SOBRE ESTE BLOG...

Vas a encontrar, básicamente, data sobre historieta cómica argentina clásica. Además, bastante de bande dessinée. Algunas reflexiones sobre el lenguaje historietístico, muchas polémicas y miles de imágenes, la mayoría de mis propios archivos. La forma más fácil de ubicar un material o autor es ir a "Etiquetas", revisar y hacer click en la pertinente. También podés escribir una palabra clave en "Buscar en este blog". Tenés mi contacto, encima, acá al lado → → →→ → →→ Suelo responder mails si la consulta es muy específica. En cuanto a enlaces que ya no funcan, lo siento, llegaste tarde. Podés tomar lo que quieras, en tanto cites la procedencia. Si no citás, y te ubico, te escracho públicamente, como he hecho en varias oportunidades. Enjoy

miércoles, septiembre 22, 2010

MAZZONE, QUINTERNO, TORINO: SINGULARIDADES DE TRES MAESTROS DE LA HISTORIETA COMICA (I)

I.- EL CREADOR DE TIPOS

De los tres, Adolfo Mazzone se lleva las palmas al mejor dibujante.
Cito a Fabián Polosecki (2):
"Mazzone era mecánico de los talleres Chrysler y se ganaba la vida golpeando chapas con un martillo que le aturdía el pulso de dibujante. Copiando a Hide Irving (3), descubrió que un pulso 'tembleque' -como él lo llama- podía esconder una línea posible para el dibujo." 
No puede ser más acertada la auto caracterización de pulso 'tembleque' para definir su estilo. Es ese 'defecto' justamente, el que dota de extraordinaria movilidad física a sus criaturas. La elasticidad  y armonía de sus personajes, se conjugan -sobre todo en las numerosísimas portadas que realizó- con los trabajados fondos. Un  cuidado que resultaba excepcional en Quinterno, e irregular en Torino.
Por otra parte, es de destacar que Mazzone es uno de los pocos grandes de la historieta cómica argentina, que no ha recabado en Disney como fuente inspiradora, lo cual redunda en la originalidad de su trazo.
El rastro más antiguo que es posible encontrar del Mazzone historietista se remonta al año '39. En las amarillentas y quebradizas páginas del “Patoruzú” semanal de esa época, aparece con su firma, la entonces tira “Mi sobrino Capicúa”. Se dice que fue Lino Palacio quién lo alentó a mostrar sus trabajos a Quinterno. No le resultó fácil la entrada en la editorial, pero finalmente lo logró (4).
El siguiente hito importante en su carrera es Piantadino (Don Piantadino, en los primeros tiempos), publicado originariamente en el diario “El Mundo” en 1941 -a raíz de un encargo de su director, Muzio Sáenz Peña-, y pocos años más tarde en la revista “Rico Tipo”, desde sus comienzos. Sin  precisar fechas, se suele mencionar a Perkins, en “El Correo de la Tarde”.
Eran épocas, en la Argentina, en que la historieta se encaraba como un oficio artesanal, a diferencia de Estados Unidos, donde ya existían los estudios de mercado.
Salvo en el caso de adelantados, como Quinterno o Divito, que para sostener sus editoriales crearon equipos de trabajo, la producción era personal y continua. Muchos creadores realizaban integralmente las labores de dibujo y guión.
Eran grandes talentos que improvisaban sobre la marcha y se diversificaban con trabajos en distintos medios gráficos.
Esto implicaba muchas veces que sus personajes fueran modificando las características a lo largo de las publicaciones. La aceptación del público podía convertir un personaje secundario en protagónico. También determinar el pasaje de tira a episodios más extensos, y de diarios a revistas propias. Es el caso de Quinterno, con Patoruzú, y también el de Mazzone con Capicúa y Piantadino.
El primigenio Capicúa no tenía primo cartello. Desde el título mismo de la tira en “Patoruzú” semanal (“Mi sobrino Capicúa”), era mencionado diegéticamente por su tío, Olegario Filomocho. Este era, entonces, quien se perfilaba como protagonista, apareciendo su dibujo en primer término en el logo de la tira. Habitaba, junto al profesor Bambufoca, una pensión. Y ambos hacían malabarismos para evitar los reclamos de la dueña -Doña Amparo- por falta de pago. Capicúa -metonimia de los números que se repetían, al principio y al final, en los boletos de colectivo, y que según el imaginario popular atraían la fortuna- extraordinario suertudo, operaba apenas como contraste de la miseria de su tutor.  Por otra parte, Filomocho alude al quiero y no puedo de Olegario, característica común a los personajes de historieta de la época (Gilito, Julián e Isidoro, de Quinterno, para nombrar referencias directas). Como Javier, el hermanastro de Cariseca, también de Mazzone, viste levita y usa mónoculo. Aunque al adminículo lo abandona al tiempo, y el apellido deja de mencionarse, conjuntamente con el crecimiento en protagonismo de su sobrino.
En la primera tira, Olegario recibe un telegrama de la localidad de Los Carpinchos anunciándole que un hermano que acaba de fallecer, le deja como herencia “su inapreciable tesoro”. El pensionista se dedica a gastar a cuenta, sacando provecho de la avidez que provoca en Doña Amparo tal noticia. Pero al llegar el tren, de un cajón de encomienda con el letrero “Capicúa, el tesoro de ‘Los Carpinchos’”, surge un dientudo con rasgos mogoloides. Y el guarda reclama a Olegario el pago de los 30 kilos de queso que la “bestia” se devoró en el viaje.
Este inicio remite indudablemente tanto a la llegada de Curugua-Curiguagüigua en “Crítica” (18/10/28), como al anuncio en "El Mundo" (10/12/35) donde Patoruzú surgía de un cajón de encomienda. El homenaje da cuenta de la admiración de Mazzone por Quinterno, y de su agradecimiento además, ya que éste finalmente lo había incluido -muy joven: 24 años- en su selecto staff.
En el episodio que sigue (5), Olegario intenta desembarazarse del incómodo pariente. Hasta que descubre el don con que está dotado y le pide a Doña Amparo un lugar para él en la pensión.
En adelante, Capicúa conservará su suerte, su dentadura y  su afición por el queso. Pero experimentará cambios gráficos y de personalidad, pasando de ser un imbécil absoluto a un moderado bobalicón. Y hasta exhibirá por momentos algún grado de astucia. Pero eso, ya en la etapa de la revista propia, a la que me referiré más adelante.
Veamos ahora el caso de Piantadino. Su rostro es un globo, con nariz prominente y tres pelos parados. Viste el clásico traje a rayas de los presos, y es muy petiso.
En su primer planteo, en formato de tira, constituye un arquetipo puro. Permanentemente intenta “piantarse” -de allí, del lunfardo, el origen de su nombre-, y el sistema carcelario -encarnado por el guardián y el director del penal- se lo impide. Apenas, como matiz distintivo del personaje, aparece una desmedida afición a las empanadas. Para escapar de este esquema fijo, Mazzone comienza a plantear situaciones entre los reclusos. De entre esa fauna, surgen los otros dos arquetipos que seguirán carreras independientes, en tiras e historietas: Batilio -derivado de “batilana” o “batidor”, o sea, el “alcahuete”- y Afanancio -de “afanar”, obvio.
Hay una tira que da exacta cuenta de los andariveles por los cuales transitaba el concepto del humor de Mazzone. En el primer cuadrito, Piantadino corre por un campo y el guardián lo persigue. En el segundo, cambia el paisaje. Se ve un río, un muelle y al prófugo subiendo a una balsa, siempre con el otro detrás. Hasta allí, ambos cumplen perfectamente sus roles complementarios, tal como se espera de ellos. Acción repetida en cientos de tiras. Previsibilidad absoluta. Pero en el tercer cuadro se produce un extraño interregno, el del tránsito en  la balsa, donde los dos esperan aburridos que culmine el cruce del río. Para continuar nuevamente en tierra, en el cuarto y último, el escape y, por supuesto, la consecuente persecución. El chiste radica no en el remate, sino en el tercer cuadro, ya que resulta obvio que el policía podría haber atrapado al prófugo sin problemas durante la travesía por agua.
