SOBRE ESTE BLOG...

Vas a encontrar, básicamente, data sobre historieta cómica argentina clásica. Además, bastante de bande dessinée. Algunas reflexiones sobre el lenguaje historietístico, muchas polémicas y miles de imágenes, la mayoría de mis propios archivos. La forma más fácil de ubicar un material o autor es ir a "Etiquetas", revisar y hacer click en la pertinente. También podés escribir una palabra clave en "Buscar en este blog". Tenés mi contacto, encima, acá al lado → → →→ → →→ Suelo responder mails si la consulta es muy específica. En cuanto a enlaces que ya no funcan, lo siento, llegaste tarde. Podés tomar lo que quieras, en tanto cites la procedencia. Si no citás, y te ubico, te escracho públicamente, como he hecho en varias oportunidades. Enjoy
Mostrando las entradas con la etiqueta Liniers. Mostrar todas las entradas
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domingo, marzo 15, 2015

ACONTECIMIENTO: EL LIBRO DE PI-PIO

Comprobarán que se trata -de forma indubitable- de mi ejemplar de Pi-Pío. Accorsi acababa de llevar tres a Entelequia y yo me compré dos, uno para regalar. Porque ante acontecimientos así, uno no se fija en el precio y se pone magnánimo. Aparte, es mi contribución para que salga el segundo tomo.Felicitaciones a Liniers y a Pablo Sapia. Chapeau

viernes, febrero 11, 2011

Pareciera que La Nación se hartó de Liniers...

De otra forma, no se explica que Parés haga este tipo de humor ultra-clásico. Debe tener pautas muy estrictas del diario, como para contrarrestar (por lo menos hasta que se le termine el contrato, supongo) las naderías del Virrey. Y sí... algún día, alguien tenía que darse cuenta que estaba desnudo...
"Humor Petiso" no está mal. Pasa que a veces, es más papista que el papa, y uno alucina que está leyendo Condorito.

domingo, junio 06, 2010

CHISTONTOS (1): LIMURA

Hace bastante tiempo, en este blog existió una sección con el nombre de "Chistontos", el cual había tomado de una definición de Maitena, respecto al humor de Liniers. Por supuesto que el uso que le daba era irónico, dado que lo que mostraba eran chistes de humoristas gráficos "de antes" (no digo clásicos, porque al ritmo que vamos, "clásico" ya es Liniers), que de tontos no tenían nada. Pero la sección estaba a la derecha, de modo que no sólo no se apreciaba bien, sino que periódicamente se iban reemplazando las imágenes, por lo cual ha quedado muy poco testimonio fuera de algún post aislado.
Hoy encontré en un CD el archivo de "Chistontos", y decidí reeditarlos, pero en forma perdurable, ya que valen la pena. Arranco con Limura, haciendo humor negrísimo.


jueves, agosto 20, 2009

CACHITO Y TITO (Una Historieta Anacrónica)

A través de visitas silenciosas a sitios de cuyo nombre no quiero acordarme y de anónimos insultantes que recibo (y que rápidamente elimino) he notado que muchos desean que vuelva al puterío, nostálgicos del ráting que les daba mi participación en él. Lamento decepcionarlos. Me encuentro abocado plenamente a lo creativo.
Luego de la presentación de "Cielito, Triunfo y Detalle del Combate de Obligado", en el Cervantes, en pocas semanas más voy a estrenar como actor otra obra en Capital.
En cuanto a aquello de lo que suelo ocuparme aquí... hoy es un día histórico. Se ha producido el primer encuentro cercano del tercer tipo en la historia de la historieta. Un personaje de épocas pretéritas ha establecido contacto con otros de la actual. En efecto, Cachito está diálogando con el señor misterioso y el monstruo de Liniers (digo... el personaje del monstruo, de Liniers).
Todavía no junan de qué hablo? Vayan corriendo!!:
http://las-tiras-de-dao.blogspot.com/
(Si te hacés seguidor de "Cachito y Tito", el doctor Peterete te premia!!!)

miércoles, noviembre 19, 2008

CHARLA DE SUSANA MUZIO (última parte)

