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Vas a encontrar, básicamente, data sobre historieta cómica argentina clásica. Además, bastante de bande dessinée. Algunas reflexiones sobre el lenguaje historietístico, muchas polémicas y miles de imágenes, la mayoría de mis propios archivos. La forma más fácil de ubicar un material o autor es ir a "Etiquetas", revisar y hacer click en la pertinente. También podés escribir una palabra clave en "Buscar en este blog". Tenés mi contacto, encima, acá al lado → → →→ → →→ Suelo responder mails si la consulta es muy específica. En cuanto a enlaces que ya no funcan, lo siento, llegaste tarde. Podés tomar lo que quieras, en tanto cites la procedencia. Si no citás, y te ubico, te escracho públicamente, como he hecho en varias oportunidades. Enjoy
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domingo, junio 20, 2021

BANDE DESSINÉE EN PANDEMIA (IX): IZNOGUD EN ARGENTINO - 2DA. PARTE

Pasemos a la otra página que fotografié de la edición nacional de "El Gran Visir Iznogud".

Segundo episodio que tanto Grijalbo como Del Zorzal coinciden en intitular "Viaje oficial", ya que mucho misterio en la traslación no había.

El problema empieza con la didascalia de la viñeta inaugural.

El juego de palabras que asocia los tres caballos con el servicio postal, es intraducible. Sólo los franceses pueden entender la referencia: el "tri" se vincula a sus propias, distintas etapas, del proceso de "clasificación" de la correspondencia... que además son  tres.

La solución que encuentran los zorzaletes a "ces messagers a trois chevaux, appartenaient au service du tri-postal" es "estos mensajeros de tres caballos pertenecían al servicio trifecta-postal".


"Trifecta" es un término que sólo conocen los burreros y que nada tiene que ver con el correo. 

O se quisieron sacar de encima el problema con lo primero que se les ocurrió o ni siquiera llegaron a entenderlo.

Vayamos ahora a los -tan criticados siempre- traductores españoles. 

Mientras que Del Zorzal es fiel al final del párrafo anterior ("al galope de su triple montura"), Grijalbo abandona la literalidad y formula: "gracias a la fuerza de sus 3 caballos". Inmediatamente entendemos el por qué: "Más tarde bastará la fuerza de un 'dos caballos' para distribuir, mucho más de prisa, el correo...".


No cabe duda que aquí está entendida la dificultad y se buscó  una solución que incluyese el tema postal, como en origen. O sea, por si no quedase claro: se pasa de la fuerza de tres caballos a los dos caballos de fuerza, es decir a un vehículo automotor, para el reparto de las cartas. 

Y si hilamos más fino, descubrimos que el trabajo del traductor español resultó realmente exquisito, puesto que la primera furgoneta de correo utilizada en Francia, era de la marca Citroën, y tenía un aire de parentesco con el mundialmente conocido 2 CV (sigla que responde, claro, a "chevaux vapeur" = "caballos de vapor").


Resumiendo: las denostadas traducciones galaicas que Del Zorzal prometió erradicar definitivamente de la memoria de los cultores de la bande dessinée argentinos, para inaugurar una nueva manera de leer a Goscinny, respetándolo tanto en letra como en espíritu... esos viles traductores españoles, decía, le pasan el trapo a los zorzaletes no bien se analiza un ínfimo cuadrito. 

No quiero ni imaginarme que podría encontrar  de ponerme a cotejar el álbum íntegro.

BANDE DESSINÉE EN PANDEMIA (VIII): IZNOGUD EN ARGENTINO - 1ERA. PARTE

Enterado que Del Zorzal arrancó con Iznogud, pasé por Cúspide. En efecto, estaba allí el primer álbum,  tal como cronológicamente lo publicó Dargaud ("Le Grand Vizir Iznogoud", 1966) y con la anotación en portada de "Primeras aventuras". 


Tengo parte de la serie en francés, pero la mayoría en la edición española de Grijalbo, que cambió la secuencia (allí el primero es "Una zanahoria para Iznogud"). Me faltan algunos tomos, y con la aliteración del orden, las variantes de traducción en los títulos (algunos muy parecidos incluso en original: "Iznogoud  l'infâme"," Iznogoud  l'acharné"), las diferentes portadas y la progresiva pérdida de memoria debida a la edad, quería cerciorarme que no tuviese éste, de ahí que saqué foto al principio de dos episodios. Llegué a casa, me fijé, lo tengo en Grijalbo como tomo 8. 

