SOBRE ESTE BLOG...

Vas a encontrar, básicamente, data sobre historieta cómica argentina clásica. Además, bastante de bande dessinée. Algunas reflexiones sobre el lenguaje historietístico, muchas polémicas y miles de imágenes, la mayoría de mis propios archivos. La forma más fácil de ubicar un material o autor es ir a "Etiquetas", revisar y hacer click en la pertinente. También podés escribir una palabra clave en "Buscar en este blog". Tenés mi contacto, encima, acá al lado → → →→ → →→ Suelo responder mails si la consulta es muy específica. En cuanto a enlaces que ya no funcan, lo siento, llegaste tarde. Podés tomar lo que quieras, en tanto cites la procedencia. Si no citás, y te ubico, te escracho públicamente, como he hecho en varias oportunidades. Enjoy

martes, julio 28, 2009

RIVALIDADES EN EL TEATRO

Hubo una época en la Argentina, en que los críticos teatrales y cinematográficos eran, además, importantes personalidades de la cultura. A ese período dorado perteneció Hellén Ferro.
Cercano a cumplir los noventa años, ha vuelto a radicarse en su ciudad natal, La Plata, donde tengo la suerte de encontrarlo a menudo, en reuniones con amigos comunes. En esas oportunidades, con asombrosa memoria y detalle, suele hablar de sus ricas vivencias, en las que aparecen notables personajes del medio literario y artístico.
Literato y articulista, aparte de crítico, Hellén publicó en los medios más importantes del país. Entre 1960 y 1980 trabajó en los diarios Clarín, La Prensa y otros. Pero antes había colaborado en De Frente, la revista que dirigía John William Cooke, del que era amigo personal. También lo era de Manucho Mujica Láinez y de Victoria Ocampo, entre otros. Aunque - nuevo contraste y anécdota poco conocida - fue él quien facilitó a Rodolfo Walsh la casita en el Tigre, para que se encerrara a escribir “Operación Masacre”. Cuenta Hellén - otra curiosidad -que había conocido a Walsh en oportunidad que, muy jovencito, participara como coreuta en una puesta de “Medea”.
Pero voy al tema concreto de este post. El sábado pasado, en medio de una cena, Hellén mencionó un artículo que había escrito acerca de Federico García Lorca, en la revista Proa. Me interesó un aspecto en particular: la rivalidad artística y política entre dos grandes actrices españolas, que tuvieron destacada actuación en la Argentina, al punto que dos teatros llevaron sus nombres: Lola Membrives y Margarita Xirgu.
Ferro me facilitó el ejemplar de Proa, de modo que transcribo acá los párrafos pertinentes, que arrancan hablando del poeta y dramaturgo granadino:

“Proscrito en España, una razón política que sobrepasó a la artística mantuvo vigente su teatro en América, donde Buenos Aires fue el baluarte de esa glorificación. Dos leonas se disputaron en medio de odios personales y partidarios el trofeo del poeta muerto: Lola Membrives, la del garbo con ondear de faldas cuya voz potente dividía a los parientes sin necesidad de marcación escénica, como me contó años después un galán de su compañía; y Margarita Xirgu, la de la poca voz, con cantito y acento catalán, quejumbrosa, quebrada, de figura pequeña, pero con todo y más.
La rivalidad entre ambas actrices venía de años: en 1927, la Xirgu accede a estrenar -sin suerte- Mariana Pineda en Barcelona y en 1930 La zapatera prodigiosa en Madrid, que ese mismo año Lola Membrives monta en Buenos Aires. En 1933 Margarita Xirgu yerra, y es Josefina Díaz Ortiz quien estrena con buena crítica y poco público Bodas de sangre. En Buenos Aires, los amigos de La Peña ofrecen a Lola Membrives montar la obra en el Maipo. El éxito es tal que la compañía pasa al Avenida y García Lorca es invitado por Amigos del Arte a Buenos Aires donde llega en el Comte Grande, el 13 de octubre de 1933, y se aloja en el Castelar donde todavía hoy el lector puede visitar la habitación 704, en la que escribió el segundo acto de Yerma. La Membrives repone La zapatera prodigiosa y en verano estrena Mariana Pineda (García Lorca parte el 17 de marzo de 1934).
Como era de práctica, Bodas de sangre se trasmitió desde el teatro por LR3, Radio Nacional dos veces, en sección vermouth y noche. Con motivo del estreno Edmundo Guibourg escribe en su Calle Corrientes del diario Crítica:
"Noble, tierna, altiva, fiera, implacable, dolorosa, tan pronto una figura dulce movida por los sentimientos más apacibles como furia desencadenada a la que agitan ímpetus de venganza; orgullo de casta de aldeana rica. Todo esto está en el personaje, pero es indispensable ser Lola Membrives para trasmitirlo". En 1934 Margarita Xirgu estrena Yerma en Madrid con gran suceso y en 1935, con mucho éxito, la Membrives monta, también en Madrid, Bodas de Sangre y la versión definitiva de La Zapatera Prodigiosa. Sin pérdida de tiempo la Xirgu pone en Barcelona Bodas de Sangre, y estrena en diciembre Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores. En enero de 1936 parte para Cuba y Méjico.
Al conocerse la noticia del fusilamiento del poeta el 19 de agosto de 1936, Lola Membrives deja pasar el verano y repone Bodas de sangre, en marzo de 1937. Todavía perdura en mí el deslumbramiento que tuve cuando mi madre me llevó al Avenida para la sección vermouth. Buenos Aires empieza a llenarse de ilustres exiliados españoles. Se forman dos bandos militantes con odios irreconciliables. Casi de inmediato Lola Membrives abraza el partido de Franco, cede el repertorio lorquiano a su rival, y se obstina, con apoyo económico de la embajada española, en el teatro denso y cultista de José María Pemán.
MargaritaXirgu llega a Buenos Aires el 4 de mayo de 1937 y debuta en el Odeón al día siguiente con Doña Rosita. Es un triunfo resonante en medio de ataques muy duros. Se recuerda que García Lorca firmó una adhesión de la Unión Universal por la Paz a favor de la libertad del líder brasileño Luis Carlos Prestes y otra actriz española, Irene López Heredia, pide que se aplique a Margarita Xirgu una Ley de represión al comunismo (gobernaba el general Agustín P. Justo). El 23 de junio Margarita Xirgu estrena Yerma y pasa al
teatro Smart con una Cantata en la tumba de Federico García Lorca escrita por Alfonso Reyes, embajador de México en Buenos Aires -en los teatros donde actuaba la Xirgu se hacía un minuto de silencio en memoria del poeta-. Finalmente, el 8 de marzo de 1945 (dos días antes de asumir .Juan Domingo Perón la presidencia), Margarita Xirgu estrena en el Avenida un texto que se creyó perdido y que ella ocultó por temor a que la obligaran a devolverlo al gobierno español (como ocurrió con La Atlántida de Manuel de Falla, también refugiado en las sierras de Córdoba de Argentina): La casa de Bernarda Alba, drama leído por García Lorca en casa de los condes de Yepes a principio de 1936 y entregada a don Julio Fuensalida para que lo hiciera llegar a la Xirgu que, después de doña Rosita, le había pedido un personaje duro (entrevista con Octavio Hornos Paz, La Nación, 9-3-45). Desde el Paraíso del Avenida, estudiante de la secundaria, aprendí admirado a comprobar cómo una gran actriz puede hacer una creación de un personaje que no es para ella por físico y voz. Margarita Xirgu deambuló entre Buenos Aires y Chile y se radicó en Montevideo donde murió a los 81 años, en abril de 1969. Pasaron tres décadas antes que Lola Membrives, con mucho temor, se atreviera a reponer Bodas de Sangre en el teatro que lleva su nombre. El público la castigó con poco aplauso.”

