En diciembre, ojeaba distraído un ejemplar de “Ñ”, la revista de cultura de Clarín, que compro para mi mujer, a quien le interesa por la información sobre exposiciones de pintura. Me detuve en una nota que me llamó la atención por dos motivos. Una era la firma de Marcelo Birmajer, otra el título. Recordaba a Birmajer por algún argumento de historieta suyo que se ha destacado dentro de la mediocridad de la actual Fierro. Si he leído algo anterior de él en el género, se me ha borrado por completo. Se que, además, ha escrito alguna novelita de éxito, pero no es un rubro que yo consuma, prefiero releer a Dostoievski o a Borges. En cuanto a su rol periodístico, recién me enteraba. O sea que lo más atractivo para abordar el artículo de la revista “Ñoña” (tal como la llama mi hija, la filósofa... y con razón, porque revista de cultura en serio era “Crisis” y no esto) fue el título: “Contra la blogalización”. Lamentablemente, no existe registro de él en el ciberespacio, así que haré una breve descripción del contenido (no me voy a poner a tipear los desatinos que allí se exponen), y en todo caso, remítanse a la edición impresa de “Noña” Nº 221, del 22-12-07. Lo primero que hallarán es una foto de Birmajer, en pose de escritor trascendente, inmediatamente desmentida por el rostro de boludo posmoderno. Y ratificada dicha condición por el argumento que expone: Los blogistas -la fauna literaria, en particular- son una manga de resentidos, que ansían publicar en letra impresa y que abandonarían inmediatamente sus actitudes principistas si lo lograran. Me hizo cagar de la risa.
Seguramente habrá muchos que responden a esa caracterología, pero lo divertido es que él hablaba desde el lugar de autor legitimado por el tipo de publicación que llama del “mundo real”. O sea que le otorgaba valor absoluto a las leyes del sistema.
Recientemente, a raíz de los posts donde defenestro a inventos como Liniers, Rep o Maitena, le escribía al amigo Rodríguez Van Rousselt (y no es infidencia, ya que no menciono lo que él me contesta):”...la crítica también es hacer, en tanto resulte fundamentada y genere dialéctica. Ese es mi propósito, no el de dar rienda suelta a mi egotismo, que lo tengo, reconozco, pero que aplico a la actuación, exclusivamente. He descubierto con el tiempo que mi malestar con la historieta es síntoma de un malestar generalizado con la sociedad que vivimos. Creo que está todo patas para arriba, que la cultura de asimilación del contrario que inició el menemismo se ha impuesto hasta el punto de erradicar toda posibilidad de confrontación. Parece que fuera de mal gusto, de desubicado, de resentido, de frustrado (son los argumentos que a menudo me oponen) señalar lo que a uno le parece equivocado. Si no te gusta, no lo consumas, y listo (también el adversario dixit). Todo pasa por una supuesta cuestión de gustos. Gracias a eso, pueden ocupar un lugar notorio tipos que no llegarían a figurar ni a los premios en otro modelo social. La paradoja es que el estado de cosas les permite alcanzar determinado estadio, y ese estadio ya los legitima de por sí. Y llegar, generalmente, no implica talento, sino habilidad para relacionarse y trepar. Publican, tienen un grupito de boludos que los aplauden, les dan bola algunos medios y listo... Ya tienen el kioskito armado, y para siempre. No se los puede cuestionar, son intocables!!! Tiene que pasar algo muuuuuuuuuuuyyy grave, como el affaire Bucay, para que te bajen. En mi generación, publicar, estrenar, era fundamentalmente exponerse a la crítica. Apenas el comienzo de un camino. Te podían destruir de un solo golpe. Y no sólo los críticos. La gente estaba entrenada para pensar por sí misma. Hoy en día, lo peor que te puede pasar es que te ignoren. Entonces, tomo la historieta como paradigma de un estado de cosas. Podría tranquilamente hablar de política, de literatura, de teatro, de fútbol, y la base del discurso no cambiaría demasiado. La pobreza conceptual en todos los terrenos es alarmante. No tengo esperanzas de cambiar nada, pero al menos pienso que puedo hincharles las pelotas a algunos. Que sepan que no es tan fácil, que no todo el mundo se la traga.”La autocita viene a cuento, en primer lugar, de que no me siento comprendido en las generales de la ley Birmajer. Ni siquiera con la novela que he escrito. Considero que, siendo mi primera experiencia en el género, debe haber gente que escribe mucho mejor que yo como para merecer premios, o ser publicada por editoriales. Por otra parte, la temática que abordo no entra dentro de lo que está de moda. Y además, no formo -ni quiero formar- parte de ninguna camarilla literaria, lo que quizá facilitaría las cosas. No niego que me gustaría verla impresa. El libro es un objeto cultural de larguísima data y prestigio, como para ser sustituido rápidamente, en términos de períodos históricos. Bello, además. Pero esa aspiración mía jamás me conduciría a costear una autoedición, por ejemplo, como hacen muchos. Considero que eso sí constituye una acabada muestra de mediocridad y de egotismo, que da de comer a los buitres de algunas editoriales. Dunken, sin ir más lejos, que anuncia profusamente sus servicios -nada es casual- en la revista “Ñ”, de Clarín. Después del circo de presentación en la Feria y de los ejemplares regalados a los amigos, les queda a los pretensos literatos una enorme pila de papeles que podrían haberse usado para fines más nobles (no me refiero a la viuda, aclaro, que ya se apropió de Papel Prensa, patrimonio de todos los argentinos). Prefiero que “Las claves del indio” esté en un blog o disponible en la Mula para aquellos a los que le interese. Y como autor de teatro, antepongo que me estrenen (cosa que ha ocurrido en algunas oportunidades, por suerte) a la edición.