Asociando con la obsesión de Quinterno por construir un personaje representativo de lo nacional, Susana Muzio derivó la charla hacia una línea de historietistas que -en este sentido- fueron sus continuadores. Así rescató, entre otras, dos tiras del diario Clarín: Teodoro y Cía., de Viuti y El Loco Chávez, de Trillo y Altuna. Curiosamente, ambos personajes tenían una base de operaciones similar. Teodoro era cadete de una oficina, y el Loco comenzaba sus aventuras casi invariablemente desde la redacción del diario en que trabajaba como periodista. Podría emparentarse esto a dos creaciones que durante décadas aparecieron en la revista Patoruzú: Don Fierro, del propio Quinterno y Mordancio, Jefe y Mártir (o Motín a Bordo), de Battaglia. Así, la oficina, desde diferentes ópticas, surge como una constante, apuntando a un vasto sector de clase media que reconocía en esas historietas personajes y situaciones de su entorno. El mismo espectro social es reflejado, desde el punto de vista de la familia, por Mafalda. Y hoy en día, en una sociedad pauperizada, La Nelly viene a contar las peripecias de la clase media baja. Fuera de lo urbano, el gran exponente de historieta popular fue Inodoro Pereyra. La inicial sátira a la épica gauchesca podía haber tenido vuelo corto, si Fontanarrosa no hubiera conectado rápidamente con cuestiones que les eran cercanas a las gentes de provincia. Como se ve, poco importa para la llegada al público que el tratamiento sea de comedia con atisbos realistas o absolutamente disparatado, en tanto el planteo básico contenga elementos identificatorios con aquél. Por otra parte, el éxito de El Eternauta radica, a mi entender, no tanto en la potencia fantástica y alegórica de su fábula, sino en que la misma arranca y se desarrolla en un entorno y con personajes absolutamente reconocibles. Otro ejemplo de popularidad en la historieta es Clemente, que siendo un bicho inclasificable y habiendo a menudo transitado por los terrenos del absurdo poético, posee una idiosincrasia profundamente argentina.
No se me escapa que casi todos los personajes citados son de Clarín. Cabría entonces la pregunta si su popularidad no proviene del medio en que fueron publicados. Por supuesto que influye. Pero independientemente del juicio que merezca el diario de la viuda, no cabe duda que tiene por objetivo primario la llegada masiva. Ergo, la elección de todos sus componentes, incluidas las tiras cómicas, apunta a ello.
Llegados a esta instancia, y como reflexión final derivada de la charla de Muzio, cabría pensar que los lamentos por la pérdida de popularidad de la historieta, tienen algo de infundados. En los diarios, sigue incólume. En los kioscos, las revistas de Mazzone, Quinterno, o Torino, son suplantados por los libritos de
Gaturro,
Mafalda,
Clemente
o Macanudo. Son menos títulos, es cierto, y en la línea exclusiva de la tira cómica. Por otra parte, la continuidad de revistas humorísticas del tipo de Patoruzú, Rico Tipo, Satiricón, Humor, se ha quebrado. Quizá el único exponente actual sea Barcelona, pero muy lejana a la tirada de aquéllas. Y la historieta “seria” se limita a la Fierro, que también es para un público muy restringido. Por último, el camino para reflotar el consumo de la historieta de aventura no puede ser nunca el de Columba o Récord, que propone Magma. El tiempo no transcurre en vano. Dejo de lado el material historietístico nacional que se puede hallar en librerías o comiquerías porque -vale aclararlo para algún despistado- el tema de Muzio y de este post pasa por el consumo popular del género.
Entonces, la ecuación correctamente planteada sería: un tipo de historieta continúa teniendo enorme repercusión y otro ha perdido mucho terreno. Los que permanecen en el candelero son, sin duda, los que siguen usando la brújula que tenía Quinterno para dirigir sus creaciones. Dicho más claramente, los que todavía siguen apostando a comunicarse con su público, a buscar puntos de contacto con él. Tanto sea desde lenguajes bastardos y demagógicos, como los de Nik, o extrañados, como los que utiliza Liniers. Ahora, los que se han convencido de que la historieta es un arte y se miran el ombligo, los que creen que los modelos del género deben buscarse en el mongo o en los superhéroes, los que se quedaron en el tiempo... tienen todo el derecho a hacerlo. Pero no pueden quejarse de su falta de popularidad. Bánquensela, m’hijos. Calavera no chilla.

sábado, mayo 10, 2008

BOLUDO EL QUE LEE: CONCLUSION

Conclusiones?
Hoy, a raíz de un post de Cinzcéu
(VER), me preguntaba si se le podía exigir inteligencia a la historieta en una sociedad donde la estupidez es reina y señora.
Aún cuando el sistema permita algunos resquicios, según lo desarrollado en las notas anteriores, es difícil que sean aprovechados si el panorama está como parece estar.
Entonces, no habría más remedio que aceptar que un género bastante estúpido por excelencia se torne más estúpido aún. Y que los que lo hacen y lo leen sean boludos.
En todo caso, la diferenciación se limitaría a los que siguen el manga que edita Ivrea o a algunos lectores inteligentes que todavía le queden a la Fierro.
Coincidentemente, hoy salió el número 19 de esta revista y, de lo que a mí me interesa, no hay prácticamente nada. Sin embargo, una joyita refulge allí.

Un amigo de la casa, Federico Reggiani, ha sido premiado en el concurso Hora Fierro, y muy merecidamente. El giro de contar la historia de Oesterheld desde el bando contrario y de reemplazar al narrador en off por la acción de personajes que operan una extraña maqueta con efectos especiales, resulta un hallazgo. Y de tal magnitud, que no queda deslucido por un guión menor suyo, también publicado en la misma edición (como andamo’, Fede!), con cierto tufillo sorianesco.
Por otra parte, ayer me enteré, gracias al posteo de Durán (gracias, Durán!) en un grupo, de un comentario
(VER) donde se le pegaba a Liniers en términos no demasiado diferentes a los que he expuesto aquí hace un tiempo. Lo curioso del caso es que la crítica parte de un trabajo suyo actual, “Abajópolis”, que no conocía y que me parece excelente. No sé si Liniers lo sabrá, pero uno de los pocos que recogió para el género la tradición literaria de la narrativa y el teatro en verso fue mi admirado Cézard, en “Arthur, le Fantôme Justicier”. Y en sentido paródico, como en el caso. El formalismo del verso, se lo use como se lo use, da un efecto de extrañamiento fascinante. Leo además en “Abajópolis” un posiblemente deliberado homenaje a las extrañas geografías que solía frecuentar Langostino. O sea que, si como dice el autor de la nota, Liniers está cambiando, yo creo que es para mejor.