 El extraordinario hallazgo de esta tira radica en extremar los arquetipos, en llevarlos al límite. Los roles de perseguidor y perseguido alcanzan así la categoría de lo fatal: su destino es ineluctable. La tarea eterna de Piantadino es fugarse. La del guardia cárcel, atraparlo (y las veces que lo logra, el ciclo debe volver a repetirse). Ninguno de los dos se queja de este trabajo inevitable. Al contrario, cuando no lo practican se aburren. Saben que existen sólo en función del papel que les fue asignado. Rol fijo, único, determinado de una vez y para siempre. Porque Piantadino dejaría de ser quien es si ya no intentase la huída, al igual que el guardia cárcel si no lo persiguiera.
E incluso la tira genera fenómenos de metalenguaje: el prófugo lo es en función del presidio, y hasta puede llegar a lograr por un rato su objetivo. En cambio, bajo ninguna circunstancia podrá escapar a su misión de personaje.
Si esto no es poética... Similares alturas de abstracción alcanza Mazzone con “El Sr. Bang” (década del ’40, “Rico Tipo”), un terrorista sin ideología conocida ni rostro visible.
Debemos saltar ahora a octubre de 1959, un año antes de que cerrara el diario “El Mundo”. En esa fecha, Mazzone se lanza como editor con “Nuevas Aventuras de Capicúa y Piantadino”, alentado, como apuntaba antes, por el éxito de sus creaciones. Recién aquí, en la revista (apaisada, de 68 páginas),  se puede apreciar al Mazzone historietista. Es decir, haciendo Historieta Propiamente Dicha, abandonando el formato tira de entre cuatro y doce cuadros, y lanzando a sus dos personajes a aventuras con un desarrollo argumental más complejo (6). Le dedica a cada uno 17 páginas (o sea, sumados, la mitad de la publicación), dibujadas y guionadas por él mismo (7). Desde la portada, una franja las anuncia como “Aventuras completas”.
El que resiste mejor ese pasaje, hay que decirlo, es Capicúa.
Es una lástima que Mazzone traicionara allí la esencia de Piantadino, despojándolo de su identidad primigenia.
Pero veamos los casos por separado.
En el logo de presentación de la historieta, Capicúa es ahora el único a quien se menciona, y como dibujo, ocupa el centro del cuadro, saludando inocentemente. La imagen de Olegario vuelve a aparecer, aunque al costado de su sobrino, y del otro se agrega al Profesor Bambufoca. Ambos miran resentidos al extraordinario suertudo. En el segundo año de la revista, éste conquista el protagonismo absoluto también desde la gráfica: en el cuadro inicial se lo muestra solo, reposando junto a una enorme bolsa de dinero.
Paralelamente, la incidencia en la trama de la suerte de Capicúa, se había convertido en fundamental.
A Olegario y Bambufoca se los sigue situando en la pensión de Doña Amparo sólo en el primer episodio. Luego sin que se explique cómo, habitan una humilde casita. El cambio permite que el Profesor Bambufoca tenga instalado su laboratorio y desarrolle consecuentemente su rol de inventor, lo que servirá como plataforma argumental de muchos episodios.   Esto no impide que el dúo esté siempre en la lona y viva pergeñando planes supuestamente ingeniosos para zafar. Vocación argentina, si las hay.
Demás está decir que intentan una y mil veces utilizar en beneficio propio la prodigiosa suerte de Capicúa. Pero este don -misteriosamente- sólo podía ser aprovechado por él. Tío y profesor terminan siempre peor que antes, mientras el despreocupado sobrino es cubierto de billetes, joyas o toneladas de queso gruyère. La fortuna de Capicúa resulta directamente proporcional a la desgracia de Olegario y Bambufoca.
Un matiz interesante en los vínculos lo aporta el trato brutal que tiene a menudo Olegario con su sobrino. Bambufoca suele poner algún reparo, pero termina siempre ganado por la ambición.
Podría leerse una intención moralizante, en tanto que lo que se premia es la inocencia del protagonista.
Este esquema básico -repetido con infinitas variantes- constituyó, durante un largo período de la revista, el eje de las aventuras de Capicúa.
A mediados de los ’60, Mazzone las empieza a dejar en manos de colaboradores (principalmente su hija Laura) y se aboca solamente a las portadas (8). Aún así, Capicúa es el personaje al que más se dedicó personalmente, y a mi juicio, el más logrado como historieta. Y también su revista la más pareja en calidad.
En cambio, Piantadino resulta más feliz en versión tira.
En el primer número de la flamante revista cuyo cartel comparte con el suertudo, y sin que medie antecedente conocido por mí, el preso no sólo está del otro lado de las rejas, sino que también trata de ganarse la vida más o menos honradamente. Aparece acompañado de Pocoseso, un gordinflón que, tal como su nombre lo indica, tiene pocas luces. Ambos se meten en líos, que suelen culminar con el descubrimiento involuntario de ilícitos y la detención de maleantes. O sea que ex-presidiario se ha convertido en un colaborador de la ley. Con el correr de las aventuras, le empiezan a encomendar trabajos de vigilancia o seguimiento, cuando no  se lanzan ellos mismos tras la caza de alguna recompensa. Sin embargo, el perfil de los dos buscavidas no termina de cuajar y las historietas se reducen en extensión. En otra página de la revista suele aparecer también, en formato de tira, “En la Cárcel de Piantadino”, donde el personaje conserva toda la lozanía en su condición de convicto. También se publican tiras de Afanancio, tanto en presidio como en libertad, con igual grado de eficacia.
En enero de 1961, Piantadino logra publicación propia, aunque durante unos pocos números (al igual que el formato tabloide, que también se abandona) lleve la leyenda “Suplemento de Capicúa” (9). Allí se explica lo que había sido omitido anteriormente. La historieta inicial arranca con la evasión de la cárcel de Piantadino y Pocoseso. A raíz de la vestimenta que encuentran para sustituir el traje a rayas, confunden a Piantadino con un detective. Se hacen cargo de la misión con éxito, lo que les vale el indulto. A partir de ese momento, los roles del investigador y su ayudante, que reproducen paródicamente el modelo clásico de la dupla Holmes-Watson, se irán afianzando, hasta dejar atrás por completo el pasado delictual.
Si bien paralelamente, en la primer página, seguirá apareciendo por mucho tiempo la tira de la cárcel.
Afanancio, antes de tener su revista, compartió, durante un breve lapso, las historietas de Piantadino, lo cual enriqueció la trama. Dicho período se ubica con continuidad entre octubre de 1961 (Nº 10) y mayo de 1962 (Nº 17), donde se registra la última aparición del asombroso punguista dentro de las peripecias del ahora detective (10). Los antiguos compañeros de presidio aparecen allí enfrentados, ya que Piantadino había pasado del lado de la ley. Aunque nunca tanto como para hacer olvidar la antigua camaradería.
Es probable que el cambio del personaje se haya producido porque el ámbito cerrado de presidio no permitía desarrollar mucho más que cortos gags. Un arquetipo absoluto, como Piantadino, tras las rejas, significaba una importante limitación para el desarrollo de historias extensas. Y ya en libertad -a diferencia de Afanancio o Batilio que no ofrecían dificultad para que siguieran jugando sus roles en dicha condición- de dónde, de qué, de quién, podía escaparse Piantadino? Podía seguir siendo un delincuente afuera, claro, y evadirse de la policía. Sospecho que no se eligió esa vertiente por motivos morales. Era una revista que leían los chicos, y Mazzone nunca fue proclive a las audacias (11).
