Ayer me dejaron un comentario en un viejo post que llevaba este título y da la casualidad que hoy puedo volver a usarlo.
Resulta que cuando ando con un tipo de laburo que me exige exprimir las neuronas, como ahora, uso la relectura de mi colección de Quinterno como forma de distracción. Últimamente, había agarrado la extraordinaria franja de Correrías que arranca por la numeración del 60, más o menos. Junto con los cambios en el dibujo (año 1963, incorporación de Urtiaga), se empieza a percibir también un vuelco en los guiones. Tienen un no se qué de “moderno” que, a pesar de la innegable calidad de los anteriores, comienza a percibirse recién por esa época. Supongo que seguirían siendo responsabilidad de Repetto, pero no descarto que haya aparecido un nuevo colaborador. Aunque es posible que estas impresiones estén condicionadas por mi apego a aquello que me impactó en la infancia, ya que las primeras Correrías que conocí pertenecieron precisamente a esta etapa.
El caso es que vengo revisando historietas memorables como “EL ISLOTE DEL DIABLO”, “LAS ISLAS FELICES”, “LA RISA DE LA MOMIA”, “¿QUIÉN ES QUIEN?”, “EL SOMBRERO DE NAPOLEON”... y no sigo, porque habría que enumerar prácticamente todas, hasta pasado el número 100.
Dos títulos -casi corridos- de los tres que agarré hoy, me provocaron la escritura de este post. Se trata de “GUERRA AL TABACO” (nro. 88, 04/65) y “EL GRAN DUQUE” (nro. 90, 06/65).
He hablado varias veces sobre las revistas con anotaciones para adaptación que poseo, y que constituyen la prueba indubitable que fueron choreadas de editorial por algún empleado infiel, para su venta a coleccionistas. Otro indicio en el mismo sentido es el inmejorable estado en que se encuentran. Lo raro del primero de los títulos mencionados es que, hasta donde conozco, nunca fue republicado en Selección de las Mejores. En las primeras páginas de este ejemplar aparece varias veces Isidorito usando patines, e insistentemente, con lápiz, se señala que se los debe “reemplazar por rolling skates modernos”. No soy experto en grafología, pero me atrevería a sostener que la indicación pertenece al mismísimo Dante Quinterno. Hace bastante tiempo, Atilio Millán me envió una nota interna de puño y letra de aquél (ver), y encuentro similitudes notables. Obsérvese, por ejemplo, “por” “te”, la “z” de arriba, las distintas “m” que usa cuando empieza la palabra y cuando está dentro de ella... Con lo cual, señores, mi ejemplar de “GUERRA AL TABACO” ha pasado a cotizar cinco veces más (y no se si no me quedo corto).
Con respecto a “EL GRAN DUQUE”, hay un detalle que siempre noté y que creo nunca haber referido en este blog. El personaje del título, y el título mismo, son claramente un homenaje a la aventura que Quinterno desarrolló entre diciembre del ’38 y marzo del ’39 en el diario El Mundo, republicada poco después -aunque incompleta- en la Patoruzú semanal, y compilada finalmente en el Nº 18 de Andanzas (junio del ’58), bajo el título de “EL GRAN DUQUE DE LA MANCHA”.
Resulta que cuando ando con un tipo de laburo que me exige exprimir las neuronas, como ahora, uso la relectura de mi colección de Quinterno como forma de distracción. Últimamente, había agarrado la extraordinaria franja de Correrías que arranca por la numeración del 60, más o menos. Junto con los cambios en el dibujo (año 1963, incorporación de Urtiaga), se empieza a percibir también un vuelco en los guiones. Tienen un no se qué de “moderno” que, a pesar de la innegable calidad de los anteriores, comienza a percibirse recién por esa época. Supongo que seguirían siendo responsabilidad de Repetto, pero no descarto que haya aparecido un nuevo colaborador. Aunque es posible que estas impresiones estén condicionadas por mi apego a aquello que me impactó en la infancia, ya que las primeras Correrías que conocí pertenecieron precisamente a esta etapa.
El caso es que vengo revisando historietas memorables como “EL ISLOTE DEL DIABLO”, “LAS ISLAS FELICES”, “LA RISA DE LA MOMIA”, “¿QUIÉN ES QUIEN?”, “EL SOMBRERO DE NAPOLEON”... y no sigo, porque habría que enumerar prácticamente todas, hasta pasado el número 100.
Dos títulos -casi corridos- de los tres que agarré hoy, me provocaron la escritura de este post. Se trata de “GUERRA AL TABACO” (nro. 88, 04/65) y “EL GRAN DUQUE” (nro. 90, 06/65).
