Pero esta cuarta entrega de la serie (y última, creo, al menos por ahora...) viene a cuento de una bronca de carácter más doméstico, generada también por la historieta.
Hace un tiempo, me encontré con lo que a continuación desempolvo:
"A LOS LECTORES
En el número 18 de esta revista, se menciona en la página 64 de la historieta TONI MARTIN, la palabra TROPICANA CLUB. Esta redacción se hace un deber en aclarar que en dicha historieta, el dibujante no ha tenido la intención de referirse a la confitería, que tan justicieramente mereciera el prestigio de que goza, habiendo recurrido en la confección de la historieta, como es norma, a personajes, nombres y situaciones meramente ficticios. Por otra parte, las historietas y todo el material de esta publicación, son objeto de minuciosa selección y supervisación en las leyendas, velando así por la orientación moral, educacional y espiritual del público al que nos dirigimos.
EL DIRECTOR"
Fue publicado en la “Piantadino” Nº 24, de diciembre de 1962, y era algo absolutamente inusual en este tipo de revista, donde solo aparecían, a más de aventuras, chistes y anuncios. Se hacía referencia a la historieta de Pedro Flores, en un episodio de seis meses antes (!), donde la primer secuencia mostraba a una mujer contándole al detective el caso de una amiga. Esta trabajaba en un club nocturno como bailarina, y el patrón le había ofrecido vender drogas a los clientes. Enterado del nombre del club, Tony comenta que su dueño -“Jeringa Kid”- es un conocido traficante.
Supongo que Flores usó un nombre clisé (en referencia al famoso cabaret cubano) sin imaginar que podría molestar a alguien.
Sin embargo, bastante tiempo después, la mención debe haber llegado a oídos del dueño de la confitería Tropicana de Bs. As. La escena pudo haber sido así:
PARROQUIANO: Qué ashé, gallego? Así que ahora te dicen “Jeringa Kid”?
DUEÑO: Hombre, todavía no has bebido y ya te encuentras borracho.
PARROQUIANO: Dale, “Jeringa”... shacá a las minas que tenés escondidas y pasáme un poco de merca...
DUEÑO: Coño, que no se de qué hablas...
PARROQUIANO: No te hagá' el modesto, no te hagá', que ahora salís en la “Piantadino”.
Imagino también al dueño, buscando en todos los kioscos de Capital el ejemplar atrasado de la revista, y una vez conseguido, entrando en la editorial a los gritos y blandiéndolo ante un azorado Mazzone.
Claro que pudo haber sido mas jodido aún. Supongamos un procedimiento de la Federal en el local y un cana, con la “Piantadino” en la mano, interrogando al gallego de mala manera. Un cuento de Fontanarrosa!!!
Anduve curioseando en la web si en la actualidad existía algún boliche con ese nombre. Lo único que encontré fue una milonga en el barrio de Flores. Intenté llamar para ver si se trataba de aquél y alguien recordaba el episodio, pero “el número solicitado no corresponde a un abonado en servicio”. Lástima. Aunque a lo mejor es más divertido imaginarlo.
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