SOBRE ESTE BLOG...

Vas a encontrar, básicamente, data sobre historieta cómica argentina clásica. Además, bastante de bande dessinée. Algunas reflexiones sobre el lenguaje historietístico, muchas polémicas y miles de imágenes, la mayoría de mis propios archivos. La forma más fácil de ubicar un material o autor es ir a "Etiquetas", revisar y hacer click en la pertinente. También podés escribir una palabra clave en "Buscar en este blog". Tenés mi contacto, encima, acá al lado → → →→ → →→ Suelo responder mails si la consulta es muy específica. En cuanto a enlaces que ya no funcan, lo siento, llegaste tarde. Podés tomar lo que quieras, en tanto cites la procedencia. Si no citás, y te ubico, te escracho públicamente, como he hecho en varias oportunidades. Enjoy

sábado, julio 29, 2006

ISIDORITO CAÑONES: LO QUE VA DEL TRAJECITO CON MOÑO AL JEAN Y CAMPERA

Uno no había terminado de digerir que el óvalo que encerraba la leyenda "Correrías de un pequeño gran cacique Patoruzito" hubiese desaparecido, y que ese título se hubiera abreviado al extremo, cuando nuevos cambios se presentaban...
Hagamos un poco de historia:
El número 145, "Bombones del mal", marca el final del histórico óvalo con su extensa leyenda. A partir del 146, "La mina en la montaña", la revista exhibe un importante cambio en su portada. Una franja horizontal blanca a lo largo, que se continúa en otra vertical, mas amplia, a lo ancho, encuadran el dibujo. Y el logo de la revista pasa a ser, simplemente, "Correrías de Patoruzito". Era exactamente el 7 de enero de 1969, y a mí me cuesta reconocerla en el kiosco, cuando con mis once años a cuestas y las monedas justas, la voy a comprar.
Poco antes, en octubre del '68, había ocurrido algo similar con la mensual del indio, que a partir del número de esa fecha, el 153, "Piratas del asfalto", pasó a llamarse "Andanzas de Patoruzú", con la franja horizontal, solamente. En este caso, no resultó tan inusitado, ya que las Andanzas habían cambiado su logo en varias oportunidades. Pero el hecho que el 4 de julio del '68, apareciera "¡Vivan los novios!", el número 1 de Locuras de Isidoro, con una franja horizontal arriba y otra abajo en su tapa, parecía hablar esta vez de una clara estrategia editorial. Lo que es corroborado al sumarse al cambio las Correrías.
Así, las tres revistas se hermanaban por el distintivo de las franjas blancas y se diferenciaban por la disposición de las mismas y por sus rotundos logos: Andanzas, Correrías, Locuras.
Las nuevas generaciones que arribaban a la editorial, aproximándose los '70, manejaban modernos criterios de marketing y parecían trasuntar algún desprecio por lo "antiguo". Una nueva era se avecinaba. Si se hubiera tratado solamente de los logos...
Isidorito Cañones, desde el muy lejano día en que su tío lo dejara en la Patagonia, al cuidado de la Chacha y de Patoruzito, para que le quitaran los vicios de porteño y lo "enderezaran", lució, sin que se le gastara, el mismo trajecito de pantalones cortos, coronado por un enorme moño redondeado. O sea que ese vestuario le venía durando desde el año '58, si hablamos de Correrías, pero en realidad lo había estrenado el 11 de octubre de 1945, con el número 1 de la Patoruzito semanal. La cuenta indica que, para fines de los '60, llevaba veinticinco años de uso ininterrumpido (ropa era la de antes...).
Y si marco como hito el final de los '60 es porque el 9 de diciembre de 1969, exactamente (Correrías Nº 162, "El pistolero hidrófobo") , aparece un cambio que, en principio, puede ser reputado como menor: el moño redondo es reemplazado por una corbata.
A mí, sin embargo, la sustitución me chocó. El moño me gustaba mucho más; por capricho o por armonía del dibujo, no sé... Pero aparte, algo me indicaba que Isidorito no volvería a ser el mismo.

