Estuve reordenando en el altillo mi sector de la bande dessinée. Tuve que habilitar dos espacios más, aparte del que muestro arriba, porque ya los álbumes no cabían.
Arriesgué 'Don Nadaporaquí-Nadaporallá', aunque no muy convencido, ya que suena excesivamente largo.
Tampoco me conformaba 'Don Pasemágico', porque resulta un tanto redundante cuando se le agrega el subtítulo ('Mago diplomado').
Otros sugirieron 'Abracadabra', que a mí me remite más a palabra mágica en serio que a fórmula de ilusionista.
Un amigo español que se entretiene con estas mismas cuestiones apostó por 'Truquillo', lo cual será adecuado para los españoles, pero no para nosotros, aún cuando lo pasemos a 'Truquito', que se asociaría al juego de naipes. Quizá 'Don Truco', pero para eso me quedaba con 'Don Jugarreta', que es lo primero que salta como aproximación.
Aclaro que estas disquisiciones ocurrieron hace más de diez años. Ahora bien...
Días pasados, leyendo la autobiografía de Woody Allen, hice un descubrimiento insólito.
Cuenta el cineasta que de adolescente era muy aficionado a la magia y refiere el "truco de las botellas Passe Passe". Inmediatamente recordé el dilema de cómo traducir ese nombre.
Al parecer, por lo que estuve gugleando fue un acto popularizado por Tommy Cooper, un ilusionista británico nacido en 1921 y fallecido en 1984. Comenzó su carrera en el '47, cuando Woody tenía 12 años, de modo que bien puede tratarse de eso.
El hallazgo no resuelve la cuestión de la traducción del nombre del personaje de Cézard, pero arroja luz sobre su elección. Para el lector de la época -y más allá de Francia- la alusión era pescada al vuelo.
En castellano, en otras épocas, la expresión "por arte de birlibirloque" remitía a la habilidad de los magos y era popular. Me temo -con lo mucho que se ha empobrecido el lenguaje- que ya no.
Sin embargo, al día de hoy, al menos hasta que aparezca una opción mejor, Don Birli Birloque me parece lo más aproximado.