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lunes, septiembre 04, 2006

MISTERIOS DE LA FARANDULA: VIDA Y OBRA DE FERNANDO SIRO

Infoba(e)sura titula:
"Murió Fernando Siro".
No cabe duda que para dicho periódico -que brindó la primicia absoluta- el actor y director fallecido fue un modelo de artista comprometido.
En su carrera artística, parece haberse equivocado una sola vez: dirigió una película aparentemente buena ("Nadie oyó gritar a Cecilio Fuentes", su ópera prima de 1965, obtuvo el premio principal en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián).
Después vinieron innumerables bodrios.
En la faceta actoral fue consecuente con el cliché de tilingo venido a menos.
Pero en realidad, se lo recuerda más por su público apoyo al genocida Videla, junto a la vieja loca de su esposa, Elena Cruz.
Dato de color: con ésta -cuando todavía se asemejaba a una mujer, supongo- organizaban orgías.
En los últimos tiempos estaban en la lona. Con Hugo Moser (otro gran valor) fuera de carrera, nadie los llamaba.
Hace un tiempo un fotógrafo escrachó al célebre matrimonio, comiendo un choripán dudoso y tomando un vaso de tinto de tetra, en un grasiento bolichón al paso.
Eso fue luego de que a la vieja le fracasara estrepitosamente el postrer manotazo de ahogada: asumir como diputada de la Ciudad Autónoma de Baires.
O sea, Fernandito terminó convirtiéndose en su personaje (o quizá siempre nos hizo creer que estaba actuando).
Para puchos, por lo menos, no le faltaba... porque parece que fue el cigarrillo el que se lo llevó (después dicen que fumar es malo).
Pero seamos piadosos, dejemos que los muertos descansen en paz...

2 comentarios:

  1. Seamos piadosos... No es el momento de recordar que (se dice) durante largos años el presupuesto del INCA se habría dividido más o menos así: primero los bodrios de Siro, lo que sobre para el resto. Con semejante ayudita de sus amigos se entiende que años más tarde haya ido a vivarlos bajo sus balcones de presos VIP. La noticia de su muerte me disparó un fugaz pensamiento: "uno menos". Un artista menos, quise decir...

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  2. Seamos piadosos... El bueno de Fernandito era apenas una basurita insignificante, en relación a toda la mierda que todavía anda vivita y coleando. Que curioso que su muerte coincidiera con la anulación de los indultos del innombrable hijo de mil putas... Quien te dice, capaz que todavía hay un margen para la justicia en este íspa.

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