(Extractado de “LAS VARIAS FAMAS DE FEDERICO GARCÍA LORCA”, por HELLÉN FERRO, Revista PROA, Mayo/Junio 1998)

lunes, julio 27, 2009

LA COLECCION DE DAO: LEJOS PRATT

Por Oswal (guión de Albiac)
Dos capítulos publicados en La Nación De Los Chicos, 1997 (circa)
6 páginas en total
Gentileza de Juan Ignacio
DESCARGAR

NOVEDADES PARA DESCARGAR

Juan Ignacio me ha enviado un nuevo link para descargar los dos episodios de Sónoman, posteados en La Colección de Dao, dado que el anterior no funcaba (*). Ya está arreglado.
Además, para La Colección... Juan Ignacio aporta un Oswal no demasiado conocido: dos capítulos de Lejos Pratt (con guión de Albiac), que se publicaron en la revista infantil del diario La Nación (La Nación De Los Chicos) por el año 97, aproximadamente.
Y por si todo esto fuera poco, también me mandó unas páginas sueltas de Anteojito, que encontrarán en Bajá de Acá!!!
Incluyen:
-Dos páginas de Aventuras en el Mar
-Dos páginas de El Eslabón Magico
-Dos páginas de Oliverio Twist (Wadel - Premiani)
-Dos páginas de Rinkel el Ballenero (Lovato)
-Dos páginas de Sónoman (Oswal)
-Dos páginas de Tito Morane
-Dos páginas de Steve Warson
-Una página de Un Largo Camino Hacia la Libertad
-Una página de publicidad de la revista Turay

Por otra parte, un amigo lupinero ha escanneado completo el número 1 de Historias Tangueras, joyita de Ediciones Torino, que me encuentro componiendo en el Photoshop. No bien termine con las 100 páginas, estará disponible en La Colección de Dao.

(*) Por distintas razones, algunos links de descarga, dejan de funcionar. Obviamente, no puedo revisarlos todos permanentemente. Pero, en la medida que me lo soliciten, puedo volver a subir los archivos.

sábado, julio 25, 2009

CACHITO Y TITO (una historieta de los '60) -1

RESPUESTAS


AL DERECHO Y AL REVES


BRUCE WAYNE - BATMAN
(del libro "RETRATOS", de Pablo Bernasconi - Ed. edhasa)

