracia, a los pocos días vi Wall-e, que es tan buena que me hizo creer otra vez que ese arte decadente y decimonónico del cinematógrafo tiene algo que ofrecer a la humanidad.
Uy, Fede! Ud. después del vinito de la presentación de anoche, debe haber seguido de juerga y le duran los efectos del pedo. Cuando esté sobrio, vuelva, que charlamos, eh...
ResponderBorrarAh, Fede... me fui al blog ese que menciona. Me divertí mucho. Gracias.
ResponderBorrarSi no podemos coincidir en gustos estéticos, coincidamos en gustos sobre derecho constitucional...
ResponderBorrarPero eso de Lumet... ¿cuántas películas más con tiempos mezclados piensan firmar los yankies? ¿Cuánto más van a recurrir a la vulgaridad imbécil de justificar cada conducta a partir de un psicologismo de revista Cosmopólitan? ¿Y porqué mierda no pueden filmar una película sin un revolver? ¿Quién les escribe los guiones, Charlton Heston?
Si lo que "pasa" en una película son esas boludeces, prefiero que no pase nada...
Vaya a ver Wall-e y conversamos.
Miguel:
ResponderBorrarSabés que a pesar de verduguearte a menudo (en joda) coincidimos en muchos aspectos.
No vi ninguna peli de Martel.No sé si tenés razón.Pero te recuerdo una cosa (bah...vos sos más chico que yo): Cuando aparecieron Bergman y Fellini, la gente y la crítica no los entendían.Hubo mesas redondas en TV donde los críticos, a favor y en contra, se rompían los cuernos.
Hoy las vemos y (creo) todos las entendemos.Con esto no quiero decir que Martel sea una adelantada.
Te deseo que te paguen U$A 10.000 por un papelito en una peli de ella.
Nor
Fede: con usté son más divertidas las divergencias. Está sobrio, ahora? Quiere hablar en serio de la película de Lumet? Lo de los tiempos mezclados cansa un poco, se lo acepto. Pero en este caso el recurso está utilizado con suma austeridad, y abona a una construcción muy hábil. Diría que más que la mezcla, se utiliza la fragmentación, brindando la dosis absolutamente necesaria de información para cada unidad de la trama. No siento que el psicologismo de manual que Ud. describe sea un punto central del argumento. Veo más bien una especie de determinismo trágico, que comienza desde el título (completo) mismo. Yo no creo que recrear algunos elementos de la tragedia griega (piense en Edipo), con una estructura narrativa perfecta, pueda asimilarse a la industria adocenada hollywoodense, de la que abomino tanto o más que usté. Ah... en toda tragedia hay al menos un asesinato, los griegos antiguos mataban con cuchillo, ahora... Y aclaro que esta interpretación no está sacada de la nada. Puede encontrarla en la película todo aquél que sepa o quiera ver. Ahora, si no se sabe o no se quiere ver, es posible que "Antes que el diablo sepa...", parezca una boludez. Y que resulte más cómodo inventar contenidos donde no existe nada.
ResponderBorrarDear Norber: Puedo enumerarte -siguiendo tu razonamiento- montones de casos en el arte donde se creyó estar frente a genios, que con el tiempo demostraron ser ídolos de barro. Ahora, si me pagaran diez lucas verdes por actuar en una película de la Martel, desde ya que borraría este post, incluídos todos los comentarios, disculpenme...
ResponderBorrarMe gusta tu crítica de la crítica. La parodia se logra sobre todo cuando repetís sus gestos: ellos no critican el producto que ven, la crítica ya la llevan hecha. Ahora, en general la actual crítica argentina le debe mucho más a sus intereses corporativos que a sus prejuicios. Vos invertís este orden (con L.M. por lo menos). Quizás hasta acertés y la Martel después de dos películas, como mínimo, interesantes, la haya pifiado en la tercera. Lo que me preocupa es lo que dice Lucho ¿en serio no gustó en Cannes? ¡Que quemo!... no la veo.
ResponderBorrarSaludos Alberto Wainer
Uf, la tengo piadosamente olvidada a la película de Lumet. Pero no vi tragicidad en ningún lado. Cada acto de ese par de salames (lo más inverosimil de la película es cómo les dio pelota Marisa Tomei) podría haber sido evitado. No veo lo inevitable del sino trágico, no es Antigona condenada a enterrar a sus hermanos aunque se derrumbe la ciudad. Si el gordo compraba merca más barata o el otro pelotudo se conseguía un laburo nos quedábamos sin película.
ResponderBorrarLo que dice Norberto es muy agudo. Yo no termino de tragar el poco Bergman que vi, incluso. Entre una alegoría y la nada, me baño en la nada. Pero eso, mi estimado DAO, bien puede ser una diferencia generacional entre un señor mayor como usted y un chico pop como yo.
¿Ya vio Wall-e?
Yo tengo hecha la crítica de antemano, pero por lo menos no digo que ví la película. Oso, vos tenías prohibido leer este post! Y mucho más prohibido venir a hacerte el irónico con un tema en el que sabés bien que no coincidimos en lo más mínimo!
ResponderBorrarFede: Yo veía películas como Wall-E hasta hace dos años, más o menos. Ahora mi hija ya es toda una adolescente, hecha y derecha y prefiere otro tipo de cine. De todos modos, cuando ud. haga memoria sobre la pelicula de Lumet, le prometo que la veo...
No fui librado de la tentación, prometo no recaer. A.W
ResponderBorrarNo fui librado de la tentación, prometo no recaer. A.W
ResponderBorrarTenés que repetirlo cien veces. Van dos, apenas...
ResponderBorrarNo fui librado de la tentación, prometo no recaer. (SIGO OTRO DÍA) A.W
ResponderBorrarno se si me gusta la martel, solo vi esa con graciela borges que al principio no me gustó, y después sí y después no sé, a las otras que hizo no me animé a verlas... pero sí le tengo fé con el eternauta. solo me intriga como va a zafar de los efectos especiales para hacer un mano decente o un gurbo creíble sin caer en el triste efecto de la gambeteada visual. lo que sí, a la canción de cuna del mano no se la veo bien a nadie.
ResponderBorrarJustamente, ésos y otros problemas me hacen pensar que El Eternauta está bien donde está, en la historieta... Porque la otra solución es que lo agarre Hollywood y ahí sí que cagamos del todo.
ResponderBorrarAcabo de ver "la mujer sin cabeza"
ResponderBorrarLo de Martel no es cine? Oh dios, quiero ver mas "no cine"! :)
Igual si te pareció que los rostros de Onetto eran inexpresivos y que los fuera de foco era porque Martel se quería hacer la loca, vamos muertos. Si, definitivamente ves otro cine, perfecto, pero que te preguntes si lo de Martel es cine es casi vergonzoso señor :)
Pero entiendo perfectamente a quienes no le gusta este tipo de cine, que nunca explota, que no pasan "grandes cosas". Pero bueno, para ud no "pasa nada" Para mí pasaban muchas cosas todo el tiempo, pero sería una discusión interminable y sin sentido. Solo quería decir eso para quien no la vió, vealá, vale la pena debatirtla :)
Ah, sí??? Voy corriendo a sacar entrada, entonces!!! (...pa' otra película)
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