Pi-Pío, como historieta, tiene varias particularidades. En primer lugar es la única que García Ferré desarrolló en forma integral durante ocho años, a razón de una página por semana (aún cuando en la última época se advierte la presencia de al menos un colaborador). Por otro lado, funcionó como usina de personajes para lo que fue después Producciones G.F.: allí nacieron
Hijitus,
Calculín,
Ovidio,
Oaky. Y principalmente... se trata de una historieta magistral, cumbre que jamás volvió a alcanzar Ferré con sus realizaciones posteriores.
Paradójicamente, los ferretianos, no solían ocuparse de ella, salvo para mencionar como curiosidad que era la cuna de Hijitus.
Hace un año, escribí un extenso informe sobre el tema (
ver) que terminaba con una exhortación a los seguidores de G.F. para que lo corrigieran y aumentaran con el material que poseyesen. Afortunadamente esto ha sucedido, al punto que los archivos que subí por esa época a
La Colección de Dao, hoy día resultan de una pobreza franciscana
(si es que siguen existiendo los franciscanos y continúan siendo pobres).
Carlos Carella empezó a publicar páginas sueltas de
Billiken, Paco-Pum hizo lo propio con las de
Petete, y Omarcitus sigue siendo consecuente en regalar día por medio las de
Anteojito, en forma secuencial.
Ahora, Gustavo Salo, quien había colaborado con
La Colección de Dao enviando los episodios de
Fuente Serena,
Los Piratas y la Isla Perdida, y los comienzos de la aventura en el
Fart-West, ha lanzado su propio blog de material de
Billiken:
El.completo.Pi-Pío.
Ya he reseñado la insólita historia de este argentino, que desde California se dedicó durante años a coleccionar los números de la revista aparecidos entre 1952 a 1960 (período en el que se publicó
Pi-Pío), y que ahora emprende la hazaña de escannear secuencialmente los episodios y compartirlos. Como he repetido varias veces, la primera versión de la historieta es insuperable, tanto por el color como por las adaptaciones -no siempre afortunadas- que se hicieron para la reedición en
Anteojito. Además, he descubierto ahora, confrontando ambas, que en la secuencia de la llegada a Egipto de
Paco-Pum y sus adláteres faltan (salvo que fuera una omisión del blog de Omarcitus, que ha sido mi referente para la comparación) tres páginas del original.
El trabajo de recopilación en la web de esta maravillosa historieta se está cumpliendo. Resta ahora que los que visitan asiduamente a Ferré, lo convenzan para que
Pi-Pío se edite completa (o al menos los episodios más memorables) en tomos. Dedíquense a pedirle eso muchachos, en vez de videos o muñequitos, y créanme que le harán un gran favor a la historieta argentina.
Ah... y que sea lo de
Billiken, eh!