Y POR EL MISMO PRECIO...

sábado, octubre 02, 2010

REEDICIONES DE TORINO (2)

Hace poco, respecto al dato de la publicación de Spirit en Argentina, hablaba de una curiosa coincidencia. Me acaba de acontecer otra, que más que curiosa es extraña. Además, feliz y triste, al mismo tiempo.
En mayo de este año, a raíz del hallazgo del Nº 119 de El Conventillo de Don Nicola, escribí un post (ver).
En agosto vuelvo al tema, esta vez por la incorporación del Álbum de Vacaciones 1968 a mi colección (ver).
Y ahora, tengo la oportunidad de confrontar una página común a esos dos ejemplares, con su original (parte feliz).

Se trata de la página 12 completa de Conventillo Nº 119, que en el Álbum corresponde a la tira final de la 79 y a la inicial de la 80.
Ambas tiras han sido pegadas para la reestructuración de las páginas, lo que arroja como dato que el mismo original (procedente de la época de Aquí Está!) se usó para las dos ediciones. El único cambio notorio es que Don Nicola luce cabellera bajo la gorra. En el transcurso de “Tesoro en el Polo Norte” (reproducida en el Álbum) el personaje había quedado pelado, y dado que en Conventillo Nº 119 se toma como punto de partida el final de esa historia, el cambio de fisonomía hubiese resultado inexplicable, de no mediar el agregado de los tradicionales rizos.
El otro detalle a destacar es que si bien en las dos publicaciones -más allá de la ubicación de las páginas- la secuencia es idéntica, en la tira superior, la primera viñeta aparece agregada. Y la segunda y la tercera llevan injertados textos en los globitos (véase como tapan en parte la cabeza de Esculapio, y la aplicación de corrector en bordes). Por lo que muy probablemente, en Aquí Está! el regreso del Polo Norte, previo a la llegada definitiva al conventillo, sea todavía más extenso de lo que suponía en la última de las notas referenciadas.
Lo importante de todo esto, fuera de la curiosidad propia de coleccionistas, es la comprobación que para las reediciones -aún las más completas como la de los álbumes- Torino permitió que se adaptaran sus planchas originales de Aquí Está!. Y que a su vez, estas tiras ya modificadas, sufrieron nuevos cambios, en casos como éste (cabello de Don Nicola), en que se las volvió a publicar.
Lo descorazonador es que aún cuando se lograsen rescatar las planchas de algunas aventuras completas -tarea ímproba de por sí-, en pos de una eventual edición en libro, éstas no corresponderían a los originales utilizados para Aquí Está!.
Lo que me crea conflicto con mi postura contraria a la jerarquización artística de la historieta. Debo reconocer que si se la hubiera valorizado desde siempre, quizá los creadores del lenguaje hubieran respetado más -y hecho respetar- su propio trabajo.

2 comentarios:

  1. Interesantísima nota, Miguel. Muy bueno ese hallazgo de un original. Y realmente es una pena que con esas modificaciones se haya perdido para siempre la versión original. Como sabés, tengo toda esta aventura en Aqui está, cuando llegue a leer esta parte quizá pueda aportar algún dato.
    La del viaje al infierno comienza en 1940, cuando llegue ahí te doy más detalles. Es muy pero muy dificil precisar el final e inicio de las aventuras puesto que Torino hizo como una especie de gran novela de nunca acabar, hay personajes que aparecen para una historia en particular y luego siguen enganchados o reaparecen en alguna otra, etc. Otra cosa que estoy viendo bastante, en las revistas que llevo leídas, es que hay muchos gags autoconclusivos (y de los continuados también) que fueron redibujados o readaptados en "El conventillo de Don Nicola" o "Grandes aventuras". Hay mucho para hablar y me veo obligado a insistir o confirmar lo que aquí ya se ha dicho: lo mejor de Torino se encuentra en "Aquí está".-

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  2. Estoy empeñado en lograr la publicación de trabajos de Torino. Todavía hay mucho para recorrer, en varios aspectos. Uno es la recuperación de originales, que es casi indispensable para lograrlo. En algunos casos, como éste, habría que recurrir a lo publicado, para reconstruir la historia, si es que se puede lograr digitalmente equipararlos. En cuanto a la continuidad de los argumentos y personajes, lo he observado en las páginas de Aquí Está! que poseo, y resulta un caso similar al Pi-Pío de Ferré, o al Arthur de Cézard, en la primera época. De algún modo, también pasaba con las tiras de Patoruzú en diarios, que sin embargo pudieron ser reeditadas en forma independiente, eliminando enlaces entre aventura y aventura. Da una impresión de historia de nunca acabar, pero si se adopta el criterio de unidades temáticas, pueden llegar a identificarse y dividirse perfectamente.

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