Pero claro... no pude resistir la tentación de comparar traducciones. Porque sabemos que esta serie es un campo minado para cualquier traductor, ya que Goscinny, desde el protagonista mismo, se dedica a jugar desenfrenadamente con las palabras (ver "Los 'jeux de mots' de Goscinny").

Con el nombre y la calificación honorífica del Califa Haroun El Poussah  tenemos el primer disenso, nada menos.

Empecemos por el honor. "Commandeur" puede traducirse como comandante, en efecto, como hicieron los zorzaletes, al contrario de comendador (también aceptable), como era tradición en las ediciones que nos llegaban de España. La cuestión es que el título islámico de Califa va más allá de la bande dessinée y  está universalmente asociado en nuestra lengua desde hace siglos al de Comendador de los Creyentes. En Del Zorzal, más fuerte que la tradición, ha sido el caprichito de mostrarse originales.

El nombre ahora. La palabra "poussah" tiene su origen en un busto vinculado al budismo donde se representa un hombrecito sentado y panzón. Para los franceses es un juguete. Una figura pequeña con base redondeada que aunque sea empujada, siempre oscila  y vuelve a sentarse  en posición vertical.

O sea, tres características (gordura, pasividad, infantilismo) evidentemente asociadas al personaje.  Si bien los españoles tienen una palabra que designa al mencionado juguete ("tentetieso") no cayeron en la tentación de castellanizar el nombre y apenas lo modificaron fonéticamente -al igual que Iznogud-, quedando en Harún el Pussah.

Pero los genios de Del Zorzal no pudieron con su genio y argentinizaron. Más bien porteñizaron o lunfardizaron. El Califa pasa a llamarse "Harún el Fiakah".

Mientras que el esbirro del Gran Visir cambia del Dilá-Lará español (fiel al juego fonético original: Dilath Larath) al discepoliano  Dhale Kevah.

Dan ganas de balearse en un rinkón, contestaría Homero Expósito...

(continuará)

miércoles, octubre 07, 2020

LOS "JEUX DE MOTS " DE GOSCINNY

No bien arranqué con La tête de turc d'Iznogoud, tuve que pedir ayuda a un amigo docto en francés, por los clásicos juegos de palabras de Goscinny. A su vez, mi amigo consultó a amigos suyos franceses. 




No era tan complicado, pasa que uno de entrada se acostumbra mal con la presentación del Turco Samalec... toplasma, y cree que es una cuestión de completar la primera palabra con la segunda... pero a continuación se trata de invertir el orden. 


Parece que es un tipo de acertijo muy de los franchutes, que consiste en plantear que el señor y la señora tal y cual tuvieron un hijo, y luego preguntar cuál es el nombre del hijo. Una vez dada la respuesta, el interpelado debe completar mentalmente ese nombre con el apellido, para que se produzca el efecto cómico. 

En el caso sería:


1) el señor y la señora Henné tuvieron un hijo... ¿cómo se llama el hijo? Ali... henné = alienado / loco;

2) el señor y la señora Sclub tuvieron un hijo... ¿cómo se llama el hijo? Dinar...sclub = Diners Club (acá juega la misma sonoridad que se da en el nombre del Visir).

En el segundo episodio, un barco pesquero regresa con sus tripulantes congelados, por haber escuchado el canto de una sirena, salvo uno que es sordo y la pudo capturar. Consultada por su nombre, la sirena dice llamarse Dalaerte, o sea sirena de alerta. Hasta ahí venía fácil...

Iznogoud, por supuesto, intenta usar ese hechizo con el comendador de los creyentes, pero permanentemente se frustra -como de costumbre- su intento de eliminarlo. Uno de esos fracasos se debe a que la sirena no quiere cantar porque el Califa tiene hambre. Iznogoud no entiende la relación. Dalaerte le contesta: "No sabés que estómago hambriento no tiene orejas?!?".


Lo atribuí a un dicho francés al que no encuentro equivalencia en castellano, por lo cual sería de difícil traducción para lograr el efecto cómico.

Rastreando en la web, me enteré que en realidad se trata de un proverbio latino atribuido a Catón : "Es difícil discutir con el vientre, porque no tiene orejas".

Dada la procedencia, se me ocurre que tendría un significado más profundo en origen.... algo así como que al que tiene hambre no se lo puede convencer con palabras.

jueves, octubre 03, 2019

DE SHOPPING POR ESPAÑA Y FRANCIA (4)

CUARTA ESTACIÓN: AVIÑÓN


Alejarme un poco del mar significó el reencuentro con las cuevas. Ya el primer día, aunque cerrada y a oscuras, intuí maravillas en una. Con luz resplandecía. No bien se entra, aparecen gemas, como las Gastón poche, que no están nada caras, pero en fin... todo no se puede.
He aquí unas fotos para la banda de la bande dessinée, y especialmente para los fanáticos de Vaillant y Pif Gadget , que se van a deleitar con la tapa de Pif le chien.