Pero el caso es que el artilugio encontrado como solución resulta pobre en relación a la idea original. Al convertir en detective a su personaje, Mazzone lo privó de ser. O por lo menos, lo alejó mucho del sello que desde el nombre mismo le había impuesto. Un detective que siempre logra zafar de las trampas que le tienden no alcanza la dimensión simbólica de un preso obsesionado en huir, de un artista de la fuga. Así, y no de otra manera, ha quedado grabado Piantadino en la memoria colectiva.
Con todo, la historieta del detective, solía deparar algunos buenos episodios.
Pero la tira del preso, rozaba por momentos la genialidad.
Para idéntica época que delega el dibujo de Capicúa, Mazzone hace lo mismo con Piantadino y con sus restantes personajes en las revistas que siguieron. Pero dado que “Capicúa” apareció primero, y que además su periodicidad era quincenal -a diferencia de las otras, mensuales-, el número de episodios de su completa autoría se triplica allí (12)
Es por eso que no otorgo demasiada relevancia a “Cariseca” (noviembre 1961) y “Afanancio” (julio 1963). Mazzone las dibujó muy poco (13).
Cariseca aparece por primera vez en su propia publicación. Como historieta, aporta la novedad, dentro del mundo del autor,  de villanos fijos (Doña Angustias y Zoquete). Las dos fases del protagonista, similares a la de Jekyll y Mr. Hyde, se turnan golpe en la nuca mediante. La relación con su hermanastro Javier (...Lucas Pérez Granchato Biarritz Anchorena), aparte del aditamento del linaje -opuesto al de Cariseca- es fácilmente asociable a la de Capicúa con su tío Olegario. Y Afanancio, si bien estando en libertad, conserva sus características de presidiario, está ahora acompañado por su tía Inmaculada, quien -nuevamente el nombre lo indica- obra como factor correctivo y moralizante. La familia se completará luego con otro sobrino de corta edad: Botafogo.
Aunque baste con Capicúa para subir a Mazzone al podio de Los Grandes Clásicos de la Historieta Cómica Argentina, hay que reconocer que su fuerte fue la tira. La enorme popularidad que habían alcanzado sus personajes, en ese formato, hizo que sus nombres (o sobrenombres, no se sabe) terminaran instalándose como lugar común en el lenguaje cotidiano.
El hallazgo consistía en caracteres simples, casi unilaterales, cuyos apelativos cifraban sus personalidades.
Así Capicúa era un bendecido por la suerte, Piantadino un convicto que vivía planeando fugas, Cariseca un tipo apacible que, si se lo golpeaba en la nuca, se transformaba en una fiera, Afanancio un punguista que rozaba la magia.
Y los de menor rango: Perkins un servil mucamo de librea; Batilio un alcahuete ("Es la cara de un empleado que había trabajado conmigo en la firma importadora Woff Godfrid; el correveidile del jefe. De alguna manera me tenía que vengar", confesó alguna vez Mazzone); Yoloví -el pequeño chantajista- un nene que sacaba provecho de la hipocresía de los adultos; Fiaquini un holgazán ("hecho a mi imagen y semejanza, entre bostezo y bostezo", también al decir del autor); Tacañino un avaro.
La traslación de estos nombres paradigmáticos a apodos populares, debe haber resultado poco menos que automática, perdurando algunos de ellos hasta hoy en día.
Otros creadores del género, han logrado también este tipo de repercusión: Divito con Pochita Morfoni, Fúlmine y Fallutelli; Lino Palacio con Don Fulgencio -el hombre que no tuvo infancia- y Avivato.
Con la diferencia que ellos no tentaron el pasaje de la tira a la historieta. Celebro, a pesar de las críticas apuntadas, que Mazzone sí lo haya hecho.
(2) Suplemento "Risas Argentinas", revista "Hora Cero" Nº 5, octubre 1990, Ediciones de La Urraca
(3) Sic. La referencia seguramente fonética de Polosecki, hace que se confunda al  escribir el nombre, ya que a quien Mazzone reconoce como maestro es en realidad Jay Irving (1900-1970), afecto a caricaturizar policías, lo que sin duda también influyó en don Adolfo, que a menudo los incluye en sus historietas.
(4) La fecha de comienzo de la tira fue el 31 de Julio de 1939 (número 98 de “Patoruzú”). Pero el libro “La Argentina que ríe” -Fondo Nacional de las Artes, 2007- ancla en el año 1938 el inicio de Mazzone como colaborador de la revista, luego que varios originales le fueran rechazados. En efecto, se pueden encontrar, en números anteriores al mencionado, chistes sueltos con su firma, donde se patentiza la influencia de Irving.
(5) Según lo relata Siulnas, en su libro “Aquellos personajes de historieta (1912-1959)”, PuntoSur Editores, 1987.
(6) Mazzone suele retomar el esqueleto argumental de las antiguas dos páginas de Capicúa en ” Patoruzú”, para desarrollarlo. Un ejemplo es el de la historia donde Olegario le hace elegir a su sobrino un billete de lotería a ciegas (Nº 108 de “Patoruzú”-octubre 1939-, Nº 4 de “Capicúa y Piantadino” -diciembre 1959- Episodio: “Billetes de Navidad”).
(7) Lo acompaña en la revista un staff que incluía a los notables Guerrero, con Lúpin, y Ianiro, con Tóxico y Biberón. Pocos números más adelante se incorporaría Dol con Resorte, el ayudante del Profe. Mazzone, además de ocuparse de las historietas de Capicúa y Piantadino,  incluye  tiras de Afanancio, Fiaquini, Macoco, La Cárcel de Piantadino, y chistes sueltos, también de su autoría. A partir del Nº 9 (05/04/60), publica otra de sus creaciones: El Minuto Fatal. Era un gag que constaba de dos cuadritos, donde un personaje, desde la actualidad, y sufriendo un hecho desastroso, recordaba el error cometido que había llevado a provocarlo. Originaria de los inicios de Rico Tipo (1945),  se convertirá en un clásico de la nueva revista. Aparece invariablemente  en la primera página, junto al editorial, hasta comienzos de la década del ’70.
(8) El motivo parece haber sido dedicarse más de lleno a su faz de editor, ya que, para 1965, los títulos se habían incrementado, y además, algunas publicaciones mensuales, como Piantadino, pasaron a ser semanales. Sin embargo, este auge de la editorial duró poco tiempo.
(9) También acompañan a Mazzone en la nueva publicación, Guerrero con Moscato, Oporto y Anís, y Dol con Jopo el Reportero.
(10) Incluso, en varios de esos números, Afanancio llegó a la tapa de la revista, a diferencia de Piantadino en Capicúa (solo se mostraba un círculo con su cara). Conjeturo que la confianza de Mazzone en que cada una de sus criaturas pudiera llegar a tener publicación independiente, fue paulatina. Pero nada improvisada, a diferencia de las caóticas Ediciones Torino.
Así, más de un año antes de que Afanancio tuviera su propio título, fue independizándolo de Piantadino.
(11) En “El Pingüino”, una revista picaresca chilena de los ’50 y ’60, se publicaban  dos tiras poco conocidas de Mazzone: El Señor Gerente (una mezcla de Don Fulgencio y Tacañino) y Chiki, la Corista, donde el creador de Capicúa elude la audacia que proponía el personaje mismo. Es evidente que en dicha vena no se sentía cómodo y para sortearla acudía a temas como las desdichas económicas de una aspirante a estrella o la vida entre camarines.
(12) Computo unas ciento veinte historietas de Capicúa, donde se reconoce integralmente el trazo de Mazzone.
(13) Si bien por el año 64 aparecen “Chistosis” (Chistes de bolsillo) e “Histocom”, además de “Batilio” en enero del 65 y bastante más tarde, cerca de los ’70,  “Fiaquini”, ninguna de ellas tuvo el éxito de las cuatro primeras y duraron escasos números.
El copyright de "MAZZONE, QUINTERNO, TORINO: SINGULARIDADES DE TRES MAESTROS DE LA HISTORIETA COMICA" pertenece a Miguel Dao, y se encuentra registrado. Cualquier reproducción -total o parcial- que omita mencionar la fuente será pasible de acciones judiciales. 

