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domingo, octubre 22, 2006

El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Blotta (p.)

Se recuerda a los Blotta por muy distintas cosas: a Oscar (padre) como creador de El Gnomo Pimentón y a Oskar (hijo) como editor de Satiricón.
Sin embargo, ambos confluyen en esta revista, por los '80. Es decir, tardíamente, ya que la iconoclasta publicación había nacido una década antes, siendo ya clausurada en un par de oportunidades y renacida de sus cenizas, como el Gato Félix.

Blotta padre, además, fue un gran colaborador de Quinterno, al punto que figura como principal animador de "Upa en apuros". Pero, como decíamos, donde se puede rastrear con mas claridad su impronta, en dicha etapa, es en la historieta del Gnomo, que fue publicada en principio por el Patoruzú semanal, después pasó a Patoruzito, y hasta tuvo su propia revista ("2 Campeones", a principios de los '60, junto al Langostino, de Ferro).
El personaje era, como su nombre lo indica, un enano (aunque también tenía características de duende), que siempre andaba enredado en aventuras por los bosques, y rodeado de animalitos, a los que solía sacar de apuros con una especie de aparato de flit, que contenía "polvos mágicos". El tono de la historieta era decididamente infantil, y recogía mucho de los cuentos populares del género.
Pero el Blotta que recala, varias décadas después, en la revista de su hijo parece por completo otro. No sólo se mimetiza con el tono provocador de Satiricón, sino que muchas veces lo supera en audacia y procacidad. Y el vehículo son justamente aquellos tiernos animalitos que acompañaban al Gnomo.
(cliquear en las imágenes pa'grandarlas)
Esta transformación, o desdoblamiento de personalidad, suscita -consecuentemente- dos hipótesis divergentes.
La primera, que sostienen varios analistas anti-quinternianos, es que el viejo moralista sometía a sus colaboradores a un exhaustivo lavado de cerebro. De allí que Blotta padre -afirman- haya tardado tanto en recalar en la revista de su hijo. Debió esperar que se le fueran los efectos de la ñoñez y puerilidad inculcados por "el papá de Patoruzú".
La segunda es que Blotta padre siempre fue un perverso, y que detrás de las fábulas infantiles del Gnomo, se escondían mensajes subliminales.
Si bien la primera de las hipótesis tiene su grado de credibilidad, ya que del viejo reaccionario de Quinterno podía esperarse cualquier cosa, yo suscribiría a la segunda.
Claro que algunos extremistas llegan al punto de aseverar que el origen del tierno personaje del Gnomo es producto de la violación de Blancanieves por uno de los 7 enanitos, lo cual creo constituye una exageración.
Pero sí es cierto que lo de los "polvos mágicos", adquiere otra dimensión si lo leemos desde la segunda etapa de Blotta padre. Su envase, que remite a lo fálico, y estos cuadritos prehistóricos de Patoruzú, donde el duende pretende usarlos para calentar a una niñita, lo confirmarían...

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