SOBRE ESTE BLOG...

Vas a encontrar, básicamente, data sobre historieta cómica argentina clásica. Además, bastante de bande dessinée. Algunas reflexiones sobre el lenguaje historietístico, muchas polémicas y miles de imágenes, la mayoría de mis propios archivos. La forma más fácil de ubicar un material o autor es ir a "Etiquetas", revisar y hacer click en la pertinente. También podés escribir una palabra clave en "Buscar en este blog". Tenés mi contacto, encima, acá al lado → → →→ → →→ Suelo responder mails si la consulta es muy específica. En cuanto a enlaces que ya no funcan, lo siento, llegaste tarde. Podés tomar lo que quieras, en tanto cites la procedencia. Si no citás, y te ubico, te escracho públicamente, como he hecho en varias oportunidades. Enjoy

martes, febrero 28, 2023

Luis Alberto Del Pópolo (compilador)

En diciembre del año pasado  salió a la venta un libraco de 920 páginas titulado “El navegante de la imaginación. Vida y trayectoria de Héctor Locurátolo Torino”, por el personaje del título. 


Obviamente no me sorprendió. Del Pópolo venía amenazando desde hacía años con publicarlo y había realizado para ello numerosas entrevistas (alguna paga, me enteré) a dibujantes que conocieron tangencialmente a Torino. Quién sabe por qué razón él los tenía como fuentes autorizadas. 

Incluso más... me pidió cita a mí y un día se apareció por casa con una bolsa de revistas "El Conventillo de Don Nicola" en una mano y con un paquete de masitas secas en la otra, tal si fuese una invitación entre señoras para la hora del té. 

Pretendía que le identificase –él tiene una grave dificultad para reconocer trazos- a los autores de las portadas, la mayoría de ellos mancos de las dos manos. A poco andar, fastidiado, alegué que flaco favor le iba a hacer a quien se proponía homenajear mostrando en su libro esas tapas. Es bien sabido que Torino, genio como historietista, resultaba un tiro al aire como editor. Así que lo mandé de vuelta con sus masitas y sus revistas.

No obstante estos antecedentes, a más del reciente enojo de Del Pópolo conmigo por los "Grafodaos" y de tratarse de una edición de autor (es decir sin supervisión editorial ni comercial alguna)  que desde su precio mismo -$ 15.000- renunciaba  a cualquier pretensión de masividad, la aparición del libro me pareció digna de ser saludada en mi muro de Face. En definitiva uno ha peleado mucho para que se revalorice a Torino. 

Le di la bienvenida con imagen y todo, sin hacer mención alguna al collage con estrellitas de fondo  que tampoco invita a comprarlo, ni que el tomo se muestra  inmanejable (dos resmas A4 con tapa blanda), tipo guía telefónica, ni  algún que otro cotilleo desfavorable que me llegaba sobre la edición. Me porté como un duque.


En días posteriores veía aparecer a Del Pópolo en fotos con distintos especímenes de la fauna historietística a los que les regalaba el libro a cambio de esa publicidad un tanto inocente y de dudosa eficacia.  Calculé que si seguía así, en tren de despilfarro,  los ejemplares que le quedasen, ni aun vendiéndolos en su totalidad (algo bastante improbable dado el precio), le iban a alcanzar para cubrir la inversión en la módica -aunque millonaria- tirada. Tirada, sí... la plata y la oportunidad de homenajear a Torino. 

Porque de pronto entendí que en realidad el objetivo de Del Pópolo consistía en homenajearse a sí mismo. 

Aun así estaba en su derecho. Era su plata y con ella se daba el gusto de comprar fotos con aquellos que él suele llamar "grandes" (adjetivo que le endilga a cualquiera, hay que decirlo), para tener su minuto de fama y sumarse al panteón de la "grandeza" de la historieta argenta.

Hasta ahí me causaba un poco de gracia. Sobre todo conociendo a Del Pópolo, que siempre se mostró humildito y que de pronto estallaba de fatuidad en las redes posando como escritor consagrado.  


También me daba un poco de lástima que haya sido víctima de la codicia de un imprentero bruto... pero bueno, rehusó asesoramientos, me consta.

Luego, empezaron a llegarme noticias de lo mucho que había tomado de este blog, que visitó varios años, hasta crear el suyo propio.

Además parecía haber extractado otro tanto del sitio de Facebook dedicado a Torino, un trabajo de elaboración colectiva, con  Berni Torre a la cabeza, en el que participé activamente junto a otros coleccionistas. Allí se pudo rescatar y editar todo "Conventillo" en "¡Aquí Está!", gracias al consentimiento  otorgado por Gustavo Middelhoff, sobrino nieto (y ahijado) del creador de Don Nicola y gran amigo mío desde hace más de una década.