MAZZONE, QUINTERNO, TORINO: SINGULARIDADES DE TRES MAESTROS DE LA HISTORIETA COMICA (prólogo)

PEQUEÑO PROLOGO: LOS OCUPANTES DEL PODIO
Un podio vacío. Arriba, en un gran letrero se lee: Los Grandes Clásicos de la Historieta Cómica Argentina. Quiénes deben subir a ocuparlo?
Cada historietómano llamará a distintos creadores. Yo llamo a Torino, Quinterno, Battaglia, Mazzone y Ferro.
Y si dejo afuera a Oski, Quino, Divito, Lino Palacio, Medrano, entre muchos otros, no es precisamente porque no los admire, sino porque los encuadro en una categoría más amplia -lo que no implica ningún otro juicio de valor-: la del Humor Gráfico.
Mi seleccionado también, como ellos, ha hecho chistes sueltos y tiras cómicas. Pero además incursionó brillantemente en lo que llamo Historieta Propiamente Dicha, a falta de un término (y si no falta, disculpen mi ignorancia) que designe específicamente la historieta de más extensión que una tira, o una o dos páginas, si se quiere, para no entrar en discusiones bizantinas.
Dicho esto, habrá que establecer diferencias entre los ocupantes del podio. Armaría dos grupos. Los invito a correrse, por favor. Mazzone, Quinterno y Torino de este lado y Ferro y Battaglia del otro. Gracias.
Hay una primera razón para diferenciarlos, que radica en el carácter de editores de los tres primeros. Si bien Ferro llegó a tener junto con Blotta padre su propia revista, “Dos Campeones”, que recopilaba episodios de Langostino y de El Gnomo Pimentón publicados originariamente en la “Patoruzito” semanal, fue un experimento de corta duración que no se puede equiparar a la magnitud de Editorial Dante Quinterno, Adolfo Mazzone Editor o Ediciones Torino. Consecuentemente, la popularidad que alcanzaron en su momento fue mayor que la de Ferro y Battaglia (1). Y entiendo que si llegaron a tener sus propias editoriales fue porque el favor del público los había acompañado desde antes, aparte de sus aptitudes empresariales, que también son distintas, y a las que me referiré más adelante.
Pero esta distinción es secundaria, y no implica juicio de valor ya que -se sabe- el gusto del lector medio no siempre resulta índice de calidad.
Lo esencial radica en que el planteo metafórico del Langostino de Ferro y el delirio surrealista del Don Pascual de Battaglia generan distancias mayores con las creaciones de Torino, Quinterno y Mazzone, que las que estos tres poseen entre sí.
Por lo dicho, y por razones de extensión, el presente análisis se centrará en este trío que, desde la década del ’30 a la del ’70, entretuvo a millones de argentinos con sus creaciones. En la actualidad, sólo el nombre de Quinterno es rescatado de tanto en tanto, y merecido su obra alguna reedición.
Por la razón antedicha, obviaré en su caso algunos aspectos conocidos de la trayectoria, dedicándome a lo que creo esencial en su trabajo como historietista. Con Mazzone y Torino, en cambio, además de rescatar sus singularidades creativas, reseñaré los hitos fundamentales de sus carreras, en tanto los escasos datos que obran se encuentran dispersos o son contradictorios.
(1) Paradójicamente, en la actualidad, Battaglia y Ferro gozan de mayor reconocimiento que Torino o Mazzone. Aunque en lo referente a la ausencia de reediciones de sus obras, hasta el momento en que esto escribo, están todos equiparados.
El copyright de "MAZZONE, QUINTERNO, TORINO: SINGULARIDADES DE TRES MAESTROS DE LA HISTORIETA COMICA" pertenece a Miguel Dao, y se encuentra registrado. Cualquier reproducción -total o parcial- que omita mencionar la fuente será pasible de acciones judiciales.   

martes, septiembre 21, 2010

MAZZONE, QUINTERNO, TORINO: SINGULARIDADES DE TRES MAESTROS DE LA HISTORIETA COMICA (aclaración preliminar)

Hace bastante tiempo, un amigo me propuso escribir un artículo sobre historieta cómica, para un proyecto de publicación en el que se hallaba involucrado.
Me aboqué entonces a revisar lo que había escrito en este blog, centrándome en tres autores de mi preferencia: Adolfo Mazzone, Dante Quinterno y Héctor Torino.
El resultado no sólo recopila y organiza notas dispersas, apuntes y datos obrantes aquí y allá, sino que terminó convirtiéndose en un pequeño ensayo, cuyo principal valor, se me ocurre, radica en el intento de arrojar una luz nueva sobre esos tres creadores.
He criticado reiteradamente, en el análisis de la historieta vernácula, la tendencia a la repetición de lugares comunes (muchas veces equivocados) y peor aún, las teorías que suelen elaborarse en base a ellos.
Traté entonces, en este trabajo, de ser riguroso en la comprobación de datos, y por supuesto de citar todas las fuentes en las que me baso (lo que suele omitirse, no sólo en la web, sino también en material impreso).
Eso no quita que no se hayan deslizado errores ni que me haya olvidado injustamente de algún material que me aportaron (releyendo lo escrito, noto que en este aspecto, por ejemplo, no mencioné a Sergio Maganás, coleccionista que suele compartir generosamente sus tesoros).
El proyecto de libro de mi amigo sigue bastante demorado, y el hecho de que publique aquí mi trabajo no obsta que si finalmente se concreta, se incluya, en tanto aún les interese.
Dejarlo plasmado en mi blog, por otra parte, implica ejercer el legítimo derecho de organizar y profundizar mis propias notas, antes de que otros hagan uso de ellas.
Mis asiduos lectores encontrarán conceptos y datos que, como anticipé, ya he expuesto. Pero también hay ideas mejor desarrolladas, y algunas -pocas- nuevas.
Disculpen la no inclusión de imágenes ilustrativas. Este espacio está lleno de ellas, si tienen ganas de encontrarlas.
Comienza en el próximo post...

