En un puestito del Mercado de San Telmo, encontré arrumbado entre porquerías tipo Condorito, un ejemplar de El Conventillo de Don Nicola Nº 123 -marzo del ’71-, franja de numeración que aparece muy poco, seguramente por la baja tirada que tenía en esa época de decadencia. Joya absoluta.
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Se notará que el logo con bandas blancas imita al de las publicaciones de Quinterno de la época (sobre todo Correrías) y preanuncia el de Cielosur, que resultó más elaborado. |
Inmediatamente anterior al relanzamiento de Cielosur, pero ya con Torino poniéndose las pilas y volviendo a tomar el lápiz que había dejado demasiado tiempo en las rutinarias manos de Mazza y otros peores que Mazza. El material de la revista le pertenece íntegramente. “El gran golpe” está dibujada especialmente para esa edición y ocupa la mitad de las páginas. El resto es un episodio de Barrabás que no recuerdo -seguramente re edición de las historietas cortas del personaje, aparecidas en el primer tiempo de La Barra de Pascualín-, y “Viaje al infierno”, argumento original de Aquí Está (de 1940), redibujado por el propio Torino en los ’60. Creo que la primera aparición fue en un suplemento de Tric y Trake. Hacía tiempo que lo buscaba. Casi diría que me gusta más que el original. Ojo, es menester aclarar que hubo otra versión posterior, que es la que más se reeditó, pero destrozada por un dibujante manco de las dos manos.
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La modalidad de (continuará) de Conventillo, en Aquí Está, hace que el planteo argumental se resuelva en pocas viñetas (la imagen fue digitalizada por Hernán Schneider) |
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El (continuará) de Aquí Está! era permanente, y aunque se podían distinguir con facilidad los inicios y cierres de cada capítulo, implicaba muchas veces continuidad de personajes episódicos. El loro, las chicas y Sansón, el enano del circo, en el caso de "Viaje al Infierno". Esto sin duda, ha sido determinante para que Torino la adaptara y redibujara integralmente.Lo cual, a mi criterio, ha resultado afortunado, ya que por los '60 Torino se hallaba en plena madurez creativa. |
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Opino que también el argumento, al tener más desarrollo, ha resultado favorecido. |
Por los '80 aparece este engendro de re-versión, dibujada vaya a saber por quién. Elijo apenas -para no lastimar la vista- algunas viñetas conservadas, aunque con torpe imitación, de la anterior.
Precisamente, Miguel. Este es una de las últimas Conventillo de Ediciones Torino. La Nº 124 (en mi poder) es muy similar en cuanto a diseño de tapa y contenidos y también es de Ediciones Torino. Tengo también de esa franja la Nº 128 que ya es de Cielosur, así que el cambio de editor se produjo en ese invierno de 1971. Aprovecho para dejarte unos saludos de fin de año y preguntarte si ya descubriste por qué la primera publicación de Ediciones Torino fue Pascualín y no Don Nicola, jua jua. abrazo.
ResponderBorrarme parece que el dibujante de la ultima version era satti
ResponderBorrarHola, Hernán. En realidad Torino empezó con Aventuras de Don Nicola, aunque no con sello propio. Saco unos pocos números, por lo que no le fue bien. Supongo que a la hora de arrancar con Ediciones Torino, habrá especulado que Pascualín, que venía de Avivato, estaba más fresco en la memoria del público.
ResponderBorrarPablo: echemos un piadoso manto de olvido sobre ess dibujante...
ResponderBorrarLo que pasó, Miguel, es más sencillo de explicar. Al lanzar el primer número de La Barra de Pascualín (Junio de 1958), Las aventuras de Don Nicola, con Vicente Mamut como editor, todavía seguían en la calle puesto que el primer número, de acuerdo a mis cálculos (muy calculados) data de diciembre de 1957. En el quinto número de La barra, Torino incorpora a Don Nicola a esta revista, seguramente porque allí tocó fin la publicación de Mamut.
ResponderBorrarSí, es posible. Supongo que tendrás datos para calcular la fecha de Las aventuras y su periodicidad. El nro. 1, que es el que yo tengo, no trae. De todos modos, aún siendo como decís, Torino podía haber esperado finalizar o dar fin a esa aventura editorial, evidentemente de poca monta. Yo estoy convencido que no le tenía demasiada fe a Don Nicola y que podía pensar que Pascualín era un título más potable por venir de una revista de gran tirada, como Avivato. Así y todo lo saca del ámbito barrial y/o fantástico y lo sitúa en el Far West. A Torino le criticaron demasiado el costumbrismo, creo que ahí está la clave del descuido permanente que tuvo con su mayor creación, Don Nicola. El mismo ha mencionado esto en algún reportaje.
ResponderBorrarMiguel, la revista editada por Mamut era mensual. Yo también tengo la 1 y si no fuera por los chantas de M. Libre tendría las 5 o 6 primeras que salieron (Me birlaron una compra ofertada, cosa de locos!). Discrepo solo en lo referente a que Torino le tenía más fé a Pascualín. Por ejemplo, si te ponés a hojear los primeros (magníficos) números de La barra de Pascualín, queda claro que desde que se incorpora el tano en la quinta edición, Pascualín va quedando en un segundo plano porque Don Nicola lo aplasta. También creo que tuvo que ver, y en eso coincido plenamente, la mala decisión de sacar a Pascualín de su ámbito y hacer esas mediocres aventuras en el far-west. Amo el costumbrismo de Torino, ¿se nota?. Saludos, po.
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