Y POR EL MISMO PRECIO...

lunes, marzo 15, 2010

LOS DIARIOS Y LA HISTORIETA

Recuerdo que compré el primer número de Página 12, una mañana a fines de los ’80, en un kiosco de Capital, cuando vivía en Zárate, pero me quedaba a dormir allá, porque estaba ensayando como director una pieza de Williams, que estrené en el Payró. El diario le dio relevancia a ese estreno, como asimismo a “Paso de Dos”, de Tato Pavlovsky, en el que me desempeñaba como asistente de dirección de Laura Yusem. En este último caso, algunos directivos de Página inclusive integraban la producción del espectáculo. Aparte de estos vínculos, como lector, me sentía profundamente identificado con sus contenidos. Pero paulatinamente lo fui dejando de comprar. Quizá porque sentía como fatal la década de los ’90 –y lo fue. A partir de Kirchner, el diario se volvió casi-cuasi oficialista, y no me interesó en una época de poca confrontación. Volví a él con la feroz oposición a Cristina, porque es la única voz sensata, desde los medios, que se puede escuchar en la actualidad. Generalmente, consulto la edición digital, pero a veces lo compro. El viernes lo hice. Pasadas las secciones iniciales, me volvió a invadir una sensación de disgusto –que vengo experimentando desde hace un tiempo- con la mirada editorial de todo aquello que no es política. Una suerte de snobismo posmo y bienpensante, con una pizca de transgresión, que campea en el abordaje de lo social y cultural. Así llegué a la nota sobre Fierro. Fue la primera vez que se me ocurrió asociar la revista con el diario que la publica. Algo que resultaría obvio, pero que hasta ahora no había considerado. Tal como Macanudo es La Nación, Fierro es Página (como también lo es la tira de Rep). Todo lo que tiene Fierro de snob, se puede encontrar en el diario, y viceversa. La nota de marras aborda la novedad del álbum de figuritas. Comienza tomando la frase final del entrevistado Parés: “Fierro lanza el primer álbum de figuritas de la historieta argentina”. Falso, desde el vamos. Recuerdo al menos dos álbums referidos a la historieta argentina.
Uno de ellos, Canchita, dibujado por Saborido, estaba conformado íntegramente por personajes clásicos -mayoritariamente nacionales- convertidos en jugadores de fútbol. Parés siempre me cayó simpático, no sólo por su producción como creador, sino también por el rescate que hace de los grandes del pasado, en materia historietística. Pero Fierro lo pone al frente de algo que excede sus conocimientos, como él mismo reconoce en la nota. El segundo error es la forma de anunciar, desde la tapa, Chapitas de Fierro: “La historieta argentina desde los inicios hasta los 90’s”. Recorriendo el álbum caigo en la cuenta que los que figuran no son personajes de historieta, sino historietistas. No me voy a meter con las omisiones, porque siempre las hay. Me meto con el propósito. Lautaro Ortiz, firmante de la nota, afirma que se trata de “un collage que reúne toda la iconografía gráfica nacional” (en todo caso, sería a los autores de...), mientras que para Parés, que además desmiente esa pretensión, el álbum es “un gusto que uno se da”. La unión de estas dos aseveraciones constituye un ejemplo de ese snobismo posmo que describo: una reivindicación del capricho, pero con pretensiones trascendentes. Eso es Página desde lo cultural, y eso también es Fierro. En fin... a pesar de todo, seguiré siendo lector de Página y comprando la Fierro, es lo que hay. Los cronistas políticos no dejan de ser lúcidos, y en la revista, al menos, comenzó una historieta de Trillo que pinta muy bien.
Dentro de lo que hay, están también las ediciones de historietas en otros dos diarios, Perfil con Patoruzito y Clarín con el Corto.
Muy a mi pesar, tengo que reconocer la preeminencia de Clarín, en seriedad y calidad. Revisar el Corto, en una edición que invita a ello, es un muy buen ejercicio. Me sirve para aclarar que es lo que me gusta y no me gusta de esa gran creación del tano Pratt. No me gusta, por ejemplo, que atiborre de datos y personajes históricos los episodios breves. Termina cansándome y pierdo el hilo argumental, sobre todo cuando aborda el tema bélico, lo cual hace con demasiada frecuencia. Está bien para un relato extenso, como La Balada..., donde logra amalgamar el contexto histórico con la acción y los personajes, pero no para una treintena de páginas. Es magistral, en cambio, cuando en episodios breves, lo histórico es apenas el telón de fondo de caracteres interesantes, como es el caso del último volumen, que reúne “La laguna de los hermosos sueños” y “En el tinglado de la antigua farsa”. La primera confirma esa primera impresión que tuve de Pratt, cuando en un Billiken de los ’60, me encontré con el magistral tramo de Ann y Dan que narra el enfrentamiento del Teniente Tenton con un gorila, y su posterior alucinación. Nadie como el tano para manejar esa cuerda del delirio entremezclado con la realidad. Y en la segunda, el recurso del relato dentro del relato, alcanza la exquisitez.

