El gran Luis J. Medrano, con una ingeniosa tira, cuyo título denota el mecanismo: se asimila a una serie de tres fotografías, una de las cuales, la del medio, se vela. Entonces, vemos sólo el planteo y el remate, sin pasar por el desarrollo (ahorrándose así, de paso, el dibujante, el trabajo de un cuadrito).
He visto bastante material de Medrano en estos últimos tiempos (aunque no esta tira en particular) y creo que no sólo es un tipo muy inteligente, sino que valora y respeta la inteligencia de sus lectores...igualito que ahora en algunos programas de tv, no?
ResponderBorrarEste tipo de humor apelaba a que el receptor completara. En las tiras, hay varias que utilizaban el mecanismo de una narrativa particular y constante, una suerte de métrica que condicionaba al dibujante, al tiempo que obligaba al lector a entrar en el código. Por ejemplo, hace un tiempo, descubrí Jacinto Piesfelices, de Cao y ahora justamente estoy por subir Contó Hasta Diez, de Mazzone, que tiene puntos de contacto con El Minuto Fatal, otro buen exponente del estilo.
ResponderBorrarEstas tiras se contraponían a las de personajes fuertes y unidimensionales (de los que se hacía abuso), y eran además, eminentemente visuales, o sea que utilizaban lo más genuino del lenguaje. No como ahora, que agarrás la última página de Clarín y casi todo es gag verbal.
Y sí, Luis... se podrá decir que era un humor ingenuo, y todo lo que se quiera, pero la inteligencia estaba presente en ambos lados del mostrador: elaboraba el creador y elaboraba el público.
Mi infancia estuvo limitada (en lo periodístico) al diario La Nación (hasta que La Opinión y Sábat me abrieron la ventana). Dentro de esos límites, los Grafodramas de Medrano fueron una escuela de inteligencia y buen gusto (aunque un poco conservador, claro).
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