Pero a raíz de esto me puse a rastrear trabajos anteriores suyos y descubro que lo de los cuentitos no es nuevo. Hace un año, publicó en La Nación (1 al 13 de abril de 2007 - VER), también como tiras en continuará, y denominándolo “cuento”, “El inquilino”, que me deslumbró con sus reminiscencias cortazarianas.
Más allá que el autor encuadre estos trabajos como narrativa ilustrada, se trata de auténtica historieta. Los dibujos no son mero adorno del texto. El tránsito del gris al color, los inquietantes paisajes, las fisonomías de los personajes de “Abajópolis”, narrran de forma totalmente independiente. Y “El inquilino” no tendría sentido sin la maravillosa plasmación gráfica del “Algo”. No me atrevería, a partir de esto, a afirmar que el mejor Liniers es el de las historietas y el peor el de las tiras cómicas... pero la verdá, estoy tentado.
Y desde ya compruebo que lo que gusta mayoritariamente del dibujante, no es lo que me agrada a mí, y viceversa.
En resumen, a pesar de la mirada pesimista que comparto con Cinzcéu, hoy -y solo por hoy- me encuentro con alguna esperanza que la historieta me siga interesando sin tener que sentirme un boludo por eso.
De la sociedad, en general, ni hablemos...

lunes, marzo 17, 2008

EL FINAL DE LA ENCUESTA


(El link donde se encuentra la encuesta cerrada, para corroborar resultados y consultar comentarios, es el siguiente: ver )
La muerte de Jorge Guinzburg me disparó una serie de asociaciones. Tanto él como Hanglin, Mactas y Dolina pertenecen a una generación que se dio a conocer a través de Satiricón. Me gustaban mucho entonces. Después, cada uno hizo carrera por caminos diferentes, y les fue bien. Todos han sido gente inteligente, y tuvieron habilidades específicas. Nótese que no menciono a Abrevaya, que murió muy joven, ni a Ulanovsky, que siempre se mantuvo dentro de los límites del periodismo, lo mismo que Trillo volcándose de lleno a la historieta. En cambio los citados en principio terminaron excediendo el marco de sus habilidades. Coquetearon con la actuación, la música, la literatura. Si bien fueron ampliamente celebrados, a mi juicio debieron quedarse con lo que mejor sabían hacer.
Aclaro que hablo desde lo creativo, porque Guinzburg, por ejemplo, que tenía la habilidad específica de ser un gran entrevistador y un tipo extremadamente ingenioso en la réplica, también fue muy hábil en la producción de espectáculos, pero -con todo el respeto que me merece su muerte- jamás tendría que haberse puesto en actor cómico. Ni Dolina pretender convertirse en filósofo o músico. Ni Hanglin debería haber subido nunca a un escenario. Tampoco Mactas haber tentado la literatura. Sin embargo, fueron probando poco a poco la receptividad de sus productos, y animados por los aplausos, se largaron a más de lo que podían.
No son los únicos en la Argentina, claro, ni siquiera los más relevantes. Ahí tenemos a Enrique Pinti, un mal actor de reparto en Nuevo Teatro, con la única virtud de hablar muy rápido, llenando salas durante décadas con sus lugares comunes que tanto gustan al medio pelo vernáculo. Y no sólo eso, también ha sido columnista en varios programas periodísticos.
Claro... Uno dice estas cosas, sobre todo en el caso de Guinzburg, con su reciente deceso, y llueven las acusaciones de “bárbaro”, “resentido”, “frustrado”, “mediocre”... En fin, me las banco. Tienen razón, muchachos. Sigo...
Creo que esta gente, aparte de algunas habilidades específicas, que han estirado hasta llegar casi a quebrarlas, tiene un carisma en ciertos sectores sociales que explica que les festejen cualquier cosa que hagan. Lo difícil es desentrañar en qué consiste ese carisma.
Opino que se nutre de cierta demagogia, tomada de la política, de hacerles creer a su público que determinados temas que pueden parecer complejos, no lo son tanto, en tanto en cuanto sean “traducidos” por ellos. Dolina es el ejemplo exacto. Su personaje de intelectual de barrio genera en su auditorio la falsa sensación de estar recibiendo información “importante”, “culta”, a través del humor y que por primera vez se entiende de qué se trata. Hay personas que afirman: “Todo lo que se de filosofía, se lo debo a Dolina”. Es decir, se crea la sensación de un falso conocimiento. De estar consumiendo inteligencia, de ser inteligentes. Y que el “conocimiento” puede ser amable, llevadero.
No es casual que estos fenómenos aparezcan en la era de la Internet, donde cualquier gil cree tener a su alcance la cultura universal.
Antes, la comicidad era comicidad y punto. Sandrini, el Dringue, Niní, Biondi, Pepe Arias, Olmedo jamás intentaron, junto con eso, vender otra cosa. No existía la etiqueta de “humor inteligente”. Ojo, a todos los nombrados se les escapaban genialidades que admitían y siguen admitiendo lecturas de gran complejidad. Pero ellos pasaban de largo de eso, eran “cómicos” y les dejaban los análisis a los demás.
Lo mismo pasa con los viejos humoristas gráficos y/o historietistas. Me imagino a Torino escuchándome perorar acerca de las implicancias sociológicas de Don Nicola, de sus cruces con géneros como el sainete o el grotesco... Con una sonrisita socarrona, terminaría diciéndome: “Sí, puede ser todo eso... Pero yo hago lo que me sale, muchacho. Me crié en un conventillo.”
Qué tiene que ver el largo prólogo con mi encuesta? Voy a eso...
Los cuatro más votados como insufribles son humoristas gráficos y/o historietistas que están en el candelero, y que publican en medios masivos. También editan libros recopilando sus trabajos. Tienen éxito. Opino que ese factor fue determinante para su lugar privilegiado en la votación, ya que, a mi juicio y salvando el justo primer puesto de Nik, no son los más insufribles de todos. Un Quattordio, con el grado de imbecilidad y grosería barata (pour épater les bourgeois) que exudan sus trabajos, nunca podría estar en la lista de insufribles por debajo de un Liniers, muchas veces sutil. Y obviamente que ciento trece votos no significan absolutamente nada frente a las multitudes que siguen a Nik, Maitena, Rep y Liniers.
Pero existe otro aspecto del análisis: cada uno, con sus características distintivas, intenta vender algo más que humor.
Reproduzco el comentario dejado por Cecilia (es raro que una mujer comente en este blog), una de las votantes: “Mi voto va x Liniers, Nik, Rep y Maitena, porq la gente cree q con ellos consume inteligencia, y es al revés”. No sé si es al revés, pero comparto la primera parte del aserto. Y la aclaración va porque, salvo en el caso de Nik, considero a los demás creadores inteligentes. Al menos, lo suficientemente inteligentes como para disimular con un barniz de supuesta profundidad las tiras adocenadas, las naderías, los lugares comunes, los estiramientos, en que muchas veces incurren. Es una lástima, porque -siempre exceptuando a Nik- tienen momentos buenos y hasta brillantes.
Se dirá que eso sucede con todo creador. De acuerdo, respondo. Y voy más allá, incluso: pongo el caso de Quino. Hablábamos de él hace poco con mi interlocutor válido favorito, Alberto Wainer, y decíamos que uno puede pasar distraídamente páginas y páginas de Quino, hasta que de pronto, algo lo deslumbra. Pero hete aquí -y en esto radica la gran diferencia- que Quino abandonó su obra más famosa en la cumbre de su popularidad. Según sus propias palabras, lo hizo porque le costaba mucho esfuerzo no repetirse, sufría con cada entrega. La dibujó solo diez años. En los treinta que pasaron desde su última tira, Mafalda ha seguido vigente, no solo aquí, sino en el mundo entero. O sea que Quino, de carecer de escrúpulos creativos, podría haber continuado con ella, triplicando, cuadriplicando, quintuplicando sus ingresos. Pero no respondió a las razones de mercado ni se dejó engañar por el aplauso fácil de las multitudes. Por el contrario, atendió sólo a sus necesidades creativas.
Sería impensable pretender hoy día que sus colegas más jóvenes lo imiten -también- en eso.
En fin... como le contesté a Liniers en un comentario, no soy tan tonto como para creer que mi encuesta tiene algún valor estadístico.
Ahora, saliendo de las cuatro paredes de este blog, sí puede deducirse de ella que tanto los votantes como quien suscribe estamos en absoluta minoría. Al igual que en otros tantos temas, muchísimo más importantes que la historieta, en lo que a mí respecta...