Siguiendo con las razones de la autocita: considero, por el contrario, que Birmajer sí se halla comprendido en las generales de la ley Dao. Inmediatamente, junto con la risa, percibí que su diatriba ñoñesca respondía a la indignación del “inatacable”. La furia propia del que “ha llegado” al olimpo de la letra impresa, contra las críticas de los que nunca “llegarán” a ocuparlo. Y el ataque del que su nota era indirecta respuesta, no podía provenir de otro lugar que no fuera un blog. Acababa de presenciar el efecto, tenía que hallar la causa.
No se si está muy difundido un buscador específico de blogs de Google. Por las dudas, dejo el link (ver). Resulta bastante eficaz. Con él hallé rápidamente la punta de la madeja de este asunto.
Se trataba del blog “Juicio Final” (ver) , donde en el primer lugar figuraba un post firmado por “Secretario General”, pero “Dictado telepáticamente por Floreal Céspedes (h)”, titulado “Pasión por la alcahuetería”, y que databa del 05/09/07. Allí se ataca un artículo, también de “Ñ”, en el cual el mismo Birmajer defendía, al parecer, los intereses de las corporaciones, en lo que respecta al tema de la piratería. Se lo califica de alcahuete y de “empleado del mes” (brillante!). Ya no me cabía duda de la correspondencia de epítetos, en tanto Birmajer, tres meses después, replica en su nueva nota ñoña, refiriéndose a los blogistas, en general: “Son poetas malditos en el ciberespacio, pero los más correctos empleados si alguna vez se les brinda la oportunidad”.
Como me encanta el puterío, y habiendo ya tomado partido decididamente por el telépata del “Secretario General” (aparte, para alertarlo y avivar el fuego, en la duda de si sus poderes habrían captado la ira del empleado ejemplar), comenté en el blog: “Mi estimado: leí en la última "Ñ" (22/12/07) un furibundo artículo de este muchachito Birmajer, titulado "Contra la blogalización". Deduje inmediatamente que se trataba de una respuesta indirecta a un ataque a su ego, realizado en algún blog. Se me ocurrió rastrear, y me encuentro con tu post. JUUUUUUAAAA!!!”A los pocos días reiteré la visita, para consultar si el telépata había dictado respuesta para mí, y encontré: “Sr.Dao: Usted es muy perspicaz, pero creo que sobredimensiona la autonomía de nuestro esforzado amiguito. Yo creo que la génesis del artículo ha salido de alguna charla entre dos jefes de Birmajer (una asistente editorial y un cadete, por ejemplo) que habrán llegado a la conclusión que, por más cretinos y vulgares que sean los libros que ellos editan, no falta algún blog igualmente ordinario y chato. Por tanto, algún lector podía perderse. Y allí salió Birmajer a hacer el triste papel...”.Divertido por el guiño y por la consecuencia de Floreal Céspedes (h) en su discurso dictado, acerca del dictado discurso del historietista que posa de escritor célebre, me olvidé del asunto. Debo decir, sin embargo, que antes de hacerlo, no quedé muy convencido de la absoluta falta de autonomía del guionista de Fierro devenido en Borges redivivo. Grave error de mi parte, y contundente acierto del telépata. Tratándose de medios de comunicación, una vez puede ser casualidad. Dos, ya no.
Obligado a comprar la edición de martes y miércoles del pasquín de la viuda, por los “fascículos” de los que hablé (el segundo, al menos, es en color), y tratando de hacer rendir al máximo mi erogación, ayer -todavía en vacaciones, lo que me permite también escribir estos extensos posts- me puse a leerlo.
A poco andar me encuentro, en lugar destacado, con una nota firmada por el sociólogo y docente de la UBA Christian Ferrer. La foto lo muestra menos acartonado que el guionista de historietas, y más cercano al look de “intelectual progre”. Las apariencias me engañaron, en esta oportunidad. El libelo que firma, bajo el pomposo rótulo de “Debate”, se titula “Blogs o el espectáculo del yo” (ver), y va bastante más allá de nuestro Dostoievski. De nuevo la mira está puesta en los literatos virtuales, aunque por momentos se vuelve más abarcativa y ataca los intelectuales que elijen la web como medio de expresión de sus ideas. Desestima cualquier poder revolucionario de la Internet, y remite estos fenómenos a antecedentes históricos impresos, ya sea en revistas literarias o en “secciones concedidas por los diarios -el subrayado es mío- a las letras y a las bellas artes”. Esta curiosa visión de la cultura, dependiente de mecenazgos (que la viuda de Noble, por otra parte, gusta de ejercer autoritariamente -recordar el episodio de “El Anatomista”), se ratifica en el siguiente párrafo:
“No obstante, se sabe que de tales grupos literarios o intelectuales la posteridad picotea, a lo sumo, algún autor, algún título, si es que lo hace.”
De qué se trata exactamente, “el picoteo de la posteridad”? De qué depende? De suerte? De talento? De que la Fundación Noble premie a los que se portan bien? O se trata de un pícaro eufemismo alusivo a algún estertor erótico de la viuda con escritores jovenzuelos ansiosos por trepar?
Claro que todo el tiempo campea en el artículo -como ya dije- una deliberada confusión entre los blogs literarios y lo que el sociólogo llama blog "de ideas".
