La mayoría de las publicidades de antaño, incluyendo los afiches de películas, era dibujada. Ubico los '70 como el inicio de reversión de esa tendencia, con la imposición de la fotografía.
Acá nos situamos a principios de los '60, en las páginas de la revista El Gráfico, de Editorial Atlántida, la misma que sacaba Billiken.
Y el autor de esta maravilla es quien se ocupó por décadas de las tapas de dicha publicación escolar.
No es que venga a reiterar con esta imagen las alabanzas a las extraordinarias cualidades de Lino Palacio como dibujante. Para eso sobran posteos en este blog.
Más allá del dibujo, lo que me ocupa aquí la concepción publicitaria. Anuncios como el de medias París, ya daban cuenta de la solvencia del autor de Don Fulgencio en tales lides. Pero éste es genial.
Muestra al nene, al tiempo que frustrado por no poder llevarse la revista, como queriendo entrar en ella, denotando así una absoluta identificación entre ambos. Y sería lógico que sucediera, porque se trata de un típico pibe de tapa de Billiken. Pertenece más a ese espacio que a la calle que transita.
Después me vienen a hablar de metalenguaje...
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