CINE AL DIA: "DILLINGER E MORTO", DE MARCO FERRERI

Descubrí a Ferreri con "La gran comilona", promediando los '70. A partir de ahí, busqué todo lo que viniera de él, para adelante y para atrás. Así, me pude deleitar con "El pisito", "El cochecito" o "La audiencia". Entre mis deudas con el gran maestro descubierto en la adolescencia estaba "Dillinger è morto".

La acabo de ver. Y celebro la demora.

La alienación que pintaba Ferreri hace 37 años se puede entender con mucha más claridad hoy en día.

Hay un prólogo simbólico, si se quiere. Michel Piccoli encarna a un diseñador que observa un experimento de personas con máscaras, encerradas en gabinetes.

Un colaborador le lee el borrador de un ensayo sobre el tema.

Pero lo interesante viene después...

Piccoli llega a su casa. Rechaza lo que le han dejado para cenar, y mientras se prepara otro plato con refinamientos de cheff, encuentra un arma envuelta en un viejo diario que anuncia la muerte del mítico bandido.

Durante la mayor parte de la película se dedica a desarmar, limpiar y volver a armar esa pistola.

Además, ve televisión, proyecta extrañas cintas de súper '8 grabadas por él mismo, escucha radio, juega con un grabador...

Todo en soledad. Casi no hay diálogos.

Viendo las cintas -sus manos danzando, el repetido mohín sensual de una mujer-, interactúa con las imágenes y roza el autoerotismo.

Pero no se llega a esa obviedad: el único acto compartido es el sexual con la sirvienta, mientras su aburrida mujer duerme.

Claro que nada mas lejano a la pasión que esa encamada.

Son objetos tecnológicos los que colman la vida del personaje.

Reconstruída el arma -y pintada de rojo con lunares blancos-, juega con ella.

Juega a apuntar a distintos lugares, a la sirvienta, a suicidarse...

Finalmente, siempre jugando, le dispara varios tiros a su mujer dormida.

Amanece y sale de su casa con lo puesto. Busca el mar, se desnuda, se tira a nadar.

En un yate se está realizando la ceremonia fúnebre del cocinero de a bordo.

Cuando lo arrojan al mar, Piccoli sube. Se propone como reemplazante. Lo aceptan.

El yate parte rumbo a Tahití.

Lo primero que se me ocurrió es que si Ferreri fuera recordado como se merece, un bodrio nacional como "El custodio" no se habría llevado tantos elogios.

Después pensé que en la actualidad, encima, existen el vídeo, el DVD, la tele en color e internet.

Son las 2:30 de la madrugada, cuando estoy escribiendo esto frente a la PC, no bien haber terminado de ver la película en este mismo monitor.

Cené -cocino bastante bien- hace un par de horas.

Escucho un compact.

Mi mujer duerme.

Me pregunto: habrá un arma en casa???

(eso sí... sirvienta con cama adentro no tengo... con más razón, todavía).