miércoles, marzo 05, 2008

CONTRASTES

Al día de la fecha, la "marchita" última página de Clarín, todavía produce joyitas como ésta:
En cambio -también hoy-, la "lozana" sección de chistes de La Nación, aburre de esta manera:

CANJEO: 10 JOVENES PROMESAS X 1 SOLO VETERANO

Con 50 años a cuestas, he presenciado, en vivo y en directo, varios acontecimientos históricos. Uno de ellos, en el terreno de la historieta, ocurrió un día del año 1973. El diario Clarín había modificado radicalmente su última página, la de los “chistes”. Si bien subsistieron durante un tiempo allí los anacrónicos "Mutt y Jeff " y "De la crónica diaria", de Dobal, ahora convivían con "El Loco Chávez", "El Mago Fafa" y "Clemente". Y en el puro humor debutaban Ian, Crist y Fontanarrosa.
Como renovación fue trascendental. En el terreno de las costumbres, paradójicamente, tuvo una consecuencia de tinte conservadora. Hizo volver a los lectores a un tiempo anterior en que se comenzaba a leer el diario por las tiras de Quinterno o Mazzone. O sea que se le devolvió a la historieta un lugar que había perdido.
Han pasado treinta y cinco años desde entonces. Dicho lapso es más o menos la edad de esos imberbes que gritan hoy, irrespetuosamente, "la última página del Clarín es una colección de chistes verbales con dibujitos abajo" (ver).
Yo me podría pasar meses subiendo en el “Chistonto del día”, cuadritos que desmientan a Federico. Pero él y yo sabríamos que eso no pasaría de chicana. Son más numerosos los ejemplos que le dan la razón.
La última página del Clarín ha perdido frescura, es cierto. Así y todo, sigue deparando sorpresas como "La Nelly", que es muy buena, y se lo discuto a cualquiera que esté dispuesto a debatir con argumentos serios.
No quita esto admitir la razón que, en parte, le asiste a Federico. Pero qué quieren? Caloi -por ejemplo- ya se experimentó todo con "Clemente". Y aún así, lo sigue intentando.