miércoles, julio 22, 2009

“CIELITO...” EN EL CERVANTES: CRONICA DE UNA PUESTA

Como Cinzcéu ha deslizado recientemente en un comentario -entre otros reproches- que en este blog lo de teatro “es verso”, voy a postear algo que va más allá de las gacetillas sobre mis actividades, que es lo que de tanto en tanto acostumbro hacer. La nota no la va a leer nadie, pero el sólo hecho de desmentir al comentarista, lo justifica. Aparte, tenía ganas de ponerme a escribir un poco sobre este proceso de trabajo...El año pasado, la Comedia de la Pcia. de Bs. As. llamó a concurso de antecedentes a dramaturgos para encargarles la tarea de escribir piezas sobre acontecimientos históricos bonaerenses. Uno de los elegidos fue Alberto Wainer, amigo y compañero de trabajo durante más de una década. Y la batalla de Obligado, el tema que le tocó. Posteriormente, la Comedia abre un nuevo concurso, pero esta vez de grupos teatrales, para el montaje de las obras que se habían producido. Con el TIT ’96, elenco que dirijo, y que depende de la Secretaría de Cultura de Campana, nos presentamos y fuimos seleccionados. Obviamente que habíamos solicitado el texto de Wainer: “Cielito, Triunfo y Detalle del Combate de Obligado”.
El autor toma como epicentro Obligado, pero lo proyecta hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, exponiendo toda la complejidad del hecho. Así, desde el Congreso de Viena, donde después de la caída de Napoleón, las grandes potencias comienzan a abrirse paso al mundo, hasta la derrota de Rosas en Caseros, el dramaturgo apela a innumerables testimonios, componiendo un auténtico fresco histórico. Obra “río”, que atraviesa espacios y situaciones en las voces de tres narradores populares. Ellos son, al tiempo que rescatan la tradición de la oralidad en la transmisión de la historia, quienes encarnan también personajes y circunstancias. Y todo eso, con los aires de un cielito, que aparece desde el título mismo, remitiendo a los inicios del teatro nacional.
Por razones de producción, y el corto tiempo que teníamos para realizar el espectáculo, tuve que asumir el doble rol de actuar y dirigir. No lo hacía desde mis soberbios e inconcientes quince años. La práctica me enseñó que resulta siempre una empresa muy difícil, dado que se pierde objetividad sobre el trabajo. A esto se sumaban aquí las complejas características de la pieza, donde cada uno de los actores debía asumir más de una decena de personajes. De modo que la primera decisión que tomé fue la de ejercer la dirección desde la interacción con los otros dos actores (Diego Carfagno y Javier Marizaldi), dejando de lado la “puesta de imágenes” y centrándome en conflictos y espacios. Para determinar los últimos, conté con la invalorable colaboración de Alicia Levy (escenógrafa y vestuarista), con la que llegamos, tras varias hipótesis, a una resolución espacial sencilla y sumamente clara.
Pero antes hubo otro aporte esencial para imaginar la puesta.
Lito Cruz, director de la Comedia, lanzó oficialmente el proyecto de “El Teatro y la Historia” en diciembre del año pasado, poco después de haberse dado a conocer la selección de elencos. Se pidió a éstos que hiciesen, para acompañar el lanzamiento, una escena, un semimontado, una lectura, lo que tuvieran. Nosotros nos largamos con una audición radial.
Esto permitió que el autor, que estaba para esa fecha trabajando en España, la escuchara por internet junto a su hija -actriz y directora, radicada allá-. Marina Wainer comentó entonces que nos veía tomando mate junto a un fogón y relatando.
Tomé literalmente esta imagen para arrancar la obra.
Otra decisión inicial fue que hubiera un músico acompañando en escena, no sólo las canciones que uno de los actores debía interpretar, sino también la acción dramática. De este modo, el querido Negro Correa, otro amigo de años, se convirtió en vital soporte de la obra. Aún hoy, en funciones y ensayos, seguimos investigando nuevas incidencias de su guitarra y su caja.
Finalmente, partí de que los tres narradores no fuésemos Diego, Javier y yo en tanto actores, sino personajes que habían vivido aquellas gestas o escuchado de ellas y como tales las transmitiesen. Y desde allí, también, contarían brechtianamente la galería de personajes. O sea, desde una posición tomada: mostrando en toda su ferocidad a los invasores, a los traidores a la patria, a los ávidos representantes de las grandes potencias. Ridiculizándolos, inclusive. Y por el contrario elevando a la heroicidad a los defensores de la independencia de la República. No hacía con esto más que seguir los lineamientos ideológicos de la obra de Wainer.
Deseché en consecuencia la opción de construir actoralmente desde psicologismos, para centrarnos en comportamientos de aves de rapiña, cerdos y monigotes, para los extranjeros. Propuse caracterizar con refinados amaneramientos a uno de los bandos nacionales, y poner “bárbara” pasión en el discurso patriótico del otro. Hay escenas donde siento que hemos alcanzado un alto grado de intensidad dramática, a partir de la sola confrontación de discursos políticos e ideológicos.
Acordamos con Javier Marizaldi, también cantante, que su desempeño como tal tendría la calidad del actor que pasa a contar cantando. De modo que ni música ni intérprete se convirtieran en adorno de la acción, en escena autónoma, sino en parte fundamental de la progresión dramática, como ya apunté.
A todo esto se sumó, como trabajo previo, un profundo estudio de las circunstancias históricas que rodearon los hechos que el texto teatral plantea.
Lo que siguió fueron largas horas de ensayos, construcción escenográfica, realización de utilería y vestuario, puesta de luces (con Pedro Villalba, un técnico impecable y entrañable amigo, además) y el estreno de la primera parte de la obra en la jornada de vigilia del 23 de marzo, en memoria de la criminal dictadura del ’76.
Esta fecha fue propuesta por la Comedia, y acordábamos en que resultaba ineludible participar. Pero casi ninguno de los grupos que formaba parte del proyecto “El Teatro y la Historia” llegaba aún con la obra completa. De modo que nuevamente se propuso la modalidad de semimontado. Nosotros elegimos estrenar una primera parte, a la manera de las piezas históricas de Shakespeare. En aquél final, luego de haber narrado la batalla de Obligado, los historiadores populares, los contadores de gestos y gestas, los ancladores de la memoria -como los define Wainer-, consumidas ya las brasas del fogón alrededor del cual estaban reunidos, invitaban a los oyentes seguir al otro día. Habiendo convenido esta solución provisoria con el autor, nos terminó gustando tanto, que la incluimos como separador, como necesario respiro después de la batalla perdida, al estrenar la pieza completa.
Lo menciono como ejemplo de una dramaturgia integral, que incluye a todos los participantes del hecho escénico y que aprovecha hasta los accidentes del proceso creativo.
No es el único caso, por supuesto. Permanentemente consultaba a Alberto sobre posibles cambios en textos o escenas, que él no sólo aceptaba de muy buen grado, sino que mejoraba con nuevos aportes. También, al día de hoy, seguimos revisando detalles.
El contrato de co-producción con la Comedia de la Pcia. incluía una gira por varias localidades, que hemos cumplido el mes pasado.
En provincia no hay crítica especializada para exhibir. Pero sí nos quedamos con inteligentes, fervorosos y emocionados comentarios del público. También con la aprobación del autor, que debe ser una de las personas que más sabe de teatro en la Argentina.
De no haber mediado el virus de la locura... ah, no... de la gripe, yo tendría que haber estrenado ya un nuevo espectáculo en Capital, en calidad de actor (será para el mes venidero), por lo que acordamos con el TIT que “Cielito...” suspendiera sus funciones por un período relativamente largo.
Mucho antes de lo pensado, volvemos a recrearla, gracias a la invitación del Teatro Nacional Cervantes, para presentarnos en el marco de la VII Feria del Libro Teatral.
Será el Miércoles 12 de agosto, en el Salón Dorado. Temprano, a las 18:30 hs., ya que voy a tener que salir rajando para hacer función de la otra obra.
El texto de Wainer se merecía ese marco. Y aunque suene inmodesto... el TIT, también.
(Coincidencias: después de haber interpretado durante bastante tiempo a Macchiavello, pasé a hacer “Whitelocke, un general inglés”, en el Cervantes. Este año “Cielito...” y la obra que estoy por estrenar, también de temática histórica. La Historia me persigue. Pero no me va a agarrar...)

lunes, julio 20, 2009

REPORTAJE A BRECCIA

Gracias a un posteo en el grupo Barricada, descubrí un vídeo donde se reportea al enorme, inconmesurable Alberto Breccia.
El maestro, con una humildad que solo tienen los grandes, explica las técnicas con las que realizó sus trabajos, habla de su empleo en un frigorífico y como a través de la historieta logró superarlo, de su actitud frente a los editores y al métier, de su sociedad creativa con Oesterheld...
Son datos, reflexiones que uno ha leído repetidas veces aquí y allá. Pero escucharlas de boca del propio Breccia, junto a una excelente factura de imagen, al tiempo que se lo observa crear (lo de la hoja de Gillette es impagable), resulta conmovedor.
Breccia tendría que ser un modelo, como dibujante, como artista, y también desde lo ético, para las nuevas generaciones de historietómanos.

DIA DEL AMIGO 2


Tarjeta enviada por el querido
y admirado Pablo

PASATIEMPOS II: FELIZ DIA DEL AMIGO!!!