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD...

Los Simpson - Temporada 15 (año 2004)
"Noticias engañosas"
Burns intenta tomar control de todos los medios, incluyendo el periódico de Lisa, a lo cual ella se opondrá.

domingo, septiembre 19, 2010

EPISODIOS DE ARTURO EL FANTASMA JUSTICIERO -PIF- PARA DESCARGAR (Episodes d'Arthur le Fantome Justicier -Pif- pour decharger)

Hace tiempo vengo recopilando los episodios de Arthur, publicados en Pif Gadget. Así llegué a la importante cifra de 101, que no son todos, pero casi. Supongo que aquí, en Argentina, no interesan demasiado, pero a fin de ahorrarle trabajo de búsqueda a los fans franceses de Cézard, los pongo a disposición para descargar.

Il y a temps je compile les épisodes d'Arthur, publiés en Pif Gadget. Je suis ainsi arrivé à l'important chiffre de 101, qui ne sont pas tous, mais presque. Je suppose qu'ici, en Argentine, ils n'intéressent pas trop, mais afin de l'économiser je travaille de recherche aux fans français de Cézard, je mets à disposition pour décharger.

PG 001 Le Vassal va aux bains
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PG 004 L'abordage ingrat
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PG 007 Le poteau rose
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PG 010 Le chasseur de prime déprimé
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PG 013 Un monde joyeux (Rigolus-Tristus)
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PG 016 De retour à Rigolus (Rigolus-Tristus)
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PG 018 A l'arme à l'oeil
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PG 021 Le jouet d'un hold-up
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PG 025 Le filon du vieux Georges
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PG 029 Ca chauffe à l'heure du froid
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PG 033 Un fameux coup de tabac
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PG 037 Vol d'essai
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PG 041 Des Outlaws à Grande Eau
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PG 045 Le nouvel an d'Arthur
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PG 050 Le miracle de la St. Gli-Glin
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PG 054 Le Trésor du Nabab Apou
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PG 062 Suivez la flèche
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PG 066 Agent secret
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PG 070 Soufflé n'est pas jouer
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PG 074 L'astuce du justicier
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PG 078 Tous les Parchemins mènent au Rhum
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PG 082 A la tache
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PG 085 Installe un paratonerre
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PG 089 Une histoire de la préhistoire
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PG 093 Et les jumeaux
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PG 097 En route pour l'Ecosse
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PG 101 Le gang des boutons de manchette
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PG 105 Du Colt a Calimity-City
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PG 109 Week end en Ecosse
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PG 113 Et les nuisances
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PG 117 Sauve Venise
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PG 121 Un hold-up pas comme les autres
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PG 125 Et l'idole
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PG 131 Les 3 seconds n'y vont pas par 4 chemins
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PG 134 Le chiffre du coffre
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PG 139 Et le Martien
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PG 143 Fait le ménage
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PG 147 Les pillules du Docteur Phlox
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PG 155 La naissance d'une ville fantôme
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PG 157 Catapulte
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PG 161 La fantastique invention du Pr. Mathanstock
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PG 168 Et Robin des Bois
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PG 171 Dans une mission impossible
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PG 175 Le bâteau fantôme
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PG 178 Et le fugitif
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PG 185 L'anti-mythe
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PG 188 Et le chef du clan
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PG 191 Se venge
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PG 197 Forestier
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PG 198 Les visiteurs venus d'ailleurs
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PG 199 Et les pirates
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PG 200 Victime
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PG 201 Le trou sans fond
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PG 203 Spiritisme
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PG 207 Le complexe sur mesure
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PG 208 Est plutot etonee
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PG 209 L'ancien chasseur de primes
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PG 212 Dans le bain
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PG 215 Le chercheur d'or
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PG 218 Dans une mission très spéciale
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PG 219 A la pêche
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PG 221 Malgré les Edits
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PG 225 Croisière réussie
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PG 227 Sauve la moisson
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PG 229 A de l'ordre
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PG 230 S'instruit
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PG 233 Qui a kidnappé le père Passe-Passe ?
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PG 234 Va au cirque
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PG 237 La vallée heureuse
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PG 238 Et...
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PG 244 N'a pas les pattes dans le plâtre
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PG 248 Et le ruban adhésif
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PG 251 Cette etrange petite chose venue d’ailleurs
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PG 256 Main basse sur les monte en l'air
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PG 260 Le anti-anachronique
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PG 264 Dans un western prehistorique
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PG 269 A Black-Block City
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PG 273 La nouvelle mode
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PG 275 Le chicaboule (Surplouf)
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PG 278 Arbitre un beau match
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PG 283 L'usine a dingues
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PG 285 Et le fantôme
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PG 288 La bande des fiche-la-frousse
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PG 292 Le concours de tir a Gachette-City
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PG 294 L'abordage ingrat (R)
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PG 298 Un conte ancien (presque authentique)
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PG 303 Le île aux (drôles) d'oiseaux
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PG 304 En plein dans le mille
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PG 308 Dans une affaire de famille
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PG 319 Et le petit Marcel
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PG 325 Est au parfum
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PG 332 Une nuit banale et sans histoire
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PG 338 Les petits pois
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PG 339 Une rencontre inhabituelle (Surplouf)
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PG 345 L' Hélicoptére a piles
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PG 357 Et son environnement
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PG 366 Le flair du shérif
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PG 382 Le date précise
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PG 390 Départ en vacances
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PG 422 Le totem a grosse tête
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PG 776 Rodéo Préhistorique (Maric-Arapu)
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sábado, septiembre 18, 2010

TORINO ENSEÑA A DIBUJAR (3)





SELECCIONADO


Killian, en Mengano Nº 5, octubre del '74

viernes, septiembre 17, 2010

CURIOSIDADES QUINTERNIANAS (VI): LOS "ESQUENUNES"

