El pequeño detective anda tras la pista de un falsificador de dinero y descubre que para consumar el delito se usó una editorial, dedicada a imprimir ejemplares de Capicúa.
Luego, y gracias a Pocoseso, llega hasta el mismo falsificador que resulta ser “Torinín”, el mejor dibujante de la editorial.
Reproduzco aquí estas páginas. Para el disfrute.
me gustaba mas la cabesera de antes.....
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