Si bien acuerda conmigo en que pueden leerse distintos contenidos a partir del género historietístico, Violi objeta que mi comentario, al estilo Dorfman, sobre “Los tres caballeros cabalgan de nuevo” es falaz y atrasa 30 años, dado que la susodicha historieta data del 2000, y ya la industria de Disney se ha adecuado a los tiempos que corren, siendo sus mensajes ahora “políticamente correctos”. No insisto con lo que le contesté -si quieren lo buscan-, porque si trato aquí su comentario es en su condición de disparador de una reflexión acerca de ciertos mecanismos de razonamiento, que exceden a Violi y que forman parte de la época en que vivimos. No lo restrinjo ya a una generación determinada, porque parece abarcar un poco más, como lo apunté en la citada respuesta.
La cosa se presenta así: Violi no es tan negado, como otros, como para no admitir que todo producto cultural refleja, de alguna manera, el socio-histórico que lo genera. Pero enseguida contrapone el argumento de la readecuación del discurso disneyniano. Desde allí afirma que basta leer la historieta en cuestión para darse cuenta.
Y no es así: la historieta revela otra cosa. Lo noté su momento, cuando apareció en el tomo de Clarín, mas allá de la respuesta puntual al infantil razonamiento de Blanco, y lo ratifico revisándola ahora.
Dorfman analiza en los ‘70, a partir de las revistas de la época, las recurrentes aventuras donde Donald y sus sobrinos, bajo el comando de Rico Mc Pato, salen a la caza de tesoros perdidos en pueblos “primitivos”, a los que dichas riquezas no sirven para nada. Y lo asimila a la naturalización del apropiamiento capitalista de los recursos naturales de sociedades sub-desarrolladas.
En “Los tres caballeros cabalgan de nuevo” también hay un tesoro, y en tierra mexicana. Queda claro en el argumento que los datos para llegar a él los posee el nativo Panchito, y que viene de sus ancestros. Es decir, tiene conciencia del valor y no hay dudas que pertenece a su tierra. Sin embargo, decide “generosamente” compartir el tesoro con José Carioca y Donald, quienes lo ayudaron a hallar la riqueza y cooperarán protegiéndola de “los bandidos”. “Los bandidos” en cuestión se singularizan, en realidad, en un mexicano. Finalmente, resulta que el tesoro no es tal.
Apliquemos ahora las herramientas -un tanto oxidadas por el desuso- de Dorfman y veamos si existe aquí un discurso “políticamente correcto”:
-La riqueza latinoamericana debe compartirse, como comparten los amigos entre sí, con los hermanos del continente.
-Los “bandidos” son los nativos que la quieren para sí únicamente.
-Los nativos no podrían, de todas maneras, arreglárselas solos para acceder a ella, necesitan ayuda foránea.
-Trabajemos en cooperación y todos saldremos beneficiados.
- En cuanto a la “ayuda” brindada por los extranjeros, implica el riesgo que, luego de aportar los recursos necesarios para acceder a la riqueza, termine siendo deficitaria (pobres).
Es éste un mensaje “políticamente correcto”? Para los yankees, sin duda!!!
Claro que hay una readecuación, pero a las modalidades de funcionamiento actual del capitalismo!!! Y me reservo los roles que juegan ahí México, Brasil y EEUU, para no abundar.
Entonces, de dónde surge esto de que las industrias Disney han corregido sus contenidos? Supongo que de algo que alguien habrá tirado en algún momento, vaya a saber en qué contexto y que se convirtió en dato que anda circulando por ahí como verdad aceptada. Dato que de todas maneras, se da de cabeza con la primera aceptación de Violi, acerca de la inevitabilidad de reflejar el socio-histórico en un producto cultural. Parece, en consecuencia, que este aserto, más que auténtica convicción, funcionara también como dato, como discurso “políticamente correcto”, de alguien que maneja un poco más de información que otros.
Este es el problema que me preocupa, y que esbocé en la respuesta al amigo Violi. Vivimos en una cultura de “datos”, que se aceptan o no de acuerdo al prestigio de quien los emite, y del valor que puedan ostentar en los círculos en que uno se mueva. Es indiferente que algunos posean más y otros menos. Que frecuenten ambientes cavernarios u otros un poco menos retrógrados.