Bien. Para mí, la interna trolalera, se terminó. No habrá más intervención de ningún tipo de parte mía.
Faltan horas para que se conozcan los resultados de la encuesta. Existe al momento una paridad de votos entre que se cuelguen de una cuerda, como Wilson, o que discutan en este blog. Atendiendo a los votantes de la última opción, les seguiré publicando los comentarios que puedan dejar en los posts correspondientes. Si en cambio, lo hacen en éste o en los venideros, se los rechazo.
Así, hago caso a las exhortaciones de amigos virtuales como Cinzcéu, Adrián Ruano o Fernando Sosa, que -con razón- ya están podridos del puterío.
Dedicado a ellos, entonces, y a todos los amigos que he cosechado gracias al ámbito de la historieta (algunos en el plano no virtual), en este día pensado en homenaje a la amistad, publico otro crucigrama.
Su tema, justamente, son los amigos en la Historieta.
A darle al lápiz, entonces, que la diversión recién empieza!!!
Semo’ uno jodone’ bárbaro’, semo’!!!

Las respuestas, pronto...
(Respecto al crucigrama anterior, cuyo tema era la antítesis de éste, ya subí la solución)

martes, julio 14, 2009

POR QUE NO ME GUSTA HIJITUS

En la historieta argentina hay un trabajo que -como tantos otros- está pendiente y es el de una cronología comparada con la mundial. Hago un pequeño aporte: en 1968, mientras acá Ferré lanzaba en Antifaz las Aventuras de Hijitus -un año después tendría revista propia-, en Francia, en el Journal Tintin, aparecía Olivier Rameau, de Greg y Dany, maravillosa serie que estoy revisando, y que a principios de los '70 me impactara desde las pocas páginas que publicó Patoruzito Escolar. Pavada de diferencia. También podríamos analizar las líneas ascendentes y descendentes. Cuales son las heredades, en que medida se progresa o se vuelve atrás. Para fines de los ’60 la publicación de revistas de historietas cómicas en la Argentina comenzaba a transitar su decadencia. El mercado de las apaisadas, dominio hasta entonces de Quinterno, Mazzone y Torino, había proliferado en innumerables títulos, algunos de los cuales estaban cayendo. Uno de los últimos éxitos sería de EDQ, con Locuras de Isidoro, también en el ’68. Las tres grandes editoriales habían ya producido, desde una década antes, hitos notables como Andanzas de Patoruzú, Correrías de Patoruzito, Barra de Pascualín, Conventillo de Don Nicola, Nicolita y su Pandilla, Capicúa, Piantadino, Afanancio, etc. Tardíamente, en el ’66, se sumaba Lúpin, que sin tener la tirada de las anteriores, supo hacerse un lugarcito en el mercado. Pavada de diferencia. En este contexto aparece García Ferré con Antifaz, que no era en rigor ni apaisada (tabloide pequeño) ni estaba dedicada totalmente a la historieta cómica. Mientras la aventura principal en los primeros números de la publicación era la del inspector Antifaz con su ayudante Zanzíbar, dirigida a una franja juvenil, se observaba también una interesante apuesta a la historieta seria. Pero pronto la línea editorial viraría hacia lo cómico y apuntando decididamente hacia un público infantil. Con sólo observar como desaparece de las portadas Antifaz y se lo reemplaza por Hijitus y el Topo Gigio, se comprobará lo que afirmo. Ese giro de la revista ofendió a mis 11 años de entonces y la dejé de comprar no bien terminó de aparecer allí Lucky Luke, que a esa altura era lo único que me interesaba. Pocos números más duró Antifaz, sin embargo. Ferré debe haberse dado cuenta rápidamente que si quería extenderse al mercado de la historieta, debía ser fiel al público que ya tenía. Es decir, los pibes chiquitos. Así, habiendo intentado sin éxito, para ganarlos, cambiar el perfil de la publicación, decide darle fin y arrancar de nuevo, sin originalidades, como la de convertir la personalidad del tío de Anteojito. “Vayamos a lo seguro: Hijitus”- habrá pensado. Y en formato apaisado, y con la gráfica de tapa que estaba imponiendo Quinterno (dos franjas blancas de títulos y dibujo central), que joder. Y ahí nomás, sobre el pucho (este que...!), las Desventuras de Larguirucho. Si con Antifaz, a los 11 años, llegué a comprar una treintena de números, con Hijitus y Larguirucho, un año después, no pasé del primero. Y ya andaría por los centenares de Patoruzú, Patoruzito, Don Nicola y otras. Y seguí comprándolas un año más, al menos. Pavada de diferencia. Con esto quiero decir, que hasta los trece, en que regalé toda mi colección de revistas a un vecino por sentirme definitivamente adulto, no dejé para nada de consumir historietas. Pero sí prontamente me desinteresé de Hijitus. Una de las razones tiene que ver con lo que ya expuse. Se trataba de una historieta para un público decididamente infantil (no más de ocho o nueve años de aquella época, calculo), lo que no ocurría con todas las demás, que admitían -lo siguen haciendo- hasta la lectura de los adultos. Pero si bien la mayoría de las historietas cómicas argentinas conservaron siempre la virtuosa cualidad de dirigirse a un amplio espectro de edades, también hubo exponentes, antes de Ferré, exclusivamente infantiles. Usemos como ejemplo El Gnomo Pimentón, de Blotta padre. Allí se toma como base el mundo de los cuentos, para recrearlos en elaboradas fábulas, con una exquisita creatividad en el dibujo (ver). Pavada de diferencia. Siempre me jacté por mi temprano buen gusto por la historieta. Lo he corroborado permanentemente, de adulto, cuando he vuelto a encontrarme con aquello que me gustaba en la infancia. Admiré a los grandes de la BeDé, sin saber quienes eran, al igual que Pratt, cuyo Ann y Dann descubrí en Billiken. Las épocas de Patoruzú o Patoruzito que me apasionaban, se correspondían con los grandes momentos de la editorial. Poco y nada conocía del mundo real en que se basaba Don Nicola, y sin embargo me fascinaba. Lo mismo con Mazzone, Lino Palacio, Oswal y tantos otros. De modo que casi todo lo que me pregnó de chico en la historieta fue corroborado por mi juicio adulto, y por la opinión mayoritaria sobre esas creaciones. Puedo decir lo mismo de lo que no me gustaba. Acabo de comprobarlo con Hijitus. A raíz de los acontecimientos que los que frecuentan este espacio conocen, no diré que he hecho una maestría en Ferré recorriendo blogs trulalenses, pero le pasa raspando. Puedo opinar entonces con alguna autoridad. Observo que en ellos parece haber modas. Uno se larga con Pi-Pío, por ejemplo, y ahí salen todos los demás a postear lo mismo (ojo, en este caso me alegro que así sea). Ahora, la cosa pasa por Las Aventuras de Hijitus. Habría que reprocharles que en vez de postear las páginas de a una, no compriman en rar y las suban a un hosting. Pero pareciera que se matan por publicar cualquier imagen en altísima definición, junto con slides, animaciones, etc., lo que hace que haya que esperar varios minutos a que terminen de abrir los blogs, ya que con tanto chiche se tornan pesadísimos. Aunque en fin... están divulgando aquello que admiran. O quizá no, vaya uno a saber. Volviendo al tema: tanto ver a Hijitus aquí y allá, me tentó la posibilidad de poner en crisis mi opinión infantil. No es que no hubiera tenido en mis manos antes ejemplares que prontamente vendí, con tan siquiera una ojeada. Pero ahora me tomé el trabajo de bajar una por una las ochenta y pico de páginas que posteó Ardouin de la primera aventura “Piedras de la luna” o “Sucedió en Vodkalavia” (VER), para después comprimirlas en rar y leerlas cómodamente en el CDisplay. Juro que no recordaba ni un cuadrito, con lo que compruebo que mi memoria solo es eficaz con las cosas que me impresionaron bien. Tuve que vencer el aburrimiento para llegar hasta el final. Y sacrificar el gusto por las imágenes elaboradas. Porque esta historieta (y para muestra basta un botón), adolece de dos defectos graves. Uno: el esquematismo argumental. Dos: el esquematismo en el dibujo. En la caracterología de Hijitus, Ferré reitera constantes que provienen de su única creación integral, Pi-Pío. El niñito