Largué unas pullas privadas en Facebook, que sirvieron para que inmediatamente Del Pópolo se victimizara buscando adhesiones. 

Ante mis chicanas en la red social, le brotaron defensores alegando que en el libro se me cita, reiterada y respetuosamente.

Repliqué con una pregunta: habiendo tantas referencias a mi blog -incluidas imágenes, hasta una mía que no es pública-, y además material del grupo torinense, ¿dónde se ubicaría la elaboración propia? ¿En la consulta a una "fuente autorizada" que después de leer el libro me confesó que le hubiera gustado conocer más a Torino, ya que lo frecuentó breve y ocasionalmente en su vejez? ¿O a otra que cuenta, como valioso retrato del dibujante, que saludaba imitando a Mussolini? ¿O el rescate, en una charla casual que tuvo con mi amigo Gustavo, del detalle que a su tío abuelo le encantaba tomar sopa de verduras? Si incluso delega la atribución de autoría de todo un capítulo al mismo Gustavo  (literal en el índice: "por Gustavo Middelhoff"), a partir de la desgrabación de otra conversación informal.


Todo indicaba un fenomenal desconocimiento de cómo se maneja el material de investigación en cualquier campo, cómo se lo presenta, cuál es el lugar que ocupan las fuentes a las que se recurre y cuál –fundamentalmente- es la mirada personal del autor sobre el asunto a tratar.

Seguía divirtiéndome y sin hacer pública ninguna crítica. Esperé a que algún contacto –del grupo de los obsequiados- me mostrase un ejemplar para corroborar los rumores y ver si ameritaba o no algo más que un poco de puterío.

Ahora, una vez ojeado el bodoque, ya no me divierte. Y sí amerita este posteo público.

Porque la cuestión no pasa solamente porque Del Pópolo es más un compilador de trabajos ajenos que el autor que se pretende. Lo que enoja es que destroza esos trabajos sin criterio alguno, tomando frases descontextuadas, a veces solo adjetivos.

Cita, claro. Pero cita mal.



Si de citas hablamos, cabría aquí citar a Shakespeare con aquello de "un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido".

Ni de lejos resulta honorífico para mí que me cite Del Pópolo, que a lo sumo puede tener habilidad de bibliotecario para la cronología y el orden del material (más de una vez le he reconocido esa virtud de la que carezco), pero ningún criterio para distinguir lo accesorio de lo fundamental; lo anecdótico, en tanto cifra de algo más profundo, de la liviandad del chisme retro;  lo medular de un creador, de sus barquinazos para ganarse la vida; la Biblia del calefón y varios etcéteras.

A más, este es un blog que se nutre de hallazgos que producen hipótesis temporarias, las que luego son engrosadas o desmentidas a través de nuevos hallazgos, un work in progress permanente. No se puede extractar de acá y de allá como si tratase de asertos pensados para un libro. Y de forma abusiva e inconsulta como lo hace Del Pópolo en "El Navegante de la imaginación" (yo hablé de Torino como "El cronista delirante", de Quinterno como "El urdidor de vínculos" y de Mazzone como "El creador de tipos"  y él tuvo que exprimirse la sesera para emularme... le salió algo más afín a Colón que al creador de Don Nicola).

El colmo es que no le alcanza con tomar mi blog como fuente, también recurre a comentarios hechos por mí en el grupo de Facebook de Torino. O sea, al equivalente a una charla de bar, donde uno opina desde la inmediatez, despreocupado de redacción, estilo, correcciones. Desde un lugar relajado que no me permito nunca en otro tipo de publicaciones. Y Del Pópolo recopila mis dichos y los reproduce, tal si ostentasen rango de disertaciones en un claustro universitario.

¿A alguien le cabe alguna duda que si yo hubiera querido escribir un libro sobre historieta cómica argentina lo hubiese hecho? ¿Y mejorándome a mí mismo en calidad de escritura y profundidad de investigación?

¿Por qué tendría entonces que soportar que otro venga a ponerme en letra impresa?  ¿Y de una forma tan arbitraria, tan torpe, tan burda? Y abusiva e inconsulta, repito.

El trabajo de décadas, tanto mío como de otras personas, convertido en una enciclopedia boba, un Libro Gordo de Petete, un Reader´s Digest de Navidad.

Por supuesto que si se tratara de algunas imágenes con la pertinente cita o de unas cuantas frases aisladas tomadas de aquí y allá, no hubiese expresado el más mínimo reparo. Pero ojeando el libro me tropezaba a cada paso conmigo mismo. O lo que es peor: conmigo según Del Pópolo. 