Lo importante es que estos datos no se cruzan entre sí, no se relacionan, no se ponen en crisis. Valen como compartimentos estancos, como “verdades” separadas que nadie advierte como posiblemente contradictorias. Sirven para ser usados en una ocasión o en otra, sin preocuparse de que guarden coherencia entre ellos. Es decir, la negación absoluta del pensamiento.
Y este blog, si de algo trata, es de la promoción del pensamiento. No de historieta, ni de política. Ni de datos. De eso, la web está llena.
De historietas yo sé muy poco, así que no voy a opinar. Solo me gustaría señalar un elemento que me parece significativo. La discusión entre Miguel y Violi se concentra en un punto: dilucidar si en una historieta actual de Disney se "refleja" o no la ideología capitalista en su versión "EEUU".
ResponderBorrarAl refutar a Violi, Miguel busca pruebas que remiten a la versión de esa ideología que coincide con lo que se veía en los 70.
Por lo que dice Miguel, esto es innegable y está bien rastrearlo. De todos modos, no sé si esos momentos de la historieta son los más interesantes para analizar su ideología hoy, ya que saltan a la vista aún al lector más desprevenido (no claramente a Amillan, que se negaría por completo a ellos)
A mi me parece que quizá un camino importante de análisis resulta de fijar la atención en la incorporación de una mirada "políticamente correcta" a estas mismas historietas. La incorporación de lo "políticamente correcto", la "tolerancia" por la diferencia, el "respeto" a las minorías, etc., son los mejores indicios para observar cómo ha mutado el capitalismo y el modo en que ha sofisticado sus mecanismos de control (puede darse el lujo de ser tolerante!).
Si mi querido Miguel tuviera la deferencia de mirar por mi cómo se ve eso en las historietas actuales y subir algunos cuadritos, yo lo disfrutaría mucho.
¿MONOLOGO DE DAO?
ResponderBorrarAviso, voy a hacer un análisis ridículo:
ResponderBorrar“Leí una historieta completamente gorila.
Trascurre en un Buenos Aires desolado por una invasión, donde las personas se atacan entre ellas para sobrevivir en un clima de caos. Hasta que llega el Ejército Argentino en el rol de organizador, Las palabras que el autor pone en boca de un personaje (Favalli) son exactamente: “es una gran cosa que haya un núcleo organizado capaz de agrupar a los sobrevivientes y de evitar que se maten unos a otros” (Vale aclarar que Favalli es el personaje sabio y más racional, cuyas conclusiones y consejos siempre son acertados)
Se nos presenta así al Ejército como único salvador capaz de poner cordura en medio del caos, una forma abierta de respaldar los discursos golpistas. Una forma sutil de legitimar los golpes de Estado que siempre dicen proceder para poner orden en tiempos agitados.
Luego la historia va cobrando tintes aún más macabros, astutamente el autor pone las mayores hazañas en manos de los milicianos civiles (así el lector se identifica con ellos) comandado por Juan Salvo. Aquí vale aclarar que todos los civiles son de clase media conformista y/o trabajadores conformistas (un tornero, un científico, un padre de familia, etc). Tan conformistas que siempre los mandan al frente de batalla (a lo que sería una muerte segura) pero muy lejos de mostrar rebeldía lo entienden y lo aceptan.
Nada mejor que las propias palabras de Juan Salvo: “Mis milicianos me siguieron sin mucho orden pero con decisión ejemplar: ninguno se quedó atrás. Y eso que todos se daban perfecta cuenta de que nos usaban como fuerza de choque, como la más barata carne de cañón: los milicianos eran hombres sin instrucción militar y por lo tanto era mejor que murieran ellos y no los soldados expertos…”
Bueno de a poco vamos conociendo al enemigo, son los “ellos” que no es más que una metáfora del comunismo. Blablabla.”
Podría seguir pero me aburrí de escribir.
Obviamente todo este análisis es ridículo, todos sabemos que Oesterheld era montonero y que junto a sus hijas engrosa la lista de los desaparecidos.
