A mediados de los '60, en Apocalípticos e Integrados, Umberto Eco se ocupa de la dimensión mitológica de Superman. Uno de los aspectos que analiza es el manejo de la temporalidad en las historias. Describe la manera en que los guionistas se las arreglaban para eludir el paso del tiempo, en función de conservar, precisamente, el caracter mítico del personaje. "En esta línea -escribe Eco-, la solución más original es indudablemente la de los imaginary tales; sucede a veces, que el público, por correo, solicita a los guionistas desarrollos narrativos de su gusto; por ejemplo, ¿por qué Superman no se casa con la periodista Lois Lane, que la ama desde hace tanto tiempo? Pero si Superman se casara con Lois Lane daría, como ya hemos dicho, una paso más hacia la muerte, plantearía una premisa irreversible; y no obstante, ha sido posible hallar continuamente nuevos estímulos narrativos, y se ha logrado satisfacer las exigencias "novelescas" del público. Se narra pues "lo que hubiera sucedido si Superman se hubiera casado con Lois". Se desarrolla tal premisa en todas sus implicancias dramáticas, y al final se advierte: cuidado, ésta era una historia totalmente "imaginaria", que en realidad no sucedió".
Por supuesto que el análisis de Eco está circunscripto a los cómics de la época. A partir de los '70, los guionistas, seguros ya de que el prototipo de héroe mítico se había instalado en el imaginario popular, se animaron a más. Plantearon largas sagas con continuidad y anclaje temporal, y hasta incluso llegaron a jugar con la muerte del personaje. Y junto con esto vino aparejado el ingreso de Superman y el resto de los superhéroes en "la realidad", tema al que me he estado refiriendo críticamente.
Si ha venido a mi memoria, y he rescatado este párrafo de Eco, es porque a través de él se desprende otra posibilidad de lectura: los guionistas de los '60 no se despreocuban de "la realidad". La denotaban por caminos más complejos. Si existían los imaginary tales se puede deducir, a contrario sensu, que todo lo que se relataba fuera de ellos, era "real".
Insisto, me sigo quedando con aquellos mecanismos narrativos y con aquellas historias. Que la historieta deje de ser "adulta", por amor de Dios! Para lecturas adultas, prefiero a Eco.
Já!un poco de lectura escapista nunca viene mal.Para cruda,la realidad que nos toca vivir.
ResponderBorrarExcelente informe Miguel.
Agrego un pensamiento:será que la realidad se ha vuelto cada vez más dura,que hasta hay una falta de imaginería en los autores y precisan cada vez mas dosis de realismo?los video juegos son cada vez mas realistas(pese a que no me gustan mucho)inclusive las graficas son mas sofisticadas por una demanda de quienes los consumen y de ser de algun modo aceptado por una sociedad donde antes estaba relegado solo para los niños.Hoy cada vez es mas comun ver adultos disfrutando de su consola para juegos. Creo que hay un poco un afan de tornar aquello que ante nos entretenia y que era para un publico si se quiere calificar de infantil,para que sea aceptado como otra expresion artistica "seria" y tambien un poco manejado por el mercado,porque los mayores consumidores estan justamente en esa brecha de jovenes/adultos.Puede que la historieta este pasando por la misma fase que tuvo el cine en su momento,de mero entretenimiento de las masas a propuestas mas complejas.Las peliculas pese a lo fantasioso de algunos guiones mas arriesgados,se ahn vuelto cada vez mas viciados por la realidad y la falta de esperanza y futuro.Basta ver algunos filmes para niños en cartelera,que poco tienen de fabulas tiernas,son cada vez mas crudas las propuestas por parte de Hollywood.Los guiones son complejos,las relaciones conflictivas de sus protagonistas,ante una crisis social donde cada vez son mas cuestionadas las instituciones que nos representan,inclusive la familiar.Lo que antes funcionaba hoy no.Una muestra de la realidad que nos toca vivir y de la que cada vez se vuelve mas hostil,dando poco espacio a una lectura escapista y de entretenimiento puro,sin segundas intenciones.
ResponderBorrarHay mucho de snobismo en la historieta actual y poco nuevo para mostrar y ante esta carencia de imaginación los superheroes son un fiel reflejo de los ideales actuales: mano dura y poco espacio para la ternura y la aventura.
La realidad se ha "ficcionalizado" en los medios (basta ver el manejo que se hace de la información). Y al mismo tiempo, la ficción se preocupa por parecer "real". Entonces, una película y un noticiero suelen transitar los mismos caminos. Por el contrario, yo creo que el arte debería como nunca antes denunciar su carácter formal y de ficción. Y de esa manera, crear una realidad mucho más potente y rica que la que surge de la mera imitación. La gente del Dogma, por ejemplo, planteó alternativas a una forma de filmar instituída. Viendo las películas que surgieron de ese movimiento, uno no se puede olvidar que está en el cine, y al mismo tiempo los planteos sobre la realidad resultan infinitamente más profundos que el de cualquier producto hollywoodense. Creo que si bien no hay una receta, en una cultura globalizada e industrial, cada lenguaje debería plantearse como romper con los paradigmas impuestos. Los yankis que hagan lo que se les cante las pelotas hacer. El problema -y ya hablo específicamente de la historieta- es que muchos imbéciles locales propugnan sus métodos como únicos y universales. Quién dijo que con fábulas divertidas y delirantes como el Langostino, de Ferro, no se puede referir la "realidad"? El Eternauta es una metáfora contra el imperialismo. Acaso Oesterherld necesitó nombrar allí la Guerra Fría o las políticas de EEUU para el continente? Estos no son ejemplos de historieta "adulta"? Qué carajo es la historieta "adulta"? A quién se le ocurrió otorgarle una mayoría de edad que ya tenía? Esto es lo que cuestiono de términos y modas que no hacen más que disfrazar, a través de pseudo experimentaciones onanísticas, su absoluta vacuidad de discurso. Y por supuesto, sus prácticas provocan un infinito aburrimiento en seres humanos normales. Es como si un grupo de tarados se repitiera constantemente un mismo chiste, que sólo es entendido por ellos... y encima se quejan de no llegar masivamente a los lectores.