que vive en un caño es reconocido como autoridad moral en Trulalá, al igual que el pollito linyera se convierte en sheriff de un pueblo de Far-West. La novedad es el poder que otorga el sombreritus. Pero a diferencia su memorable cuna (Hijitus, se sabe, nace como personaje en Pi-Pío), no se observan las audacias surrealistas -en guión y dibujos- del Ferré joven. Además, el villano de rigor, el profesor Neurus, está lejos de la maldad genética de Paco-Pum. Antes que temible, resulta ridículo. A eso debe sumársele (restársele, en realidad) que sus dos principales secuaces, Pucho y Larguirucho, pueden llegar, en ocasiones, a tirar para el lado del bien. Este esquematismo estructural podía ser eficaz para las diez páginas (en color) que duraba la historieta en Antifaz. No para las casi ochenta (en ByN) de la revista propia. Así, la pobreza de caracteres intenta compensarse con un vértigo de acontecimientos símil dibujos animados, que no necesariamente se traduce en limpieza y progreso de la acción. Intentaré reseñarlos: 1) Caja con piedras lunares cae en el mar de Trulalá. Científicos -que hablan como yankees- buscan recuperarla. Se entrevistan con el comisario, que los deriva a Hijitus, que promete ayudarlos. 2) Neurus se entera. Fabrica una caja falsa, la arroja al agua y finge pescarla delante de Hijitus. Para entregársela, le saca a cambio el sombreritus. 3) Hijitus comprueba que no es la caja que buscaba. En tanto, en “Vodkalavia, ciudad limítrofe con Trulalá”, buscan también apoderarse de la caja de sus “rivales”. Al nombre de la ciudad (se trataría de un país, en rigor) se suma un acento ruso, que ubica definitivamente los roles de “buenos y malos” (o sea que a pesar de dirigirse a tiernos infantes, el argumento no ahorra alusiones a la Guerra Fría, tomando abiertamente partido). 4) Neurus se larga al mar en un yate y utiliza el radar del sombreritus para localizar la caja. Un submarino vodkalaviense lo detecta. Un “fanático” de ese país sale a rescatarla. Se topa con la lancha de Hijitus y Pichichus, a los que adormece con un gas, para que no les ganen de mano. Llega al yate de Neurus. También duerme a éste y a Pucho, los arroja al agua, y vuelve al submarino con el sombreritus. 5) Neurus y Pucho despiertan y logran abordar el submarino, antes de que éste se sumerja. Los toman prisioneros los vodkalavienses. Por su parte, Hijitus llega al yate de Neurus, deduce que éste estuvo allí y encuentra el aerosol adormecedor, que lleva la leyenda “Made in Vodkalavia” (no debería estar en ruso?). Comprueba en el fondo del mar que la caja no está en el lugar que le indicaron los científicos (¿?) y sólo encuentra su huella y la del sombreritus (¿?). Decide enfilar proa hacia Vodkalavia en busca de ambas cosas. 6) El fanático vodkalaviense responde a las exigencias de libertad de Neurus, tirándolo junto a Pucho a los tiburones. Es rescatado por Hijitus. Neurus, aprovechando un descuido de éste, intenta arrojarlo al mar, pero Pichichus lo impide. Neurus finge arrepentimiento y cuenta lo que sabe, y que el lector ya sabía, y que Hijitus intuía. Lo que provoca que todos enfilen hacia Vodkalavia, cosa que ya había pasado en la secuencia anterior... Uf... recién voy por una treintena de páginas y ya me cansé. La imparable sucesión de enrevesadas vicisitudes argumentales (muchas veces incoherentes y/o repetitivas) sigue a este ritmo hasta el final. Todo revela el propósito que los chicos no se aburran, y para eso se introducen una o dos circunstancias nuevas por página, sin que se traduzca necesariamente en progresión de la línea de acción. No hay lugar para el suspense, la tensión dramática, la complejidad narrativa (...sí, en cambio, para filtrar ideología). Ni siquiera los gags son efectivos. No resulta extraño, entonces, que cuando un pibe como yo terminaba de leer la historieta ni se acordara de que trataba. El dibujo no es malo. Es sumamente lineal y mediocre. Hecho por un correcto dibujante que se ganaba su salario con lo indispensable, sin intentar la más mínima creatividad. Para esa misma época -repito- a Dany también le pagaban un salario por su trabajo en el Journal Tintin. Pero más modestamente: para esa misma época, Andanzas y Correrías todavía seguían brindando guiones elaboradísimos como “Pregunta por un millón” o “El fabricante de diablos”. Y en las huestes de dibujantes de Quinterno aún permanecían talentos como Héctor Urtiaga. Ni hablar de Torino o Mazzone, que continuaban dibujando a Don Nicola y a Capicúa. Por todo esto, resulta difícil que yo me entienda con los fanáticos de Ferré. Dejando de lado las burlas, ironías y maldades que les he dedicado, ellos hablan de recuerdos, y yo de historieta. Me parece bien que reivindiquen el “barrio de la infancia”, como solía leerse en el difunto blog de Wilson. Y hasta que rescaten las enseñanzas de Ferré -peligrosas, a mi criterio, por lo que acabo de exponer-, como se hacía en el ahora encriptado blog de Jorgitus, que analizaba a Hijitus cuadritus por cuadritus. Pero la historieta de calidad es otra cosa. La asociación de ésta con el Ferré creador no pasa de Pi-Pío. Y como editor, se puede nombrar a Sónoman, La Familia Panconara, Coco y Cilindrina, la primerísima etapa de Antifaz. Respecto a lo extranjero: Spirou, Tintin... paremos de contar. Aunque debo puntualizar otro detalle. Hace poco, Sergio Maganás, comentaba que había solo dos personas en la web que se ocupen de la obra de Quinterno en la actualidad: él y yo. El más desde lo informativo, y yo más desde lo analítico. No creo que la obra de Quinterno, riquísima como es, en su faz creativa y editorial, admita demasiadas variantes. En cambio, sobre García Ferré, deben existir una treintena de blogs. Y ahora, se termina de sumar la página de Fabián Apólito (muy completa, por lo que pude observar). Es curioso que todos se dediquen a lo mismo: postear sus colecciones y seguirse los pasos. Salvo la excepción del privatizado Hijituslogía, que acabo de señalar, no hay lugar para el análisis. Si quisiera chicanear, diría que no se pueden analizar demasiado historietas hechas para pibes de ocho años (salvo que uno sea Jorgitus, dió-me-libre-y-me-guarde!). Pero sospecho que más allá de la legítima intención de difundir la obra de Ferré, que apunté al principio, y de rescatar los recuerdos, que no está mal, hay algo de exhibición infantil en que todos quieran mostrar lo que atesoran. Y también, junto con eso, pareciera subyacer la competencia por quien la tiene más grande (la colección, o el blog, o el sitio web). Y por quien le lleva la manzana al maestro (Ferré, en el caso). De lo contrario, si todo fuera tan armónico como suelen pintarlo, resulta incomprensible que inmediatamente después de darse por concluidas peleas espectaculares y habiéndose cerrado dos blogs conflictivos y llamado a silencio el “grampanudo” que esto escribe, surjan nuevos focos de conflicto. En este blog, que parece haberse convertido en receptáculo de las internas trulaleras, acaba de dejar dos comentarios Gustavo Galván, donde menciona un misterioso personaje que intentaría usufructuar los créditos y el trabajo de muchos coleccionistas. No creo que se refiera a Ardouin. Descarto que las últimas boutades de Sergio Orellana, que a esta altura no pueden causar otra cosa que risas, hayan logrado captar adeptos en contra del artesano. Y no imagino a Jorgitus o Wilson operando desde las sombras en este momento. Pero bajo otras circunstancias y protagonistas, la historia parecería repetirse. Se trata de lo que vengo hablando: la lucha por la representación de Ferré en la web y en otros espacios. Reitero que no me involucraré en internas de los ferretianos. Si lo hice anteriormente fue al solo título de defender una causa propia, y porque me era insoslayable exponer los antecedentes. Y la mención que hago ahora es a los efectos de marcar los terrenos en que cada uno se mueve. A mí, no me sacan del de la historieta. Pavada de diferencia.

