Ayer anduvo el Fede por casa, nos chupamos unas cervezas, y charlamos un rato. Me trajo de obsequio el libro de Autobiógrafo que me leí de un tirón. Al principio puteé bastante contra el dibujo infantil, las letras chiquitas, la morosidad de la acción y las permanentes citas a pié de página.
Después el código me fue ganando. López es un buen dibujante y lo demuestra cuando quiere, así que no cabe duda que lo elemental de su trazo es una elección estética. Y además, narra visualmente con limpieza admirable. El laberíntico relato de Reggiani podría ser ininteligible en manos de otro. Sus traslaciones del género literario, los constantes juegos con los distintos niveles de "realidad", los guiños lingüísticos, semiológicos, metahistorietísticos y hasta políticos son constantes y terminan integrándose con extraña coherencia a la línea de acción principal.
Se me ocurría que la historia de la vecina/Zalaberga, que rapta perros y personas para robarles el alma, y los devuelve transformados (... hay un tufillo a Bioy ahí, particularmente "Dormir al sol", que a Fede le gusta, según me confesó*) daría ferpectamente para una muy buena historieta clásica. Sin embargo, las tiras paralelas, que recrean una vieja tradición del cómic yankee a la vez que parodian las citas de un libro, se convierten en un elemento esencial que aporta atractivo a la trama, a la vez que la complejiza. Aparte de arrancar carcajadas (**).
Le doy 8 Daos.
(*) El pez por la boca muere, Fede...
(**) En serio acostumbra a usar pollerita, Fede?
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