Vean como la maneja hábilmente en su discurso:“Ya es bastante difícil escribir dos o tres buenos ensayos o ficciones al año. La sola idea de publicarlos tres veces al día da vértigo, salvo que la opinión, por sí misma, haya devenido en género literario hegemónico, no menos que el carneo, el vómito y la maledicencia, juicios soeces que abundan en ese módico circo romano aunque sin el gracejo que el ingenio popular suele dejar en las paredes de los mingitorios públicos.”Casi inmediatamente, en abierta contradicción, se afirma:
“Y por cierto, que los matutinos debatan la naturaleza de estos sitios informáticos es algo muy natural, puesto que nada hay más parecido a un diario que un blog con pretensiones culturales. Ambos han de ser llenados todos los días.”
Según estos párrafos, primero parece que fuera imposible escribir diariamente con calidad (acoto: obviamente que no un cuento o novela, aunque sí opiniones), pero después es natural, puesto que los diarios lo hacen.
Por otra parte, resulta una falacia absoluta y una burda desacreditación afirmar que los bloggers “llenan espacios” compulsivamente cada día. Al contrario de los periodistas de un diario, ejercen su labor con absoluta libertad. Escriben cuando se les da la gana, cuando tienen algo para comunicar. Puede ser diez veces en un día, o una a la semana. Depende del blogger. También depende de las circunstancias, del tiempo que cada uno le pueda dedicar. Pero todo lo que se afirma en Clarín (e incluyo lo de Birmajer) combate esta anarquía y tiende a instalar la idea de la necesidad de una forma prefijada, de la que es imposible escapar. Y esa forma se presenta como una pirámide jerárquica: libros o diarios, en la cúspide; blogs, en la base. Hay en el escrito un denodado intento de “naturalizar” al blog, de despojarlo de su elemento más valioso: la imprevisibilidad. De neutralizar cualquier amenaza que pudiera llegar a provenir de él. El método consiste en ningunearlo, circunscribiéndolo a fenómenos actuales o del pasado, a lo ya conocido. Su ataque al yoísmo, desde el título mismo, es un ataque, por traslación, a la subjetividad. Por tanto, lleva un mensaje implícito: la reafirmación de la existencia de otro espacio, objetivo. El de los diarios, por supuesto. Extensible a los medios masivos de comunicación. Al Grupo Clarín, bah... Traducido en su totalidad sería: “No busquen nada nuevo en los blogs. Ese festival de la subjetividad ya lo tenemos manyado desde hace rato. Lo que realmente importa, lo que es serio y tratado objetivamente, lo encontrarán en lo que nosotros vendemos.” Lo nuevo, Ferrer, Birmajer, Clarín, es el alcance masivo que tienen los blogs. Eso es lo que los moviliza a ustedes -bajo las órdenes del Grupo- a escribir tanto sobre el tema. Y en cuanto a objetividad, les doy la razón. Nadie, objetivamente, defiende más ni mejor los intereses del sistema capitalista de producción que sus patrones, de los que ustedes son tristes voceros.
Como se verá, aquella teoría del telépata que relativicé, ahora se me aparece como absolutamente real y en una dimensión mucho más abarcativa. Ya no se trata del monopolio de la literatura, sino de la comunicación toda. Los blogs comienzan a ser una amenaza para el Grupo Clarín. “Cómo hacer para atacarlos sin darles prensa, y sin que se den cuenta de los verdaderos motivos que tenemos para combatirlos?”, se deben preguntar algunos con cargos jerárquicos un poco mas importantes que el de asistente editorial, como aventura el amigo telépata. La respuesta está en los escritos de los empleados del mes de diciembre (Birmajer) y de enero (Ferrer). Y revisando algunas “Ñ”, advierto que estos aplicadísimos siervos no son los únicos que han escrito al respecto. En la edición de la revista del 12/01/08, Nº 224, en la nota “El ensayo en tiempos del blog”, se afirma, desde el encabezamiento mismo: “Anfibios, se mueven entre la palabra impresa y la virtual, la erudición y la cultura pop. Sus escritos para los blogs han ido a parar a libros de éxito.” Aunque aquí es evidente que ha funcionado una estrategia temporaria de morigeración, se puede advertir que la línea sigue siendo la misma: no existe otro destino último de la escritura, ya sea literaria o de opinión, que el del papel impreso (“por nosotros”, tendrían que agregar).
Pero no se debe tratar, creo, de una cuestión de más o menos ventas. Intuyo que avizoran la posibilidad de que se ponga en crisis la credibilidad misma de los medios de comunicación, del intocable “cuarto poder”, en tanto sea la gente quien salga a opinar y esas opiniones sean leídas por gente que a su vez opine. Qué pasa si aparecen otros temas, diferentes a los que ellos acostumbran a imponer diariamente desde los titulares? Qué pasa si se dicen cosas que ellos necesitan tapar? Qué pasa si se ponen en crisis los valores consolidados del sistema? Podría llegar a ser el blog, o cualquier tipo de comunicación surgido de la web, una nueva forma de subversión? A esta altura, estoy convencido que lo están temiendo. Por más que Ferrer simule que se trata de un simple “barullo” cibernético, provocado por adultos que buscan ser incluidos socialmente, antes de que los terminen pasando por encima las nuevas generaciones. Sigue la falacia, el disfraz : Para ellos, la forma de inclusión es única y pasa por donde ya sabemos. En consecuencia, un tipo que opina o publica su obra en un blog, es (debería ser) un excluido social. Y nótese además, cuál es la franja generacional que más les preocupa: aquellos que por edad o formación puedan haber alcanzado un grado de solidez ideológica. O sea nosotros, los resabios setentistas que no alcanzaron a eliminar del todo.