Sigo comprando los tomos de Patoruzito a color, a pesar de la pésima selección de títulos, y de poseer algunos originales, como es el caso de “¡Guardaespaldas!”. Los releo con un poco más de interés que en su momento, ya que el color, aunque no es óptimo, ayuda a soportar los endebles guiones y el dibujo adocenado. Me llamó la atención en este número un salto narrativo, y fui a consultar el ejemplar de mi colección. Compruebo que han omitido dos tiras, una de ellas importante para la continuidad. O sea que del cacareado respeto a los originales, nada. Seguramente se encontraron en la edición de los ’70 con una publicidad menos, ergo, con una página más, y como no les entraba en el formato mutilaron al voleo, imitando las mañas que Editorial Universo viene teniendo desde hace décadas. Siendo así, casi que es mejor que hayan tomado esta etapa decadente, y no los grandes títulos de los ’60. Los hubieran arruinado.

6 comentarios:

  1. yo tenia 6 años y coleccionaba esas figus, asi que es de los 70.. en los ochenta salieron otras parecidas (esas seguro dibujadas por saborido) donde los personajes tenian frente y espalda, tengo unas cuantas que me quedaron, al album lo perdí, pero me quedaron las repetidas que doblé y pegué como corrspondía para jugar al futbol con botones y ballenitas.
    ese recuerdo me emociona... gracias

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  2. Ahora me hacés dudar. Yo estaba seguro que éstas eran las que les compraba a mis hijas, en los '80. Las busqué en la web, y las reconocí enseguida. Además está el detalle del árbitro, que era siempre Frankestein, y que corresponde a éstas. Por otra parte, no me cabe duda que éstas están dibujadas por Saborido. No podría tratarse de una reedición?

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  3. fijate acá..
    http://www.facebook.com/album.php?aid=2055313&id=1481292171&l=6602e62e73
    esas son las que tengo, en estos momentos estoy mudando y tengo un lio bárbaro..pero desps te paso otras..

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  4. Las ví. No son las que le compraba a mis hijas. En la Argenta, dicen que la de los jugadores parados son posteriores a "Canchita", que son las que muestro acá, y coinciden conmigo que salieron en los '80. Ahora, es posible que ambas fueran dibujadas por Saborido. Que tengas una mudanza lo más tranquila posible, y mucho ojo con el material de colección, que suele perderse.

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  5. Te cunto el 78 me vine a vivir a santa fe(con 7 años, soy de dic. del 70), vivia en cordoba (mas espcificamente en un peblito Ticino)y allí, en el pueblo, coleccionaba las figus de los personajes acostados, con el fondo de la cancha en la silueta. De allí me viene una irresistible atracción por los recortables y los albunes de figuritas. En sta fe coleccioné la de los personajes con espaldas, alrededor del 82 (malvinas es una referencia). Nada quita que en bs as las fechas sean diferentes. Tampoco nada quita que mi cerebro haya recibido un reformateo y tenga todas las fechas cambiadas.. No sé si nací mañana o es ayer que morí...

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  6. Claro, mis hijas son mucho menores. Una solución posible al enigma, es la que sugerís. Que se hayan distribuído antes en otras pcias., y después en la de Bs. As. Yo vivía en Zárate, por esa época.

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