Y POR EL MISMO PRECIO...

domingo, enero 09, 2011

NICOLA SHOW 71 (tiras 21 al 40, de 118)

No me resigno a dejar de hacer algunos apuntes, aún conciente de que el verdadero atractivo para la mayoría de los visitantes de este blog radica en las imágenes.
En el fragmento que subo, se registran dos actualizaciones de textos. En la tira 24, cuando Esculapio dice “...usted cumplió los veinticinco cuando llegó Cristóbal Colón”, en el original se cita al “Plus Ultra”, un hidroavión que partió de España y arribó a Bs. As. el 26 de Febrero de 1926. Resulta curioso que para los ’70 la referencia todavía fuera comprensible, y unos cuantos años más tarde, para la reedición, ya no. Supongo que se debe a que el vendaval de esa agitada década barrió con la historia menuda anterior.
El otro cambio es el de la tira 31 (*), donde en el original, el inquilino menciona a “Los Campanelli”, popular programa televisivo de ficción, que se transmitía los domingos a mediodía.
En cambio, la tira 27, en que se alude a Susana Giménez, permaneció inalterada. Incluso hoy, podría seguir así. Inexplicable vigencia de ídolos inexplicablemente populares.
Más allá de estos remozamientos -intrascendentes para quien no posea mi grado de obsesividad- me interesa destacar una faceta narrativa de Torino, que conservó desde la etapa de Aquí Está!. En Conventillo de aquella revista, como en cualquier otra tira en (continuará) de la época, era necesario complacer a dos tipos de lectores: el que seguía la historia, y el esporádico. Para eso, resultaba imprescindible un equilibrio entre los gags, que brindaban remates parciales a cada entrega, y el progreso del hilo argumental. Torino tuvo siempre un excelente manejo de este difícil mecanismo, superando incluso a Quinterno en dicho aspecto. La prueba está en que si se leen de corrido las aventuras de Patoruzú en El Mundo, suelen producir cierta sensación de estancamiento y reiteración, lo que no sucede con las de Don Nicola.
En estas páginas de "Nicola Show 71", aún estando concebido el episodio para su publicación como unitario,  se ve como la antedicha dualidad narrativa sigue funcionando de manera soberbia. Los incidentes cómicos que giran alrededor del armado del concurso, van haciendo crecer la magnitud del mismo, al tiempo que generan suspenso acerca de los inconvenientes que puede llegar a acarrear.
Por eso me causan gracia los lectores que reclaman a Fierro historietas completas, porque de un mes a otro se olvidan de la trama, y los historietistas que se defienden con la excusa que esas historias fueron concebidas para publicarse integralmente en álbum. Unos y otros tendrían tanto que aprender de Torino y otros clásicos, si supieran que existieron, y sospecharan al menos que el lenguaje de la narración tiene leyes que ellos desconocen por completo.
Pero ya me fui por las ramas. A los pocos que no saltearon estas líneas, los libero para que sigan disfrutando del conventillo...
(*) En el cuadrito final de la misma tira, nótese que Esculapio lee Fabián Leyes, otro título de Cielosur, editorial a la que Torino acababa de ingresar, dando de baja la propia.

 
 
 

4 comentarios:

  1. Es cierto que las tiras unitarias de Quinterno que se leian de corrido tendian a repetirse. Del ultimo cuadrito de una tira al primero de la siguiente siempre existia una reiteracion en el argumento que hacia mucho mas extensa y cansadora la lectura.
    Algo similar me ocurria con algunos tomos que leia de Popeye. Claramente se notaba que eran tiras
    diarias que luego se recopilaban en un solo album para ofrecer la aventura completa.
    En las tiras que pude leer de conventillo - generosamente posteados en el blog "releyendo Historietas" - esos detalles estan mejor resueltos, y de una entrega a otra la lectura fluye mucho mas agil.
    Al menos en lo poco que he podido leer, coincido en que Torino manejaba mucho mejor las transiciones entre una tira y otra.
    De cualquier forma no lo considero una carencia de Quinterno, mas bien una estrategia o forma de presentar las aventuras del indio.
    De hecho, cuando algunas de esas publicaciones diarias se convirtieron en "andanzas" fueron redibujadas para eliminar esas reitaraciones.
    Una vez mas, gracias por escanear este tipo de historias.
    Saludos
    Eduardo

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  2. No sólo me refería al enlace entre una entrega y otra, Eduardo. Por ahí, en algún momento, desarrollo el tema con ejemplos, como se merece, pero lo central radica, a mi criterio, en que para Quinterno a menudo lo argumental resultaba un pretexto para meter gags, en tanto que en Torino eran funcionales a la línea de acción. Fijáte que la dupla Lovato-Repetto, que sucede a Quinterno en las tiras de Patoruzú en El Mundo, sigue los mismos lineamientos que él, en cuanto a los remates parciales, y sin embargo, las historias empiezan a cobrar preponderancia. Tiro apenas un ejemplo de la concepción de Quinterno: un engendro encerrado en secreto en una cueva por el propio padre, y el descubrimiento por el otro hijo. Como idea argumental es brillante. Pero Quinterno no le da el desarrollo que merecía. La agota rápidamente en unas pocas páginas, para tratar en extenso, y con verdadero entusiasmo, las tropelías de Upa en la ciudad, que no son más que una larga sucesión de gags. Hasta que desemboca en otro breve tramo argumental -el del rapto-, y ahí de vuelta a innumerables gags. Al principio, con una débil hilación con el circo, para terminar desentendiéndose de ese ámbito por completo, hasta llegar al remate final del bautismo. En Torino, se observan sí, transiciones -cortas- de gags entre una historia y otra. Pero la diferencia radica en que cuando arranca el nuevo episodio, se explora a fondo hasta el final. No me cabe duda que las tiras cómicas del indio en El Mundo, leídas día a día, resultaban sumamente efectivas. Quizá más que las de Conventillo en Aquí Está!. Pero en el plano historietístico, para mí, ganaba Torino.

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  3. ah... y yo te agradezco a vos que en vez de ir sólo a las páginas posteadas, como hace la mayoría, te intereses también en mis apuntes

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  4. Otra aclaración...
    El ejemplo que puse, justamente, no tenía por qué constreñirse a la métrica de la tira diaria. "Upa y el Misterio de la Gruta" fue concebido especialmente para la revista semanal. Lo que reafirma que no se trataba de una estrategia de Quinterno, sino de un mecanismo narrativo incorporado.

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