Despidiendo Bélgica, visité tres murales más.
La última mañana en Bruselas, me corrí a La Maison de la Bande
Dessinée, a buscar un librito sobre el recorrido. Lo había visto, y desdeñé comprarlo en su
momento. Después me arrepentí. Me va a servir para completarlos en el próximo
viaje, porque compruebo que me faltaron varios.
No pude aparecer en los altos, obviamente. El de Hergé es una maravilla
de integración al espacio. Y el de Spirou hace alusión a la zona de les
Marolles, llenas de casas de anticuarios, donde éstos se desviven por captar la
atención de los paseantes. Pongo fotos adicionales, para que se note el
contexto. Lo de arriba, en el de Spirou, es el palacio de justicia. Leopoldo II
quería que estuviese en lo alto, ya que la justicia debía tener primacía por
sobre todo. Por ese símbolo pedorro tiró abajo el barrio medieval más
representativo de Bruselas.
(junto con el librito de los murales, me compré la Lucky Luke -tapa dura-, que estaba en oferta... )
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