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martes, agosto 04, 2009

PEQUEÑO HOMENAJE A GREGORIO MAZZEO

Recuerdo perfectamente la primera vez que vi un ejemplar de Historias Tangueras, en un kiosco de Zárate. Yo tendría unos ocho años y la revista me impactó al punto que logré que me la compraran.
Gregorio Mazzeo, con el seudónimo de “Un Tanguero”, venía utilizando aquel título, para parodiar letras de tango, desde los primeros números de El Conventillo de Don Nicola. Un año más tarde (1962), Torino le editó su propia revista. Mazzeo ya figuraba con su verdadero nombre y firmaba convirtiendo las dos zetas en notas musicales. No era casual. Historias Tangueras se erigió en la única edición de historieta cómica temática que yo recuerde, dado que estaba íntegramente dedicada al compás del dos por cuatro.
Y no sólo se trataba de las historietas. Estaban también las secciones en serio: “Para la Historia Tanguera”, “Crucitango”, “Tangonoticias”, “La Voz del Gotán”, “Tango Garabateado”, “El Rincón de Juan Porteño”, “Qué sabe Usted de Tango?”, etc. A más de letras y publicidades de audiciones radiales de... tango.
El número que compré de pibe lo recuperé de adulto. Traía “Historias Camperas”, variante que había ideado Mazzeo, con una adaptación de la canción serrana “Mama, ievame p’al pueblo”, que aún hoy me sigue divirtiendo. Las “Historias Tangueras” no eran exactamente historietas, sino que se reproducían las letras como didascalias, mientras que los cuadros las interpretaban libre y jocosamente. En cambio, en “Mama, ievame pál pueblo”, la protagonista entabla diálogo con su madre, en globitos de historieta, respetando la letra. El efecto cómico radica en las respuestas que recibe.
Para esa época, Mazzeo ya había estrenado su personaje más conocido: Caburito. Era un porteño petizo, de permanente pucho en los labios (otra “inspiración” de GF?), cejas tupidas, y lengue o moñito. En sus aventuras aparecían caricaturizados músicos como Troilo o D’Arienzo.
El amigo Pinlupin ha escanneado completo el Nº 1 de la revista (marzo de 1962) y yo acabo de terminar de componer las cien páginas en el Photoshop y subirlas a La Colección de Dao.
Repasándolas, encuentro una publicidad de 34 (!) programas de radio dedicados al tango. Varios de ellos los escucharía mi viejo. Se cita uno -curiosidad- a cargo de Alejandro Romay, por entonces, todavía un simple speaker.
Si en Don Nicola, el tema era el conventillo, en Historias Tangueras reinaba el arrabal. Cualquiera que leyera hoy, sin otros datos, las historietas de esta revista, podría inferir erróneamente que el mundo que pinta el tango, seguía con plena vigencia a principios de los ’60. Por supuesto que no era así, pero tampoco Historias Tangueras pecaba de anacrónica. Lo que tenía tremenda vigencia era el tango. Y Mazzeo lo acompañaba desde el dibujo.
Junto a él, aparece el plantel habitual de Torino: Mazza, Borello, Govio, Antir, Ibáñez, Vechio. Y dos que se pasarían luego al equipo de Mazzone: Pedro Flores y Dol. También está presente el editor con Washington García, que se destaca lejos del resto.
Historias Tangueras no era una gran revista, aunque sí una revista singular. Los trazos simples de Mazzeo tenían su encanto. Al punto que, al volver a ellos, me provocaron -aparte de nostalgia- ganas de reincidir en el dibujo. El resultado, en la nueva tira que emprendí: Cachito y Tito (una historieta de los ‘60). Pueden verla en Las_Tiras_de_Dao.
Se trata -si así quieren tomarlo- de un pequeño homenaje a un entrañable dibujante, de parte de alguien que no lo es. Pero que conoce bastante de aquél estilo de historietas.
(La Colección de Dao ha alcanzado -coincidentemente- 50 archivos y 50 invitados. Para festejarlo, he sometido a encuesta la predilección sobre el próximo escanneo)

3 comentarios:

  1. "Goyo" Mazzeo es un buen profesional y mejor persona. Yo tuve la oportunidad de contarlo entre mis maestros y tengo un grato recuerdo de Goyo. Luego de Torino, Mazzeo recaló en García, haciendo la parte de entretenimientos para Antifaz y Anteojito. Fue por varios años jefe de arte de la revista, y publicó por muchos años una tira, "la Pícara Sandrita". Para el suple infantil de La Nación, dibujaba "Solcito", y también colaboró en Croniquita. Le chafaron la mascota del cuervo de San Lorenzo, e inició un juicio que ganó (él es un fanático azulgrana). Fue, para mí injustamente, hecho a un lado por García.

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  2. Me estaba fijando que es del '30. O sea que, cuando empezó con Torino, tenía treintaiún años. Estuvo en la escuela de Garaychochea, no?

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  3. Es profesor de dibujo en la escuela de Garaycochea, efectivamente.

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