La interné es maravillosa. Cuando empecé a vislumbrar sus posibilidades -tarde, en el 2001-, enseguida pensé en la conexión con coleccionistas. Por supuesto que la llevé adelante a mi manera, un tanto caótica, delirante y agresiva -como relato en detalle en "Las_claves_del_indio"-, hasta llegar a construir este blog. Así recogí tanto agresiones como seguidores. Algunos de ellos, no necesariamente afines a todos mis gustos u opiniones, pero a los que supongo con alguna estima hacia mi persona, labor o línea de pensamiento.
Voy al caso de LUC (LUCHO), un lector de este espacio que me comentó hace varios meses haber visto un libro de lecciones de dibujo de Torino. Le recomendé que lo compre sin pensarlo, y que en todo caso -si no le interesaba- que me lo revendiese (ver).
No tuve más noticias hasta hace unos días, en que LUC, con mucha generosidad, prefirió directamente pasarme el dato del lugar. Le agradecí, pidiendo disculpas por haber borrado el comment, dado que tenía que cubrirme de cualquier eventual piratería (ver).
Si bien, además de la dirección en donde vio el tomito- una librería de viejo de Vicente López- LUC me consignó el teléfono y mail, esperé la ocasión de andar cerca, porque el asunto exigía discreción. No era cuestión de alertar al vendedor mostrando un interés que podría haber hecho subir el precio.
La ocasión se dio ayer por la tarde.
Efectivamente, el libro estaba, al exacto precio que LUC me había adelantado, el cual pagué con gusto, sin el menor asomo de regateo.
El volumen es un verdadero hallazgo.
Voy al caso de LUC (LUCHO), un lector de este espacio que me comentó hace varios meses haber visto un libro de lecciones de dibujo de Torino. Le recomendé que lo compre sin pensarlo, y que en todo caso -si no le interesaba- que me lo revendiese (ver).
No tuve más noticias hasta hace unos días, en que LUC, con mucha generosidad, prefirió directamente pasarme el dato del lugar. Le agradecí, pidiendo disculpas por haber borrado el comment, dado que tenía que cubrirme de cualquier eventual piratería (ver).
Si bien, además de la dirección en donde vio el tomito- una librería de viejo de Vicente López- LUC me consignó el teléfono y mail, esperé la ocasión de andar cerca, porque el asunto exigía discreción. No era cuestión de alertar al vendedor mostrando un interés que podría haber hecho subir el precio.
La ocasión se dio ayer por la tarde.
Efectivamente, el libro estaba, al exacto precio que LUC me había adelantado, el cual pagué con gusto, sin el menor asomo de regateo.
El volumen es un verdadero hallazgo.
Se trata de una encuadernación casera de cursos de historieta por correo que tan comunes fueron en épocas pretéritas. Las páginas muestran el doblez del envío postal, y el aplicado alumno (Nº 336) que se encargó de conservarlas se llama -o se llamaba- René Humberto Cuello, tal como consta en cada una de ellas, escrito a máquina y con tinta roja. Los envíos provenían de “Estudios TORINO -Loria 878- Bs. AIRES” (o sea, la Dirección y Administración de "Bichofeo", a mitad de los '40!)
Se ve que Don Héctor no quiso estar afuera del curro generalizado y lo encaró -como tantas otras cosas en su vida, hay que decirlo- con poca seriedad.
Porque dudo mucho que Cuello o cualquier otro alumno pudiera haber aprendido algo con estas lecciones, salvo imitarlo a Torino. Aparte de los bocetos y elementales ejercicios, las instrucciones brillan por su ausencia. Se reiteran, en casi todas las páginas, recomendaciones genéricas, como “Construya siempre valiéndose de las líneas guías” o “Los trazos han de ser débiles para no dificultar las correcciones”. Supongo que esas correcciones, enviadas también a vuelta de correo, las realizaría algún empleado menor de la editorial.
Pero el caso es que el valor del libro radica en los dibujos de Torino (cientos de ellos), en el divertido plus de sus “técnicas”, y en su firma autógrafa al pié del escrito introductorio.
Pero el caso es que el valor del libro radica en los dibujos de Torino (cientos de ellos), en el divertido plus de sus “técnicas”, y en su firma autógrafa al pié del escrito introductorio.
Y además... Cuántos de los supuestos trescientos y pico de alumnos (dudosos, para mí, pero aún así pongamos quinientos, redondeando con generosidad y sin suspicacias) habrán guardado estas lecciones de hace más de sesenta años? A cuántos, como a René Humberto Cuello, se les habrá ocurrido encuadernarlas? Cuántas de estas páginas, aunque sea sueltas, se conservarán hoy día? La respuesta es obvia.
O sea, estoy en posesión de un auténtico incunable.
Gracias LUCHO!
Gracias Cuello!
Gracias interné!
Si yo fuera editor, ya estaría redactando un contrato para publicarlo, con prólogo de Miguel Dao.
ResponderBorrarJe. El único lector que puedo tener a estas altas horas de la madrugada, sos vos.
ResponderBorrarTe felicito por este golazo, Miguel. Lo bueno es que queda en manos de gente que lo valora y lo sabe cuidar. Espero que pronto lo muestres completo en tu colección, lo mismo que las páginas de Aqui Está.
ResponderBorrarDe paso te cuento que tengo una coleccion de libritos, de esa misma época supongo, que son del curso de dibujo humorístico de Las Escuelas Latinoamericanas (cuya sede se encontraba en la avenida Boyacá, barrio de Flores), aunque nunca pudo saber quién es el dibujante-profesor (no hay firma y su estilo tiene un poco de varios autores). Bueno, es todo. Un abrazo.
Luis
Sí, Luis, lo de Aquì Està me quedò colgado. Ando con poco tiempo para escannear, pero prometo que lo voy a subir! Abrazo!
ResponderBorrarsubiloooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
ResponderBorrarSí, bueno, sí. Lleva tiempo escanear, sabés?
ResponderBorrarehhh gordo huevon va´´ subir los archivos o qué mierda ehhhhh? usté me parece quese esta rascando el igote
ResponderBorrarvos tenés acceso a La Colección, querido? decíme quién sos, así te borro
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