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sábado, mayo 15, 2010

PI-PIO, EL POLLITO QUE IMPONIA EL ORDEN (2a)

2- ETAPA DE TRANSICION
a) “FUENTE SERENA”

Entre el 1º de diciembre de 1952 y el 5 de enero de 1953 (nros. 1720-1725), se desarrolla en Billiken “Fuente Serena”, el primer episodio seriado del pollito, inaugurando también el título por el que se conocerá definitivamente a la historieta -Las Aventuras de Pi-Pío- y la franja de presentación que irá acompañando, al principio, cada unidad argumental (promediando la serie, los cambios de logo se retardarán bastante). A lo largo de cinco páginas, en el cuadro final, se formula un interrogante respecto a la continuación de la historia (resabio de las didascalias), mientras que en el de la sexta aparece la palabra “Fin”. Este esquema se repetirá, con matices, en el segundo episodio. Las distintas aventuras que se sucederán de allí en más nunca tendrán una conclusión definitoria, luciendo invariablemente al final de cada entrega el clásico “Continuará”. Este elemento, sumado al de la corta extensión de los dos episodios citados, los ubica claramente en una etapa de transición entre las entregas auto conclusivas de dos páginas y las extensas historias que caracterizaron a la serie. También el enfoque inicial comienza a variar: mientras que en “Fuente Serena” prevalece aún la intención didáctica acerca de las buenas y malas conductas, en “Los Piratas y la Isla Perdida” García Ferré se adentra en los terrenos de la simple, llana y clásica aventura.
La primera historia se inicia con una contradicción, asimilable a la del episodio unitario de la abuela Cocoró: el linyera tiene casa. Sin embargo, su condición errante sigue teniendo vigencia, desde el momento que en la franja de presentación se lo ve con su clásico atado al hombro y que el canto en la ducha alude a su condición de vagabundo. Otro elemento desconcertante lo aporta el contraste entre el aire campero de la construcción que habita en un cerro y el fondo, donde se ven pagodas orientales. Lejos de constituir un déficit, la abolición de la geografía y el poco apego a la lógica, contribuyen al enrarecimiento de las situaciones, rasgo que Ferré acentuará a medida que la serie crezca.
Consecuentemente con el fondo, de inmediato se presentan dos chinos. El más pequeño, Ta-Te-Tí -personaje que Ferré retomará en forma autónoma para alguna historieta unitaria- sufre de un complejo por su baja estatura e invita a Pi-Pío a acompañarlo en la búsqueda de Fuente Serena, cuyas aguas lo harán crecer. Poco más tarde se les une la ardillita traviesa de uno de los primeros episodios unitarios, de modo que ahora no sólo es el pollo quien se relaciona de igual a igual con los humanos. La ardilla también aparece junto Pi-Pío, por la misma época, en un corto animado en 16 mm., titulado “Contratiempo de Alturas”. Estos constituyen los primeros ensayos del armado de una familia de personajes, que caracterizará posteriormente a G.F. Producciones.
El acento moralizante está puesto en la condena a las actitudes de Ta-Te-Tí, dado que el resentimiento que le provoca ser petiso lo lleva a actitudes extremas, como la del intento de quemar el bosque.
Finalmente, Fuente Serena aparece -pero seca- y la custodia una tribu de “negritos”. Otra sorpresiva transgresión geográfica, que sin embargo tiene un precedente: antes, en el bosque, habían acudido a sofocar el incendio un elefante, un león y un mono, sugiriéndose con ello un ambiente africano. Esta impresión se refuerza por el comentario de la ardilla, cuando Pi-Pío convoca a los animales: “Parecés Tarzán”. Nada indica que la búsqueda de la Fuente lleve a los personajes a atravesar continentes. Sin embargo los elementos bosque-fauna africana, parecen conducir “naturalmente” a la aparición de la tribu.
Este tipo de asociaciones regirá permanentemente la “lógica” de la historieta, asentada más en la verosimilitud interna de la acción, que en cualquier parámetro referencial a la realidad.

3 comentarios:

  1. Qué interesante eso que señalás, Miguel, sobre las "transgresiones" geográficas justificadas por la lógica de la acción. Es precisamente ese enfoque, tan espontáneo y desfachatado, el que hacía irresistible a esta historieta, que alguien algún día debería recopilar.

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  2. Excelente artículo.
    A mi nunca me gustó Pi - Pío cuando de niño leía Anteojito. me parecía antiguo y el continuará me causaba miedo ya que no siempre lograba que me compraran la revista.
    Ahora, coincido contigo, sería el primero en comprar un album recopilatorio (pienso en un formato tipo Asterix) con alguna historia con principio y fin.

    Saludos

    Gustavo

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  3. Por ahí pasa la intención de estas notas, Quique, por tratar de rescatar la singularidad de la historieta, y también claro, por hacer un poco de ruido, a ver si se reedita (...han reeditado hasta El Libro Gordo de Petete).
    Ese era el problema del continuará, cuando éramos pibes, Gustavo. Yo tejía mil conjeturas, para tratar de salvar los saltos. No estaba mal, uno desarrollaba la imaginación.

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