ResponderBorrarEs muy probable todo esto que decis Miguel y veo elporque de haber planteado este tema.Es saber que pasa con la historieta no solamente de superheroes yankees,sino con la historieta local.
ResponderBorrarY es un poco lo que veniamos respondiendonos hace unos dias,eso que se perdió de ver desde chicos hasta adultos devorar cientos de ejemplares a la vuelta de sus trabajos o en un viaje para ir a Mar del Plata.
Eso que se perdió y que nadie pareciera poder encontrarle nuevamente el rumbo.
Los tiempos han cambiado, Dao. Los pibes de ahora cada vez aspiran a ser más grandes más rápido.
ResponderBorrarYo tengo una teoría para todo lo que sea "target". Cuando uno ve una publicidad, digamos de cerveza, protagonizada por pibes de 23, en realidad está apuntada a los de 16 o 17 que quieren sentirse mayores. Si parece apuntar a 16, en realidad es 13 o 14.
Lo mismo sucede con los comics de EEUU, parecen ser adultos o adolescentes pero en realidad son consumidos por pibes.
Fuera de eso, si, a lo mejor debería volverse a una historieta de aventuras mas auténtica, aunque esa ingenuidad de Patoruzú dudo que pueda llegar a impactar de nuevo alguna vez... para mí cambiaron los paradigmas muy marcadamente desde los 60s hasta hoy.
Bueno...El tema es complejo. Yo me caliento, empiezo a tirar piñas para los cuatro costados y eso genera confusión. La cuestión de la "realidad" me subleva no tanto por las corrientes yankees, sino por sus epígonos locales. Son los mismos que hablan de "universos", historieta "adulta" e idioteces por el estilo. Después están los seguidores del mongo, que para mí son una raza extraterrestre. Y los "experimentales". Ninguno de ellos está haciendo nada para que la historieta vuelva a ser consumida por alguien más que no sea un reducido círculo de nerds (que pueden tener 15 o 40 años, no importa). La tapa de la última Fierro es un buen ejemplo, invita a NO comprarla. Ni hablar del contenido (con todo, es una revista que todavía publica historietas como "El Hipnotizador" o "Vitamina Potencia", que se alinean en lo que creo tendría que ser la historieta argentina actual). Por último están los nostálgicos de Columba o de lo peor de Skorpio. Por supuesto que no sostengo que haya que volver a Patoruzú. Si eso se desprende de mi discurso, es producto de que meto -sin demasiado tiempo, y en un espacio que no permite tanto desarrollo- muchas cosas en la misma bolsa. Lo que digo es que hay que mirar seriamente hacia adentro y hacia el pasado. Hacia los grandes creadores de la historieta argentina, rescatando lo esencial de ellos. Sabiendo, por supuesto, que el mercado cambió, que los intereses del público son distintos, etc, etc, etc. Muchos jóvenes dibujantes se confiesan admiradores de Quinterno, Torino, Mazzone, Breccia, Mazzone, Solano o Pratt... Pero sólo ven en ellos líneas de dibujo. No los asocian con los personajes que crearon y las historias que contaron. Y si quieren remedarlos en ese sentido, lo hacen mal, como ha pasado con las continuaciones de El Eternauta. Sólo circunscribiendo, analizando y rescatando los profundos lazos que creaban con su socio-histórico, desde formas y contenidos, es posible cambiar la historieta y adecuarla al tiempo en que vivimos. No con modelos externos, no con poses seudo vanguardistas, no con miradas nostálgicas. Y así se estará reconociendo, al mismo tiempo, aquello que constituye lo esencial del género: entretener. Claro que acá habría que hacer una nueva salvedad. Entretenimiento no equivale a pasatismo. Lo ha dicho Brecht, no yo. Si quiero que un contenido llegue a alguien, lo primero que debo hacer es atrapar su atención, "entre-tenerlo", que no se me escape mientras le cuento. Entonces, resulta coherente la tapa de la Fierro: la atención que se pretende atrapar es únicamente la de infradotados. No hay contenidos que transmitir. Sasturain -un tipo que podría aportar un mínimo de lucidez- se ha convertido en un snob que se divierte con una provocación, que a esta altura aburre y da tristeza. En fin... termino en lo mismo, disparando para todos lados. Pero el tema no se agota en esquemas fáciles, y me resisto a alinearme -y a que me alineen- en las corrientes críticas en boga. Aún a riesgo de terminar resultando antipático para todo el mundo.
ResponderBorrarEs fácil Miguel,acá no valoramos nada,ni nuestros territorios que nos los roban de a hectareas,ni nuestra cultura,ni nuestros indigenas,nuestras fabricas,nuestros obreros,no chillamos cuando privatizaron todo,no valoramos nuestros artistas como si lo hacen en el extranjero,y el mismo valor que le damos a nuestras historietas y autores.
ResponderBorrarRevistas hechas con papel berreta que solo sirve para prender el fuego del asado o para otras cosas.
Totalmente de acuerdo, Fernando, pero no nos resignemos. A seguir peleándola, carajo!
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