Qué decir cuando apenas tres meses más tarde, en el 167, "El misterio del Fénix", aparece con remera rayada, campera y jeans!!! Claro que, en la siguiente, "¡Atentados!" recupera el trajecito (no el moño), quizá en honor de la extraordinaria aparición en Correrías del más clásico de los villanos: Gastón Guillotín –indisimulable en el trazo, aunque no se lo nombre-. Otra rareza: aquí se caracteriza al sempiterno enemigo del Indio adulto como a un honesto hotelero con un hijo travieso, Gastoncit (tres hipótesis: a) homenaje del actual dibujante a Quinterno; b) Gastoncit llegaría, de grande, a ser Gastón; c) las instrucciones eran que todos los franceses se dibujaran –y se llamaran- igual).
Pero volvamos al vestuario de Isidorito,que en la 170 y 171 sigue de trajecito y corbata, aunque en la última recupere fugazmente el moño, para ir a la escuela.
La 172 ofrece otra particularidad: arranca con traje, y a las pocas páginas, al emprender el viaje a los tobas del título, se cambia con campera y jeans (sin la botamanga doblada, como en la 167).
En la 173 y 174 ("El reino de los Narizburgo" y "El templo sumergido") volverá el traje e, inclusive, el moñito; pero la abismal diferencia de trazo, revela la reedición de las semanales, de la época clásica de Lovato.
A partir de allí, el vestuario se alternará, de acuerdo a que sean inéditas o reediciones, con un contraste brutal, marcado no sólo por este detalle, sino también por la calidad del dibujo y de las historias. Para no abundar en lo que sigue, solamente voy a citar la particularidad de la 196, "¡Al túnel del tiempo", donde Isidorito luce el traje, pero con corbata, producto de ser la historieta reedición de semanales de una etapa mucho más cercana.
Después de esta época de indefiniciones de loock (o quizá de una intencionada política de acostumbramiento gradual para los lectores), la campera y el jean se terminarán imponiendo definitivamente. Incluso, cuando ya no existieron más originales, cuando todo fue reedición, se redibujaba el trajecito y el moño, sustituyéndolo por el "moderno" atuendo.
Pero, mientras sucedían estos cambios –hablo de mediados del año 1970- , se daban otros, menos perceptibles, en Andanzas y Locuras.
Comencemos por el Indio. Aquí, el vestuario del Padrino no había variado mucho. Su moño –rectangular-, ya llevaba mucho tiempo desaparecido y apenas si el traje puede lucir ocasionalmente cuadros, cambio no tan inusual en él, tan elegante siempre. Lo que ocurre con el personaje es algo más grave...
Permítaseme hacer un pequeño inventario (a quien le resulte tedioso, puede saltearlo e ir a la conclusión):
-Las apariciones de Isidoro en tapa de Andanzas, desde el número 1 hasta el 152, fueron –según mis cálculos- 96. Casi dos tercios de las portadas, tanto sea en segundo plano (las más), a la par del Indio (varias) o, incluso, mas destacado que el mismo héroe (ej: el impactante primerísimo plano de la 91, "Sindicato del crimen"). Las de Upa, en cambio, en el mismo período, suman 48. Es decir, un tercio. Mucho menores aún son las de Patora, ya que aparece tardíamente en la vida de Patoruzú.
-A partir del 153 (cambio al logo definitivo, recuérdese) hasta el 182, inclusive, el Padrino aparece 8 veces, en tanto que Upa 9.
-Desde el 183 Isidoro desaparece de las tapas de Andanzas hasta por los 300, creo (los amigos coleccionistas pueden aportar datos más precisos, ya que mi colección, a partir del 200, es salteada por el momento –se aceptan donaciones). Simultáneamente, Upa y Patora crecen en presencia de tapa, para tapar la indisimulable ausencia (perdón, por el mal juego de palabras).
¿Cabe alguna duda que los nuevos "genios" de la editorial creían que el lugar de Isidoro estaba exclusivamente en las Locuras?
Recuerdo, incluso, una época de Selección de las Mejores Andanzas, donde intentaban, en la adaptación, hacerlo desaparecer. Y cuando esto resultaba imposible, lo disfrazaban de personajes inverosímiles.
En otros casos, se prologaba su aparición con leyendas como "una vez más, acosado por las deudas, Isidoro visita a Patoruzú ". Es obvio que se pretendía instalar la idea que el verdadero hogar de Isidoro no era ése, sino el de su tío, en Locuras. No sea cosa que algún lector desprevenido se fuera a confundir.
Lo curioso es que esta dualidad del Padrino venía de las épocas de Quinterno, cuando en la semanal, a partir de la irrupción del irascible coronel, se empiezan a publicar las aventuras de Isidoro, donde convivía con su tío y sin el Indio. El Maestro nunca se molestó en explicar esta supuesta contradicción, ni ninguna de las tantas otras.
Pero vayamos ahora a lo que sucedía en Locuras, por la época en la que nos situamos, apenas arrancados los '70. Andamos por el segundo año de la revista y también en ella se empiezan a advertir cambios. Los primeros e irrepetibles argumentos, además de rendir tributo a otros muy antiguos (la 1 y la 2, por ejemplo), jugaban con la intriga alrededor de un Isidoro muy parecido al que conocíamos como padrino del Indio: vivillo, mequetrefe (como lo llamaba don Urbano), pretencioso; perdedor, en definitiva. Pero, poco a poco, empieza a aparecer otro estilo de argumento, y en consecuencia, otro Isidoro. Así, las situaciones episódicas terminan resolviéndose , generalmente, en gags verbales, cada tres cuadros, asimilándose en esto a las tiras cómicas. La acción crece en función no de la intriga, sino al ritmo de los emprendimientos del protagonista, que culminan casi siempre con éxitos espectaculares. Además, se infiltra permanentemente la realidad en situaciones o personajes famosos, con los que Isidoro se codea, llegándose al colmo que aquéllos terminan siendo cholulos del protagonista. O sea, el pretenso y risible rey de los play boys en Andanzas, termina siendo coronado en serio. El perdedor se convierte en ganador, a medida que la década avanza.
Y aquí enganchamos con el cambio –contemporáneo- del trajecito de pantalón corto y moño al jean y campera, en las Correrías. El actual Isidoro no podía haber tenido una infancia tan poco "canchera" y alejada en el tiempo. Esa imagen resultó funcional para las cachetadas del Indio, pero no servía para las caricias del jet-set.
Y con esas caricias, y sin las cachetadas, asistimos al triunfo de otra moral. Ni la Chacha ni Patoruzito pudieron, en definitiva, cumplir el encargo que un 11 de octubre de 1945 – a menos de una semana de cierta fecha histórica- les hiciera el entonces capitán Cañones, de enderezar a su descarriado sobrino.
Si en mi infancia, por razones vagas, me disgustó el nuevo vestuario de Isidorito, hoy en día, ya definitivamente adulto, mi rechazo se acrecienta en otras razones: todos sabemos quiénes fueron los "ganadores" en la década del '70.