Lo que trate de ilustrar es que el análisis de una obra habla más de la persona que la analiza que de la obra en si, uno ve lo que quiere ver.
Hilando fino y analizando en detalle se puede hallar cualquier cosa, el análisis de Dao sobre “los tres caballeros” no habla de los prejuicios del autor (Don Rosa) habla de los prejuicios de Dao hacia la Disney Company.
Miguel:
Si queres buscar ideología y política en historietas leete estos comics:
“Superman Red Son” de Mark Millar.
“The Ultimate V1” y “The Ultimates V2” también de Mark Millar.
Lo Guggleas y se encuentran fácil en descarga directa.
Mi querida Laura! Que bueno que andes por acá! Un soplo de inteligencia, que refresca la canícula generada por la mayoría de mis lectores! No niego, claro, que en los aspectos que mencionás pueda existir en las historietas yankees actuales lo "políticamente correcto", y te voy a dedicar un post con eso. Lo que te discuto, m´hija, es que en el capitalismo mismo eso exista. Bush masacra pueblos, culturas, cree que la homosexualidad es una enfermedad, quiere imponer el creacionismo sobre el evolucionismo... podría seguir, pero me inclinaría definitivamente hacia lo político y Amillan me va a retar.
ResponderBorrarJUUUUUUUUUUAAAAAAA!!! ME HICISTE CAGAR DE RISA, VIOLI!!! TU ANALISIS ES REALMENTE INGENIOSO Y DIVERTIDO!!! Pero "falaz", mi querido Violi, para usar tu calificación, en el sentido de lo que querés demostrar. Vos mismo apuntás "todos sabemos que Oesterheld era montonero y que junto a sus hijas engrosa la lista de los desaparecidos". Del mismo modo, todos sabemos lo que ha sido y es la Disney Company (habrá que ponerlo así, no? no sea que me acusen de creer que el viejo Walt está descongelado). Y que Don Rosa es apenas un eslabón de la cadena, al decir de Uderzo. Ese es, claro, el contexto de mi análisis, que recoge la referencia histórica de Dorfman.
ResponderBorrarJajajaja, Lau es un monólogo de Dao?
ResponderBorrarPuede ser porque lau es hija de Dao, y quizá simplemente un engendro de su mente atormentada!
1) A mí en principio no me parece tan descabellada la lectura de Violi... No porque crea que Oesterheld era un facho, sino porque permite pensar el coqueteo que montoneros y otras organizaciones tenían con la forma "militar" de resolución de problemas políticos. Es decir, El Eternauta refleja una forma de ver la coyuntura (la invasión como máquina ideológica sin "sujeto culpable", y con el enemigo en tanto sujeto como una cadena de sometimiento) y la resistencia reaccionando de forma violenta porque no hay otra opción ante la inaudita violencia del enemigo; con un sujeto en la vanguardia de la resistencia que es el obrero y la clase media (esta última incorporada más como deseo que como posibilidad real), y que, como dice Violi, deberá dejar su pellejo en la lucha, mucho más pellejo, cuanta menos capacidad tenga de ser una cabeza conductora y pensante de la resistencia (¿pero no es eso lo que pasó en montoneros en la relación entre los militantes de base y la conducción?)
En ultima instancia, la lectura abre posibilidades para re-pensar la ideología de montoneros y su opción política... ¿O El eternauta es intocable porque su autor está muerto?
2) Yo no afirmo que en el capitalismo exista lo “políticamente correcto”! Lo que a mí me interesa pensar es la incorporación en el discurso del capitalismo de las formas de lo políticamente correcto, la incorporación de la supuesta “diferencia”, el machaque discursivo sobre la “tolerancia” (con todo lo horrendo que tiene este término), etc.
Me parece que poder fagocitar estas formas que en algún momento formaron parte del discurso de la resistencia habla del gran poder y fuerza que tiene hoy el capitalismo y la escasa o nula existencia de discurso opositor. También del mecanismo macabro de incorporar todo (incluso la diferencia) dentro de sí, para controlar también todo.
Abrazo.
