Hace tres años, andaba enredado en discusiones acerca de la especificidad del lenguaje historietístico, el cual, a mi entender, es pensado con demasiada ligereza por muchos dibujantes, y a veces ni siquiera es pensado.
Uno de los subtemas que surgían era el de las diferencias de formato, y el condicionamiento temático y estético que tenía cada uno de ellos. En particular, siempre me interesó el de la tira periódica, con continuidad de personajes y situaciones. Una de sus exigencias es la consecuencia con el hilo narrativo, pero utilizando remates parciales, que a la vez que redondean cada tira, generan un gancho para que el lector se interese en el seguimiento. Algo muy difícil de resolver en pocos cuadritos, como los de la tira de un diario.
Téngase en cuenta que, en la actualidad, en las historietas seriadas de varias páginas que publica Fierro, ni siquiera se plantea la problemática. Se cortan los episodios de cualquier forma, de modo que cuando uno retoma la historia -si es que la retoma- ni siquiera recuerda de qué se trataba. Mi generación leyó la primera versión de El Eternauta en versión compilada, y la segunda, seriada en Skorpio. Así pudimos apreciar la maestría de Oesterheld en los cortes, tanto en una como en la otra. Lo que en la versión completa puede llegar a molestar, por detenimiento o reiteración de la acción, se entiende plenamente al seguir los episodios mes a mes. Lo mismo pasó con Trillo y El Loco Chávez, por ejemplo, en las tiras diarias de Clarín. Un argumento que se esgrime en defensa de los historietistas de Fierro, es que hoy día esas creaciones son pensadas originariamente para álbum integral. No me parece válido. Si es así, que defiendan ese formato de publicación. De lo contrario, tienen -a más de los guionistas clásicos- el referente de la novela o el teatro, en los que se usan capítulos, actos, cuadros y escenas, como separadores, dentro de una narrativa extensa.
Pero volviendo al 2007... se me ocurrió ponerme a prueba en el dominio de la técnica de construcción de una larga historieta, contada a través de cortos episodios. Fue así que comencé con El Regreso del Indio, en Las Tiras de Dao (ver). Aparte de ese propósito, jugué allí con una temática que me es cara: la relación de Dante Quinterno con sus criaturas. El argumento plantea la existencia de un Patoruzú real, en que el dibujante se inspira y decide ocultarlo. Hice presente toda la mitología del patagón, desde la aliteración del encierro de Upa en la cueva, hasta el incidente fundacional del Aguila de Oro. También planteé el primer crossover no paródico de la historieta cómica argentina: aparecen allí tanto personajes de Torino como de Mazzone. Obviamente, que la propuesta es esencialmente guionística, ya que en lo gráfico la técnica predominante es el afano, a más del collage y unos pocos mamarrachos propios. Comparada con lo que hago actualmente en Cachito y Tito, parece que en el medio hubiera tomado el curso de los 12 famosos dibujantes.
Fueron en total 93 entregas discontinuas, entre marzo del 2007 y abril del 2008, en la que quedó interrumpida, a la espera de algún dibujante que se interesase. Tomás Violi, con el que hicimos Otra Historia, para el último Día H (ver), quedó enganchado con la temática y prometió retomarla. Tranquilo con eso, usé el blog de Las Tiras de Dao, para Cachito y Tito (cuyo propósito -que parece estar encaminándose- es también el que la rehaga un dibujante en serio).
Finalmente hoy, Violi me envió la tira número 94 de El Regreso del Indio, que acabo de subir a Las_Tiras_de_Dao y que merecía este introito. Esperamos tener continuidad para finalizar la historia y complacer así a aquellos fieles seguidores que supo tener.
Lo que no te acordas es que en las discusiones sostenías que Tira e Historieta son dos cosas diferentes, géneros creo que le decías (¿?) o alguna pavada por el estilo.
ResponderBorrarY ahora hablas de “las diferencias de formato, y el condicionamiento temático y estético que tenía cada uno de ellos” lo cual era justamente lo que yo afirmaba.
Pero no importa, al final la cosa es simple: siempre tengo razón.
:-P
andacagá, Violi
ResponderBorrarLo que hacés es una absoluta banalización de mis argumentos. Yo sostengo que la palabra Historieta debe usarse para las aventuras extensas(yo hablo de Historieta Propiamente Dicha). Y si no, hay que inventar una que las denomine. Porque si hay chistes y hay tiras que se suponen comprendidas dentro de la historieta en general, si esta palabra se usa como denominador abarcativo de todas sus vertientes, qué son entonces, específicamente, El Eternauta, el Corto Maltés o las Andanzas de Patoruzú, eh? Cómo debe llamárselas? Novelas gráficas? Que se meta ese término en el upite, Eisner -con todo el respeto que me merece- o quien lo haya inventado! Aguante Spiegelman, que opina lo mismo que vengo predicando yo desde hace tiempo!
(...y lo que vos afirmás o dejés de afirmar me tiene, me tuvo y me tendrá sin el menor cuidado, dedicáte a dibujar y no intentes pensar, que no te sale bien)
ah.. y con la defensa de la historieta como género, se la gané a todos en la Argenta. A vos, a Accorsi, a Reggiani y a todos los que se hacen los culturosos. Si no seguí usando el término, es porque siempre aparece algún descolgado nuevo a cuestionar, y no tengo ganas de andar repitiendo argumentos. Lo mismo que con lo de "arte"... "y por qué la historieta no es arte, me podés explicar?". Que se vayan a tomar por culo, como Benedicto!
ResponderBorrarLa cosa es simple: siempre tengo razón.
ResponderBorrarLo importante de tu posteo es que me hizo dar cuenta que ya debo cambiar la foto.
Ahí está, mirá, boludo.
Ay, que bonito! Parecés un "artista"!
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