Insisto, huelen el peligro... Existen blogs, por ejemplo, de economistas, con sólida formación -no en la escuela de Chicago, por supuesto-, que dan cuenta de una realidad muy distinta a la que conviene mostrar al sistema, y que suman infinidad de visitas diarias, incluso de periodistas profesionales. En otros sitios, se repudia libremente la brutal injerencia yankee en el planeta. Se reivindica el accionar de grupos como la FARC, u organizaciones musulmanas. Se elogia a Chávez, ese “morocho marginal, impresentable, al punto que el mismísimo rey de España tuvo que hacerlo callar”, como lo caracterizarían algunos de lo que escriben u opinan en el “mundo real”. En la web se puede, con un simple click, denunciar el hambre, la violencia cotidiana ejercida ya no por la delicuencia, sino por el poder, que es otra forma de la misma, las violaciones a los derechos humanos, la injusticia generalizada, los millonarios negociados, la hipocresía de la penalización del aborto o de las drogas. Este también es el “mundo real”, Birmajer. Y allí queda... para que millones puedan enterarse de su existencia.
Claro que la maravillosa herramienta es utilizada muy a menudo por otros chupaculos concientes del sistema, o por idiotas funcionales al mismo. Son los que siguen repitiendo el discurso exitista que tan bien aprendieron (y por eso saben disimularlo mejor) Birmajer o Ferrer: “no publicaste un libro, no estás en los diarios ni en la televisión... no sos nadie, no existís! CALLATE!!!”.
Y este grito, esta orden, en realidad, es cada vez más fuerte. Contrasten, si no, los artículos del historietista y del sociólogo y verán como sólo en un mes, con una simulada tregua de por medio, se redobló la virulencia contra los bloggers. Aparte del hecho de pasar de la “Ñoña” al cuerpo principal del diario.
Podrá parecer un poco extremista y hasta paranoico lo que afirmo. Pero el Grupo Clarín viene haciendo estragos con los contenidos de los medios que maneja. Un claro ejemplo es Radio Mitre, donde acaban de volar el último bastión de inteligencia, herencia de Castelo, y donde impera actualmente Daddy Brieva y otros de su calaña. Ni hablemos de Canal 13.
Un artículo que leí hace poco, y que inevitablemente asocio ahora, me termina de convencer de que no exagero. Está publicado en “El Amante” de diciembre (Nº 187), aunque también se puede bajar de aquí (ver). Es muy extenso, pero recomiendo leerlo completo. Está escrito nada más ni nada menos que hace catorce años, y conserva una increíble vigencia. Lleva la firma de Claudio Uriarte, un periodista recientemente fallecido, y que en su última etapa fue raleado de los medios de comunicación, por escribir cosas como ésta:“La resistencia es difícil, y probablemente sin esperanzas. Sin embargo, el sistema, por la misma lógica de su sobreextensión totalitaria ha dejado libre un espacio: la posición del disidente, única figura de oposición posible en una sociedad sin oposición. El disidente es el problemático opositor en sociedades de totalitarismo consensuado, sea en su vieja versión, policial y oscurantista (viejos regímenes del Este) o en su formato iluminista, progresista, reluciente y moderno. El disidente tiene fundamentalmente un “contra qué” estar, no necesariamente un “para qué”. El disidente correctamente carece de esperanzas en el “proletariado” o el “pueblo” (una manga de canallas con vocación de informantes policiales), pero no cede al consuelo del colaboracionismo progresista y se mantiene en su reflexión crítica solo, estoicamente, le cueste lo que sea, como si fuera un iluminista de nuevo tipo; quizás (para parafrasear libremente a Adorno) como un iluminista negativo.
Ya no es posible reeduitar el Iskra, pero sí consumar una modesta proposición: el “diario” aperiódico, que debería salir sólo de vez en cuando (cuando hubiera novedades, cuando hubiera algo nuevo que decir), que resistiera toda lógica y presentación de mercado, renunciara a toda homogeneidad ideológica y se propusiera y circulara como consigna y como forma de reconocimiento y supervivencia de una diáspora de individuos anónimos, asilados y dispersos. El “diario” aperiódico, periódico del antiperiodismo, quizá ni siquiera debería tener nombre.”No hay que esforzarse mucho para entender que ese “diario aperiódico” que proponía Uriarte, hace catorce años -propuesta por la que, entre otras cosas, lo hicieran desaparecer de los medios-, está representado hoy en día por muchos blogs. Y que éstos generan, en los factores de poder, el mismo temor que generaba el discurso visionario del periodista fallecido. Aunque ahora, por suerte, les va a resultar un poquito más difícil sacarlos de circulación.
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Vas a encontrar, básicamente, data sobre historieta cómica argentina clásica. Además, bastante de bande dessinée. Algunas reflexiones sobre el lenguaje historietístico, muchas polémicas y miles de imágenes, la mayoría de mis propios archivos.
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Enjoy
jueves, enero 31, 2008
CLARIN TEME EL PODER DE LOS BLOGS
Te lo firma: Miguel Dao a las 6:07 p.m.