4 comentarios:

  1. muy buena data, amigo! hay cosas q decís, q ni por las tapas se me hubiesen ocurrido, y eso q soy detallista a ultranza.. nunca pensé en los cambios q mencionás, pero es realmente cierto, ya lo informé en otra página amiga, la gran diferencia de las primeras " locuras " a las últimas, realmente espantosas.. es cierto lo q mencionás, lo de los gags verbales ( insulsos y obvios, a los que la claque festejaba a más no poder ), las aventuras inverosímiles, en las q sale siempre airoso ( siempre recuerdo una, en que improvisa un vestido con un cortinado, y se transforma automáticamente en una mezcla de Gino Bogani y Kenzo) ..
    En cuanto a la ausencia de las tapas de Isidoro es absolutamente como vos decís.. de la 200 a la 300 no está en ninguna, con el agravante que en la 217 ( el secreto de Merlín ) es a él, al que quieren serruchar, y en la tapa lo ponen a Upa..
    Redondeando, felicitaciones por tu informe, no tiene desperdicio, abrazo.

    ResponderBorrar
  2. Este post tiene tres años. Lo había publicado primero en la Patoruzú-web y lo subí acá no bien inaugurado el blog. Ahora, fijáte que curioso, Iván... el primer comentario es el tuyo. Pareciera que acá los posteos se llenan cuando hay puterío, pero cuando escribo en serio -que es bastante a menudo- nadie se molesta en opinar. Perdón, tenía que hacer la queja.
    En cuanto a esa primera, brillante y corta etapa de Locuras, hace poco aclaré que fue gracias a los guiones de Mirco Repetto. Después, quedaron a cargo Mariano Juliá, con colaboración de Faruk:
    http://historietas---cine---teatro-por-dao.blogspot.com/2009/04/entretelones-de-edq-y-universo-iii.html
    Te agradezco mucho este comentario. Abrazo

    ResponderBorrar
  3. Bueno... me acostumbre a leer en tu blog informes muy bien escritos y documentados, pero este se lleva todas las medallas, redondito de principio a fin. Felicitaciones!
    Sabes que quería hacer una notita en mi blog respecto a la "misteriosa" desaparición de Isidoro de algunas reediciones del indio. La respuesta ante tal interrogante cayo por propio peso al percatarme que todos esos refritos formaron parte de la primera tanda de reposiciones, por lo tanto lo que se buscaba era seguir con la misma política ( Isidoro y patoruzú por caminos separados ) para que nada cambie y poder vender adaptaciones como producciones nuevas.
    Pero es tan bueno y completo tu análisis ( incluso la relación con la nueva vestimenta de Isidorito, que jamás se me cruzo por la cabeza ) que me da un poco de vergüenza armar el propio. Creo que voy a limitarme a graficar un poco los hechos, sumar algún detalle menor y directamente citar la mayor parte de tu informe que es genial.
    Y por supuesto linkear la nota, porque vale la pena leerla completa.
    Un lujo como siempre, Miguel.
    Abrazo!

    ResponderBorrar
  4. Siempre algo nuevo habrá para aportar, espero ese informe! Abrazo!

    ResponderBorrar