En septiembre de 1958, el gobierno de Frondizi, a un año y meses de haber asumido, empezaba a mostrar fisuras. El Decreto Ley 4161, que prohibía mencionar a Perón y cualquier otra palabra asociada a él, había sido momentáneamente derogado (una vez derrocado Frondizi se restablecería) y Landrú sacaba buen partido de eso.
En las tres principales secciones de humor escrito en Tía Vicenta, número 57, de la fecha aludida, el eje es el líder depuesto, con explícita alusión al mítico Avión Negro, en el cual según la creencia popular, regresaría.
Otra curiosidad: en La Familia Cateura se invierten los roles habituales. En esta entrega es Felipito -y no su brutal padre- quien, politizado y empoderado, quiere estudiar latín para convertirse en el mejor carnicero del barrio, y poder así festejar con un gran asado la vuelta de Perón. Desopilante.
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