En estas páginas, y
en las que seguirán, se comprueba la maestría narrativa de Torino. Sólo él era
capaz de pasar, con unas pocas viñetas de diferencia, del costumbrismo a la
ciencia-ficción, y hacerlo verosímil. Eso, sin olvidar que en el medio está la
historia de un amor imposible, y hasta ribetes de intriga policial. Y encima,
ironiza sobre la mujer ideal, sugiriendo que puede terminar pareciéndose a
cualquiera. Así, hasta llegar a un final de antología.
Programé diez tiras
diarias, para que tengan con que entretenerse acá durante mis vacaciones.Uno saluto a la mochachada, diría Don Nicola.
Felices vacaciones, Miguel.
ResponderBorrarSaludos
Eduardo
Gracias, querido! (...igual, no dejo de responer comentarios, como verás)
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