Lo perpetrado por este sujeto ameritaría inclusive una acción legal. 

"Lo que se suele tener en cuenta es que la cita no exceda los mil caracteres y que se incluya en el texto solamente para explicar o desarrollar alguna cuestión puntual en relación al tema del texto. De otro modo, si bien el fragmento puede mencionar la fuente y no constituir plagio, lo que se está haciendo es darle a leer a un lector el trabajo de otro, de alguien que previamente trabajó para que ese texto o idea o razonamiento exista, sin pagarle por el trabajo que desempeñó". Este texto es del Dr. Pablo Slonimsqui, abogado especialista en derechos de autor. Explica exactamente lo que ha hecho Del Pópolo en el mamotreto de referencia y me habilitaría a presentarme ante la Justicia demandándolo.

Lo pensaré... no sé si da para gastar tiempo y energía. Aparte, no creo que en el fondo haya existido mala fe. Solo el ansia de protagonismo de un hombrecito gris. Y una ignorancia supina para discernir entre las facultades de autor y las de un mero compilador, que eso es Del Pópolo. Un pésimo compilador, de paso sea dicho.

Tampoco es que me proponga desalentar  la compra del libro. Ni siquiera me voy a meter con la diagramación, la calidad de impresión y varios otros tópicos criticables. Es más, les informo el lugar donde lo venden: la comiquería de Tony Alfil. Lo da en tres cuotas sin interés y hace envíos a todo el país.  

Son dueños, si se quieren solazar con un mamotreto lleno de citas sin contexto, anécdotas fútiles redactadas como para nenes de jardín de infantes y montones de dibujitos que ya figuraban en la web (están las tapas de los mancos de las dos manos; no me hizo caso, por supuesto,  la tozudez es otra de sus características). Seguramente habrá muchas personas a las que eso les gusta. Lo único original son las fotos familiares de Torino, que le confió mi amigo Gustavo.



Lo que sí pido encarecidamente es que si deciden invertir quince lucas en las dos resmas A4, pasen de largo cuando me encuentren citado.

Ahora los que de verdad quieran conocer mis reflexiones sobre Torino, cliqueen en este blog a la derecha en la etiqueta con su nombre, y vayan recorriendo los posteos desde los más antiguos a los más nuevos.  No necesitan leer todo. Con una simple mirada a vuelo de pájaro entenderán de qué se trata el work in progress del que hablo y la razón de mi queja. También pueden repasar en YouTube los capítulos de "El Altillo Recargado", aquellos en los cuales Torino confluye con Mazzone. Allí verán por ejemplo que lo de "Torinín" es algo más que el rumor de un préstamo impago, como interpreta el remero de lo prosaico.

Y por último... ruego que a nadie se le ocurra nunca hacerme figurar en el podio de los "grandes"

Dejémosle ese lugar a gente como Luisito, que tanto lo anhela.

viernes, febrero 24, 2023

OSTENTACIONES VARIAS (...de los últimos meses)

1) QUINTERNO. 

Un lote con el que nos esperamos más de una década y que merced a la reventa de repetidas, me salió prácticamente gratis. 

Siempre lo dije: en el coleccionismo la ansiedad de mala consejera...















2) CARISECA. 
Quien vio el ciclo de Mazzone en El Altillo de Dao (quien no, está a tiempo) sabe que al momento de grabar el capítulo de Cariseca no contaba con el nro. 1 de la revista. Lo cual constituía un problema porque fue el único personaje de Mazzone no preexistente. Era vital entonces, para conocer el origen de su extraña  transformación golpe en la nuca mediante. Suponía que Mazzone lo explicitaba en ese primer número, en clave paródica, por supuesto, a la manera del origen de los poderes de los súper héroes. Y así era, en efecto. Lo comprobé por imágenes que me facilitó un seguidor de mis videos y que usé como para salir del paso, con la pertinente mención.
El caso es que a fines de marzo del año pasado veo que un comerciante de La Plata publica la tapa de un álbum de vacaciones 1967 de la revista que indubitablemente remitía a ese primer episodio, reditado allí. Me le fui al humo, aunque sin revelar la excepcionalidad del tomo, claro. Inútil, porque resulta que este comerciante es también coleccionista y si bien lo mostraba no lo tenía a la venta.
A principios de octubre me vuelvo a cruzar con el álbum en lo de un conocido mercader capitalino. El precio me pareció excesivo. Aún cuando comprobé que el mercenario ignoraba el verdadero valor de la pieza, se negó al regateo. Por supuesto, lo volví a dejar en el estante .
Meses después le sugerí a una amiga de CABA que me debía favores de asesoramiento jurídico que una forma de compensación sería sorprenderme con esta revista.
Fue al local, seguía allí y al mismo precio, o sea que con la inflación galopante, terminó resultando una ganga para ella.
El estado es de kiosco.
Un coleccionista debe saber esperar, creo haberlo dicho, ¿no?...