Etiquetas: Medios, Van Rousselt
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Respondo rápido y mal a la amable invitación que dejaste en mi sitio. Tenés razón y no la tenés (esta afirmación pedante se apoya en el carácter inteligente y formado que me atribuye la invitación, no en alguna otra cosa trascendente). Tu artículo es de una pasionalidad tal que mezcla cosas muy diversas en su afán de decirlo todo al respecto. Los temas (al menos parte de los temas) me ocupan hace años por lo que podría escribir un comentario de 25 capítulos, pero no lo haré. No conozco a Birmajer ni puedo leer su artículo (no voy a correr a comprar un número atrasado de Ñ) pero conozco a Ferrer y acabo de leer su nota: no coincido en que diga lo que decís que dice. Eso no me hace defensor de Ferrer ni opositor tuyo: sólo creo que dice otra cosa.
ResponderBorrarYa he dicho mucho sobre lo blog y diré más pero siempre equidistaré de quien reduzca el fenómeno a lo mismo (literatura, periodismo, diario íntimo) o a lo otro (revolución, web 2.0, nuevo ser). Creo, sinceramente, que hay dos tipos de gente (reduciendo, ¿ok?) que gozan de lo blog: los bloggers que dicen ser parte de una nueva realidad blogósfera y los antibloggers que dicen ser parte de una vieja realidad posta posta. A mí, ambos, me nefregan. En el medio estamos los que tratamos de leer el fenómeno con cautela, como siempre. Y producir lo que nos venga en gana.
Y no somos vanguardia ni un carajo sino gente que escribe y publica donde puede y lo que puede.
¿Fracasados? Me cago un poco en ese concepto que al fin de cuentas depende de demasiadas variables, también íntimas. Una novela mía llegó al mismo nivel de evaluación que "El anatomista" en un Premio Planeta (ambas perdieron) del siglo pasado. ¿Eso significa algo? No, nada. Estamos hartos y estamos de vuelta, pero no estamos en oferta.
Y eso significa que tenemos diferencias y un día las escribiremos (las escribimos), en un blog, en un libro o en un puto cuero de carnero con un pedazo de carbonilla.
Saludos.
Gracias, Cinzcéu por responder a mi pedido. Suelo ser como los borrachos pendencieros, que ven provocación por todas partes... Por eso, cuando ando medianamente sobrio, necesito que me digan (los que hayan estado en la pelea, claro) cuantas piñas de las que tiré fueron a parar a las jetas que las merecían. Saludos
ResponderBorrarGracias por la mención.
ResponderBorrarInteresante análisis.
Gracias a vos, por haber posteado lo de Uriarte y responder a la invitación.
ResponderBorrarHOLA AMIGO MIGUEL DAO !!
ResponderBorrarMi nombre es Martin, yo era uno de los foreros de Comic Nacional y nos mandabamos muchos mails antes de que nos rajaron , o nos fuimos, depende como se quiere ver de ese foro
Bueno, solamente pasaba para decirte que me gusta tu blog porque haces eso que no es repetir noticias como si fuese un noticiero de comics,si no que pones criticas que estan bastante buenas.
Bueno, no quiero joderte más y te dejo mi blog, que lo tengo medio descuidado para que te des una vuelta.
Si queres deja mensajes,si no, no dejes nada !!!!!!
http://comixtinchos.blogspot.com/
Un abrazo y sigan los exitos !!!!!!!! ?????????????????????
Martin
MIRAVÓ, MARTIN!!! YO PENSABA QUE ERA EL UNICO QUE RESISTIA DESDE EL DESTIERRO!!! JUUUUAAAAAAAA!!!
ResponderBorrarAURA MESMO ME VOY PA' LLÁ!!! ABRAZO
Gracias Miguel !
ResponderBorrarTe dejo el link del grupo del fanzine.
Por el momento no hay fecha de estreno pero en el Blog suben todo lo que van haciendo...
http://fanzinebarricada.blogspot.com/
Un abrazo y estoy leyendo muchos de tus articulos de tu blog.
Grandes verdades que nadie se atreve a decir....
Saludos
Martin
Hay bastante laburo, por lo que veo, Martín. Y del bueno. Les seguiré los pasos... TODA LA MERDE PARA UDS.! (deseo de suerte teatrero, aclaro)
ResponderBorrarAAAaaaaaa bueno, pensé otra cosa con eso de MERDE, JUAJAJJAJA...
ResponderBorrarEspero que nos vaya bien y no nos vayamos a la MERDE !
Cuando hayamos editado algo te aviso y te la mando por correo
Saludos para vos, para tu familia y para La Plata !
PD.Sigo leyendo tus notas, no puedo parar !!!!!!
Ayer decía que respondía rápido y mal a tu amable invitación (la verdad es que el tema me saca mal) y ahora intento responder no tan rápido y menos mal:
ResponderBorrar1) La sola apelación al "mundo real" del libro o del papel vs. el ¿mundo irreal? de las pantallas, es una falacia que no resiste ningún análisis. Siempre me pregunto por qué los empiristas de la obviedad que en internet no ven más que virtualidades o irrealidades, no ponen el mismo empeño en describir la prensa gráfica, la radio, la TV y por qué no el teléfono. Ok, la prensa gráfica está impresa en papel (y se sabe que el papel es garantía de "mundo real"...) pero ¿qué impediría criticar la virtualidad de la telefonía?
2) "Publican, tienen un grupito de boludos que los aplauden, les dan bola algunos medios y listo... Ya tienen el kioskito armado, y para siempre". Esto, creo, es la lectura esencial de la aparente posición de Birmajer. El tipo no hablaría de blogs (quizás no tenga la capacidad para hacerlo o simplemente no le interese hacerlo) sino de sus adversarios de parroquia. Entonces argumentaría: "¿qué decís, perejil?, ¡si a vos no te publica ningún editor y tenés que editarte solo, como el buey que bien se lame!". Lo diría de otro modo, claro, porque es Escritor Editado Y Premiado Por La Crítica. Uno no puede leer "lo blog" sino unos pocos blogs a los que con frecuencia llega por algún tipo de afinidad de temas, de palabras clave, de referencias o de lo que fuere. Uno lee 15 ó 20 blogs que halló bajo los términos "literatura posmoderna" o "vanguardias literarias" y, si es necio, considera que ya comprende de manera cabal de qué trata el fenómeno blog a nivel universal.
