Un extraterrestre llega en una cápsula espacial a la Tierra, en el mismo momento que estalla su planeta natal, desarrollando en éste poderes especiales.
Un niño presencia el asesinato de sus padres y utiliza la fortuna heredada para combatir la delincuencia con un disfraz de murciélago.
Estas dos tramas, de una simplicidad absoluta, contenían en germen centenares de historias que fueron explotadas durante décadas.
A medida que el lenguaje de las comiquitas iba modificándose, se reformulaban una y otra vez esos y otros inicios. A veces con fortuna, otras cayendo en el ridículo total.
Es el caso de JLA - Año I.
No cabe duda que los guionistas Waid y Agustyn son frikis que conocen desde chicos, de pé a pá, toda la saga de la Liga y sus prototipos inclusive, como la Sociedad de la Justicia de América y la Patrulla Condenada.
Con la fatal influencia de Watchmen, arman con todo eso un cóctel indigesto.
Como en el caso de
"La Torre de Babel", compré este tomo por su complemento, la reedición de la historia del origen de la Liga, publicada en 1962, luego que hiciese su primera aparición, dos años antes.
Si uno contrasta ese guión, de menos de una treintena de páginas, con el centenar -calculo- restante, salta a la vista su contundente efectividad. El otro -de fin de siglo- no sólo se hace de chicle, sino que por momentos parece pertenecer, más que al género de súper héroes, al romántico que consumían las chicas, tipo "Susy, secretos del corazón".
Siempre me pareció fatal la "psicologización" de los enmascarados que leía de pibe sin necesidad de justificar nada, sin preocuparme de su verosimilitud, dejando volar la imaginación junto con ellos, simplemente.
Debo reconocer que hay algunas pocas excepciones que justifican el vuelco, la revisión, el ahondamiento de las tramas originales.
No es el caso, en absoluto, repito.