El hallazgo de otra tanda de avisos de Puloil en Billiken me ha permitido seguir algunas pistas sobre “el huerto de Dios” y “Ana Mesías”.
Como vemos, se revelaba que el enclave geográfico del nuevo Edén eran “los cerros de Puloil, en San Luis”. Suena a metáfora, pero no lo es. El producto limpiador estaba compuesto por carbonato de calcio, que se extraía de canteras que estaban situadas en Juan Jorba, una pequeña localidad del Departamento General Pedernera, en la provincia puntana, conectada con la ruta 8, por la avenida “De la Cruz Iluminada”. Dichas calizas, extremadamente puras y blancas, que refulgirían con el sol, generarían sin duda asociaciones místicas en el autor de los reclames... que no era otro que el mismísimo dueño de la empresa!.
Se observa que las publicidades, que conformaban un mensaje seriado (se anuncian los próximos, como en las historietas, instando a recortar y guardar), están firmados por David Cauchaner y Mesías, “Fundador de Puloil”, en uno, con el agregado de “Fundador de la Ingeniería Humana”, en otro.
El único dato en Internet sobre tan insólito personaje lo muestra como “un hombre desprendido”, aunque al parecer, de lo único que se desprendió es de un colectivo hecho pelota (ver).
De que sus alucinaciones místicas no le impedían cuidar el negocio, combatiendo la competencia, dan cuenta las alusiones al “Puloil verdadero” (ver) y la advertencia al consumidor acerca de no equivocarse de producto. O sea, era místico, pero no boludo.
Otro dato: Puloil experimentaba con técnicas publicitarias varias, entre las que se contaba la organización de concursos de cantantes de tango. Héctor Mauré, a los 18 años, participó y ganó en uno de ellos, con lo cual dio comienzo a su carrera artística.
En el tango, entonces, y en el segundo apellido (materno) de don David, hay que buscar la solución al enigma de “Ana Mesías”. Creo que no se trataba de un invento, como había supuesto, sino -nada más ni nada menos- que de la vieja. La sufrida madrecita de las letras tangueras, que de haber vivido en la era Puloil, habría podido llevar una vida mejor, sin tanto refregar y refregar. También podría tratarse de la abuela, por las varias alusiones encontradas, sin que la interpretación varíe, salvo en que la anciana no habría sido ninguna santa, si tuvo una hija de soltera.
Además del factor edípico, y de las revelaciones iluminadas que generaban la blancura de los cerros, el otro componente del cóctel estaría dado por la adscripción del empresario a alguna vertiente del cristianismo. Las menciones al apocalipsis darían para pensar en mormones o adventistas (que practican el lavatorio de los pies... con Puloil?), pero curiosamente encontramos una cita del Papa. Por lo cual, me inclinaría por el Opus Dei, que en aquella época era ultra secreto y cooptaba laicos con poder económico o político para llevar adelante sus propósitos.
Claro que David Cauchaner y Mesías, no sólo identifica a su madre con la pureza, el Edén, la salvación y la incluye en avisos publicitarios, sino que también crea una fundación que lleva su nombre... es como demasiado, no?
Para mí que el tipo había sufrido algún desengaño amoroso, que quieren que les diga. Y andaría buscando que la mina se arrepintiera y volviera al huerto bíblico para recoger juntos... la cosecha.
(PD: Encontré googleando, que PAPARAPEME, Producciones Teatrales, ya tiene una obra intitulada “Las Místicas Aventuras de Royalita y Puloil”. Por las dudas, los derechos sobre la vida y obra de David Cauchaner y Mesías, me los reservo en este mismo acto.)
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Estoy teniendo problemas tratando de poner comentarios. Te llego mi anterior?
ResponderBorrarLamentablemente, sólo éste, Oscar. Algo pasa, sin duda, porque Chinelli se quejaba de lo mismo.
ResponderBorrarMaravillosa esta investigacion, Dao. Este fue un momento importante para la publicidad argentina, por que decidieron usar Billike para vender un producto casero como Puloil es un misterio, pero que le pasasen estos mensajes de terror y armagedon a los parvulos de ese periodo es maravilloso, y ciertamente no mas terrorifico que los pensamiento morales que publicaban del nunca bien ponderado Don Constancio C.!
ResponderBorrarMe alegro que le haya gustado, máistro! "El medio es el masaje", decía don McLuhan (...o algo parecido).
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