Hacía tiempo que no me ocupaba de Quinterno, y la casualidad quiso que le dedique dos notas en una misma semana.
Resulta que a través del enlace de una amiga en Facebook, llegué a un sitio donde se reproduce una de las "Aguafuertes Porteñas", libro de Roberto Arlt que no volví a visitar desde la adolescencia, cosa que me reprocho.
Allí se reseña el origen del término "squenun" (o "esquenun"), que proviene de una deformación del italiano “squena dritta”, o sea espalda derecha, y que se aplicaba a los que rehuyen el trabajo.
El texto de Arlt es brillante, así que me limitaré a añadir un pequeño apunte.
En oportunidad del estreno de "Repiques de Campana", se montó en el hall del teatro una exposición sobre los orígenes del ferrocarril en la ciudad. Una gigantografía mostraba a obreros y empleados de los talleres. El Negro Correa (músico del espectáculo) me hizo una fina observación: unos y otros se distinguían no sólo por la indumentaria, sino también por los hombros caídos de los primeros. O sea que la expresión respondía a una realidad de principios del siglo pasado. Posiblemente no signifique nada para las actuales generaciones, pero yo llegué a escucharla en mi infancia.
Todo esto viene a cuento de Crosta y Constantino, los dos haraganes hambrientos de "pollo tierno" que albergaba Don Fierro, y a los que aplicaba el término, casi como latiguillo. En los principios de la tira, Quinterno los hacía jugar habitualmente, junto a la esposa y a la mucama mulata del protagonista. Posteriormente, la acción se fue instalando en el ámbito de la oficina, hasta que quedaron totalmente olvidados.

martes, septiembre 14, 2010

CURIOSIDADES QUINTERNIANAS (V): "PAYADA DIABOLICA"

Luis del Pópolo acaba de subir a su blog algunas páginas de “Payada Diabólica” (ver), uno de los más brillantes argumentos de las Andanzas de Patoruzú. Fue publicado en el Nº 175 de la revista, en enero de 1970, pero provenía de las semanales, donde había aparecido seriado durante 1943.
Allí la aventura comienza en Nueva York, donde el indio, Isidoro y Upa permanecían desde el episodio anterior (“El cantor de la bañadera”). Cuando se disponen a regresar, son visitados por un cacique piel roja, “Nube en el Ojo”, que guarda una flauta mágica enviada siglos antes a su tribu por Patoruzek, y que quiere devolver a su descendiente. La flauta posee la propiedad de transformar en buenas las malas acciones.

Este prólogo, dibujado a todas luces por Lovato e intervenido por Quinterno a partir de la mitad de la décimo séptima tira, cuando aparece Mandinga, fue modificado y unificado en estilo de dibujo para la reedición en Andanzas.
La flauta es transformada en un cuerno, y le llega al indio a través de una encomienda enviada desde la Patagonia. Sus virtudes son explicitadas en una carta de la Chacha Mama.
Por una vez, la reedición en Andanzas mejora el original, tanto argumentalmente como en dibujo.
También se editan algunas preguntas y respuestas de la payada, como lo demuestra la página reproducida de las Semanales (en el libro de La Bañadera), que no figura en Andanzas.
Aquí sí cabe realizar alguna objeción, particularmente cuando Mandinga interroga sobre el estado de sitio. Patoruzú responde: “Esa cosa que has mentao / diablo zumbón y maldito/ es un poder infinito/ que si es bien alministrao/ al que jorobe al Estao/ lo pone bien en su sitio”. Demás está recordar que en 1970 gobernaba el país el dictador Onganía, quien lo “administró” a partir del Cordobazo, y no precisamente “bien”. La suspensión misma de las garantías constitucionales, ya implica una abusiva administración del poder del Estado.
Otra recurrencia en la incorrección ideológica e histórica (esta vez en la primera versión) es que el cacique “Nube en el Ojo”, goza -al igual que Patoruzú- de gran prosperidad económica debido al descubrimiento de petróleo en sus tierras (!!!).
En fin... todo esto no quita que se trate de una gran historieta, como dije. Los que no la conozcan, estén atentos a Selección de las Mejores. Se republica allí periódicamente y sin mayores mutilaciones, dado que la cantidad de páginas se adecua al actual formato.
Nota del 5/3/12: Gracias a Hernán Schneider, casi dos años después de escrito el post, me entero que la reedición en Andanzas no es adaptación de la versión del '43, sino que se corresponde -bastante fielmente, al parecer- a la realizada en Semanales en 1957 (la imagen que subo a continuación también la tomo de Hernán). Es curioso como se resignifica la referencia al estado de sitio: en el '57 estaba la Libertadora, en el '70 la dictadura de Onganía. Por otra parte, cabe acotar que la mencionada intervención de Quinterno en la nueva versión, por datos que fui recogiendo, fue solo directriz, estando a cargo de un dibujante de la editorial, que estoy en vías de identificar.
 

lunes, septiembre 13, 2010

SIGUE SU CURSO EL PROYECTO "25 MIRADAS"

Hace una semana se presentó oficialmente en el complejo Cinemark de Puerto Madero, 25 MIRADAS – 200 MINUTOS, si bien los cortos que lo componen se vienen proyectando en cines de todo el país desde hace unos meses. No pude asistir, pero en una de las páginas creada especialmente para la difusión del proyecto hay una CRÓNICA del evento.
También se puede encontrar la información sobre cada corto, incluído por supuesto "EL_ABUELO", de Alberto Lecchi, en el que participo.
Si clickean en una de las pestañas de arriba, pueden ver el making-of.

APOSTILLAS (XXII -calculo-): BUENAS NOTICIAS

Fierro:
Es verdad aunque Ud. no lo crea! El Nº 47 es legible casi integramente!
El casi viene a cuento del insufrible Quattordio y de "Sur Salvaje", que no bien empezó, no veía la hora que terminase.
Pero sólo dos historietas de mierda! (...y no me refiero a "La familia Mierda")
El resto está bastante bueno, y me pone tan contento que hasta le perdono a Reggiani su incursión en el absurdo costumbrista-poético, con "La evolución de las especies".
Quizá hayan influído en este cambio de rumbo las dos páginas de Podetti, publicadas en la edición anterior, bajo el título de "Basta!!!", proclama a la que adhiero fervorosamente.
Comic.ar:
Cuando todo hacía temer lo peor, el Nº 12 salió finalmente. El mes de atraso habla a las claras de dificultades editoriales. Va desde aquí todo mi apoyo para que se resuelvan y la publicación continúe en los kioscos!

“Historietas de discriminación”

Hace poco noté que Sergio Maganás había incorporado en su blog un gadget con los post más visitados. Me dio curiosidad averiguar como era esto, y lo descubrí entre las funciones de Blogger. Nunca había reparado, dentro de Escritorio, en la sección Estadísticas. Brinda una información aún más particularizada que la del contador de visitas, ya que incluye una visión general de las entradas más populares por instante, día, mes e historia del blog (“en cualquier momento”). Compruebo que en el último ítem gana de lejos un viejo post. No le encuentro particularidad alguna que lo destaque por sobre los demás. Pero las estadísticas incluyen también palabras de búsqueda, y entre ellas aparece “historietas de discriminación”. Probé entonces en Google y me desayuné con que varios estudiantes secundarios mexicanos se muestran presurosos por resolver un trabajo práctico encargado en la materia, apelando al mx.answers. Esto explicaría las frecuentes visitas recibidas desde ese país. Sin embargo no hallo en las respuestas linckeo alguno que  conduzca hasta mi post. Tampoco en la búsqueda general; me cansé de pasar páginas sin encontrarlo, aún sabiendo que, en general, se suele no superar la primera.
Entonces, para que no se vayan con las manos vacías, acá les dejo dos ejemplos de discriminación, uno en la historieta y otro en el humor gráfico...





sábado, septiembre 11, 2010

EL DIFICIL ARTE DE NO MOSTRAR LAS TETAS

En historietas serias que abordan la vertiente de héroes prehistóricos, necesariamente, en algún momento, aparecen minas.