He hablado varias veces sobre las revistas con anotaciones para adaptación que poseo, y que constituyen la prueba indubitable que fueron choreadas de editorial por algún empleado infiel, para su venta a coleccionistas. Otro indicio en el mismo sentido es el inmejorable estado en que se encuentran. Lo raro del primero de los títulos mencionados es que, hasta donde conozco, nunca fue republicado en Selección de las Mejores. En las primeras páginas de este ejemplar aparece varias veces Isidorito usando patines, e insistentemente, con lápiz, se señala que se los debe “reemplazar por rolling skates modernos”. No soy experto en grafología, pero me atrevería a sostener que la indicación pertenece al mismísimo Dante Quinterno. Hace bastante tiempo, Atilio Millán me envió una nota interna de puño y letra de aquél (ver), y encuentro similitudes notables. Obsérvese, por ejemplo, “por” “te”, la “z” de arriba, las distintas “m” que usa cuando empieza la palabra y cuando está dentro de ella... Con lo cual, señores, mi ejemplar de “GUERRA AL TABACO” ha pasado a cotizar cinco veces más (y no se si no me quedo corto).
Con respecto a “EL GRAN DUQUE”, hay un detalle que siempre noté y que creo nunca haber referido en este blog. El personaje del título, y el título mismo, son claramente un homenaje a la aventura que Quinterno desarrolló entre diciembre del ’38 y marzo del ’39 en el diario El Mundo, republicada poco después -aunque incompleta- en la Patoruzú semanal, y compilada finalmente en el Nº 18 de Andanzas (junio del ’58), bajo el título de “EL GRAN DUQUE DE LA MANCHA”.
Y el resultado de haber retomado el personaje junto a Patoruzito e Isidorito es realmente brillante.
No está demás apuntar nuevamente la oportunidad que se perdió Perfil de hacer conocer a las nuevas generaciones estos auténticos clásicos de la historieta cómica argentina.
A pleno con eso que decis de haber reeditado este materila mas de la epoca de oro y no tato las otras reedicioes que ya habian sido refritadas.
ResponderBorrarY si tenes esos numeros(entendí bien?)con notas en puño y letra de Quinterno,que decirte amigo...que tenes un tesoro en tus manos,pero quien mejor que vos para custodiar celosamente ese legado Miguel.
Sí, Fer, lo tengo y lo custodio celosamente... hasta que me hagan una oferta tentadora. Abrazo
ResponderBorrarhola miguel,coincido con vos que a partir del numero 51 en adelante vienen los numeros mas grosos,y creo que en parte se debe al personaje de isidorito al cual se lo hace mas protagonista,a su vez le dan un perfil mas adulto,en estos numeros empieza a escabiar, hace tranzas etc.saludos daniel
ResponderBorrarhola miguel,coincido con vos que a partir del numero 51 en adelante vienen los numeros mas grosos y creo que en parte tiene que ver con el personaje de isidorito al cual lo hacen mas protagonista .tambien le dan un perfil mas adulto,por ejemplo en estos numeros empieza a escabiar , hace tranzas etc. saludos daniel
ResponderBorrarEs cierto lo del cambio de Isidorito. Siempre me llamó la atención que Quinterno permitiera que chupara y fumara. Por supuesto que tiene que ver con el contraste con Patoruzito y el correctivo moral que éste imponía. Pero a veces el tema resulta ambiguo, y desde ya que las transgresiones de Isidorito son siempre atractivas. Es el viejo problema de predicar el bien mostrando el mal. Además, en la historia a la que me refiero en este post, "Guerra al tabaco", aparece con claridad que la condena social al cigarrillo ni de lejos tenía la fuerza que tiene en la actualidad. Entonces, contextuada en los '60, la conducta de Isidorito, a pesar de que no se veía bien que un pibe fumara, se entiende más.
ResponderBorrarhola,cuando me referi al personaje de isidorito un poco mas adulto(me olvide que tambien empieza a timbear a lo loco) a mi me parece que hay un nuevo estilo en los argumentos ,no se si vos lo podes corroborar ya que como vi en otros post comentas que casi no hay registros .saludos daniel
ResponderBorrarEl tema, Daniel, es que los fans nos tomamos mucho más en serio estos detalles que los que realizaban argumentos y dibujos. Era una empresa colectiva, y no se si en la actualidad hay alguien que pueda puntualizar a quien corresponde cada etapa. Lo más que pude esclarecer en este blog fue respecto a los dibujantes, y costó mucho laburo, y aún así quedan grandes imprecisiones. Creo que el único que podía haber dado una data certera era el propio Quinterno. Se la llevó a la tumba. Saludos.
ResponderBorrarPara mi de pendejo fue toda una revelación verlo a Isidorito fumando unos "importados" y chupando whiskey.
ResponderBorrarAcostumbrado a leer la versión pasteurizada de los 80´s me parecía muy loco.Que macana que no lo reeditan asi como era originalmente.
Lo paradójico era que pensaban que sacándole el traje y el moñito y poniéndole pantalones largos y campera, lo hacían más "canchero". Hace unos días releía la nro. 100, "El cuadro maldito", y me asombraba del nivel de crueldad del guión -creo que no se reeditó nunca-. Un padrastro dispuesto a ahorcar al hijastro, por orden del padre verdadero de éste. Al final, al padre, que desconocía su condición de tal, Patoruzito lo termina exculpando. A pesar de la moralina de Quinterno respecto al sexo, era muy conciente que si en la historieta no se juegan ciertos aspectos oscuros, no funciona. Esa es la gran diferencia que tiene con García Ferré, donde todo es anodino.
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