Para mí, y supongo que para la mayoría de los pibes de distintas generaciones, el material escolar de la revista era un buen pretexto pa' que los viejos la compraran. Las láminas de San Martín cruzando los Andes me chupaban un soberano huevo. Lo que me importaba eran las historietas. Habría que hacer un estudio serio sobre el nivel que mantuvo la publicación respecto al género, en sus distintas épocas. Yo recuerdo a la mía (los '60) como excepcional. Pero viendo las de este ejemplar del año '49, podemos comprobar que la cosa venía bien de antes.
Pelopincho y Cachirula abarcó varias generaciones, lo sabemos. Ocalito y Tumbita fue otro clásico (genial), al igual que La Familia Conejín, que no llegó a mi época. Y Pancho Broncas (sin dudas un rebautismo local), parece tener el sello de la Disney.
La revista tuvo el enorme mérito, además, de haber publicado Súperman desde sus inicios. El Aguila Fantasma provenía también de la Action Comics.
De postre, un lujo: José Luis Salinas realizando ilustración infantil.