Cualquier dibujante que tema el ridículo sabe que no puede apelar a corpiños. Ahí surge como insoslayable la cuestión de hasta donde se muestran las tetas. Resultaría incongruente estilizarlas al punto de carecer de pezones, en tanto se tiende a destacar cada pliegue del tórax del héroe. Dependerá entonces de la publicación y de la época, a cuanto se anima cada dibujante. O que artilugios utiliza para zafar.


Recuerdo que Zanotto, en Henga (Skorpio era una publicación para adultos, pero bajo la dictadura) se tomaba algunas libertades, aunque procuraba que casi siempre la mina se cubriera o que los pezones estuvieran tapados por mechones de pelo.

Todo esto viene a cuento de un curioso ejemplo, extraído de una revista que compartía el público juvenil con el infantil. Se trata de la francesa Pif, en la que durante mucho tiempo apareció Rahan, un buen exponente de este tipo de héroes (mencioné la historieta en un viejo post, escrito al sólo efecto de joder a los columberos, cuando todavía me ocupaba de tales huevadas).
Nótense los ingeniosos malabarismos que realizó el dibujante para que los bonitos pechos de la damisela prehistórica no ofendan el pudor ni exciten demasiado a los párvulos.

viernes, septiembre 10, 2010

SE APROVECHAN, LOS MISERABLES...

Me agarraron con las defensas bajas.
Había andado todo el día viajando y, vuelto a casa, cometí no sólo el error de sentarme frente al televisor, sino también de detener el zapping  en un bloque del programa del inimputable Eduardo Feinmann. Lo acompañaba otro lacayo de los multimedios, al que no conozco, y el copete anunciaba un debate sobre “el pasado”.
El panel lo integraban Julio Bárbaro, Juan Carlos “Canca” Dante Gullo y el ignoto autor de un libro sobre un operativo de Montoneros en democracia, o sea otro de los que le venden el alma a Magnetto a cambio de un minuto de fama.
La encerrona estaba planeada para el Canca. El pelotudo del libro recriminándole que no haya pedido perdón a la sociedad por su pasado “subversivo”, y Bárbaro, de alguna manera, apoyando la necesidad de esa autocrítica. Ambos, por supuesto, azuzados por los conductores. El Canca, pobre, con la honestidad y valentía que lo caracterizan, pero también con las pocas luces que sabemos posee, se defendió como pudo.
Pero eso fue apenas la etapa de “ablande”.
Lo que el incalificable Feinmann y su acólito intentaban sibilinamente instalar en realidad, era que el punto central del tema Papel Prensa, estaba constituido por el hecho que las acciones de los Graiver habían sido compradas con plata de los Monto, provenientes a su vez del secuestro de los Born.
Por supuesto, el nivel del debate fue paupérrimo y derivó a cualquier parte, pero el objetivo se cumplió: la insidia quedó flotando -una vez más- en el aire.
Si yo hubiera estado ahi, los hubiera dejado que llevaran el razonamiento hasta las últimas consecuencias.
Porque supongamos que sí, que esa afirmación infinitamente reiterada y nunca probada, fuese cierta. Que efectivamente los 17 millones que los Montos depositaron en Graiver hubieran sido decisivos a la hora de adquirir dichas acciones.
Esto que significaría? Que la dictadura hizo justicia despojando a los Graiver de la empresa?
Démosles de nuevo la razón por un momento.
Pero inmediatamente, planteémosles: cómo? no era que al momento de la “venta” de Papel Prensa ni los propios milicos sabían de la vinculación Graiver - Montoneros? no era que los tres diarios compraron de buena fe?
En el panel, el único que podría haber reconducido el "debate" y realizado estas preguntas era Dante Gullo, desde el lugar de militancia que ocupó y ocupa. No desde sus limitadas capacidades, claro. Y fue a raíz de esto último, seguramente, que Feinmann lo invitó.
Se la agarran con los más débiles. Se hubieran metido conmigo, con defensas bajas y todo, miserables hijos de recontra mil putas y la recalcada concha que los parió!

lunes, septiembre 06, 2010

PATRICIA BULLRICH "NO ENTENDIO"

“No entendí esos documentos”
Publicado hoy en Tiempo Argentino
Por Patricia Bullrich
Diputada nacional por la Coalición Cívica.
Me parece que hay un intento de, sobre una hipótesis ya confirmada, buscar una reconfirmación de esa hipótesis. No entendí los documentos que publicó Tiempo Argentino. Me gustaría poder analizarlos con una mirada objetiva, no con la mirada de encontrar un culpable.
Lo que hizo el gobierno fue encontrar un culpable y luego trata de confirmarlo: dio vuelta el proceso lógico en un Estado de Derecho. No entendí qué son esos documentos. Me parece una construcción armada.
No me parece que es la búsqueda de la verdad en el pasado, sino la búsqueda de un presente. Porque la condena ya está.
Lo que se intenta es buscar una prueba post mortem. Pero lo veremos en el tiempo y allí se podrá evaluar con más tranquilidad. Hoy todo está teñido. Porque el gobierno nacional lo único que quiere es destruir a su enemigo.

(... a ver, alguien que le explique mejor que Magnetto fue cómplice de los asesinos, porque a la chica le cuesta, pobre)

sábado, septiembre 04, 2010

LOS "INTOCABLES"