lunes, julio 13, 2009

EL GRAN GREG

Entre los grandes creadores integrales que ha dado la escuela franco-belga se encuentra, sin lugar a dudas, Michel Regnier, más conocido como Greg. Brilló como dibujante, pero también realizó innumerables guiones, entre los que se puede mencionar Z como Zorglub, uno de los mejores de Spirou.
Hace un tiempo me referí a Greg por la autoría de Ezo del Espacio, y lo volvió a traer a mi memoria el descubrimiento de Oliverio y Colombina, en la Patoruzito Escolar.
A raíz de esto, me puse a revisar en el CDisplay la maravillosa serie -que integra la lista de las que tendré que traerme impresas, el día que viaje a Francia-, y me encontré con una perlita.
En La bulle de si -c'etait- vrai, el segundo álbum, Olivier Rameau, acompañado siempre por Monsieur Pertinent y Colombe Tiredaile, parte a la búsqueda de la burbuja del título. Esta constituye el único remedio para una epidemia altamente contagiosa que amenaza aniquilar a los habitantes de Hallucinaville (cualquier parecido con la actualidad resulta mera casualidad), y cuyo primer síntoma es el hipo.
Después atravesar muchas peripecias -entre ellas el hilarante encuentro con una comunidad de hippies-, arriban al lugar donde se encuentra oculta la burbuja. Pero un ogro la custodia, presto a devorar a cualquiera que llegue hasta allí. La única forma de escapar es planteándole una adivinanza de la que él no acierte la respuesta, cosa que no ha sucedido nunca.
Monsieur Pertinent, seguro de triunfar, se la formula:
“Siempre estoy sentado, pero siempre me sumerjo en la aventura.
Trabajo a cuatro manos, pero dos no son mías.
Dialogo sin abrir la boca.
Hago que nazcan montones de criaturas. Raramente se me parecen. Ellas me hacen vivir, pero también son las que me hacen trabajar.
Puedo desviar la curva de un proyectil, decidir la lluvia a voluntad o crear nuevas razas de animales, y sin embargo, soy un hombre ordinario.
Por último, sin mí, usted no existiría. Quién soy?”
El ogro se declara vencido y suplica la respuesta.
“Elemental, mi buen amigo -contesta Monsieur Pertinent-.
Usted acaba de oír la más exacta definición de un guionista de historietas!”
Me acotaba Violi, hace poco, que el recurso de la historieta dentro de la historieta lo cansa. Lo entiendo, ya que se ha usado hasta el hartazgo, y lo que es peor, de manera poco inteligente. Pero cuando, como en el caso de Greg, aparece instrumentado en forma noble -y en una época en que no resultaba tan frecuente-, no puede dejar de admirarse.

