...algunos todavía apostaban a la historieta.
Con "historieta" quiero decir lo que vengo diciendo desde los inicios de este blog, y que recientemente, a raíz de un comentario en el último post (ver), volvió a ocuparme como tema.
Voy a usar de ejemplo una publicación que cayó en mis manos hace un tiempito: el Nº 2 de "Choripán", de enero de 1997. Pertenece a la Editorial PZP, que por esa época había reflotado "Puño Fuerte", recordado título de la década del '50, de Editorial Láinez. En el staff figura Andrés Paéz como Director, y Ray Collins como Jefe de Redacción. No se menciona, en cambio, quienes son los autores del personaje.
La cuestión es que las 28 páginas de la revista -íntegramente a color y con una única historia- están muy bien. Desde dibujos y argumento hasta impresión y calidad de papel, conforman un producto redondito.
El guión, aunque confuso por momentos, tiene interesantes apuntes de delirio y humor, donde caben desde Tarzán y Chita, hasta las boleadoras de Patoruzú. También hay una moderada cuota de sexo.
El gordito protagonista trabaja con su tío en un puesto de chori. Un día, vendiendo en la cancha, el gol que hace con una pelota perdida, lo revela como un crack. Entonces, una tribu africana lo secuestra para aprovechar sus habilidades en un desafío con vecinos hostiles, que le disputan los yacimientos de uranio.
En resumen: un personaje reconocible, lanzado a aventuras que escapan del costumbrismo, pero manteniendo siempre su idiosincracia.
La receta no es compleja, la han utilizado Quinterno, Torino, Oesterheld y Trillo, entre tantos otros.
En algún momento, algún pelotudo dijo que estaba perimida y que era hora que la historieta (debe haber usado el término "cómic") se volviese "adulta". Otros pelotudos lo creyeron y lo repitieron... Así estamos.