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viernes, agosto 11, 2006

PATORUZU – BOURDIEU: A LAS PRUEBAS ME REMITO (CONCLUSION)

ADVERTENCIA: Si algún menor ha accedido a este blog, debe abandonarlo inmediatamente, ya que la imagen que se exhibe a continuación solo es apta para mayores de 21 años…

Sí, señoras, señores. Por si aún quedara, luego de lo publicado estos días, alguna remotísima duda de la relación homosexual entre el indio y su padrino, he aquí la prueba concluyente, que incluso ilustra sobre sus características sado-masoquistas. Esta impresionante imagen jamás había sido dada a conocer hasta el momento. Dudé mucho en hacerlo, pero las circunstancias que desarrollaré mas adelante, me obligaron a ello. Se hallaba entre los papeles que Quinterno guardaba celosamente en su caja fuerte; poco después de su muerte, llegó a mis manos, a través de una fuente que no me es posible revelar. Por supuesto que se encontraron muchos mas documentos de este tenor, y en ellos se inspiró la editorial para diseñar el número 1000 de Andanzas, cuyo adelanto ofreció en exclusiva este blog hace muy poco. Nótese como Quinterno, que permitía que el indio castigara públicamente a Isidoro con mamporros y sonoros cachetazos, en cambio, en privado, vindicaba al padrino a través de las conductas sexuales que ambos practicaban. Es lamentable que la escena –una vez mas, al igual que en otro de los cuadros que he subido- sea presenciada por los ojos azorados del infante Upa.
Ahora bien… supongo que si alguno siguió con atención la serie “A las pruebas me remito”, que hoy concluye con este contundente testimonio, se habrá preguntado a qué venía todo esto, qué necesidad había de insistir con algo que se rumoreaba desde hace décadas (no soy el primero, ni seré el último que hable de esta relación oculta), o sea que no constituía ninguna novedad.
Contesto que el motivo de esta serie de crudos testimonios, se debe a las múltiples agresiones que he recibido, tanto en este blog, por correo privado, como telefónicamente (al extremo de amenazarme con quemar todos mis ejemplares de Andanzas), de parte de coleccionistas furiosos que me acusaban –después de haber visto el adelanto del Nº 1000- de difamar al indio. Me hacían responsable de haber fraguado esa tapa. Luego, ante los irrefutables testimonios gráficos publicados, que demostraron que el tema es de muy larga data, han llegado incluso a argumentar que el homosexual debía ser yo, ya que -al decir de mis detractores- me mostraba tan obsesionado por este asunto.
En principio, dejo sentado que a mí no me interesa para nada lo que hagan o dejen de hacer en la privacidad Patoruzú e Isidoro. Simplemente, como he dicho, me dediqué a aportar pruebas, con el objeto de defenderme de los furibundos cuestionamientos.
Ahora, como prólogo al fondo de la cuestión, es necesario aclarar que la figura de difamación atañe a personas de carne y hueso, no a personajes de historieta.
Para salvar ese absurdo, supongamos que la imputación se hace en relación a que la intención originaria del creador de estas criaturas, no habría sido la de pintarlos como gays.
O sea: difamando a Patoruzú, se estaría difamando a Quinterno.
Y aquí llegamos a lo central. Por qué implicaría difamación el afirmar que el Maestro concibió como homosexual al héroe por antonomasia de las pampas argentinas???
Sería menos héroe el indio, si fuera gay???
Y si lo hubiera sido el zorzal criollo, o lo fuera Sandro… cantarían peor???
En definitiva, detrás de estas posturas, aún aquéllas que se han ocupado en aclarar que no son discriminatorias, subyace el concepto que la homosexualidad constituye una desviación. Y esto no sólo le sucede a los coleccionistas. Gran parte de nuestra sociedad aún lo piensa. Con matices que van desde calificarla eufemísticamente como "alteración de la conducta" o "desorden objetivo" (inspiración proveniente de Ratzinger, que si fuera fanático del indio, y leyera este blog –sabe mucho de lenguas- también se habría indignado y probablemente me hubiera excomulgado), hasta rotundamente "enfermedad" o "inmoralidad", en ellas está presente –aún en forma inconciente- la retrógrada idea de que las fronteras entre "normalidad" y "anormalidad" son marcadas por las conductas supuestamente mayoritarias. Y digo supuestamente por la carga de hipocresía de muchos de los que adoptan públicamente estas posturas, que en privado ejercen lo que critican, como claramente sucede en el seno mismo de la iglesia católica. La negación de la diversidad es sumamente peligrosa para cualquier sociedad. El tema de la sexualidad sólo es una de sus manifestaciones; de allí a generar formas de pensamiento totalitarias hay un pequeño paso.
Para finalizar, y en relación con lo anterior, creo que es interesante destacar como la homosexualidad sigue siendo, en muchas sociedades, un caso típico -dentro de la teoría sociológica del “etiquetaje"- de estigmatización, es decir, conferir a una persona en función de su preferencia sexual un status social dominante, con toda la carga de exclusión que eso genera. Incluso la palabra "homosexual", sigue portando las implicancias anatémicas de la palabra "puto", sirviendo solamente, en algunos sectores sociales, para encubrir a ésta última. Resulta comprensible, entonces, que este "rito de institución", al decir de Bourdieu -en el contexto de las formas de dominación ejercidas a través del lenguaje-, establecido por la palabra (que no es, en el caso, más que reacción frente a otras palabras institucionalizadas y que describen lo que supuestamente es "natural", como "hombre" y "mujer"), sea tan difícil de remontar, en tanto, como expresa el mismo autor: "El trabajo de inculcación mediante el cual se realiza la constante imposición del límite arbitrario puede tener como objeto naturalizar los cortes decisivos constitutivos de lo arbitrario cultural, los que se expresan en las parejas de oposición fundamentales, masculino-femenino, etc. " (*).
Tomá pa' vos!!!


(*) Pierre Bourdieu "¿Qué significa hablar?, Economía de los intercambios lingüìsticos", Ed. Akal S.A,. Madrid, 1985.

2 comentarios:

  1. Escribí un poco sobre tu frustración sexual y la violación que en tu pasado te corrompió la mente.

    Ruiz*/and the nethle

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  2. Che, Ruiz: ése va a ser tema de mi próximo post, ya que tanto te interesa. No te lo pierdas.

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