3) Evidentemente Birmajer habla de sus adversarios de parroquia (quizás de uno solo que le afanó una bolita cuando cursaban el tercer grado). Decir que quienes copian y pegan notas de la prensa, quienes cuentan su día por demás ñoño, quienes postcastean música y mandan fotos de pajaritos y quienes no son capaces de hilvanar tres frases sin incurrir en treinta yerros ortográficos y/o gramaticales son "poetas malditos en el ciberespacio" es una franca necedad. ¿O yo estoy muy errado y el blogger o blogista medio es una suerte de resentido Rimbaud ansioso por entrar a la redacción de Clarín?
4) Sobre tu largo párrafo acerca de la autoedición literaria (o autoestreno teatral, o...) bajo las reglas del mercado pero fuera del mercado y pagando a los buitres, coincido ciento por ciento. Es una vertiente marginal del negocio pero algunos (que nunca son los autores, dramaturgos, actores, compositores, etc.) viven de eso y sólo de eso.
5) La publicación en un blog depende de lo que señalás y de bastante más. ¿Qué es un blog? Éste (el tuyo) está casi exclusivamente dedicado a un objetivo para el cual la periodicidad de publicación es irrelevante: historiar, criticar, relevar, comentar los lenguajes, géneros y estilos de la historieta y sus instancias de culto y coleccionismo. El blog debe ser tratado como un medio; sería comparable a una revista. Y resulta que Viva debe rellenarse cada semana pero otras revistas (que no por ello dejan de serlo) sacan tres números en el verano de 2006, otro a mediados de 2007 y reaparecen con una edición especial en 2008. La crítica pavota (muchas veces interesada pero otras sólo estúpida) "tiende a instalar la idea de la necesidad de una forma prefijada, de la que es imposible escapar" pero las producciones efectivas y su reconocimiento social suelen desmentirla.
6) La cuestión del alcance, la masividad de público y la repercusión de un blog ni siquiera es comparable (disculpame la referencia a lo viejo y conocido) a la que debía tener un panfleto político durante la Comuna de París o un libelo artístico durante la Revolución Rusa o un fanzine antimperialista durante la invasión a Vietnam. Es verdad que el dispositivo hoy permite llegar al último sujeto con conexión a la web, pero ¿cuántos lectores tenemos? 30, 40... ¿1000? Nadie en su sano juicio puede temer a tal magnitud estadística. Pero entiendo que la idea sería valorar el blog como nuevo medio, más allá de los contenidos de cada cual. Lo nuevo del blog es relativamente marginal y ya ha sido aprovechado por el poder. ¿Cómo se explicaría que el propio sitio de Clarín (y de casi todos los medios de prensa a nivel mundial) esté rebosante de blogs, si el blog fuera sólo eso que dicen quienes lo dicen desde Ñ? No temen: operan, porque está en su naturaleza.
7) Por supuesto que hoy, en la web, con un click se puede denunciar, opinar, argumentar, informar. Pero la cosa es muchísimo más compleja y se parece demasiado a la autoedición literaria, el autoestreno teatral o la autogestión política: ¿cuál es su alcance material efectivo y cuál es su potencialidad de cambio? Esto no voltea la justa figura del disidente que plantea Uriarte y de la cual reivindico, orgulloso, formar parte; sólo la deja en un lugar de necesaria dignidad e inevitable pesimismo.
8) Sos como un borracho pendenciero que ve provocación por todas partes... (y a veces hasta con rasgos paranoides que comparto). Pero en general se te nota medianamente sobrio. De la piñas que tiraste, un 82.5% impactaron en su target según un informe de D'Alessio IROL realizado para el Grupo Clarín...
Saludos.