Después de conseguir en Lyon L'Élixir du Docteur Doxey y Phil Defer, de la etapa de Morris en soledad, sumé aquí Sous le ciel de l'Ouest. Y Lucky Luke contre Joss Jamon, uno de los primeros en colaboración con Goscinny, que no aparece en la lista de Dargaud, que se replicó en Argentina.



Pregunté -siempre pregunto- por algún material de Cézard. El librero me sorprendió con el primer tomo de Billy Bonbon. Hubiese pagado el doble de lo que costaba. Así y todo, por el lotecito de 3, le pichuleé el 10.



En la vidriera también había un libro que yo conocía por circuito de coleccionistas, donde se reseña la historia de Vaillant,  le journal le plus captivant, donde hizo su aparición Arturo, el Fantasma Justiciero. Lo estuve ojeando, dudé por el peso y no lo llevé. Después, arrepentido, volví por él. No me arrepiento. Empecé a leerlo en el último viaje en tren. Un plus: dedicatoria del prologuista, quien trabajó muchos años en la redacción de la revista.




En Aviñón es facilísimo perderse, lo cual constituye mi deporte preferido. Así llegué a una cueva impensada, donde por pocos euros me traje la primera aparición de los Dalton (los auténticos, no los primos) y unos Morris pos Goscinny.
Pedí descuento. Me ofrecieron la opción de dos euros menos, o un álbum más. Elegí el Iznogud que estaba marcado 8. O sea, un 20 menos por el lote.


También anduve por Arlés, un pueblito cercano, donde me crucé con antiguas historietas made in Argentina...



Se trata de ediciones de los Humanoides, que cotizan mucho en Francia (éstas  estaban marcadas cada una 120 €). Son de la época en que Pratt salió a vender su material en Europa, dejando de lado a Oesterheld, que no figura en los créditos.
Encontré también una comiquería moderna y una librería de viejo con algunas perlitas (Pif me perseguía)... todo muy caro. No compré nada, pero saqué fotos...







miércoles, octubre 02, 2019

DE SHOPPING POR ESPAÑA Y FRANCIA (2)

SEGUNDA ESTACIÓN: LYON


Pasamos a Francia. Tenía curiosidad por explorar la bande dessinée más allá de París y Bruselas, donde hace años hice mis primeras expediciones. Lyon, ubicada en el centro del país, no me decepcionó. A poco andar me encontré con una cueva maravillosa, donde había todo lo que un amante de la BeDé pueda soñar. Suerte que tengo bastante, porque de lo contrario lugares como éstos serían mi ruina hoy día (una época muy distinta a aquella en que regalé mi campera a un mendigo parisino para poder cargar todo lo que había comprado). Encontré dos ejemplares de un mismo título de Chick Bill que había vislumbrado en mi infancia en Billiken y nunca me volvi a cruzar. Uno, en excelente estado, estaba marcado 8 €. El otro, un poco cachuzo, un euro menos. Con el mejor en la mano, me dispuse a chamuyar en mi francés chapurreado al obeso y un tanto alcoholizado dueño. Coincidimos en que el neoliberalismo hizo estragos tanto acá como allá. Se lo saqué a 7.






(...en la tapa de Pipo el gran Jean Cézard)


Los dos tomos del Spirou que me faltaban para completar la etapa Franquín, los encontré en otra librería muy surtida, pero de material no tan antiguo. Deben ser de una edición popular. Valían 5 € c/u. Acá el chamuyo fue más fácil porque la dueña era española, si bien había venido de muy chica (ya no lo es, obvio) a Lyon. Con perdón de la inmodestia, las señoras mayores que yo suelen encontrarme encantador. Otro euro de descuento.
Creo que lo que más disfruto en la vida es el regateo.


Al día siguiente, en una mesa de saldos en la calle, me encontré con Albert Dubout, un descubrimiento...


Finalmente, en una cueva de ínfima categoría  compré un Iznogud -tapa dura- que me faltaba y tres Lucky Luke etapa Morris solo, todo de ocasión, rebaja de temporada. Después me dí cuenta que una Lucky Luke ya la tenía. Volví al día siguiente y la cambié por un Bob de Moor antiquísimo. También me traje un Quena y el Sacramus (que en la Argentina se conoció a través de la revista española Fuera Borda). En el Museo de la Marioneta venden una revista de Bande Dessinée local. Elegí un número sobre Lumiére.