Chapeau!

domingo, julio 12, 2009

Thomas ROWLANDSON (1756 - 1827)

Por pura casualidad llegué googleando a algunos trabajos del inglés Thomas Rowlandson. Resulta conocida su vasta obra como dibujante satírico y pornográfico (ver "Chica de Tapa"), sin embargo no creo que esté tan difundida su faceta de precursor de la historieta moderna. Para aquellos que -como yo- la ignoraban, aquí van unas muestras, tomadas de distintos sitios.

jueves, julio 09, 2009

QUINTERNO Y LA BANDE DESSINÉE

Maganás suele hacerse perdonar algunos errores del pasado.
Resulta que posteó en su blog un argumento de Oesterheld publicado en la Patoruzito Escolar
(ver), lo que trajo a mi memoria una historieta que vi en esa revista de pibe, y me impresionó mucho. Se la pedí. Sergio accedió al mangazo regalándome tres páginas (ver) y promete más.
Pero no sólo eso: permitió que descubra ahora -no podía haberlo hecho de pibe- el único antecedente de la BeDé en las publicaciones de EDQ.
Sergio enumera: Fufy por Kiko (no la recordaba -ver-), Michael Tanguy por Charlier y Uderzo, Bernard Prince por Hermann y Greg, Bob Morane por Vernes y Vance.
Pero la historieta que subió, la que me había quedado fijada desde la infancia, se trata nada menos que de Olivier Rameau, une serie creada por Greg y dibujada por Dany (que se reveló a través de ella) para el Journal Tintin, en 1968.
La han bautizado aquí Oliverio y Colombina, y arranca del primer episodio, donde el protagonista y Monsieur Pertinent, arriban a la desolada estación de Turelurette, sin saber aún que terminarán internándose en Hallucinaville, capital del país de Rêverose. En ese insólito lugar fuera de la realidad nacerá la historia de amor de los protagonistas.
Asociaba mi recuerdo infantil con Alicia en el País de las Maravillas, y de hecho así se la pedí a Sergio. Compruebo ahora que dicha asociación era atinada, ya que el guión hace permanentes guiños a Carroll.
Lamentablemente, por los pocos números que duró la publicación de Quinterno, debe haber quedado inconclusa.
No dejen, entonces, de visitar Siempre Historietas, para admirar estas páginas.
Y después, si se quedaron con ganas, pongan a trabajar a la Mula, donde podrán encontrar los once tomos de la serie, a saber:
1. La Merveilleuse Odyssée d'Olivier Rameau et de Colombe Tiredaile (1968)
2. La Bulle de Si-C'était-Vrai (1969)
3. Le Château des 4 Lunes (1970)
4. La Caravelle de N'Importe-Où (1971)
5. Le Grand Voyage en Absurdie (1972)
6. L'Oiseau de Par-Ci, Par-Là (1974)
7. Le Miroir à Trois Faces (1976)
8. La Trompette du Silence (1977)
9. Le Canon de la Bonne Humeur (1983)
10. Le Rêve aux Sept Portes (1985)
11. L'Océan sans Surface (1987)

miércoles, julio 08, 2009

LA TRANSFORMACION DE DON NICOLA (2): EL ESLABON PERDIDO

Hace casi tres años, especulaba en un post (ver) acerca del ejemplar de Grandes Aventuras de Don Nicola en que el gringo abandonaba definitivamente el conventillo. Mi cálculo iba entre los nros. 130 y 139. Efectivamente, puedo confirmar ahora que se trata del 137, “Juguemos al Prode”, de junio de 1972.

Acabo de conseguirlo, junto a algunos anteriores. Sin duda, la idea del cambio de fortuna de Don Nicola se fue elaborando con anticipación, como lo señalaba en el post referenciado. Así, en el Nº 133, “Un clarividente en el casino”, el tano y el maestro se forran de guita suficiente como para cambiar los aires del Riachuelo por otros. Pero no lo hacen todavía. En el Nº 135, “James Nicola Bond, agente 007”, gran parte de la acción transcurre en el conventillo, aunque curiosamente con Esculapio ausente. Ambos títulos tienen guiones sólidos, y en cuanto al dibujo, si bien se halla lejos del Torino de las mejores épocas, ha sido -al menos- bocetado por él con algún grado de detalle.
En cambio, en “Juguemos al Prode” sus rasgos se pierden casi por completo. Es muy fácil distinguir cuando Mazza se ocupa de Don Nicola, y no es el caso. Respecto a la historieta pareciera más bien que Torino plantó unos cuantos cuadros, con trazos sumamente elementales, y un mediocre dibujante (proveniente de EDQ, pareciera) completó la tarea.
Sigo sosteniendo que Torino se resistía a contar el final del conventillo.
El recurso argumental que se utiliza es ingenioso y no me cabe duda que partió de don Héctor, aunque se negara a dibujarlo. Don Nicola, viendo que los inquilinos no le pagan porque gastan todo lo que tienen jugando al Prode, inventa un sorteo casero. Con cada recibo de alquiler otorga la chance para una combinación entre quiniela y polla del fútbol. Surte efecto, pero las apuestas son coincidentes y resultan triunfadoras. De modo que lo recaudado es ínfimo comparado con lo que se debe abonar en premios. El Maestro Esculapio propone entonces entregar en pago el conventillo y mudarse a un hotel. Recién cuando se instalan allí con el gringo, revela que había trasladado la combinación ganadora a una apuesta oficial, por lo que ahora se convirtieron en millonarios y pueden llevar una vida acorde a su nuevo estado.
Como en el Nº 139, que grafiqué en el post anterior, el ángel bueno y el ángel malo de Don Nicola deliberan sobre el cambio de hábitos, triunfando el último
(ver_1) (ver_2).

Pero la estocada definitiva a ese maravilloso mundo pintoresquista, vinculado a la inmigración, que Torino había recreado desde el delirio, haciendo coincidir allí elementos del sainete y el grotesco con la ciencia-ficción, está en los últimos cuadros de la historieta. El tano quiere sacarle una foto al conventillo para colgarla en el hotel y no extrañarlo tanto. Pero cuando llega se encuentra que fue demolido por una empresa constructora, a la que los antiguos inquilinos lo habían vendido.

Hay un último intento de Torino por salvar las raíces del personaje. Don Nicola le pide al dueño del conventillo de enfrente que le reserve una piecita para pasar los fines de semana.

Pero es inútil. La gran historieta nacida un 1º de julio de 1937 (acaban de cumplirse 72 años), en las páginas de Aquí Está!, había llegado a su fin.