Sería bueno que se revisaran las series de la síntesis, las aceitunas, las hormiguitis, el payador, la prehistoria, el súperyo, la trampa del orsái, el piojo, el Clem’s Clú, el duelo de hinchadas... uff, tantísimas!. Si se tomaran ese trabajo, muchos lectores de chistes de otros diarios, descubrirían con asombro cuanto le deben a Caloi los que vinieron después.
En estos días, los fanáticos de Liniers le festejan hasta la obsecuencia un “crossover” (¡...!) con la tira de arriba (
ver).
He dicho que el Virrey explica demasiado. Vengo visitando su blog en busca de las maravillas que me prometen mis refutadores y que aún no encuentro. He notado -y le contesto con esto a Tony- que en sus últimas tiras, al menos, brinda una interpretación unívoca de ellas, la propia. Así pasó con Los Soprano, con el pantalón nevado, y ahora con la jirafa. Le objeté eso acá y en su propio blog, pero no se ha dignado a contestarme, lo cual no tiene por qué hacer, es cierto.
Si insisto en que se trata de un error de su parte, es porque su tira con la cabeza trunca de la jirafa, en el caso, abre un universo de asociaciones mucho más interesante que cuando se complementa con la de arriba. Es posible que, como aventuro en mi reflexión metafísica, la clientela del Virrey no esté muy acostumbrada a asociar libremente.
Será en vano argumentar, entonces, que la originalidad de su ídolo no lo es tanta, dado que Caloi, junto a sus compañeros de Clarín, se cansaron de hacer travesuras de este tipo. Al punto que -lamento no haber guardado los ejemplares- toda la última página llegó a estar interrelacionada (“hazaña” que ahora le reclaman al semi-monarca sus súbditos, para culminar su coronación).
Federico dirá: “Y...? Todo tiene un antecedente”.
Yo contesto: No veo que las nuevas generaciones de humoristas le otorguen a Caloi, por ejemplo, el reconocimiento que merece en ése y otros sentidos. Sí, curiosamente, lo hacen con Quino, que no juega en la misma categoría. Entonces deduzco que la omisión, puede tener que ver con que Caloi todavía siga dando clases desde la contratapa del Clarín. Quizá, el día que se retire y deje de ser competencia desigual, sus colegas le hagan justicia.

Lo del título, muchachos...

martes, marzo 04, 2008

ULTIMO MOMENTO: LINIERS, EN CLARIN!!!

(Publicado en pág. 3,
de la edición del día de hoy)

miércoles, febrero 27, 2008

SOY TAN BUEN TIPO, QUE HASTA LE DOY ARGUMENTOS AL ADVERSARIO!

Alguien me señaló como crítica que este espacio, últimamente, se parece más a un chat que a un blog. Que comenta siempre la misma gente, y que los temas se reiteran. Es posible que sea así, más allá de la diferencia que aquí está abierto a quien quiera opinar. Pero no me parece mal. Que los temas se reiteren, no quiere decir necesariamente que no se crezca en la comprensión de ellos. Yo, al menos, me enriquezco, con muchas de las intervenciones. Hago uso, eso sí, como dueño de casa, de la facultad de ir tomando las líneas que más me interesan en lo que aparece. Y también de insistir en mis obsesiones y remar contra la corriente. Cosa que no podría hacer en un chat, ni tampoco en un grupo, aunque tuviera el rol de moderador (pequeña digresión, dedicada a un preguntón: ésta es la razón fundamental por la cual me han echado de casi todos aquellos en los que participé; digo casi porque aún me queda uno, donde me estoy portando muy bien... no, Sergio?). Y dicha facultad la ejerzo en estas notas, fuera de los comments, donde me considero un igual.
El punto de partida de este post es una respuesta a Liniers, donde yo ironizaba acerca del anterior. Le decía que si mi texto no era bueno como escena teatral, al menos podría servir de argumento para historieta.
No entremos en la calidad de la escena, que -admito- está hecha casi exclusivamente desde los conceptos (asociando con la cita a Schopenhauer, que trajo a colación el Dibujador) y que como imagen de arranque toma prestada la anécdota de la Minujin arrojando frutillas y gritando con un megáfono “arte” “arte” (también aportada por Santiago).
Ni el peor de los Ionescos, Federico, pergeñaría algo así.
Tampoco se entienda que mi teatro es ésto, lo aclaro por las dudas. La escribí en quince minutos y pa’ joder un rato.
Salvado lo de la calidad, y retirando la ironía a Liniers, supongamos que mi escena sea apta tanto como libreto teatral, como argumento de historieta. O mejor aún... que se entusiasmen con ella al mismo tiempo un director de teatro y un dibujante (ambos majaretas, diría Obélix traducido por gallegos). Y supongamos que yo decida dársela a ambos.
El punto de partida común, entonces, es literario.
Supongamos también que estos locos son “artistas”, cualquiera sea el significado de ese término.
El director teatral tendrá la tarea de poner en acción el texto, desde su particular visión (que es una de las cualidades del “artista”, no?). Exactamente lo mismo que el dibujante.
Finalmente, supongamos que milagrosamente, por la capacidad creativa de quienes la pusieron y en ambos casos, la escena se convierte en una obra de arte del teatro, por un lado, y de la historieta, por el otro.
Imagino que al director teatral, debido al éxito, no se le subirían los humos a la cabeza como para reivindicar su oficio particular como arte en sí mismo. Y si eso ocurriera, enseguida se le contestaría que la dirección teatral ya está encuadrada en un arte: el teatro mismo, que la abarca y contiene.
Igual sucedería conmigo, si algún mérito me correspondiese. Mi arte (con perdón...) sería la literatura -teatral, historietística, lo que fuera-.
En cambio, sonaría más lógico que ante los resultados, el dibujante dijera: “Ven? La historieta es un arte!”
Por qué suena más lógico, me pregunto.
Al igual que en el caso del director, las artes plásticas ya contienen y abarcan el oficio de dibujante.
Se podrá decir que en la historieta, texto y dibujo conforman algo diferente a la plástica. Sí, claro... Pero en el teatro aparecen roles -lenguajes- específicos del género para dar por resultado algo que se aleja de la literatura: actores, director, escenógrafo, vestuarista, iluminador, cada uno de ellos “artistas”, productos exclusivos de ese género, que mucho después de su génesis fueron utilizados también por el cine. Sobreabundo en que conferirle a cada una de esas ocupaciones categoría de “arte”, aún cuando quienes la realizan sean “artistas” en lo suyo, no sonaría muy lógico. O ampliaría excesivamente los campos de lo que se entiende -mal o bien- como arte, lo cual tampoco parece sensato.
Cuál/es sería/n, en el caso de la historieta, el/los lenguaje/s específico/s que aporta para ser considerada un arte independiente?
El dibujo ya está, la literatura ya está...
“Y...???”, diría Federico.
No estoy postulando, muchachos, que la historieta no sea arte. Entiendan... estoy haciendo las preguntas que Uds. (el historietista que grita en mi escena) no se hacen.
Y también, para que crean en mi buena fe, les tiro alguna pista pa’ contestarlas.
Investiguen por el lado de la secuencia de acción narrada con dibujos estáticos... lean a Eisner, pa’ empezar.
Por ese lado puede ser, no se, que el dibujante y/o pintor de la plástica no resulte lo mismo que el historietista, por más que los oficios confluyan en una misma persona.
Ahí tienen una punta pa' responderme lo de la singularidad del lenguaje.

