Es suave, dulce, redondo, es del tío Cézard. Me acuerdo, es el que encontraba después de Ia escuela en los pequeños formatos que compraba al vendedor de periódicos antes de volver a casa. Se titulaban Tartine Mariolle, Pépito, Blek le roc, Pim Pam Poum, Kiwi, etc…. Hasta la hora de los deberes (es decir lo más tarde posible), me deleitaba con todos estos personajes de confortables redondeces y he intentado más tarde volverlos a dibujar. Con Arthur le fantôme, no comprendía cómo el dibujante llegaba a dar tanta expresión a un personaje que no tenía, en líneas generales, mas que dos brazos y dos agujeros negros en lugar de los ojos, para hacerse entender. Los míos (mis proyectos de Arthur) tenían siempre el aspecto de bolsas gordas, mullidas, inexpresivas, informes…
Sus manos, a veces con cuatro dedos, otras con cinco, pequeñas y rechonchas como las de un bebé, tenían una gracia y una delicadeza muy particulares. Ahora comprendo y sé que sólo depurando para llegar a lo esencial y con mucho trabajo, se puede lograr crear tal personaje.
Observen: Arthur es tres rayas armoniosas, dos curvas delicadas, un gracioso acabado de cabeza, una comba en buen lugar (como diría Lavilliers), tres gotas alrededor de la cabeza y Hop! Funciona. Bravo por el artista, es tan difícil emocionar a los niños con un pase de magia.
Gracias tío Cézard, entre otros, por haberme enseñado el gusto del redondeado expresivo. Continúo mejorando y Arthur, ya está, llego a poco a poco a hacerlo parecido. En cambio, para hacer decorados tan perfectos como Cézard, tengo todavía mucho progreso por delante. Habrá que poner un gran empeño.
Esto les da risa? Muy bien, tomen un lápiz y me dibujan un Arthur! Van a ver si es tan fácil. Recojo las copias en quince minutos! A trabajar.
Florence Cestal
Sus manos, a veces con cuatro dedos, otras con cinco, pequeñas y rechonchas como las de un bebé, tenían una gracia y una delicadeza muy particulares. Ahora comprendo y sé que sólo depurando para llegar a lo esencial y con mucho trabajo, se puede lograr crear tal personaje.
Observen: Arthur es tres rayas armoniosas, dos curvas delicadas, un gracioso acabado de cabeza, una comba en buen lugar (como diría Lavilliers), tres gotas alrededor de la cabeza y Hop! Funciona. Bravo por el artista, es tan difícil emocionar a los niños con un pase de magia.
Gracias tío Cézard, entre otros, por haberme enseñado el gusto del redondeado expresivo. Continúo mejorando y Arthur, ya está, llego a poco a poco a hacerlo parecido. En cambio, para hacer decorados tan perfectos como Cézard, tengo todavía mucho progreso por delante. Habrá que poner un gran empeño.
Esto les da risa? Muy bien, tomen un lápiz y me dibujan un Arthur! Van a ver si es tan fácil. Recojo las copias en quince minutos! A trabajar.
Florence Cestal
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