En las primeras ediciones españolas (principios de los '40) de cómics de superhéroes yankees, a Superman lo bautizaron "Ciclón el Superhombre" y a Batman "Alas de Acero". El motivo que tuviesen nombres cambiados era que a Franco no le gustaban tantos poderes desatados. El único superhéroe debía ser el Caudillo. Por ende, los editores debían hacer malabarismos para eludir la censura.
Tampoco le gustaba a Franco, dado que Madrid carece de mar, que los barceloneses lo contemplaran. Entonces, de pura envidia, les mandaba a tapar el paisaje del puerto con enormes containers y vallados, según nos contó una noche en Barcelona, a mi mujer y a mí, una vieja taxista catalana independentista. Recién pudieron ver el mar cuando Franco murió.
Y hablando de muertes... hace un tiempo un amigo me dio la pista para investigar la trágica historia de la revista humorística La Traca, de su director Vicent Miguel Carceller y del dibujante Carlos Gómez Carrera, quien -bajo el seudónimo de Bluff- creaba tapas como éstas, que sacaban a relucir lo que se rumoreaba sotto voce acerca de la sexualidad del Generalísimo.
Les recomiendo que gugleen, es una historia -no historieta- que vale la pena conocer...
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