Feliz Día de la Historieta, ante todo.
Pasemos ahora a la política.
La sintonía de la radio del auto seguía fija en Continental, así que me desayuné con una recopilación semanal del programa de la señora Magdalena Ruiz Guiñazú, a quien nunca escucho, por razones horarias fundamentalmente.
Menos mal, me arruinaría el día.
No tiene sentido ponerme a analizar la totalidad de los dichos de una persona a la que el gorilismo y la adscripción incondicional a la causa de Clarín, le brotan por cada uno de los poros.
Me voy a referir puntualmente a su concepto de “intocable”.
En un reportaje no recuerdo a quien, destinado a denigrar nuevamente la figura de Osvaldo Papaleo, la señora se escandalizó de que éste hubiera descalificado a su vez a Julio César Strassera.
Recordemos que se trata del fiscal acusador del juicio restringido a las Juntas militares de la dictadura, que promovió el gobierno de Alfonsín, durante su primera etapa.
Pero hay que recordar también, como lo hizo Papaleo, que Strassera había ejercido idéntico cargo durante el Proceso de Reorganización Nacional. Y que fue quien pidió para Lidia Papaleo de Graiver una pena de varios años de prisión luego que ésta fuera víctima del terrorismo de Estado imperante en aquellos años.
En ese contexto fue que el ex fiscal todo terreno tuvo contacto con la viuda de Graiver. Más precisamente, cuando ésta permanecía internada -y esposada a la cama- en un hospital, donde la habían operado de un tumor cerebral, consecuencia de los golpes en la cabeza que recibió durante su cautiverio.
Omitiendo mencionar su rol, aunque no la circunstancia (que usó para destacar su exigencia que le quitaran las esposas a la detenida), Strassera declaró para los medios dominantes lo siguiente: "Hablé mucho con Lidia Papaleo. Jamás dijo una palabra de Papel Prensa en ese momento. Me lo hubiera dicho".
Esta afirmación merecería un análisis psicológico, lo mismo que la de Pino Solanas, respecto a que el fiscal Molinas nunca le dijo a él que la venta de Papel Prensa hubiese sido fraudulenta. Pareciera que la Historia está obligada a pasar por sus exclusivos protagonismos. Siempre me divirtió la anécdota de un actor de reparto que estaba trabajando en Hamlet, y al que le preguntan de qué trataba la obra. El actor responde: “De un sepulturero, que un día es visitado por un príncipe en su lugar de trabajo”.
Perdón por la digresión, retomo: los dichos transcriptos de Strassera son los que merecieron las refutaciones de Osvaldo Papaleo y otros. Cae de maduro que nadie en semejantes condiciones, y ante la persona que tiene a su cargo imputarla, se va a explayar demasiado. O quizá Strassera estuviera ebrio cuando habló con la viuda de Graiver y no recuerda bien el episodio, vaya uno a saber…
Pero el contra argumento de la señora Ruiz Guiñazú (integrante de un coro cada vez más homogéneo) se centraba con exclusividad en el supuesto prestigio de Julio César Strassera. Un prestigio que la debe involucrar supongo, en tanto formó parte de la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, creada por Alfonsín), grupo de notables presidido por Ernesto Sábato, a quien se atribuye la elaboración de la nefasta “teoría de los dos demonios”.
El problema es que algunos de los “notables” de entonces, ya no lo son tanto a la luz de las defecciones alfonsinistas y lo que vino después. La señora Ruiz Guiñazú no puede lavarse las manos respecto a ello porque, justamente, la “teoría de los dos demonios” que ella suscribió desde el prólogo del “Nunca Más”, fue el huevo de la serpiente de los indultos. Que fueron derogados a raíz de que lo promoviera el “dictador” Néstor Kirchner, en el 2006, apropiándose falsariamente de la bandera de los Derechos Humanos, que solo pueden enarbolar “notables” como Magdalena Ruiz Guiñazú, Ernesto Sábato o Julio César Strassera.
Como vemos, este tipo de falacia ad verecundiam (al respeto) que vengo señalando reiteradamente –me obligan al abuso del término- en el argumento opositor, termina mordiéndose la cola.
No está mal que se revise la actitud de cada uno de los actores sociales antes, durante y después de la dictadura, incluidos los “oficialistas”. Timerman hijo, por lo pronto, se mostró avergonzado y pidió disculpas a la sociedad por haber dirigido, en su juventud, en un corto período, el diario La Tarde. Tan procesista como Clarín o La Nación, si vamos al caso. En cambio, desde el antikirchnerismo se acude a la calidad de “intocables” de algunas figuras que, como Strassera, no han evidenciado arrepentimiento alguno. Y de los medios, ni hablar. Nadie puede atreverse a cuestionar la cruzada histórica de Clarín por la verdad, ni su insobornable crítica a cualquier abuso de poder (de los Kirchner), proviniese de donde provenga (de los Kirchner). En todo caso se dirá que en el período dictatorial, el periódico fue obligado a guardar silencio, porque denunciar lo que sucedía hubiera significado un suicidio. Pero Clarín -reitero, se sabe, existen innumerables pruebas de archivo- fue entusiasta defensor de Videla. Y tampoco hubo autocrítica. Menos la tiene la mismísima Magdalena Ruiz Guiñazú, quien diariamente, durante los años de plomo, elogiaba a Martínez de Hoz, en su programa matutino de Continental.
Del silencio a la complicidad, median algunos pasos. Son los que diferencian una caza de brujas de un auténtico debate revisionista de nuestra historia reciente, y que debe necesariamente llegar hasta estos días.
Los supuestos prestigios intentan congelar para siempre la foto que se elije. Recortan un socio-histórico y lo pegan en cualquier otro, como si antes, en el medio, o después, no hubiese ocurrido nada.
Acudiendo a ellos, el coro opositor político-mediático elude un debate que está lejos de querer abordar a fondo. Lo he venido diciendo, pero lo expresa mucho mejor que yo Luis Bruschtein, en una nota que publica hoy Página 12 .
Lo que desarrolla Bruschtein, y a lo que adhiero desde antes que él lo manifestara (con lo que no se me puede imputar formar parte del otro supuesto coro, el “oficialista”), es que la discusión debería pasar por los hechos que los Kirchner han generado y siguen generando, no por las supuestas intenciones ocultas que se le atribuyen. Y que por supuesto, la oposición se abroquela en la construcción de un enemigo satánico, para justificar un discurso que no admite réplica alguna.
No obstante recomendar la lectura del artículo en su totalidad (ver), cito este pasaje: "La idea de que el Gobierno usurpa un espacio ideológico que no le corresponde provee la coartada para eludir cualquier debate con la excusa de la mentira".
Así, el sacar los trapitos al sol de cada adherente al gobierno, y poner el grito en el cielo cada vez que se toca a uno de los “intocables” opositores, lejos de ser un intento serio de revisar que hacíamos cada uno de nosotros antes de que se fuera del todo la luz, mientras estuvimos a oscuras, e incluso cuando retornó a medias, para dirimir el grado de autoridad moral que cada quien conserva en la actualidad, se torna en otra maniobra distractiva para no enfrentar los hechos.
Trato de no confundirme ni que me confundan con los distintos planos de un debate. Lamentablemente, a veces, desde el gobierno y desde sectores que lo apoyan, no se tiene la suficiente claridad y se termina cayendo en el juego que proponen los medios y la oposición.
No es deteniéndose en la invocación o refutación de supuestos –o reales- prestigios como se puede dirimir la cuestión de Papel Prensa. Hay que llegar hasta el presente, ver en que vereda terminó situándose cada uno. Sí debemos, en cambio, detenernos en los argumentos y sobre todo, tratar de ubicarlos en el encuadre que corresponde.
Partiendo puntualmente de los dichos de Strassera, y dejando afuera la cuestión de si se trata o no de un "intocable", quiero terminar sucintamente con este enfoque: la discusión sobre qué habrían manifestado o dejado de manifestar con anterioridad los Papaleo-Graiver, apunta también a demostrar –lo mismo que tantas otras cuestiones lateralizadas que se vienen planteando- que estamos ante un mero enfrentamiento oportunista entre Gobierno y Clarín, por cuestiones de intereses particulares, y no ante una medida progresista tendiente a limitar el poder de multimedios con posición dominante.
Más allá de que, como dice Bruchstein en la nota de hoy, ese razonamiento obvia el contexto de una línea política que viene manteniendo coherencia desde hace 7 años, poco me importan las motivaciones, reitero.
Por primera vez en la historia argentina, se está denunciando desde el Ejecutivo a un poder que logró situarse por encima de los elegidos por el pueblo.
No es posible aventurar como terminará este enfrentamiento, tanto en el plano político como judicial. El sólo hecho que la cuestión salga a la luz y se discuta, marca un punto de no retorno. Al menos para mí y para muchos otros (con los que quizá hoy me encuentre enfrentado), que adheriremos a la fuerza política que esté dispuesta a continuar desde allí -si no la hubiese se construirá-, en el caso que los Kirchner desistieran de hacerlo.
Había saludado por el Día de la Historieta? Por las dudas, feliz día!