3) GRILLO.
Un amigo librero me lo ofreció a precio de costo y no pude decir que no...


4) BRÓCCOLI.
Una pieza que no se encuentra con frecuencia. Regateo mediante y en cuotas con tarjeta, no se sintió para nada...


5) TBO y FLAX.
Dos miniaturas, dos regalos. El imán del TBO me lo trajo una amiga de España. El mazo de naipes fue retribución de un favor que le hice a un coleccionista marplatense.




Ya que hablamos de miniaturas y de Mar del Plata, dos pines conseguidos en Plaza Rocha... ¿no son bonitos?


6) TEATRO.
Es también materia de este blog, ¿o no? La Historia del Teatro Contemporáneo de Guerrero Zamora, de la que copié a mano, en los '80, durante meses, el capítulo de Michel de Ghelderode, en la Biblioteca Jose Ingenieros de Zárate, porque no la dejaban sacar para fotocopiar y que encontré hace poco en una librería de viejo en La Plata, y me dije que debería tenerla, pero no me gustó mucho el precio ($ 10.500), así que la rastreé en Mercado Libre y la encontré completa, los cuatro tomos por $ 2.000, a razón de 500 cada uno, un café, un regalo, los fuí a buscar por el Once a fines de enero y me los traje, cargados en dos mochilas, subte y cole, acá están, reunidos conmigo por fin, después de décadas...


7) BANDE DESSINÉE (no podía faltar) y FUMETTI.
Sigue habiendo grandes personas en el ambiente historietístico. Una mosca blanca entre los mercaderes del rubro, que suele recibir lotes insólitos y los vende a precios lógicos, no los que vas a encontrar en algunas comiquerías o en ML.
Dos de la BeDé y una tana, con particularidades: impresionante panorama de ediciones en Francia para mitad de los '80 en BD Magazine, arribo del enorme Alberto Breccia a Circus, el genial Jacovitti en Il Mago.
Como nos separa alguna distancia con el vendedor, me los envió a través de una colega que tiene en La Plata una librería de viejo que no conocía, donde encontré una edición de El Pequeño Nicolás en francés. Tengo la nacional, pero el precio hizo que me la trajese como curiosidad.





8) LANDRÚ. 
Para finalizar, compra muy reciente y con anécdota... Me quedé con la sangre en el ojo por no conseguir en la exposición del Museo Castagnino de Mar del Plata la edición especial de Landrú que sacaron justamente con temática marplatense. Solo se podía comprar la revista en CABA y en la Fundación. Extraño, ¿verdad? El contacto también lo es. Hay una especie de chat en la página web donde te atienden humana, rápida y diligentemente. Pregunté si podía pasar en feriado de carnaval, me dijeron que sí, pero que antes debía llenar un formulario colocando todos mis datos. Me remitieron al link, lo hice. Me contestaron por mail que las revistas (dos, porque se coló un amigo cuando le comenté) ya estaban reservadas y que podía ir.
Voy.
Dos y media de la tarde, toco el timbre del segundo piso de un edifico de Callao, donde funciona la Fundación. No atiende nadie.
Reclamo por la mensajería especial y por mail. Me contestan al toque por ambas vías que iban averiguar qué pasaba.
Resultó finalmente que no habían caído en la cuenta del feriado. Me proponen pasar otro día.
Les resalto que por eso mismo pregunté antes, que había viajado especialmente desde La Plata, y que no, que no podía pasar otro día.
Al toque recibo un mensaje de whatsapp de número desconocido.
Era el nieto de Landrú desde EEUU, que me consulta si puede llamarme. Le contesto que sí, obvio.
Se deshace en disculpas y me propone retirar los ejemplares en la casa de un familiar, muy cerca de la Fundación.
Acepto. Voy.
En la puerta me recibe Raúl Colombres, el hijo de Landrú, con las dos revistas en la mano y con nuevos pedidos de disculpas.
Muy insólito todo, pero una predisposición única para resolver malentendidos.




EPÍLOGO:
Parece como excesivo, pero se trata de una recopilación de material que fui incorporando en varios meses y que subía al Face, pero no aquí.
Me prometo postear más seguido, ya que este blog sigue siendo bastante visitado.
Algunos vienen a robar, claro... pero son los menos.