je, je, je... como siempre, los encuestadores se equivocan, mi estimado Cinzcéu. Confío más en tu apreciación sobre mi relativa sobriedad. En cuanto a la efectividad de las piñas, inmediatamente después que lo escribí, pensé que sonaba muy presuntuoso. El personaje soberbio, que se las sabe todas, lo comporto solamente ante algunos “historietófilos” retrógrados, a los efectos que piquen, pero nunca en estos temas y menos ante vos. La cuestión -corregida- pasaría por si las piñas van pa’l laú de la justicia, pero sin esperanzas, claro, que impacten. Como vos acertadamente señalás, un blog como el mío será visitado, a lo sumo, en sus mejores épocas, por un promedio de cien personas diarias. Lo cual no quiere decir que todos lean, y de los que leen, la mitad, al menos, deben ser visitantes asiduos que coinciden de antemano con la postura de uno. Estos generalmente no opinan si no tienen nada para agregar, como es mi caso -te decía-al visitar el tuyo. Y siguiendo con lo auto referencial (pero evitando dar pasto a la teoría del show del yo), lejos estoy de creerme un "poeta maldito del ciberespacio", que o -como decís- no existen, o si los hay deben ser contadísimas excepciones. Lo que sí hay más, por suerte, es gente que no se traga todo lo que le venden y -aún confusamente- lo expresa. Nos, los disidentes, podemos quedar perdidos entre los millones que cuentan la banalidad de su día, o hacen copypaste de otros medios, o suben fotos del gato, de acuerdo. Pero quién te dice, algún día seamos más... Cuando me referí al poder -potencial- de los blogs (o “lo blog” como preferís usar) lo hacía, y vos así lo has entendido, en función del conjunto de ellos. Y de la permanencia, la paciencia oriental para esperar que alguien pase a leer lo que se escribió hace dos, tres años. Este fenómeno lo registro por comentarios a viejísimos posts míos, lo cual no deja de sorprenderme. Obliga a ser coherente en el discurso. A diferencia del diario, que es descartable. No se me escapa lo de las versiones digitales. Es verdad que estos grupos operan en todo espacio susceptible de generarles rédito. La web para ellos, aunque menor, también es negocio. Y si no lo fuera, aún cuando les arrojase pérdidas, igual les serviría como estrategia de inserción. Creo que dentro de esa política también se inscriben los blogs de Clarín, que mencionás. Resultando así más notoria la contradicción con lo que critican. Pero -y aquí probablemente actúe tanto mi porción de paranoia, como el deseo de que alguna piña global y virtual alguna vez acierte en la jeta de los del “mundo real”- también puede estar presente la necesidad de asimilar al contrario. Tener contenido el fenómeno, por las dudas se dispare hacia lugares -y provoque efectos- impensados. Ellos piensan en el futuro, porque es su interés mantener y consolidar este presente, y es posible que entre sus hipótesis figure que el mundo llegue un día a convertirse definitivamente en “no real” y contrario a sus intereses. Y se sabe, acostumbran a poner fichas en todas partes, por si las moscas. En fin... Entre mi lista de insufribles están los tipos que te piden opinión sobre lo que hacen y, después, ante la más leve crítica, salen a defenderse. Espero no haber caído en semejante estupidez y que se lea esto que escribo como un intento de reflexionar (dentro de mis limitaciones) junto con vos. Y si me extiendo aquí, y no suelo hacerlo en tu blog, es porque te traje medio obligado a mi planteamiento del tema, en el que vos has aportado mucho. Por ejemplo, me resultó curiosa tu comparación de la publicación en un blog, con la autoedición en libro. Nunca lo había pensado. Aunque no tiene que ver con directamente con el asunto, me hizo cuestionar si en definitiva, aún no habiendo guita de por medio, no caigo en lo mismo que critico a los que publican en Dunken. Ojala que no. Llevando al extremo tu idea, también existiría autoedición en fotocopiar algo que uno escribió y pasárselo a los amigos. La diferencia radicaría que en ese caso no habría autoengaño con supuestos valores como “trascendencia”, “prestigio”, “éxito”, sino legítimo deseo de comunicarse. Lo que en definitiva compensa la inevitable porción de egotismo que siempre implica pensar que uno pueda tener algo interesante para decir a los demás. Bueno... está por llover en serio, y rajo a cubrir la “Pelipincho”, como decía el finado De Grazia. Saludos, compañero disidente.
ResponderBorrarSr. Dao:
ResponderBorrarSigo pensando que tomar en serio a Birmajer o a toda la caterva de alcahuetes es un error. Las opiniones del sr. Céspedes no eran más que la natural indignación que una persona cualquiera puede expresar ante la obsecuencia frontal y asumida. Simplemente, es una postura que el lector no espera encontrar; regularmente, los lacayos siempre han conservado cierto pudor.
Birmajer es un pobre redactor, que no podría pasar ni en mil años por escritor, mientras que Ferrer es un número fijo de la farándula progresista. No trabajan con ideas sino con lugares comunes; y por eso ninguna persona razonable discutiría con ellos.
En cuanto a los blogs, no hay que ser demasiado optimista. Son simpáticos y sirven para muchas cosas, pero no dejan de ser un club de amiguitos virtuales. Básicamente, porque -como usted bien dice- las personas han perdido la capacidad crítica. Pedirle a un lector que juzgue el contenido de un texto sin saber quién es el autor es pedir demasiado; un moderno estará de acuerdo con las imbecilidades de Daniel Link sólo si están firmadas por Link, del mismo modo que un progre estará de acuerdo con las naderías de Piglia o Viñas si las firmas de rigor rubrican la gansada. Sin los nombres para orientar, el lector se declara incapaz para pensar por sí mismo y se retira.
También la supuesta libertad del medio le juega en contra. ¿cuántos millones de blogs hay? ¿y van a estar mañana? ¿Podremos citarlos como fuente seria? No sabemos nada de nada, excepto que algún buen artículo cada tanto aparece. Esta falta de institucionalidad atenta contra el contenido: ¿qué tanta profundidad puede permitirse un autor, dada la poca profundidad que el lector supone ante un medio efímero?
Usted cree que el blog puede ser un medio subversivo; yo pensé lo mismo, pero la realidad parecería postular otra cosa. Hay algún que otro sitio heterodoxo, que desconoce expresamente las jerarquías oficiales y las expone y ridiculiza. Pero son estricta minoría. La idea básica del libro fue la circulación y preservación de las ideas; la del blog parece ser la unión más o menos virtual de personas en torno a lugares comunes estructurados como nichos de mercado.
La discusión acerca del medio es irrelevante. Lo importante son las ideas, y las formas asociativas que de ellas se deriven. ¿por qué perder tiempo en cuestiones técnicas si las teóricas ni siquiera han sido planteadas?
Pero bueno...
Lo dejo ahora porque voy a buscar en la página sus juicios sobre Liniers (antes de caer en La Nación, ponerse de moda y aburrir con su Poesía-explotation, el tipo no era malo). Buen laburo el que se tomó con Quinterno.
