En el caso se registran dos de esas coincidencias. La primera es que acababa de referirme a “Los Campanelli” (de yapa, otro afiche dibujado por Basurto, para la película de 1972) . La segunda es tener como compañero de elenco en "Illia" a Daniel Roncoli, un curioso de temas retro, como yo.
Empezaré por la segunda... Dani, además de un excelente actor, es escritor y periodista. Actualmente, se desempeña como columnista de “En Línea”, un programa que conduce Franco Bagnato y que se emite los sábados de 10 a 13 por Radio Continental.
Ayer, Daniel lanzó al aire una verdadera curiosidad. Se trataba, nada más ni nada menos, de una canción dedicada a Isidoro Cañones, que data de 1969 y nunca había sido difundida.
En dicho año se producían dos hits, para usar terminología de la época. Televisivo, el uno: “Los Campanelli” , historietístico, el otro: las “Locuras de Isidoro”, que habían arrancado en julio del anterior. Cómo se unen ambos? Veamos...
En el elenco de la ya mítica familia figuraba Tito Mendoza (sentado en el piso, en la foto), quien dos décadas más tarde interpretaría el personaje de un gay, en "Las gatitas y ratones de Porcel", otro éxito televisivo.
Tito Mendoza, a fines de los ’60, probó como tantos otros actores, la faceta de cantante. Y creó un tema que posiblemente hubiera resultado un boom (sigo con palabras a tono con la época) de no haber mediado la sempiterna tozudez de Dante Quinterno. Porque la canción se refería al personaje de su creación, al que se empezaba a pintar como el play-boy mayor de Buenos Aires, después de décadas de aparecer como perdedor. Se observará, sin embargo, que en la letra que reproduje en exclusiva en el post anterior se encuentran todavía vestigios del timbero que acompañaba al indio.
Quinterno, como haría después con el proyecto de la película que iba a protagonizar Santiago Bal (ver), le bajó el pulgar al tema musical.
Sospecho que la imagen del personaje que le devolvía la canción, si bien se ajustaba al remozamiento que experimentaba, le pareció demasiado cruda a su creador. Alguna razonabilidad hay que otorgarle. No era ése el Isidoro Cañones que él había imaginado como padrino de Patoruzú. El nuevo carácter surgió más bien de Mariano Juliá y de los advenedizos a EDQ.
(Agradezco infinitamente a Daniel Roncoli el haberme proporcionado la grabación del tema completo -en radio sólo se transmitió un fragmento-, un auténtico incunable)
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