UNA HISTORIETA DE CRISTIANI

El querido César Da Col, a raíz del post sobre El Mono Relojero, me ha enviado esta invalorable página, aportada a su vez por el coleccionista Claudio Rodríguez. Se trata de “Coquita la bataclana”, una historieta de Quirino Cristiani, aparecida en Humorismo Mundial Nº 1, del 7 de setiembre de 1926. Se halla publicada en el
libro de Ediciones de La Flor dedicado a Cristiani.
Al leer la página, reparé en que el argumento hace referencia a un suceso famoso de la época, sin cuyo dato resulta de difícil entendimiento. Como ignoraba de que se trataba, me puse a rastrear y recabé lo siguiente: Serge Abrahamovitch Voronoff era un cirujano francés de origen ruso, que saltó a la popularidad por sus experimentos de transplantar testículos de chimpancés a humanos, con el objetivo de rejuvenecerlos.
(...es posible que esos experimentos hayan dado por resultado que hoy día muchas personas estén convertidas por completo en chimpancés)
AVISO: Dado que el corto de El Mono Relojero superó el número de descargas, he vuelto a subirlo al Rapid. De nada.

lunes, julio 06, 2009

"PARA LOS NIÑOS"

Treinta y seis años antes de que Dorfman publicara “Para leer al Pato Donald”, es decir en 1936, Disney ya adoctrinaba a los niñitos de América Latina para que “no protesten”. O sea, para acatar. En esta página de Caras y Caretas se recomienda no hacer como el Pato Donald, que siempre está quejándose. “Cuando tus padres y tus maestros te ordenen una tarea o te reprendan, cállate, cúmplela u obedece”. A renglón seguido se afirma que la autoridad es quien siempre tiene la razón. Y que a nadie más que a ella, le interesa el bien de sus subordinados. En consecuencia, cualquier represión que se aplique es justa, y el que la sufre debe reflexionar sobre su propia culpa. En todo caso, si se llegara a cometer una injusticia, el tiempo se encargaría de poner las cosas en su lugar.
De esto se trataba, para los EEUU (y para Disney, obvio), la “política de buena vecindad” inaugurada por Roosevelt. De ir moldeando la mentalidad de sus súbditos en la obediencia al hermano mayor.

domingo, julio 05, 2009

EL MONO RELOJERO

A lo largo de la historia de este blog, han sido varias las referencias que se han hecho, tanto por parte mía como de los lectores, a Quirino Cristiani, director del primer corto argentino y el primer largometraje de animación de la historia del cine mundial.
Lo único que ha quedado de su producción, es una joyita, “El Mono Relojero”, cortometraje sonoro en ByN realizado en 1938. La base argumental es un relato de Constancio Vigil y cuenta entre los animadores a Juan Oliva (creador de “Filipito Pistolero”, del que nos hemos ocupado en relación al Pi-Pío de García Ferré). Todas las voces de los personajes del corto estuvieron a cargo de Pepe Iglesias “El Zorro”, popular actor cómico de la época.
A raíz de la mención a Cristiani, en un comentario que acaba de hacer Gustavo Galván, se me ocurrió que deben ser muchos los que no han visto todavía “El Mono Relojero” y que no saben que está disponible en la web. Por lo que se me ocurrió facilitarles el trabajo, mencionando por supuesto, al autor de la subida original.
Entonces, señores, en BAJA DE ACA!!!, “El mono Relojero”, de Quirino Cristiani. Que lo disfruten...
(Aclaración: el Rapidshare admite archivos mayores de 100 MB, como es el caso, pero restringe las descargas a 10. Si alguien conoce un hosting con esa capacidad, pero sin límite de descargas -todo gratuito, por supuesto-, le ruego me lo haga saber)

VISITAS DISTINGUIDAS

En los párrafos que le dediqué a Comic.ar, no hice mención a todas las tiras en continuará que me impresionaron muy bien. Por razones de extensión y porque era prematuro abrir juicio con una única entrega. Pero entre ellas, está Dugong y Manatí, del maestro Quique Alcatena.

Fue grato reencontrarme con este notable historietista, al que había conocido en su etapa de Récord. Pero más grata aún la sorpresa de tenerlo como visitante en este humilde blog. A su vez, Enrique ha inaugurado uno, que ya mismo pasaré a linckear entre mis recomendados, pero que adelanto aquí:

viernes, julio 03, 2009

UN TRABAJO DE LINAGE

A Eduardo Linage se lo conoce por Las desventuras de Maneco (VER).
Hallé en una Caras y Caretas de 1935 otro trabajo suyo. Se trata de una adaptación de El Pirata Rojo, novela de aventuras de Fenimore Cooper, que para entonces llevaba más de un siglo de escrita.

Como se observa, el uso de las didascalias y la ausencia de globos de diálogo, remite a esa larga etapa de transición entre la literatura ilustrada y la historieta propiamente dicha.

miércoles, julio 01, 2009

TRES CHISTES, TRES MAESTROS

Estuve repasando algunos libros de humor que compré últimamente y rescato tres chistes. Encuentro en ellos un denominador común: lo que está fuera del cuadro, lo que el lector debe completar.
El más clásico es de Lino Palacio, y data de los ’40. En este caso, el referente externo está en el título, sin el cual la secuencia sería difícilmente comprensible. El humor transcurre por dos vertientes. La primera es asimilar el comportamiento de “una” fantasma al de cualquier ama de casa. La segunda, más osada, resulta menos “visible”: “la” fantasma, tanto en su casa como en la calle, anda desnuda. Y enlazándolo con lo anterior, podría concluirse que es porque “no tiene nada para ponerse”.
Este pertenece a la maravillosa sección Buenos Aires en Camiseta, que Calé publicaba en Rico Tipo. Aquí el título funciona como guía, pero no resulta indispensable para entender. El afuera lo constituye el presupuesto de complicidad con el lector sobre las dificultades económicas que acarrea el matrimonio, y el consecuente abandono de toda bohemia cuando se ingresa a ese estado. Hay otro elemento externo, además: el cambio de situación se cuenta a través de tarjetas.
Ferro estaba atado en Patoruzú a la rígida moral de Quinterno, de modo que no creo que este chiste, tomado del libro Lo_que_el_viento_devolvió
, provenga de la revista donde publicó durante tantos años. El factor externo, la complicidad, de este atrás de escena se apoya en la popularidad que tuvo el símbolo del horario de protección al menor, que durante años se utilizó en televisión. También, para entender la ironía, se debe contar con el dato de la poca eficacia de dicha medida. Desde el vamos se la infringió, parece decir Ferrito. Y por supuesto, que los pibes siempre estuvieron más “avivados” de lo que los mayores creen.
Sigo añorando aquel estilo de humor, donde todavía se apostaba a contar algo, apelando a la inteligencia del lector. En la actualidad, en el caso de algunos humoristas, todo el trabajo tienen que hacerlo los que los siguen.

(Che, en serio: para hablar de la interna trulalera, de política, o de cualquier cosa que se les cante y que no tenga que ver con el tema del post, están todos los restantes. No se preocupen porque los destinatarios no los vean: aparecen al costado ----->)