Saludos, y disculpe la incoherencia de éstas líneas
Sr. Dao:
ResponderBorrarLo molesto otra vez. Acabo de leer su juicio sobre Liniers, y sin ánimos de discutir, debo decir que disiento. Las primeras tiras, en las que el tipo apelaba al absurdo, me parecieron muy buenas y para el momento, novedosas. No seguía la línea de Fayó o Podetti, que diez años antes habían hecho algo parecido. Pero después Liniers se dedicó a currar, y desde que está en La Nación es ilegible del todo.
En cuanto a Rep, le doy la razón. Es algo así como la "conciencia progresista ilustrada", y desde siempre me resultó insoportable. ¡Y pensar que el mismísimo Nine lo elogió alguna vez!
Estimado Secretario:Lo había invitado, y esperaba su visita. Era bueno que Ud. (su tono me impone demasiado respeto como para seguir con el tuteo)apareciera por aquí, ya que fue quien sembró la semilla de la discordia. Es posible que yo ande buscando desesperadamente las fisuras del sistema y me parezca hallarlas en cualquier lugar. Es tan cierto lo que Ud. dice acerca de las pequeñas comunidades de bloggers, como que el público de teatro independiente está formado casi exclusivamente por gente de teatro. Pero el "casi" vale también para los blogs. Aquí aparece mucha gente por temática, más que por ser autores de blogs dedicados al género de la historieta (de ésos,pocos me estiman). Repito que lejos de creerme yo indicador de nada, pero... Con respecto a su pregunta (retórica) "¿qué tanta profundidad puede permitirse un autor, dada la poca profundidad que el lector supone ante un medio efímero?", me la he planteado a veces, y en respuesta, por períodos, me he dedicado a postear sólo humoradas y chicanas. Pero hay otros momentos en que el nivel de los visitantes me sorprende y me obliga. En fin... Pactemos en la mitad, si le parece: ni subversión, ni imposibilidad absoluta de modificar nada.
ResponderBorrarEn lo que he respecta a Liniers, conozco su trabajo en Fierro y poco más. De allí surgen mis apreciaciones. Varias personas que me merecen respeto(no incluyo a Maitena en la lista, pero sí a Ud.)hablan bien de él. Ante esto, en otros casos similares, me dedicaría a revisar más, a fin de corroborar o cambiar mi mirada. Pero los múltiples testimonios de plagio de Liniers a otros humoristas, me indican que no vale la pena. Mi respetuosos saludos a Ud. y al Sr. Céspedes.
Gracias.
ResponderBorrarAntes que nada, quería decirle gracias.
Leyendo el post, al cual llegué por “Claudio Uriarte y la historia de este blog” del blog malas palabras, se me plantearon un par de interrogantes.
¿Qué fueron las aguafuertes de Arlt, sino un blog perteneciente al “mundo real” de lo impreso?
¿Por qué clarín tiene blogs en su web? Sí, me pregunté lo mismo que Cinzcéu, a quien desconozco, pero solo por ahora.
Se me ocurre que puede llegar a tener algo que ver con “si no puedes vencer a tu enemigo, únetele.” Para así vaciar su contenido ideológico, como ha pasado cuando convirtieron a “el che” en un producto. Sabían que no lo podían vencer (conceptualmente), por lo que se unieron a él, para así tergiversar un poco la cosa y ya no saber si fue un revolucionario o un producto del pop art.
¿Qué se yo?
Estmado Keredero: Gracias a vos por la visita. Justamente ayer, en Clarín, salió otra jugosa nota referida al tema sobre la que voy a postear no bien regrese de mi retiro conventual en estas Pascuas. Este mecanismo de zapping de los blogs es bueno, a veces. A través de él vas a llegar a Cinzceu, que vale la pena.
ResponderBorrarestimado dao... es demasiado extenso tu post y me disparó un montón de temas, por lo que me voy a apuntar en uno solo: el sistema. yo soy dibujante (cualquier cosa ver mi blog, que demuestra la valía de mi quehacer)(que hacer? nada, es lo que hago, nada mas), a la vez soy profesor de dibujo en escuela primaria, en un pueblo a hora y medio de donde resido (santa fe), a su vez tengo un taller de historieta en una dependencia cultural de la universidad del litoral, a su vez tengo un par de horas semanales en la escuela de artes en un trayecto de ilustración ye historieta. y sin embargo no logro que ningún medio me banque la impresión de una historieta para exponer. claro, a mi se me ocurre ir con los requisitos de forma, llevar el cd con los trabajos y el curriculum y eso... el asunto es que no tengo padrinos. a quien conocés vos para que te garpen? nadie, solo a los perejiles, y si estoy en la universidad es solo porque estoy dando oferta de una materia de la que ellos no tienen a nadie. encima les doy chapa. pero si no tenés al padrino (y no hablo en terminos mafosos, solo de amiguismo) es al pedo. Y es al pedo también llorar. Las cosas son lo que son. de todas maneras sigo apareciendo para ver si algún día ligo algo. pero como bien dice cinzceu, ¡¡no estamos de oferta!! mientras tanto tengo mi blog..y lo seguiré teniendo.
ResponderBorrarMi estimado Polaco: Pepe Soriano comenzaba El Loro Calabrés con una frase: "Uno es lo que uno hace y uno hace lo que uno es". De eso se trata, de la práctica social cotidiana. Es lo que a uno lo define y lo valida como profesional y como persona, más allá de los parámetros simbólicos que impone el sistema como legitimación.
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