Si se ponen duchos en eso, me va a ser difícil refutarles con el argumento que en algunas pinturas también se puede encontrar secuencia de acción (...pero no crean que no lo voy a intentar, ya mismo me aboco a buscar ejemplos).

sábado, febrero 16, 2008

EL TEMA LINIERS YA ME HINCHO LAS PELOTAS

Hoy me encontré con que me habían escrito: “Querido Dao, soy yo el que recibe cientos de comentarios en cada post y no vos. Envidioso!!” (ver).
El post no trataba directamente de Liniers, pero el amistoso debate con Federico había llevado de nuevo a él. Por lo que de inmediato pensé, ante el comentario anónimo, que la referencia tenía que ver con el blog del autor de Macanudo, aunque sería simplista atribuirlo al mismo. Acá viene mucho tarado que cree que puede confundirme fácilmente.
Anteriormente, las reacciones de defensa al Virrey, me llevaron a visitar un par de veces su sitio, por las dudas que me hubiera perdido algo (corroboré que no), pero ahora volví para detenerme en los comentarios que le dejan, que en verdad son cientos. No leí todos, por supuesto, ya que para muestra basta un botón. Así que recorrí distraídamente los de su último post, para ver que tipo de gente consume esos productos.
El slang que utilizan como sustituto del idioma no me resultó desconocido. Mi hija adolescente tiene un fotolog y parece que entre ellos se comunican así. En la escritura, predominan las mayúsculas, la intercalación de éstas con minúsculas, signos de exclamación, letras repetidas para significar énfasis, puntos suspensivos, signitos para mí crípticos como :) * > ^_^ ". También expresiones de este tenor: “Uh” “Uy” “Wi” “Wow” “Oooooooohhhh” “Grosssso” “Yeeeeeeesss” (y palabras varias en inglés). Se pueden hallar declaraciones de amor, y otras adhesiones incondicionales.
O sea que, hasta ahí, los monárquicos no diferían bastante de los amigos de mi hija.
Pero, sorprendentemente, encontré críticas aisladas, como la de un muchacho que dejó su link, en el que afirma cosas parecidas a las que yo digo.

Se le contesta, en general, con otro lugar común en boga: “comprate una vida”. A mí también me lo han dicho, y supongo que significa que la necesitarían aquellos que no saborean las mieses del “éxito”, y envidian a los empalagados con ella. No lejos, claro, del comentario anónimo que motiva el presente post. Ya me he referido a esta forma de ver la existencia y no merece más dedicación de mi parte.
Pero alguien, con más altura intelectual, hace un análisis coherente de los dichos del disidente. Lo que significa que no se puede meter a todo el mundo en la misma bolsa.
Aquí mismo, gente inteligente ha defendido a Liniers, o al menos, algunas etapas de su trabajo.
Es imposible entrar en los terrenos de lo que a cada uno le gusta. A mí, Liniers no me mueve un pelo, y me resulta extraterrestre, por ejemplo, que varios le celebren el cuadrito donde dice “Me acosté arriba de Angie para despertarla”. Pero es lo mismo que con los lenguajes adolescentes. Si ellos se comunican así y se divierten con esas cosas, está todo bien...
Claro que existen algunos parámetros objetivos para el análisis de la calidad de un producto artístico (o que se pretende tal).
Fue por fines de los ’80, creo, que quedé deslumbrado con los relatos de Raymond Carver. No voy a entrar a discutir si es el primero o el mejor exponente de la escuela minimalista en la narrativa. Lo que sí digo es que fue el primero que descubrí y el que más me sigue gustando hoy día. Sus cuentos tienen una trama mínima y abordan asuntos triviales, en apariencia, pero de profundos contenidos. Primera distinción: aparentemente triviales, contenidos profundos.
Por la misma época, yo era asistente de dirección de “Paso de Dos”, de Pavlovsky. Laura Yusem, la directora, había elegido la música de Philips Glass, para la puesta. Así lo conocí y también me convertí en ferviente admirador de la belleza de su propuesta minimalista. Segunda distinción: belleza.
No voy a ponerme pesado, desarrollando cosas por todos sabidas (menos por los historietófilos de esta época, parece) como que una corriente en el arte, cualquiera sea la rama en la que se genere, termina atravesando a todas.
Y en el caso, la historieta -sin ser arte y en forma tardía-, aborda finalmente el estilo. Dos grandes minimalistas del género son Joann Sfar y Lewis Trondheim. Los descubrí hace poco más de un año y también me volví fanático de ellos (
ver). Al último de los nombrados, pueden encontrarlo a la derecha, en “Vale la pena visitar”. Si hacen caso a la recomendación, verán de donde provienen las inspiraciones gráficas y temáticas del Virrey. Aunque en su caso, claro, falta la profundidad y la belleza. Elementos esenciales del minimalismo, recordemos. Sin ellos, sólo queda la trivialidad.
Y si alguno, hasta acá, no entendió, lo pongo en cristiano...
“Esta mañana me despertó mi mujer, que estaba acomodando la ropa que dejé tirada anoche. Me molesta que me acomoden la ropa, y se lo dije. Después seguí durmiendo, porque los sábados aprovecho para dormir hasta tarde. Cuando me levanté finalmente, encontré que había palmeritas, por eso decidí tomar té, en vez de mate. Las palmeritas no se llevan bien con el mate...”
Esta narración es autorreferencial y verídica. Nadie en su sano juicio pensará, supongo, que podría inscribirse en el género minimalista. No pasa de comentario anecdótico en una charla aburrida. Si se tratara de hacer tiras con esto, podría producir por día treinta o cuarenta del estilo. Y si se le agregara un toque cándido y ligeramente extrañado a los dibujos, más algún detalle “tierno” y “poético”, de esos que conmueven a las pendejitas, tendríamos un Liniers auténtico.
Hay gente que le gusta y lo consume? De acuerdo, me parece bien que él siga currando con eso. Que se tire un pedo y lo cuente en una tira, si le aplauden hasta los pedos. Pero que no me vengan a joder con el tema de la calidad.
No se me escapa, porque me lo han dicho, que el Virrey transita -o ha transitado- temáticas distintas. A la cuarta o quinta indagación, me aburrí. Lo que hace este muchacho es condimentar sus tiras con otro género, el absurdo, que ha tenido grandes exponentes en el teatro, como Ionesco, o en la historieta, como Battaglia o Copi. Liniers, sin duda, no se cuenta entre ellos.
Por último, me he resistido durante mucho tiempo a subir los testimonios de insólitos “parecidos” -algo más que “inspiraciones”- entre tiras de Liniers y las de otros autores, que circulaban por la web. Una razón fue que no los he corroborado personalmente, y otra que creo que las pruebas más concluyentes de su mediocridad surgen de su mismo trabajo. Pero como este tema ya me hinchó bastante los huevos, aquí están.
Las palmeritas me empalagaron un poco (...claro que no tanto como supongo deben hacerlo las mieses del éxito, que nunca probé), así que ahora voy a ver si como algo salado... Wow!!!

