Los sábados a la mañana me gusta salir a pescar.
Hoy tiré el anzuelo en mi librería de viejo de cabecera.
Dada la malaria reinante, vienen apareciendo lindos lotes.
Un libro de Súperman, seis ejemplares de principios de los '70, y una de las pocas Skorpio que me faltan para completar la colección (por suerte, llevaba encima la lista de faltantes).
Suelo tomar como índice de referencia el precio del café.
Digamos que en este caso -regateo mediante y con tarjeta- saqué todo el lote por diez pocillos chicos, en un bar de mala muerte.
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