Hiji, si te parece podemos escannear tu DNI y subirlo acá... Sos un engendro por vos misma, tenés entidad suficiente para eso, sin necesidad de surgir de mi mente atormentada! Como vas a darle argumentos inteligentes a mi adversario, que ni siquiera imaginó esa fundamentación??? Yo sigo con vos en privado la discusión, porque acá venís a dar letra a los que me atacan, traidora!!!
ResponderBorrarMe retiro, ante la acusación de traición.
ResponderBorrarDe todas maneras, digo por lo bajo que mi argumento sólo profundiza aún más las posiciones de Dao, contradiciendo sólo un traspié superficial que tuvo al aceptarle rápidamente a Violi que su argumentación era falaz.
Cambio y fuera.
Usté siga murmurando por lo bajo, y esta noche la mando a dormir sin cenar, como buen dictador que soy, que joder!!! Y me saca inmediatamente esa foto, carajo, que acá, encima de testarudos, son todos unos babosos!!!
ResponderBorrarhola Miguel:
ResponderBorrarLeo tu blog de vez en cuando, y suelo encontrar alguna perlita de calidad cada vez que entro. Lo digo en serio, puedo mencionar lo de Uderzo en... ¿Era Capicúa? o alguna página terrible sobre Columba.
No recuerdo exactamente de donde viene tu mención de mi comentario, pero así como vos y Dorfman siguen viendo a la Disney como una empresa ideológica, yo sigo pensando que es apenas un prejuicio de gente con buenas intenciones pero que ha leído poco y mal la obra de Carl Barks o (en este caso) Don Rosa.
En principio, porque la Disney como empresa se preocupaba poco y nada de quienes hacían sus historietas. No estoy seguro de que Walt Disney hubiese reconocido a Barks si se lo cruzaba en la calle.
Dejemos de lado que el señor Dorfman, que ahora vive opíparamente en los Estados Unidos haya hecho su detestable librito con datos fuera de contexto y poco exactas traducciones chilenas.
Voy a lo que parece que decía Tomás sobre la corrección política de la empresa Disney. No se de donde saca ese dato. Yo entiendo que la Disney lo que más ha hecho en los últimos años es buscar esa correccion política a través de la censura, retocando algunas cosas de historietas clásicas o desaprobando guiones de Rosa.
O cortando directamente el chorro. A la Disney le interesan tan poco estas historietas que durante años no se publicaron en Estados Unidos. La gran producción de historietas copyright Disney es europea, y es gracias a los lectores que leen a Tío Rico, Donald y otros cada semana que universo creado por Carl Barks es el best seller más grande de la historia del comic.
Yo se que suelo dar respuestas infantiles, pero con la mano en el corazón te digo que no puedo aceptar lo que dice Dorfman, ni me van a convencer que una aventura de tres amigos, lleno de referencias a El Tesoro de la Sierra Madre, donde nadie se queda con ningún tesoro salvo el de la amistad, tiene que ver con alguna conspiración imperialista.
un abrazo,
Fabio
www.virusmental.com
(qué choclazo, no? pero se que se los bancan en este blog, igualmente, disculpas)
Y entonces, después de escribir el comentario anterior, encuentro el comentario de donde viene esto...
ResponderBorrarDonde me tratás de "posmodernito" a mí que poco menos que vomito cuando leo una tira de Rep.
Me tratás de "salido de la Universidad de Columba" cuando estoy puteando porque dicen que vuelve El Tony, a mí que detesto las revistas de Columba, que no soporto a Nippur y que por eso me he tenido que bancar las basureadas de Rolkiem, de Felipe Avila y las amenazas de Marcelo Pineyro (tengo una colección con los mails más floridos que puede imaginar un tipo cuya mente quedó en el secundario para siempre).
No, realmente te equivocaste conmigo, no me conocés. Recuerdo donde quedó nuestra discusión, pero sigo pensando que ni vos ni Dorfman tienen todos los datos sobre las historietas de Rosa y de Barks. Él, porque solamente hacía un jueguito ideológico que sería parte de su lucha antiimperialista del momento pero donde la ligó un laburante como Barks que cobraba el equivalente de lo que cobra Donald por laburar para Tío Rico. Y vos, porque me imagino que has leído más a Dorfman que a Barks.
