"Heinrich Kley: Un Rubens corrompido por Rabelais"
En el año 1908, una revista de plástica y literatura publicada en Munich mostró por primera vez el arte maduro de Heinrich Kley.
Una serie de dibujos caracterizados por una técnica suelta y altamente individual, con una temática que saltaba de la sátira a la desesperación, pasando por la casi obscenidad.
A partir de "Die Jugend", nombre de la publicación citada, la fama de Kley se extendió rápidamente. Hasta ahí, este renano nacido en 1863 sólo había sido uno de esos artistas académicos competentes, dedicado a retratos y paisajes, o bien a escenas industriales captadas en óleos y acuarelas.
A los 45 años, Kley se convirtió en una celebridad. Quien antes "apresaba la poesía" de las fábricas, ahora mostraba al Demonio haciendo visajes detrás de edificios en llamas. Quien había pintado murales en correos o ayuntamientos, apuñalaba a la burocracia sin misericordia. Más allá del virtuosismo técnico que revelan sus dibujos a pluma, se capta la desilusión subyacente en Alemania de preguerra, la crueldad, el dolor, la ironía.
Kley divulgó un mundo de metáforas y paradojas tan desenfrenadamente grotesco como una visión de Brueghel el Viejo, o una pintura japonesa del siglo XIII.
Su estilo tiene evidentes afinidades con ambas corrientes. Animales y monstruos, horripilantes apariciones de bestialidad humana, vicios y locuras, se suceden en sus trabajos. Las virtudes le interesaron muy poco. El elemento erótico es fuerte. El simbolismo, tradicional.
Nada se sabe de su vida personal.
La guerra se lo tragó. Las últimas noticias sobre él son del año 1939. El nazismo se encargó de borrar todas sus huellas en catálogos y crónicas de movimientos artísticos. Al igual que Ambrose Bierce, un hombre tan particular, tenía que morir tan misteriosamente como había vivido.
Felizmente, su obra ha sido rescatada y está entre nosotros.
(Nota: Extractado de la revista Suplemento de Hum©r Nº 3, de marzo de 1979. La mención a Bierce se debe a que la nota estaba dedicada a ambos, dado que Kley ilustró los relatos de aquél. Para los que no conocían a este extraordinario dibujante y se les despertó el apetito, pueden darse una panzada AQUI)
En el año 1908, una revista de plástica y literatura publicada en Munich mostró por primera vez el arte maduro de Heinrich Kley.
Una serie de dibujos caracterizados por una técnica suelta y altamente individual, con una temática que saltaba de la sátira a la desesperación, pasando por la casi obscenidad.
A partir de "Die Jugend", nombre de la publicación citada, la fama de Kley se extendió rápidamente. Hasta ahí, este renano nacido en 1863 sólo había sido uno de esos artistas académicos competentes, dedicado a retratos y paisajes, o bien a escenas industriales captadas en óleos y acuarelas.
A los 45 años, Kley se convirtió en una celebridad. Quien antes "apresaba la poesía" de las fábricas, ahora mostraba al Demonio haciendo visajes detrás de edificios en llamas. Quien había pintado murales en correos o ayuntamientos, apuñalaba a la burocracia sin misericordia. Más allá del virtuosismo técnico que revelan sus dibujos a pluma, se capta la desilusión subyacente en Alemania de preguerra, la crueldad, el dolor, la ironía.
Kley divulgó un mundo de metáforas y paradojas tan desenfrenadamente grotesco como una visión de Brueghel el Viejo, o una pintura japonesa del siglo XIII.
Su estilo tiene evidentes afinidades con ambas corrientes. Animales y monstruos, horripilantes apariciones de bestialidad humana, vicios y locuras, se suceden en sus trabajos. Las virtudes le interesaron muy poco. El elemento erótico es fuerte. El simbolismo, tradicional.
Nada se sabe de su vida personal.
La guerra se lo tragó. Las últimas noticias sobre él son del año 1939. El nazismo se encargó de borrar todas sus huellas en catálogos y crónicas de movimientos artísticos. Al igual que Ambrose Bierce, un hombre tan particular, tenía que morir tan misteriosamente como había vivido.
Felizmente, su obra ha sido rescatada y está entre nosotros.
(Nota: Extractado de la revista Suplemento de Hum©r Nº 3, de marzo de 1979. La mención a Bierce se debe a que la nota estaba dedicada a ambos, dado que Kley ilustró los relatos de aquél. Para los que no conocían a este extraordinario dibujante y se les despertó el apetito, pueden darse una panzada AQUI)
BATMAN DA PA' TODO
Hace poco mencionaba el Rata-Man de Saborido. Los yankees tienen una sátira del Hombre Murciélago que acabo de descubrir: Gnatman, o sea el Hombre Mosquito. Robin pasa a llamarse Rotten, que vendría a ser Podrido. El trazo es por demás interesante. El guión es del facho de Stan Lee, y según se lee por ahí, el nombre del Batman paródico fue la primera alternativa -desechada rápidamente, con tino- que se le ocurrió para Spiderman.
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