domingo, febrero 03, 2008

DE COMO LOS "CHISTONTOS" DE MAZZONE NO SE PARECEN EN NADA A LOS DE AHORA

Bien... El primer “Chistonto” del día ya ha sido reemplazado, y le sucede un cuadrito de Torino. A diferencia de Mazzone que, debido a su práctica de publicar en diarios, tiene infinidad de chistes sueltos y tiras con sus personajes resueltas en tres o cuatro cuadritos, Torino acostumbraba más a jugar con gags verbales y gráficos en cada uno de ellos, y dentro de una misma historieta. Don Nicola tenía dos formatos: el de las largas aventuras y la de los remates cómicos, con un desarrollo generalmente de dos páginas. Lo primero entraría en lo que yo denomino historieta propiamente dicha, lo segundo se halla más cercano a la tira cómica. Aunque este formato de Don Nicola se diferencia bastante del Piantadino que acabo de bajar en la nueva sección y vuelvo a subir aquí.

No elegí casualmente para la inauguración este acabado ejemplo de tira cómica -muda, inclusive- y lamentaría que se perdiese. Obviamente que el origen de la sección está vinculado a la polémica sobre la frontera entre experimentación, nuevas formas, nuevos lenguajes y simple y llana estupidez. Frontera que un tipo como Liniers, a mi criterio, ha cruzado desde hace rato, instalándose definitivamente en el último territorio. Por eso me interesó destacar desde el vamos cuales son sus diferencias con un planteo clásico, que para mí resulta muchísimo mas moderno que el de estos arribistas -otro es Rep, otra la punk arrepentida- que lo único que saben hacer bien es trepar y afanar. Y por supuesto, infinitamente más poético y profundo. De “chistontos”, nada, Maitena Burundarena.
Analicemos la tira. Todo en ella es arquetipo puro. El preso que escapa -encima se llama Piantadino-, y el guardián que lo persigue. Ambos cumplen perfectamente sus roles complemetarios, tal como se espera de ellos. Acción repetida en cientos de tiras. Previsibilidad absoluta. Salvo un extraño interregno, el de la balsa, donde los dos esperan aburridos que culmine el cruce. Para continuar luego el escape y, por supuesto, la consecuente persecución. El chiste radica ahí, es obvio, dado que el policía podría haber atrapado al prófugo sin problemas durante la travesía por agua.

Algunos, con aires de perdonavidas, podrán decir que con estas tonterías previsibles y repetidas -“re mediocres”, las calificó uno acá- se divertía la gente de mi generación, por lo que es lógico que no entendamos el humor (y la “poética”) actual.
A lo que yo, con la mesura que me caracteriza, replicaré:
“LOS QUE NO ENTIENDEN NADA SON USTEDES, MANGA DE PELOTUDOS!!!”
Ya estoy calmado, ya estoy calmado...no se preocupen...