Lamento que tus insultos no sean tan diferentes de los que Pineyro y sus amigos del grupo Rebuitre tuvieron para conmigo cuando les critiqué sus amadas revistas columbófilas. Lamento también que nuestra mínima discusión haya derivado en esta triste descalificación tuya para conmigo.
saludos,
Fabio
METISTE LA PATA DAO!!
ResponderBorrarFABIO ES UN CAPO Y LO BARDEASTE AL PEDO (AUNQUE EN EL GRUPO DE WOOD LO DETESTEN PA MI ES UN BUEN TIPO)
R
Por una vez, el idiota de "R." parece tener razón. La altura con que contestás, Fabio, parece respaldar tus dichos de que no pertenecés a las huestes de Rolkiem (yo esas cosas las tiro al boleo pa' ver de donde se contraataca). En principio, cualquiera que se haya enfrentado a la gente de ese grupo, me merece simpatía, y pido sinceras disculpas en el punto de haberte asociado con él. Y, en todo caso, algo tendrás de posmoderno -eso sí lo creo- pero no debés ser de lo peor de esa generación. Mis bardeos y exhabruptos son constante provocación para que se generen cosas interesantes... y se generan. Acá lo central es Dorfman, y atrás de Dorfman, la pertinencia o no de un tipo de análisis como el que él propone. Lo suyo no fue un “jueguito ideológico”, te puedo asegurar. Vos sabés lo que vino después en Chile, no? Oíste hablar de Pinochet?. Todo lo que se generó desde la Unidad Popular implicó unos huevos enormes, hermanito!!! Y como bien lo apunta Wainer (en el otro post), rescatando toda la obra posterior de Dorfman -hay que leer un poco mas que historietas, muchacho-, el hecho de que se haya ido de Chile no es un argumento válido para descalificarlo. Suena a monstruosa simplificación, a lugar común. En cuanto a las circunstancias puntuales que argumentás, acerca si a la Disney le importaban o no las historietas, el anecdotario de Barks o Don Rosa... Creo que justamente ése es el error de lectura de tu generación, Fabio. Yo seguramente no he leído de adulto esas historietas como vos, ni de lejos, ni tengo toda la data sobre ellas que vos tenés. Me ocupo de pocas cosas en el género, como se verá. Lo cómico nacional, ante todo. Lo nacional en general. Los franco-belgas... excepcionalmente algunos monstruos yankees. De chico, sí. Me tragaba el Pato Donald, Tribilín, Tío Rico, Disneylandia... De adulto, me atrae el virtuosismo de los trazos, pero sólo puedo leer distraídamente los argumentos, salvo para detenerme en cuadros como éstos, donde sí cuenta el antecedente de Dorfman y de todo lo que se, leí, pensé y viví aparte de la historieta. La ideología, si querés, que todos la tenemos, aunque se niegue. Y el tema de Dorfman, pasa justamente por la inoculación a la infancia. De acuerdo que hoy en día, a estas revistitas las deben leer más los adultos coleccionistas que los pibes, que ya no leen historietas. No era así de los ’30 a los ’70. Y voy al punto: Dorfman no es sólo Dorfman, sino toda una generación que no tenía una lectura “inocente” del mundo, porque la historia, en cualquiera de sus aspectos, demuestra que la “inocencia” no existe. Justamente, la posmodernidad degeneró la Historia en historia de la vida cotidiana. No ya, claro, a la manera con que la trataba Sebrelli, por tirar un ejemplo nacional. Sino deteniéndose en detalles, cayendo en el pintoresquismo, explotándolo, si se quiere. Pero sin generar reflexión abarcativa sobre eso. Sin contextualizar. Con todas las distinciones que haya que hacer entre vos y Amillan, eso es lo que proponen. Con el dato pequeño se intenta desvirtuar el contexto. Si, como dice mi hija, se trata de CONOCER en serio, sin esquematismos ni simplificaciones, yo podría ponerme a considerar los detalles que tiran y es posible que se pueda, con todas las discusiones que sean necesarias, y las larguísimas parrafadas (sí, se permiten en este blog) enriquecer de esa manera el panorama. Pero antes, claro, los demás tendrán que abrir la cabeza y aceptar como válida mi mirada, que vos descalificaste, remitiéndola exclusivamente a Dorfman, y que, sin embargo, es la mirada de toda una generación.Y que si hoy se encuentra en minoría es debido precisamente a que, desde la ideología del capitalismo, se masacró a sus exponentes más lúcidos.
ResponderBorrarBueno, el mejor exponente de lo que Laura llama el “mecanismo de incorporar todo (incluso la diferencia) dentro de sí, para controlar también todo” son las historietas “The Ultimates V1” y su continuación “The Ultimates V2” de Mark Millar. (Principalmente la segunda, v2)
ResponderBorrarPor eso las recomendé antes.
Son fáciles de conseguir, lealas Dao, pero con ropa de fajina por se va a rasgar las vestiduras.
Mi ropa de fajina, Violi, son trajes importados (EEUU). Así que trataré de no rasgarlos cuando las lea, porque cuestan muy caros. Un abrazo!
ResponderBorrarEs cierto lo que dice Fabio que la Disney poco se preocupaba de quién hacía sus historietas. Estas historietas se hacían según los estándares internos de la Dell Comics (y de Western Publishing), y se les aplicaban los mismos estándares (e ideología) que se aplicaban a historietas no Disney como el Pato Lucas o Tom y Jerry. La Disney propiamente tal no hacía estos comics.
ResponderBorrarEso sí, no creo que el análisis de Dorfman se haya hecho con datos tan fuera de contexto ni que las traducciones chilenas hayan sido tan inexactas (son bastante fieles a los originales, aunque a veces excesivamente literales). Uno puede estar en desacuerdo con Dorfman y Mattelart, pero las historietas que leyeron no estaban distorsionadas por una mala traducción.
Varias de las afirmaciones y conclusiones de Dorfman y Mattelart me siguen pareciendo válidas. No es tan relevante que en su momento no hayan sabido quién era Carl Barks (aunque ahora Dorfman sí sabe quíén es, e incluso ha hablado favorablemente sobre su obra), el punto de vista del análisis es otro, y quizás podrían haber obtenido conclusiones similares si en vez de la Disney hubieran estudiado historietas con personajes de la Warner Bros. o de la Metro-Goldwyn-Mayer.
Ariel Dorfman y Armand Mattelart son sólo tristes anécdotas en los años de existencia de Donald. Su libro, “Para Leer al Pato Donald”, está lleno de fantasías sociológicas e intrigas de conspiración sólo comparables a las propias historias que sólo suceden en el mundo d elas historietas. Esto pasó en el Chile de Allende. El Chile a que Milanés cantara Yo pisare las calles nuevamente... Como se comprenderá, las acusaciones no bajaban de “Agente de Penetración Imperialista en Latinoamérica”.
ResponderBorrarLeé lo que te dicen sobre tu escasa cultura acerca de lo que hablás, viejo choto!
CALLATE IMBECIL, RETARDADO, MOGOLICO, INFELIZ!!! QUE SABES VOS, IDIOTA, NABO, OLIGOFRENICO??? COMO SI LA HISTORIA NO HUBIERA DEMOSTRADO QUE LA PENETRACION IMPERIALISTA FUE Y ES UNA REALIDAD PERMANENTE EN TODA AMERICA!!! PERO VOS, DE LA UNICA PENETRACION QUE ENTENDES ES DE LA QUE TE DEJAS HACER POR EL OJETE, PUTO DE CUARTA!!! ANDA A CHUPARLE LA PIJA A ROBIN WOOD, QUE ES TAN PUTO COMO VOS!!! Y PAJEATE CON NIPPUR, TRAVA ASQUEROSO!!!
ResponderBorrarY TE HABLO EN ESTE LENGUAJE, BASURA INMUNDA, PORQUE ES EL UNICO QUE ENTENDES. A MI ME PODES JODER CON TODAS LAS INFANTILES PELOTUDECES QUE SE TE OCURRAN, QUE ME CHUPAN UN REVERENDO HUEVO, PERO CUANDO TE METES CON EL PLANO IDEOLOGICO, ME DAS ASCO, MISERABLE.
ResponderBorrarSe te salió la cadena Miguel... bajá dos cambios que parecés Mauro Viale.
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