Justamente, el extraordinario hallazgo de esta tira radica en extremar los arquetipos, en llevarlos al límite. Los roles de perseguidor y perseguido alcanzan así la categoría de lo fatal: su destino es ineluctable. La tarea eterna de Piantadino es fugarse. La del guardia cárcel, atraparlo (y las veces que lo logra, el ciclo debe volver a repetirse). Ninguno de los dos se queja de este trabajo inevitable. Al contrario, cuando no lo practican se aburren. Saben que existen sólo en función del papel que les fue asignado. Rol fijo, único, determinado de una vez y para siempre. Porque Piantadino dejaría de ser quien es si ya no intentase la huída, al igual que el guardia si no lo persiguiera.
E incluso la tira genera fenómenos de metalenguaje: el prófugo lo es en función del presidio, y hasta puede llegar a lograr por un rato su objetivo. En cambio, bajo ninguna circunstancia podrá escapar a su misión de personaje.
Si esto no es poética, manga de pel... digo: muchachos...
Lástima que, como reseñé en un viejo post (
ver), Mazzone finalmente traicionó su creación, despojando al personaje de su identidad primigenia. Al convertirlo en detective, lo privó de ser. O por lo menos, lo alejó mucho del sello que desde el nombre mismo le había impuesto.
Como expongo en la nota referenciada, los motivos del cambio han tenido que ver seguramente con la limitación que significaban estos arquetipos absolutos, dentro de una prisión, para el desarrollo de historias extensas (...después vienen a joder con que no existen diferencias entre tira cómica e historieta, vamos!). Y ya en libertad -a diferencia de Afanancio, Fiaquini o Batilio que no ofrecían dificultad para que siguieran jugando sus roles fuera de presidio- de dónde, de qué, de quién, podía escaparse Piantadino?
El artilugio encontrado como respuesta resulta bastante pobre en relación a la idea original. Un detective que siempre logra zafar de las trampas que le tienden no alcanza la dimensión simbólica de un preso obsesionado en huir, de un artista de la fuga. Así, y no de otra manera, ha quedado grabado Piantadino en la memoria colectiva.
Con todo, la historieta del detective, solía deparar algunos buenos episodios.
Pero la tira de Piantadino, rozaba por momentos la genialidad.
Acaban de ver un ejemplo.
Lo subí con buena definición, como para que lo impriman y hagan un cuadrito... así tienen presente, mis queridos muchachos, por donde pasan estos temas.

martes, enero 29, 2008

LINIERS: EL VIRREY ESTA DESNUDO!

Y siguiendo con Pablo Sapia... Me encuentro en la web un reportaje que le hicieron en La Nación, hace casi dos años (VER). Allí dice cosas interesantes que suscribiría. Por ejemplo:
–¿Por qué Pratt era un buen dibujante de historietas? –Porque dominaba algo fundamental para hacer cómics: poder narrar un buen argumento con imágenes. No es algo sencillo, se puede ser un excelente ilustrador y pésimo dibujante de cómics. Es que, a veces, los grandes ilustradores se preocupan principalmente por hacer buenos dibujos y la narración pasa a un segundo plano, entonces la historieta se vuelve pesada y sin sentido. Se da en el cine, en esas películas donde el libro es malo, pero tienen muy buena fotografía, y uno siente que la butaca le resulta cada vez más incómoda mientras repite: ¡Pero qué lindos paisajes! –¿Qué ocurre cuando el guión es malo? –Que la historieta se cae. Un dibujante sin grandes recursos, pero con un guión interesante, puede hacer un buen cómic. En cambio, un dibujante brillante, pero sin un libro fuerte, fracasa. Por supuesto, el dibujo es importante, pero creo que lo fundamental es un argumento que atrape.”
Pero al final de la nota, contradictoriamente, rescata a alguien que, a mi juicio, ni sabe dibujar, ni sabe narrar. Hablo de Liniers. Para mí ni es gracioso, ni es poético, ni es surrealista, ni es impresionista, ni es costumbrista, ni es nada. Aclaro, por las dudas, que la etiqueta de inclasificable no siempre implica una valoración positiva. Y repito que no soy un troglodita y que algo se de lenguajes de vanguardia, y no sólo en la historieta.
Pero pensé que si alguien que tiene tan claro por donde va el género, como Sapia, rescata a Liniers, por ahí, el equivocado podría llegar a ser yo.
Nuevos rastreos me dieron otra explicación...
Encontré, en un foro de Imaginaria (
VER ), el dato que Liniers había hecho un taller de historietas con Sapia, y lo reconoce como maestro. Me dije: “aunque el alumno no le haya salido muy bueno, es entendible que Pablo le tenga cariño y hable bien de él”.
Pero nuevamente entro en crisis, cuando descubro, haciendo click en un vínculo de la misma página, que otra persona a la que respeto, César Da Col, habla maravillas de Liniers, reseñando su libro Macanudo (
VER). Y al parecer, Da Col no tiene ningún parentesco con el susodicho.
Claro que también Maitena le dedica elogios... Y supongo que ya se sabe lo que opino de Maitena (VER). Ahora, si lo que he escrito sobre ella no bastara, acá va este párrafo suyo, extraído del prólogo del mismo libro: "Sus historias caen en el chistonto con la pureza de quien disfruta profundamente de las cosas más tontas de la vida." Antológico. Yo, en el lugar de Liniers, le pediría que no me ayude tanto.
O sea que quedé bastante confundido. Anduve pidiendo opinión aquí y allá, a ver si me hacen cambiar de parecer. Por ahora, sigo en mis trece... Liniers es tan invento como Rep. Ambos tuvieron la suerte de -o el arribismo necesario para- acomodarse en diarios que quieren hacerse los modernos con sus tiras, y diferenciarlas así de las de Clarín. Y el kiosquito de los diarios multiplica, permite editar, hacerse un nombre... No más que eso.

Hasta que me convenzan de lo contrario, seguiré creyendo que hay varios reyes y virreyes desnudos rigiendo los destinos de la actual historieta argentina... aunque nadie se atreva a decirlo.